Tomoe agarró el mapa, pero cuando trató de tirar de él, su contrario aprovechó para rodearle la cintura. Algo que no gustó la más mínimo a la kunoichi, que aprovechó el movimiento de acercamiento para cargar su rodilla y clavarla en las partes nobles del chico, a la vez que bajaba la cabeza para propiar un fuerte cabezaso en todos los morros de aquel chico. Técnicamente le beso la frente, pero a un precio que sólo su dentista personal celebraría.
—¡¿Qué demonios haces?!— la kunoichi se enfureció hasta límites jamás vistos, de hecho ni siquiera pudo evitar que su sharingan se activase de la rabia que sentía en aquel momento. Había dos cosas que odiaba profundamente Tomoe: Una las personas y otras las personas que trataban de acercársele demasiado
La kunoichi se apartó violentamente hacia atrás, llena de furia por un momento estuvo apunto de coger unos de sus kamas y aprovechar para atravesarle el cráneo. Pero algo contuvo su mano, no fue otra cosa más que las palabras de la que era su mentora, de la única persona que la Uchiha respetaba de algún modo. Aunque no le gustase reconocerlo
"Sí lo mato, meteré a Mitsuki en un problema..." pensó la chica mientras trataba de luchar contra su instinto asesino, que se reflejaba perfectamente en aquellas pupilas de color rojo sangre con un solitario tomoe en ellas.
" Ostias"
La treta no resultó como esperaba, Tomoe se acercó hacía mí esperándose lo peor y eso supuso que estuviera preparara para cualquier cosa. Cuando la agarré y la traje hacía mí me propinó un rodillazo en mis bolas de dragón y me clavó la frente en mi rostro, dejándome la nariz roja como un tomate y provocando que cayera un pequeño reguero de sangre de mi nariz.
" Borde no, lo siguiente"
Se cabreó bastante y me vociferó que qué demonios trataba de hacer mientras se alejaba rápidamente. - Solo quería darte un beso en la mejilla. Joder como te pones...Jadeaba entre palabra y palabra a causa del golpe en los genitales, que conforme pasaba el tiempo el dolor se intensificaba e hizo que me dejara caer de culo al suelo.
Cuando alcé la mirada para responder a la enfurecida Tomoe, me di cuenta de que tenía los ojos de color rojizo y, no eran los típicos ojos que se inyectaban en sangre en circunstancias extremas, era sin duda un rojo no natural. - ¿Que te pasa en los ojos?...Oye sabía que te molestaría que te fuera dar un beso sin tu permiso, pero no me imaginé que te afectaría tanto, para compensarte te regalo el mapa ¿De acuerdo? Cálmate.
No sabía si mis palabras surtirían efecto, pero no quería que Tomoe se enfadara conmigo, puesto que así seguro que no tendría ninguna oportunidad. A pesar de mis buenas palabras, sabía que no las tenía todas conmigo, esos ojos rojos no era muy buena señal, ¿como podía fiarme? yo servía de ejemplo para no hacerlo, me levante y me puse en guardia por si tenía que defenderme.
El chico trató de excusarse, pero Tomoe no le escuchaba. La chica trataba de sobreponerse a su furia, para cualquier persona normal aquello hubiese sido motivo para un simple enfado pero para alguien que había vivido toda su vida alejada del resto, sentir que su espacio vital era invadido de aquella manera... era algo difícil de aceptar.
El pelirrojo se dejó caer de culo, el dolor debía de ser casi insoportable en los momentos iniciales, aún así el chico se recompuso un poco y alzó la mirada para reparar en que los ojos de la Uchiha habían cambiado su color.
"Mierda..." la chica no se había dado cuenta de aquello hasta que se lo habían dicho. Respiró hondo a la vez que cerraba ambos ojos para intentar relajarse y volver a tener el control sobre su cuerpo, al reabrir los ojos estos se habían vuelto de un leve color violáceo. Habían vuelto a la normalidad
El pelirrojo por su parte seguía intentado hacer las paces, incluso ofreció regalarle el mapa pero la confianza ya estaba rota totalmente
—Como si fuese ha confiar en ti de nuevo— la chica se volteó airadamente, dándole la espalda y comenzando a alejarse con paso resuelto
Al parecer y de forma sorprendente, mis palabras dieron en la clave para que Tomoe volviera en sí. Como había sospechado, el rojo de sus ojos no era de origen natural, lo podía controlar con la voluntad. Esa chica con aspecto angelical era en realidad un demonio de ojos rojos, un demonio recto, pues la lujuria no era su fuerte, sin embargo rompe corazones y rompe genitales si, mis bolas de dragón aún seguían doloridas.
"Me ha dejado estéril mínimo..."
Pero mis intentos de reconciliación fueron en vano, ya no quería saber nada de mapas ni de Yoshi, dijo bastante convencida de que no podría volver a confiar en mí. Y eso me dolió más que mil puñales atravesándome al mismo tiempo. ¿Cómo iban a congeniar una chica introvertida y malhumorada con un chico extrovertido y molón como yo?
"Creo que es un amor imposible..."
Me daba rabia no poder ayudar a esa chica, con su físico sublime, y que no fuera capaz de utilizarlo en su beneficio. -Bueno, ¿Que quieres que te diga? Te he pedido disculpas, no he podido evitarlo, si alguna vez te has mirado al espejo... supongo que deberías entenderlo. Te prometo que no volveré a hacer nada que te moleste, a no ser que me des permiso claro está. Dije arrepentido.
Tomoe comenzaba a marcharse, no se si recapacitaría, pues tenía entendido que mas mujeres eran muy rencorosas, pero en cambio, les gusta que los hombres muestren interés por ellas. "Que difícil que es esto" Lo único que podía hacer era esperar a ver si cambiaba de opinión.
La chica pudó escuchar las suplicas del pelirrojo mientras se alejaba del lugar, el chico trató por todos los medios retenerla en el lugar. Sin embargo, Tomoe, sabía perfectamente que no era una buena idea permanecer allí. Había estado apunto de cometer una estúpidez y meter en un lío, tanto a ella como a Mitsuki.
"Será mejor que vuelva a la Aldea, no quisiera tener más problemas por esta semana..." pensaba la chica al recordar todo lo que había pasado hasta aquel momento
—Métete tus disculpas por donde te quepan— contestó la chica mientras le hacía un corte de mangas de espaldas, por encima de su hombro
La Uchiha se fue alejando poco a poco, con paso ligero y decidido. No pensaba gastar más tiempo del estrictamente necesario para salir de aquel lugar, pues la kunoichi conocía perfectamente su temperamento y sabía que no podría aguantar mucho más aquel tipo de asedio.
Tomoe había pasado demasiado tiempo sola, sin relacionarse con nadie que no fuese Mitsuki. De manera que había desarrollado una extraña filia con la soledad y forjado un espacio vital que no soportaba que fuese traspasado. Y mucho menos de la manera que el pelirrojo lo había hecho
"Espero no volver a cruzarme con lo que me queda de vida..."
" Jeje" Sonreí en silencio.
Tomoe sacó de nuevo a relucir su carácter con un espléndido y bien coordinado corte de manga, pero además en plan bravucón, dándome la espalda. Para Yoshimitsu eso hizo que le interesara aún más aquella kunoichi de la que apenas tenía información, pero tampoco la quería agobiar más lo que al parecer había hecho, el tiempo diría si algún día nos volveremos a ver, para bien o para mal.
Ante las palabras de la chica demonio le respondí en todo jocoso - Oh! de acuerdo, me las guardaré para la próxima vez, cuídate mucho Tomoe. Cuando terminé de hablar, se sucedieron dos repentinas explosiones que desataron un fuerte estruendo y una inmensa polvareda. Por mi parte, también reanudé mi marcha pensando en Tomoe, en su mala actitud con respecto a la vida.
" Pufff esa tipa es carne de cañon...una verdadera lástima, ¿Cómo alguien puede ser así de estúpido? es como pedir que te maten, o algo peor. A mi me da que se las da de tipa dura, pero en realidad es más débil que el capullo de una mariposa. Yo solo quería demostrarle lo poderosa que es en realidad, todavía no es consciente"
- Lástima. Murmuré
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