15/02/2019, 23:17
Algo haciendo pinza sobre su tobillo. Su estómago subió; su cuerpo bajó. Y, sin ni saber ni cómo había llegado hasta allí, estaba enterrado de cuello para abajo.
—Hijo de… ¡Hijo de puta! —¿Nabi? ¿Aquello había sido cosa de Nabi? Pero, ¿cómo? Sabía que era capaz de sumergirse bajo tierra, pues él mismo le había enseñado a hacerlo. Pero aquello era muy distinto. Aquello era... ¡Aquello era la hostia!—. ¡Esto no me lo enseñaste a hacer, mamonazo!
¿No dejaban morir así a sus enemigos algunos mercenarios sangrientos? ¿Enterrándolos hasta el cuello y dejando que el sol y los gusanos acabasen comiéndoselos? Sí, quizá viese demasiadas películas últimamente.
—Suelta a Stuffy o te dejo una cicatriz fea de cojones en la cara, de esas que se cierran mal y quedan como si te hubieses pegado con celo la carne.
¡Y aún por encima con amenazas, el muy cabrón! Ya vería cuándo…
Cuándo…
Cuándo nada, porque no podía moverse. Ni hacer sellos. Ni nada. Tan solo le quedaban sus ojos. Eso hizo que se acordase de algo.
—Nabi, piénsalo bien, no creo que quieras hacer eso. Recuerda lo poco que me gusta que me toquen la cara, lo vengativo que soy, y la bijuudama que tengo sellada en un ojo —le expuso, muy rápidamente—. ¡Imagínate qué pasaría si la libero en un ataque de rabia! —Adiós Nabi. Adiós Eri. Adiós Stuffy. Adiós media Villa—Vamos —bajó la voz—, me tienes ya derrotado. Eri estará confusa. Esta es tu oportunidad para atacarla y alzarte victorioso. Inuzuka Nabi, el más grande de los Intrépidos. Y la Villa entera, Hanabi incluido, oirá hablar de tu glorioso triunfo. ¡No desaproveches esta oportunidad!
1 AO
—Hijo de… ¡Hijo de puta! —¿Nabi? ¿Aquello había sido cosa de Nabi? Pero, ¿cómo? Sabía que era capaz de sumergirse bajo tierra, pues él mismo le había enseñado a hacerlo. Pero aquello era muy distinto. Aquello era... ¡Aquello era la hostia!—. ¡Esto no me lo enseñaste a hacer, mamonazo!
¿No dejaban morir así a sus enemigos algunos mercenarios sangrientos? ¿Enterrándolos hasta el cuello y dejando que el sol y los gusanos acabasen comiéndoselos? Sí, quizá viese demasiadas películas últimamente.
—Suelta a Stuffy o te dejo una cicatriz fea de cojones en la cara, de esas que se cierran mal y quedan como si te hubieses pegado con celo la carne.
¡Y aún por encima con amenazas, el muy cabrón! Ya vería cuándo…
Cuándo…
Cuándo nada, porque no podía moverse. Ni hacer sellos. Ni nada. Tan solo le quedaban sus ojos. Eso hizo que se acordase de algo.
—Nabi, piénsalo bien, no creo que quieras hacer eso. Recuerda lo poco que me gusta que me toquen la cara, lo vengativo que soy, y la bijuudama que tengo sellada en un ojo —le expuso, muy rápidamente—. ¡Imagínate qué pasaría si la libero en un ataque de rabia! —Adiós Nabi. Adiós Eri. Adiós Stuffy. Adiós media Villa—Vamos —bajó la voz—, me tienes ya derrotado. Eri estará confusa. Esta es tu oportunidad para atacarla y alzarte victorioso. Inuzuka Nabi, el más grande de los Intrépidos. Y la Villa entera, Hanabi incluido, oirá hablar de tu glorioso triunfo. ¡No desaproveches esta oportunidad!
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¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado