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Otoño-Invierno de 221

Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.
#1
Mis ojos se posaron en el camino que recorrería en pocos minutos, la gente transitaba por las calles de aquí para allá y de allá para acá; aunque la noche se había apoderado del cielo el distrito comercial era iluminado por aquel centenar de luces de neon que atraían a la población a consumir sus productos.

Mis pasos alejados de ser rápidos eran flojos, observando con detalle cada uno de los locales que se encontraban a mí alrededor en busca del lugar indicado para satisfacer el voraz hambre que manifestaba mi estómago, puse mi diestra en mi abdomen en señal de que pronto haría que estuviera lleno pero primero quería elegir, ¿pizza o ramen? Qué decisión tan difícil, mi comida favorita era la pizza así que finalmente decanté por esa opción. Sin perder tiempo me encamine a la pizzería a la que siempre iba con ansías de sentir aquel esplendido sabor en mi boca, en mi mente ya estaba planificada cual sería la pizza que pediría y todo.

Tras unos breves minutos en los cuales caminé bajo aquel manto acuoso, llegué a mi destino, una mala señal me dio al observar que la luz de neon estaba apagada, ¿se habría quemado el bombillo? Pero la sorpresa la llevé cuando llegué a la puerta y tenía un cartel que decía cerrado. -¿¡Cómo puede ser que esté cerrado!?- Exclamó con tono de resignación y vio a sus alrededores rápidamente en busca de alguna pizzería cercana, pero no conocía una tan buena como esa que estaba cerrada.

Bueno, bueno, me tranquilicé pero el hambre no daba tregua, siempre se podía pedir la opinión a uno de los aldeanos, así que buscó su nuevo objetivo, alguien que supiera así que le hablé a la primera persona que pasó por frente de mí.-Hey tú, chica.- Dije para detener a la pelinegra mientras me acercaba un poco a ella. -Buenas noches, disculpa la molestia, sabrás por aquí cerca dónde puedo encontrar una pizzería que tenga horno de piedra?- Preguntó de una forma un poco exigente.
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#2
Daruu se dio la vuelta y observó al que le había increpado con una ceja levantada.

—Esto... Disculpa, pero soy un tío, imbécil —espetó. Luego echó un vistazo alrededor y vio que efectivamente se estaba dirigiendo a esa pizzería.

«Pues a este cliente me lo camelo yo, Mashimo...»

Mashimo era su máximo rival en cuanto a pizzas se refiere. Claro que probablemente Mashimo ni siquiera supiera de su existencia. Pero estaba decidido a superar sus pizzas a cualquier precio. Y a las del mundo entero.

—¿Y te gustan las pizzas de ese tipo? —resopló, vanagloriandose—. Las mías si que están buenas chaval.


Te he invadido la trama. Era mi deber, entiéndelo.
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#3
Mi reacción de asombro y de vergüenza se pudo observar fácilmente, incluso dudé por unos segundos y me preguntaba sí estaba empezando a tener alucinaciones. -Lo siento, debo haberme confundido.- Dije sin darle mucho interés al asunto.

-Sí, ¿sabes dónde puedo comer una parecida?- Pregunté ipso facto, lo que me sorprendió fue escuchar que él también hacía pizzas, pero ¿qué edad podría tener? Parecían ser contemporáneos. -¿Y cómo hago para probar una de tus pizzas? Tengo mucho hambre- Manifesté mientras me detallaba mejor a aquel muchacho y de la misma forma posaba mi diestra nuevamente en mi estómago, el cual acaricie suavemente.

Tardé unos pocos segundos en inspeccionar su rostro, lo que no podía pasar de desapercibido eran los tatuajes que terminaban de forma puntiaguda y aquellos ojos blancos que se me hacían tan familiares y hurgaban en mi curiosidad, pronto le preguntaría. -Sí tus pizzas son tan buenas como dices puede que tengas un cliente nuevo.- Propuse con la finalidad de ingerir una de las pizzas de aquel joven.


Vale, no tengo problema en que entres, sólo me pregunto... ¿Entrará Ayame?

Ya que estamos, podemos estar los cuatro, tú, Ayame, Haze y yo

Sí no tienen problema =)
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#4

En teoría cuando alguien invade una trama no se alteran los turnos xD Vamos a dejarlos así para que no sea tanto lío, si no os parece mal: Keisuke, Ayame, Hazegawa, Daruu

Hoyōbi, 16 de Bienvenida del año 217



La noche caía sobre Amegakure, pero parecía que, en el Distrito Comercial, la ciudad estaba lejos de considerar la idea de irse a dormir. Ni siquiera la constante lluvia era capaz de menguar la actividad. Los neones alumbraban aquí y allá y los comerciantes gritaban al aire sus ofertas y asaltaban a los ciudadanos más despistados para intentar atraerlos a consumir sus productos.

Ayame había salido recientemente de la academia, y ahora se unía a la enorme multitud protegida bajo un paraguas y con la mirada sumergida en un libro que sostenía en su mano libre. "Fundamentos del Ninjutsu" rezaba la portada. En realidad, las clases del primer día tras el examen de genin habían terminado hacía varias horas, pero ella se había entretenido practicando el tiro con shuriken en un rincón personal que había hecho suyo detrás del edificio.

Su principal intención era la de regresar a su casa cuanto antes, pero entonces una voz conocida llamó su atención.

—¿Y te gustan las pizzas de ese tipo? —decía el de ojos blancos.

—Sí, ¿sabes dónde puedo comer una parecida?

—Las mías si que están buenas chaval.

—¿Y cómo hago para probar una de tus pizzas? Tengo mucho hambre

Ayame parpadeó, perpleja. Daruu estaba a apenas unos metros de distancia hablando con alguien que ella no conocía pero que se le antojaba familiar. Era un chico de aproximadamente su misma edad pero notablemente más alto que ella y con la tez inusualmente bronceada para encontrarse en la aldea donde se encontraba. Sus cabellos eran de un vivo color rojo y los llevaba peinados hacia atrás, sujetos por la bandana que lucía en su frente.

A Ayame se le hizo un nudo en el estómago.

—Sí tus pizzas son tan buenas como dices puede que tengas un cliente nuevo.

—¿Qué es una pizza...? —se le escapó a Ayame, sin poder evitarlo por más tiempo, pero enseguida se mordió el labio inferior al darse cuenta de que había delatado su posición...

Y el hecho de que había estado escuchando una conversación ajena.
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No respondo dudas por MP.
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#5
A pesar de la lluvia, Hazegawa no desistía de pasear por la aldea aquella lluvia constante era tan normal como lo era para cualquier otra los constantes rayos del sol, aunque no iba solo, solía pasear por la ciudad con sus amigotes gennin de la academia, Himura moto, Zazaki Chiho y Hong Kotori, eran sus amigotes de la academia, con la misma edad y los mismos gustos, de noche habían cogido la manía de juntarse e ir a comer juntos, aquella noche se les había antojado pizza.

El grupo había llegado a la esquina del local, era de lo más normal ver los anuncios de neón por la zona, las personas dentro disfrutando de la buena comida y muchos transeúntes entrar y salir de las tiendas, pero aquella no era el caso al menos para la afamada pizzería, a hazegawa le daba bastante igual si era pizza o cualquier otra cosa, a la final no era tarako, no valía la pena.

Al ver que no había ni anuncio de neón encendido, ni personas entrando y saliendo, se les habría arruinado la noche de pizza, Hazegawa alcanzo a despedirse de sus amigos y se alivió de que podría llegar temprano ese día a casa, tras ruborizarse al recibir un beso en la mejilla de despedida, se encamino hacia casa justamente debía cruzar aquella calle.

Haze iba embobado con una mano en la mejilla, levemente sonrojado pensaba en lo glorioso de aquel momento, y se detuvo bruscamente cuando tropezó con algo o alguien, dado que iba a paso lento no llego a tumbarla ni mucho menos, un leve tropiezo que le devolvió a la realidad y le dejo ahí plantado frente a una joven de cabellos oscuros.

Oí…oí, lo siento pequeña— Dijo con una sonrisa, acompañada de una leve reverencia, para detallar a las demás personas, y rascarse la nuca tras verles por encimita. — ¿Esto…no es poco tarde para que vayáis por ahí sola? — Le dijo a la joven frente a si, después de todo él era un hermano mayor, soltó un suspiro al comprobar que el local estaba cerrado y al momento de girarse a ver sus compañeros ya habían marchado.

Supongo que no habrá pizza. — Dijo soltando un bostezo.
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#6
—Si tus pizzas son tan buenas como dices, puede que tengas un cliente nuevo.

Cliente. ¡Cliente! A Daruu le gustaba como sonaba eso. Técnicamente no tenía ningún local, las hacía en la pastelería de su madre —buen horno, aquél—, pero ya empezaba a sentirse como si fuese el pizzero más famoso del barrio, qué del barrio, ¡del mundo! Hinchó el pecho, puso los brazos en jarras y mostró su mejor sonrisa.

—¡Ja! ¡Ahora mismo nos vamos a comernos una, hombre! —dijo Daruu—. Que conste que aún estoy entrenando, así que te sale gratis. A cambio de que me dejes comer a mí también, por supuesto.

—¿Qué es una pizza...? —Una inocente vocecilla sonó a sus espaldas. Daruu se dio la vuelta y encontró allí a Ayame.

—¿No has... probado una pizza... en tu VIDA? OH DIOS MÍO. —Daruu parecía realmente consternado por el hecho de que Ayame no hubiera catado lo que para él era todo un manjar traído por los dioses. Cuando digo que parecía realmente consternado, es que parecía realmente consternado. Ya sé que lo repito mucho, pero hay cosas que sólo se entienden cuando las dices con suficiente énfasis—. Buah, eso lo arreglo yo en menos de lo que canta un pato. Espera, ¿era un gallo, verdad? ¡Es igual!

Algo tropezó de nuevo con él por la espalda.

—Oí...oí, lo siento pequeña —dijo—. ¿Esto…no es poco tarde para que vayáis por ahí sola?

—¡¡Que soy un tío, cojones!! —bramó Daruu, girándose de golpe. Reparó entonces en que...

»Espera. ¿Tú también? Quiero decir, ¿tú también eres Hyuga? ¡Creía que era el único!
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#7
”Pensé que había dicho las de él sí que eran buenas… Ha de ser un principiante” Reparé

-Puedo ayudarte sí me dej…- Su frase se vio interrumpida por la voz femenina de una chica que no conocía, rápidamente vio de donde estaba el emisor, sí posiblemente había sido aquella chica con quien había confundido al joven que tenía frente a mí. Mi impresión de asombro ante la pregunta de la chica haría que me manifestase, sin embargo, el ojiblanco tomó la delantera haciendo un escándalo, que posiblemente hubiera hecho yo sí hubieran pasado unos segundo más.

-¿¡Cómo es que no has comido ninguna pizza!?- Exclamé con asombro y de la misma forma apoyaba al Hyuuga, dudé pero acerqué un poco a ella para detallarle mejor, tenía una cara pálida y un cabello negro como el carbón, era delgada y parecía una criatura indefensa.

Nuevamente alguien había confundido a aquel chico con una chica, hecho que no pudo evitar hacerme reír.- Al menos no fui el único jaja.- Sin embargo, cuando me percaté de quién era me sorprendí. -¿Hermano? ¿Qué haces aquí? Pensé que estabas con tus amigos…- Manifesté extrañado.

”Lo sabía, ya decía yo que esos ojos eran muy familiares.” Me dije al escuchar a aquel chico. -A todas estas, aún no sé cómo te llamas, Yo soy Inoue Keisuke.- Dije en dirección al ojiblanco. -A ti tampoco te conozco, ¿Cuál es tu nombre?- Mencioné en dirección a la chica.

Un ruido no muy fuerte provino de sus tripas, las cuales se movían disgustadas porque aún no había ingerido algo, ante aquella emisión mi rostro se coloró un poco y con algo de vergüenza dije.-¿Podemos ir a comer ya? Siento que me desmayaré jeje.- Expliqué.
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#8

Siento la tardanza, me he puesto mala y no he encontrado ganas de meterme en el foro hasta ahora

Y, efectivamente, ambos la habían escuchado. Tanto Daruu como el desconocido se dieron la vuelta al unísono, ambos compartiendo una cara de absoluto terror.

—¿No has... probado una pizza... en tu VIDA? OH DIOS MÍO —dijo Daruu.

—¿¡Cómo es que no has comido ninguna pizza!? —exclamó el otro.

Y Ayame se encogió sobre sí misma como si esperara que le pegaran una paliza por no conocer lo que era una pizza. En realidad había oído hablar de ellas en bastantes ocasiones, pero las veces que le había sugerido a su padre que comieran alguna en casa para probarlas la había despachado con desdén alegando que aquello no era más que comida basura.

—Yo...

—Buah, eso lo arreglo yo en menos de lo que canta un pato. Espera, ¿era un gallo, verdad? ¡Es igual! —añadió Daruu, decidido.

Repentinamente alguien chocó contra él. Se trataba de un chico bastante alto, de piel pálida y cabellos castaños que llevaba recogidos en una trenza que caía hasta sus hombros. Sin embargo, lo que llamó la atención de Ayame fue que tenía los ojos blancos. Tan blancos como los de Daruu.

—Oí…oí, lo siento pequeña. ¿Esto…no es poco tarde para que vayáis por ahí sola? —Escuchó que le decía a Daruu, con una sonrisilla, y a Ayame se le pusieron los pelos de punta. Aquel tío parecía el típico chico del que su padre le advertía una y otra vez que no se acercara a él.

«¿Pequeña?» Pensó Ayame, ladeando ligeramente la cabeza. «¿Es que le ha confundido con una...?»

—¡¡Que soy un tío, cojones!! —exclamó Daruu, terriblemente alterado.

—Supongo que no habrá pizza —dijo el recién llegado, soltando un bostezo al comprobar que el local que parecía haber sido su destino estaba cerrado.

El otro chico soltó una carcajada.

—Al menos no fui el único.

«¿Él también le ha confundido por una chica?» Se preguntaba Ayame, confundida. A sus ojos, desde luego, Daruu se alejaba bastante de parecer siquiera algo afeminado...

—Espera. ¿Tú también? Quiero decir, ¿tú también eres Hyuga? ¡Creía que era el único! —dijo Daruu, y Ayame volvió a prestar atención con interés.

—¿Hyūga? —murmuró para sí. ¿Qué sería aquello? ¿Tendría algo que ver con aquellos ojos blancos que ambos parecían compartir?

—¿Hermano? ¿Qué haces aquí? Pensé que estabas con tus amigos… —intervino el pelirrojo.

«Vaya, ¿son hermanos?» Meditaba Ayame para sí, haciendo girar el paraguas por encima de su cabeza. Ni siquiera se extrañó por la poca similitud física que guardaban entre sí. Ella era la menos indicada para hacerlo, después de todo.

—A todas estas, aún no sé cómo te llamas, Yo soy Inoue Keisuke. A ti tampoco te conozco, ¿Cuál es tu nombre?

—Ah... ¿yo? —preguntó, sobresaltada. Hasta el momento había pasado bastante desapercibida, con todo aquello del choque y los reencuentros familiares, pero parecía que se había acabado su momento de discreción—. Yo soy... Aotsuki Ayame. Es un placer —se presentó, con una ligera inclinación de su cuerpo.

Un pequeño rugido la sobresaltó, y cuando alzó la mirada se dio cuenta de que el ruido parecía haber provenido... del interior de Keisuke.

—¿Podemos ir a comer ya? Siento que me desmayaré —Se rio, nervioso.

Y Ayame correspondió con una sonrisa amable.

—A mí también me gustaría probar una de esas... pizas.
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#9
Hazegawa se entorno hacia la pizzería ya cerrada, y se pegó del vidrio que exterior del local buscando ver el interior del sitio, pasándole la manita para poder ver con mayor claridad, podría haber usado su dojutsu para ver sin necesidad de tal cosa, pero no lo consideraba importante, mientras observaba escucho la pregunta del joven al que confundió con una chica, acto reflejo se giró hacia el haciendo observándole como si la pregunta hubiese sido bastante extraña y de hecho, eso le había parecido.

Desde pequeño sabía que aquello que lo hacía especial era lago que heredaban, en aquel momento no sabía cómo ni cuándo, pero si sabía que había otros como el regados por Onindo, pero a medida que fue creciendo conoció a otros Hyuga, de hecho de no ser así no habría aprendido el puño suave, pero no quiso ser grosero con el chico, apenas le conocía.

Oí…oí, Deberías salir un poc…quizás seamos primos, ¿no eres tú el hijo de paco? — Pregunto, observándole fijamente meciéndose el mentón, descartando la idea ya que paco que si bien era un mote que poseía uno de los instructores de juuten más conocidos en la aldea, tenía un hijo ya mayorcito y no coincidía con la descripción.

Ehm, si pero hoy todos han pirado a sus casas temprano e iba a casa cuando os vi cotillear frente a la pizzeria.— Agrego haciendo un gesto con las manos restandole importancia al asunto.

Soy Hyuga Hazegawa, un placer…conocerles. — Dijo esbozando una sonrisa— ¿Os importa si os acompaño? Me gustaría conocer un poco más a mi primo, mira que estos ojazos no los tiene todo mundo, y así acompaño a Kei-chan que suele liarla a veces. — Dijo esbozando una sonrisa, colocándose bajo el toldo de la pizzeria, no quería terminar empapado porque a pesar de vivir en Amegakure no le gustaba ir empapado por ahí, respondió con una leve reverencia a la presentación de ayame —Deberías probar el Tarako, eso si es de otro mundo. — Dijo sonriente, para soltar un leve bostezo y mirar al trio.
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#10
«¿"Oi oi, oi oi, oi oi"; pero qué diantre le pasa a este tío en la boca? ¿Tendrá algún tipo de problema?»

—No soy el primo de nadie, la verdad, eres el único Hyuuga que conozco en esta aldea hasta ahora. Te puedes ahorrar lo de "deberías salir un poco", te he oído. Y además cuidar esa afilada lengua con las mujeres, pareces un acosador.

«Y me parece muy raro que seas hermano de este otro.»

A Daruu no le había caído muy en gracia aquél nuevo conocido. Y tal y como iba avanzando la conversación iba empeorando. Llegaron las presentaciones, y...

Me gustaría conocer un poco más a mi primo, mira que estos ojazos no los tiene todo el mundo...

El muchacho se cruzó de brazos, clavó la vista al suelo y suspiró.

—Mira, me temo que a mi no me gustaría conocerte más, y menos si no dejas eso de decir que soy primo tuyo. Muchas gracias.

Se dio la vuelta.

—Ayame, ya te daré a probar una de mis pizzas, ya verás como te gustan. Yo me temo que no puedo estar más tiempo aquí.

Giró la esquina y desapareció del lugar. Al menos aparentemente. No se fiaba de Hazegawa, y menos de dejar a Ayame a solas con ese tipejo asqueroso. De modo que activó su Byakugan, se alejó un par de calles y se refugió en un callejón, donde seguiría observando al trío un rato más.
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#11
Aunque las palabras de Haze habían sido un poco confianzudas y es algo que en ocasiones incomoda, no habrían sido lo suficientemente groseras o grotescas, no sabría definirlo bien, pero aquel Hyuuga lo tomó todo de muy mala manera y fue demasiado evidente para todos, o por lo menos lo fue mucho para mí.

"Y además cuidar esa afilada lengua con las mujeres."

”¿Me perdí de algo? En ningún momento le dijo nada grosero” Justifiqué en mi mente tratando de pensar en qué podía haberse tomado tan mal.

Y como sí la situación no pudiese empeorar, aquel sujeto, que nunca se presentó decidió marcharse de una mala manera y dando una mala imagen, pero las cuentas no estaban saldadas aún.-Ehh.. Espera…!- Exclamé mientras extendía mi diestra y mis dedos como si tuviese la capacidad de halarlo mentalmente, cosa totalmente imposible para mí. -No sé tu nombre… Y aún más importante, ¿Y la pizza?- Pregunté.

Pero al parecer nada le importó y se perdió de mi vista, la situación se había tornado un tanto confusa y no pude hacer nada más que suspirar con resignación.-Entonces Ayame-chan ¿No?- Pregunté para asegurarme.

-Aún tengo hambre y no pienso irme a mi casa hasta que no me coma una buena pizza, así que podrías aprovechar y probarla de una vez, ¡qué dices?- Propuse a la fémina, mientras daba chance a que pensara, bueno tan solo unos escasos segundos dirigí mi voz a mi hermano. -No pretendas que vamos a comer Tarako, eso sí que no, bueno por lo menos yo no lo haré.- Dije, estaba harto del tarako, esa obsesión era molesta aveces.

-Por cierto, ese chico ¿es amigo tuyo?- Pregunté con curiosidad para saber un poco más sobre él.


Daruu pasa a segundo plano por lo que veo, lo que quiero saber es si seguirá posteando cuando le toca o se mantendrá así hasta que le parezca adecuado?, más que todo para saber sí posteo después de Haze o después de Daruu
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#12

Sí, él va a seguir posteando. Sólo se ha apartado para stalkear xD

—Soy Hyuga Hazegawa, un placer…conocerles —dijo el extraño de ojos perlados, y Ayame abrió la boca en un mudo gesto de asombro.

«¡Es verdad! Hyūga era el apellido de Daruu... Entonces es verdad que son parientes.» Meditaba, curiosa.

—¿Os importa si os acompaño? Me gustaría conocer un poco más a mi primo, mira que estos ojazos no los tiene todo mundo, y así acompaño a Kei-chan que suele liarla a veces —añadió con una sonrisa.

—No soy el primo de nadie, la verdad, eres el único Hyuuga que conozco en esta aldea hasta ahora —replicó Daruu, aparentemente molesto, y Ayame se removió inquieta en el sitio—. Te puedes ahorrar lo de "deberías salir un poco", te he oído. Y además cuidar esa afilada lengua con las mujeres, pareces un acosador.

«En eso no le falta razón, la manera en que le ha abordado antes era un tanto... inquietante...

—Mira, me temo que a mi no me gustaría conocerte más, y menos si no dejas eso de decir que soy primo tuyo. Muchas gracias.

Para estupefacción de Ayame, su compañero se dio la vuelta, dispuesto a marcharse. Ella alzó una mano, intentando detenerle.

—Ey, Dar...

—Ayame, ya te daré a probar una de mis pizzas, ya verás como te gustan. Yo me temo que no puedo estar más tiempo aquí —le cortó él.

Y antes de que nadie pudiera hacer nada por evitarlo, Daruu la dejó a solas con aquellos dos desconocidos, giró la esquina y desapareció de la escena... Ayame gimió angustiada para sus adentros y, en un gesto reflejo, se ajustó la cinta de tela sobre la frente.

—Eh... ¡Espera…! No sé tu nombre… Y aún más importante, ¿y la pizza? —exclamó Keisuke, como si con aquel gesto fuera a detener a Daruu. Pero, obviamente, el chico no volvió sobre sus pasos para responder a sus preguntas. Keisuke se volvió de golpe hacia la cabizbaja Ayame, que no pudo evitar dar un respingo al notarlo—. Entonces Ayame-chan, ¿no?

—Eh... S... sí... —balbuceó.

—Aún tengo hambre y no pienso irme a mi casa hasta que no me coma una buena pizza, así que podrías aprovechar y probarla de una vez, ¿qué dices? —La invitó, y Ayame volvió a removerse, insegura. ¿Debería aceptar una invitación a cenar por parte de un par de personas que acababa de conocer?

—Deberías probar el Tarako, eso si es de otro mundo —intervino Hazegawa, y Ayame se estremeció involuntariamente.

—Uh... eso sí que no... —murmuró, asqueada. Su padre era un amante del pescado, y Ayame le había visto comerlo alguna vez. En realidad, a ella no le disgustaba comer pescado, pero si por algo no iba a pasar era por comer huevas.

—No pretendas que vamos a comer Tarako, eso sí que no, bueno por lo menos yo no lo haré —afirmó Keisuke, para su alivio—. Por cierto, ese chico ¿es amigo tuyo? —volvía a referirse a ella, y Ayame volvió a sobresaltarse.

—Bueno... Daruu-san y yo fuimos juntos a la academia —respondió, sin dar lugar a muchos más detalles. Y, dispuesta a cambiar de tema, en aquella ocasión fue ella la que lanzó una pregunta—. Oye... antes me ha parecido escuchar que le llamabas "hermano" —le dijo a Keisuke, señalando hacia el otro Hyūga con un gesto con la cabeza—. Pero... vuestros apellidos son diferentes. ¿Cómo es posible eso?
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#13
Haze no le dedico mucha atención al otro ojiblanco, no era el primero que conocía y no sería el último, esbozo una amplia sonrisa al escuchar lo que a él le pareció un berrinche, uno bastante gracioso. — ¿Eso fue un berrinche? — Dijo soltando una risilla, negando con la cabeza.

Tengo la grandiosa habilidad de encontrarme con gente idiota, es una maldición creo yo…— Dijo echando ojo nuevamente a través del cristal de la tienda, sin poder ver con claridad hacia el interior.
Se Fijo un momento en la chica que les acompañaba y asintió, creyó que sería importante responder a su interrogante, después de todo quien no le conocía se lo preguntaba siempre, sin falta.

Pues…Kei-chan y yo, somos dos huérfanos y nos hemos criado juntos. — Allí aprovecho para hacer un gesto y restarle importancia al asunto— Somos hermanos, solo que diferentes madres…y padres, nos cuidamos el uno al otro. —Dijo sosteniéndole la mirada a áyame, para asentir al final, de alguna forma se sentirá orgulloso por ello.

¿Acaso no les causa curiosidad ver que hay adentro? — Dijo tanteando el cristal con el dedo, para por mera costumbre hacer un par de sellos y activar su dojutsu, aunque no lo necesitaba era más un habito que otra cosa, con las venas de sus ojos marcadas pudo observar con claridad lo que había del otro lado y en el interior de la tiendita de pizza.

Se fue el chaval ese de las pizzas, supongo que volveré a casa entonces…— Dijo rascándose la nuca un momento, viendo con claridad la zona.
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#14
Desde su escondite, vio con suma claridad cómo Hazegawa iniciaba su propio Byakugan por el chakra que se arremolinó en torno a sus ojos. Por no hablar de los evidentes signos: como las venas infladas de la sien, las que cualquier oftalmólogo,al verlas, se preguntaría si esa universidad a la que fue era realmente de prestigio o no.

«Es imposible que haya sospechado que les estoy espiando... ¿Sabemos leer la mente también? ¿Eso estaba en los pergaminos de la abuela?»

No, era imposible. De cualquier forma, fuese para lo que fuese que había activado el Ojo Blanco, su mira telescópica funcionaba como el zoom de un instrumento óptico regulable: podían ver a través de las paredes, por supuesto, pero tenían que fijar la vista y hacer zoom a propósito. A no ser que registrase la zona con ahínco a propósito en su dirección, no sería capaz de verlo. No tendría motivos para hacerlo.

Pero de todas formas le sacó el dedo, mandándolo a tomar por el culo. Ya sabéis. Por si acaso se fijaba. Mientras seguía con la observación.
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#15
-Exacto, no tenemos familia… Hazegawa y yo nos criamos desde pequeño juntos y nos conocemos hace años y por eso le llamo hermano, es mi única familia.- Complementé, ya estaba acostumbrado a hablar del tema y era algo que al repetirlo tanto iba dejando a un lado la cierta tristeza que me llenaba.

Giré a ver como el curioso del ojiblanco intentaba visualizar el interior de la pizzería, su curiosidad no llamaba mi atención en lo más mínimo y le resté importancia a su acción. -Es una pizzería normal, pudieras saber cómo es por dentro sí alguna vez me hubieses acompañado, pero como nunca lo haces.- Reparé

-¿Ya te vas?- Pregunté, por unos instantes asumí que cenaríamos juntos los tres. -Vale… Nos vemos en casa entonces.- Dije sin más.

-Bueno Ayame, vamos a por las pizzas, hay de gran variedad, jamon y queso, con salchicon, con anchoas, con maíz, con piña, pizza 4 quesos, con carne, vegetariana con pimentón.- Expliqué mientras iba enumerando con los dedos de mi diestras y al pensar en ellas se habría más mi apetito, incluso venía a mí el olor de una pizza recién horneada.

-Más adelante hay otra pizzería, no es tan buena como está pero tampoco está mal.- Aclaré, mientras daba unos pasos lentos en dirección por donde se había ido Daruu, pero no doblaría en la esquina sino que seguiría derecho.

-¿Tú no tienes hambre?- Pregunté a la chica.
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