El mejor participante de Kusagakure

[Inuzuka Nabi]

— ¿Eh? Y-yo no la he usado, has sido tú, que te has chocado con ella. ¡La llevaba ahí todo el tiempo y lo has permitido!

» Además, tú también llevas la tuya en el cuello. Si hubiera atacado a tu cuello con un puñetazo me habría dado igual.

Juro se calentó como si yo fuese una Kuseña medio desnuda y tapada únicamente por esas zarzas que tanto le molaban a él. Hoy en día no se podía bromear con nada, de verdad.

— A ver, Juro, colega, hermano, tronco, que era una broma. Pero si hubieras ido a por mi cuello me lo hubiese tomado como un atentado contra mi vida. ¿Quieres seguir o lo dejamos aquí? Antes de que parta en dos tu bandana, que en dos cabezazos más...

Por si acaso volví a subir los brazos poniendome en guardia.

[Eikyuu Juro]

A diferencia de la locura que solía haber en Nabi, ahora había razón, e incluso alegaba que era una broma lo que le había dicho. Juro estuvo seguro que si hubiera sido al revés y él se lo hubiera tomado a broma, le habría saltado con que era en serio. Nabi muchas veces era así y le conocía lo bastante bien.

— A ver, Juro, colega, hermano, tronco, que era una broma. Pero si hubieras ido a por mi cuello me lo hubiese tomado como un atentado contra mi vida. ¿Quieres seguir o lo dejamos aquí? Antes de que parta en dos tu bandana, que en dos cabezazos más...

— Supongo que estoy susceptible. Yo no iría a por el cuello. No soy un animal — murmuró Juro. Nabi si que lo era, pero eso era otra historia — . Creo que paramos ya. Estoy un poco cansado.

Juro estiró sus brazos y trató de restablecer el control de sus articulaciones. No llevaban mucho rato peleando, pero él no estaba acostumbrado a la pelea física. Y estaba bastante contento con su resultado. Al menos, no se había puesto a quejarse por el dolor, o se había tirado al suelo como un niño pequeño.

— Tu taijutsu es bueno. Al menos, parece que estás mas acostumbrado que yo a pelear así — reconoció Juro — Si hubiera recibido ese cabezazo de golpe, quizá no hubiera podido levantarse.

[Inuzuka Nabi]

— Supongo que estoy susceptible. Yo no iría a por el cuello. No soy un animal. Creo que paramos ya. Estoy un poco cansado.

Sin embargo, algo en sus palabras me olía a chamusquina.

— Espera, ¿no seguirás enfadado por lo de tu moza? Venga, hombre, que no se lo voy a decir a nadie. Bueno, se lo diré a Eri, pero solo porque tú no me quieres decir quien es. A menos que... ¿no será Eri? Claro, ahora todo encaja. Te entiendo, Juro, la belleza uzunesa es difícil de resistir, pero no tienes ninguna posibilidad. Uzumaki Eri tendrá que casarse con un buen uzunes, rico, con renombre, con una mansión en la calle que toca con el Jardín de los Cerezos para que en primavera pueda ver los cerezos floridos desde su misma ventana. Así que olvidalo, Juro, es demasiada mujer para ti.

Asentí yo solo dándome la razón.

— Tu taijutsu es bueno. Al menos, parece que estás mas acostumbrado que yo a pelear así

— No todo en este trabajo es chakra y destrucción, Juro. Un buen shinobi tiene que estar preparado para lo repentino, lo que te pilla con los calzoncillos en la mano.

Seguí asintiendo dándome la razón, desde luego, estaba en racha de llevar la razón.

[Eikyuu Juro]

Juro se limitó a suspirar ante el comentario de Nabi. No solo parecía seguir interpretando que había una chica en la vida de Juro, sino que además ahora suponía que era Uzumaki Eri.

— Solo veo a Eri como una amiga — dijo Juro, deteniendo sus palabras con un gesto —. Tranquilo, la belleza uzunesa es toda para tí.

Nabi también consideraba que el taijutsu era importante, pues era lo más básico de un ninja. Juro no le podía quitar la razón ahí, el taijutsu era fundamental. Aun así, dudó que le fuesen a encontrar sin su marioneta o sus rollos a la espalda. En caso de que se los arrebataran, entonces, tendría que pensar algo.

Igualmente, ¿Por qué discutir?

— Supongo que eso es verdad. Solo espero que no se de el caso — dijo, encogiéndose de hombros.

[Inuzuka Nabi]

Pero las palabras de Juro no sonaban tan convincentes como el se creía. Yo sabía que amaba a Eri y con eso ya tenía suficiente, no hacía falta buscar más pruebas, ya me había dado más que suficientes.

— Si no pasa nada, Juro, admiro tu coraje por luchar contra las barreras que os separan, que son unas cuantas. Al final, espero que no te degüellen por traidor si te ven intentando cortejarla, como en los cuentos infantiles. Claro que en esos cuentos no te lo dicen, porque son para niños, pero está claro que cuando les pillaban con el enemigo, los degollaban.

Bueno, no había mucho más que decir. Esperaba que le saliese bien y que ambos fuesen felices tanto como esperaba que Eri lo mandase a la mierda, y no sabía por qué, pero la justificación de que una mujer uzunesa para un kuseño era demasiado me valía de momento.

— Bueno, mejor lo dejamos aquí, estarás ocupado con todo lo del examen y tal. Suerte y espero que al menos vengas a despedirte antes de irte y no tenga que ir detrás tuyo como hoy.

Me esperaría a que él soltase la suya y entonces me marcharía, ya podía tachar Encontrar a Juro de la lista y pasar a matar a Aotsuki Ayame, digo, encontrarla para dialogar civilizadamente.

[Eikyuu Juro]

Juro se quedó mirando a Nabi con una expresión estática, sin saber muy bien a qué decir a tantas amenazas disimuladas, cuentos macabros, y, en general, tonterías.

Afortunadamente, no tuvo que hacer nada, porque Nabi solo se empezó a marchar del lugar.

— Bueno, mejor lo dejamos aquí, estarás ocupado con todo lo del examen y tal. Suerte y espero que al menos vengas a despedirte antes de irte y no tenga que ir detrás tuyo como hoy.

« Genial, otro compromiso más »

— Está bien, no te preocupes. Estoy seguro de que nos veremos antes de que me marche — Sintió un escalofrío. Hasta más adelante, no supo por qué. Supongo que a veces el futuro se cumplía horriblemente, como una mala profecía —. Nos vemos, Nabi.

Juro se despediría de él, y después, se marcharía a su casa. Ya había pasado un rato, y tenía que descansar. Suficiente entrenamiento y paseo por hoy. Tenía que centrarse en la siguiente prueba del chunin, y no hacer ninguna estupidez más. Quién sabe. Quizá con suerte veía a Eri mientras volvía.

« Estaría bien que hubiera estado ella también. Los tres juntos, como la última vez. Me divertí mucho » — pensó, con inocencia.

La sombra del examen se cerniría sobre ellos muy pronto.