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Otoño-Invierno de 221

Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.
#61
Aunque interceptar su patada parecía una buena idea, no lo fue cuando sentí la onda de choque, por un momento en mi mente voló la idea de que sí mi rayo daba en su músculo su avance perdería la potencia suficiente para volverse inofensivo, pero no fue así... Deje de ser su hermana para retornar a mi apariencia habitual. Ranko no disminuyó su respuesta por ello y retorció su cuerpo para liberarse de mi agarre, cosa que consiguió con suma facilidad.

La brecha entre nosotras se abrió, fue el momento perfecto para que la muslona descargase un poco de su rabia, y así lo hizo, aproveché para volver a mi papel principal, mi cabello se tiño de rojo, disminuí unos centímetros y Kuumi volvió —.¡Me preocupaba por ti Discúlpame por ser mala hermana !— le reproché en tono irónico.

Avancé hacia ella lentamente con la intención de acortar nuevamente las distancias, podía seguir sus movimientos, o eso parecía, así que probablemente deduciría su proxima patada y podría aprovecharme de esa oportunidad, o eso es lo que me pareció, pero todo se cayó a pedazos cuando sus manos se unieron y el piso empezó a desquebrajarse, estaba muy cerca como para evitarlo y terminé mordiendo el polvo por moverme de una forma tan poco precavida.

—Si no quiero seguir pasando pena no puedo seguir con ese disfraz!— me puse de pie negándome a volver a utilizar el henge, también necesitaba recuperar el aliento.


PV: 154/180
-26 Hitoshin
-40 Doton

CK: 124/200
-8



• Fuerza: 30
• Resistencia: 40
• Aguante: 40
• Agilidad: 40
• Destreza: 30
• Poder: 40
• Inteligencia: 40
• Carisma: 50
• Voluntad: 30
• Percepción: 40

Ocasionados:
Recibidos: 66PV

¤ Henge no Jutsu
¤ Técnica de Transformación
- Tipo: Apoyo
- Rango: E
- Requisitos: Ninjutsu 20
- Gastos: 8 CK/activación (divide regen. del chakra)
- Daños: -
- Efectos adicionales: -
- Sellos: Perro → Jabalí → Carnero
- Velocidad: Instantánea
Muchas de las misiones de un ninja están basadas en la infiltración y el subterfugio. Este Ninjutsu, que se enseña en todas las academias shinobi de Oonindo, es la técnica más básica para hacerse pasar por lo que uno no es, pero no por ello es menos útil. El usuario realiza los sellos del jutsu mientras visualiza mentalmente aquello en lo que se va a transformar, que puede ser o bien otro ser humano, un animal, una planta, un arma o un objeto inanimado, siempre de tamaño medio (un poco más pequeño que una persona o un poco más grande). Tras una pequeña nube de humo, el shinobi se transforma adquiriendo las características físicas deseadas, pero manteniendo algunas de sus propiedades (no puede replicar extremidades que no tiene, por ejemplo, y si lo hace, serán evidentemente falsas).

La técnica es básica, pero muy pocos logran dominarla por completo debido a que requiere una excelente capacidad de memoria y concentración. Por ende o bien se tiene 60 o más puntos en el atributo de Inteligencia o bien se tienen 60 o más puntos en la facultad de Ninjutsu; si no se cumple al menos una de estas dos condiciones, la transformación en otras personas será evidentemente falsa, con obvias carencias o imprecisiones respecto al original.

Incluso así, desconcentrar al usuario, como por ejemplo hiriéndolo, derribándolo o causándole demasiado estrés podría deshacer la transformación.
Hablo (Aquamarine)
«Pienso»
Akito (Teal)
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#62
Mei volvió a tomar la forma de Kuumi por un momento, antes de recibir el Doton de Ranko. La Kusajin apretó los labios al escucharla.

"¿Por qué hace eso Mei-san? ¿Qué está haciendo? ¿Acaso quiere que… haga las paces con Kuumi? No puedo. ¡Es ella quien debe de quererlo! ¡Todo es su culpa!"

No… no lo eres. No eres mala hermana. ¡Por eso me sorprende tanto q-que seas así hoy! Sé que Kuu-chan me… me protege, me anima… ¡Pero ti-tienes que darte cuenta de que yo he mejorado! ¡N-no estaré siempre escondida tras de ti! ¡Ni siempre contigo! ¡Hay cosas que…!

Se dio cuenta que Mei había vuelto a su forma original, pues el Doton le había hecho perder el Jutsu de Transformación. La Uzujin parecía estarse recuperando del intercambio de ataques, así que Ranko decidió no continuar con la ofensiva, sino esperar al siguiente movimiento de su oponente. De esta manera, ambas estarían al mismo nivel, en opinión de Ranko. Decidió también seguir imaginando el rostro de su hermana sobre el de su amiga, pues sentía que aquella terapia estaba funcionando.

Hay cosas que debo hacer sola… o con otros. No… No siempre contigo. Y eso… eso está bien.

Suspiró mientras movía un poco su pierna y eliminaba al fin el entumecimiento provocado por el Mikazuchi. Se prepararía para cualquier ataque de Mei, quien parecía tener intención de ir ahora en serio y dejar de usar el Henge. A pesar de darle un momento para respirar, y de pensar en su hermana, Ranko no bajaría la guardia


No restaste el daño del Doton del contador de PV XD


PV:

120/160


CK:

86/110

+20CK


Fuerza: 50
Resistencia: 30
Aguante: 30
Agilidad: 20
Destreza: 35
Poder: 20
Inteligencia: 20
Carisma: 10
Voluntad: 35
Percepción: 20

— — —

Daño recibido:
Posible daño infligido:


Pensamientos (Plum) Diálogos (PaleVioletRed)

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#63
Mi cuerpo agradeció el breve descanso, aunque no duraría mucho puesto que por ley me correspondía hacer un contraataque.

«Se defiende con taijutsu y doton»

Mi diestra se perdió en mi espalda y con un movimiento rápido lancé una pequeña esfera de papel justo a los pies de Ranko, ipsofacto tapé mis oídos con mis índices, pero justo antes de que la pelota tocase el suelo cerré los ojos «espero funcione», la bola colisionó contra el piso y liberó una espesa y tóxica cortina de humo que engulliría a mi oponente, sí había caído en mi trampa.

«¡Ahora!»

El carnero se formó en mi siniestra y en un parpadeo me encontraba al lado de Ranko —Konoha Reppū— musité mientras extendía mi pierna para asestar senda patada por los bajos, de dar en el blanco mi contrincante caería de platanazo en el suelo, buscaría en mi portaobjetos una cuchilla y entonces aprovecharía la oportunidad brindada por el vendaval de la hoja y acercaría el kunai a su cuello.

—Creo que es suficiente— dije entre jadeos y con respiración agitada, esperando haber acorralado a La Coneja.

Off: Ups! Ya lo resté eweU

PV: 114/180
CK: 74/200
-14
-36


Inventario
Kemuridama
Kunai


• Fuerza: 30
• Resistencia: 40
• Aguante: 40 -10 [0/5]
• Agilidad: 40
• Destreza: 30
• Poder: 40
• Inteligencia: 40
• Carisma: 50
• Voluntad: 30
• Percepción: 40

Ocasionados: 60pv
Recibidos:

¤ Sunshin no Jutsu
¤ Técnica del Parpadeo Corporal
- Tipo: Apoyo
- Rango: D
- Requisitos: Ninjutsu 40
- Gastos:
  • 14 CK/20 metros
  • 52 CK para huir de un combate
- Daños: -
- Efectos adicionales: Cada uso restará 10 puntos de aguante durante los próximos 5 turnos
- Sellos: Carnero/una mano
- Velocidad: Instantánea
El Sunshin no Jutsu es una técnica basada en un movimiento ultrarrápido, permitiendo a un ninja moverse de cortas a largas distancias a unas velocidades casi imperceptibles. Para un observador cualquiera, resulta como si el usuario se hubiera teletransportado. En ocasiones, se utiliza una pequeña señal para camuflar los movimientos iniciales del usuario. Esta técnica se basa en el uso del chakra para vitalizar temporalmente el cuerpo y moverlo a velocidades extremas. La cantidad de chakra requerida depende en la distancia total y la elevación entre el usuario y el destino. La técnica puede usarse, además, para escapar del campo de batalla. Las diferentes villas tienen variaciones de esta técnica, e incluyen un elemento extra para distraer al oponente. En Konoha, se utiliza un rastro de hojas.
¤ Konoha Reppū
¤ Vendaval de la Hoja
- Tipo: Ofensivo
- Rango: D
- Requisitos: Taijutsu 30
- Gastos: 36 CK
- Daños: 60 PV
- Efectos adicionales: Derriba al oponente proporcionando una oportunidad
- Sellos: -
- Velocidad: Muy rápida
- Alcance y dimensiones: Cuerpo a cuerpo
Esta técnica es un buen ejemplo de cómo un simple movimiento de Taijutsu puede convertirse en una herramienta destructiva y letal. El ataque es, simplemente, una patada baja giratoria cargada de chakra, pero suficientemente fuerte para despegar del suelo a adultos corpulentos como si no pesaran nada. La meta es tirar al oponente al suelo y causar un daño considerable en la parte inferior de su cuerpo.
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«Pienso»
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#64
La Uzujin no tardó en recuperarse, pues pronto dirigió su mano a su espalda. Ranko miró con atención, en guardia. No tenía a Higanbana, su wakizashi, pues había dejado todo su equipo en Owatatsumi, así que no podría contrarrestar ningún arma arrojadiza. Sin embargo, lo que Mei arrojó fue una bolita, familiar para Ranko.

"¡Humo!"

Sus pies no eran muy rápidos, así que sólo alcanzó a cubrirse la boca y la nariz con la manga del yukata. La nube de la kemuridama la envolvió con un chasquido, dándole apenas el tiempo de reacción suficiente para aguantar la respiración. No podía ver nada, pero igual se tensó, preparándose.

Pero el golpe surgió de la nada. Una patada a sus piernas la derribó.

"¿Eh? ¿Cómo? ¡No tuvo el tiempo suficiente para lanzarse hasta acá! ¿Tan rápida es?"

El golpe contra la roca le obligó a tomar aire, y comenzó a asfixiarse por el humo y a toser intensamente. Rodó hacia un lado, hasta salir de la nube, mojando su yukata con el agua caliente que había salpicado antes. Sin embargo, antes de que pudiera abrir los ojos y apenas sentía aire limpio en sus pulmones, sintió algo frío contra su cuello. Vio entonces a Mei, inclinada sobre ella, atrapándola con kunai en mano.

S- ¿Suficiente? —El calor del verano, aunado al de la tierra y el vapor de las termas, ya la había hecho sudar. A pesar de que le dolían las piernas por el Reppū recibido, así como la espalda por la caída, sabía que podía dar más y que no había llegado a su límite, y se decepcionó un poco de que Mei quisiera parar. Resollaba —. ¿T-tan pronto?

En ese momento no le importó tenerla tan cerca, pues estaba concentrada en el combate. Pensó cómo podría salir de tal situación.

"Podría darle un cabezazo, creo. Aunque tendría que apartar el kunai primero. Si pudiera mover mis manos más rápido que las suyas… No, no creo ser tan veloz. ¡Rayos! Es injusto que ella haya traído su equipo y yo no. ¡Me dijo que me pusiera algo cómodo! Aunque, por otro lado, un ninja debe estar siempre preparado, debí de haberlo traído de todas maneras…"

Esperaría a que Mei dictara si era en realidad suficiente pelea, o si prefería continuar.


PV:

60/160

-60PV

CK:

86/110

+20CK


Fuerza: 50
Resistencia: 30
Aguante: 30
Agilidad: 20
Destreza: 35
Poder: 20
Inteligencia: 20
Carisma: 10
Voluntad: 35
Percepción: 20

— — —

Daño recibido: 60Pv, Reppū
Posible daño infligido:


Pensamientos (Plum) Diálogos (PaleVioletRed)

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#65
Estaba tan concentrada en mi próximo movimiento que haría que no me percaté que había utilizado una esfera de humo, no pude ni siquiera demostrar sorpresa, porque cuando me percibí el gas tóxico ya me encontraba dentro de él y era muy tarde para cambiar de estrategia, debía seguir adelante, el acercamiento y el golpe fue todo un éxito, pero pronto mis pulmones y mi ojos se irritaron, hice un esfuerzo para liberarme de aquella cárcel intangible de humo y seguir con la cacería.

La Coneja no estaba en una situación mucho mejor que la mía, jadeaba en el suelo, con los ojos cerrados, grave error. Aunque me encontraba agotada, eso no me impidió acercarme hacia ella con el kunai en mano y acariciarla con el filo.

—Coff coff— mis ojos lloraban solos y mi tórax se expandía rápidamente, el sudor corría por mi cuerpo, al igual que por mi mano, haciendome cada vez más difícil sujetar el metal.

—¿Quieres continuar?— pregunté sorprendida por alguien que acaba de ser derrotada, retiré el filo de su yugular lentamente para posteriormente guardarlo—. Como gustes— comenté con voz cansada.

Hice una respiración profunda intentando desintoxicar mis pulmones, cada vez ardían menos, y mis ojos ya no escocían como antes, cosa que agradecí. Salté hacia atrás abriendo una brecha de aproximadamente tres metros.

«¿Cómo pude olvidar que no tenía una bomba de luz? Menos mal me salió bien la jugada» me recriminé ante mi confusión.

Me mantuve en posición de combate, quería demostrar que seguía firme y fuerte, pero el incesante jadeo no colaboraba.

Flexioné mi índice, incitándola para que diese el próximo paso.

PV: 114/180
CK: 94/200
+20

Inventario
Kemuridama
Kunai


• Fuerza: 30
• Resistencia: 40
• Aguante: 40 -10 [1/5]
• Agilidad: 40
• Destreza: 30
• Poder: 40
• Inteligencia: 40
• Carisma: 50
• Voluntad: 30
• Percepción: 40

Ocasionados:
Recibidos:

Hablo (Aquamarine)
«Pienso»
Akito (Teal)
Naoko (Lightcoral)

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#66
Tal parecía que, sin querer, Mei también había sido afectada por la bomba de humo. Se apartó unos tres metros y le hizo una seña de que podía continuar. Ranko se levantó, animada. Mei no daba pinta de estar al cien por ciento, y la Kusajin se encontraba aun peor, resollante, pero la emoción de pelear le alentaba a seguir.

Muchas gracias, Mei-san. Por esto. —dijo sonriente, antes de adoptar su postura. No solo el combate, sino el que le hubiese ayudado a liberar su enojo contra Kuumi. Ahora, Ranko tenía a la Uzujin en una estima mayor.

Ranko se concentró. Posiblemente su cuerpo le rindiese para un par más de movimientos. El Raiton de Mei pegaba duro, al igual que su Taijutsu. ¿Tendrían que ser todos sus adversarios usuarios del Relámpago? Era desafortunadamente gracioso. Ranko se lamentó de no tener alguna técnica para contrarrestar el rayo.

"Si hubiese nacido con elemento viento, como madre…"

Una vez más, flexionó las rodillas y se lanzó, rompiendo el suelo con su impulso y salpicando levemente el ambiente del rocío muy caliente de las termas. Si Mei no reaccionaba al instante, la ruptura le haría tambalearse.

Sin embargo, Ranko no se lanzaría directamente hacia Mei, sino hacia su izquierda, y aterrizaría a escasa distancia de ella. Aprovecharía la energía del Hitoshin para impulsarse como resorte hacia Mei. Giraría en el aire mientras concentraba chakra en sus piernas: lanzaría una patada alta, descendente, con la diestra; luego, reciclando el impulso del giro, daría una patada baja, ascendente, con la siniestra, después de girar.

¡Senpū! —Rugiría al lanzar la segunda patada, conectase alguna o no.


PV:

60/160


CK:

6/110

-20CK
-60CK


Fuerza: 50
Resistencia: 30
Aguante: 30
Agilidad: 20
Destreza: 35
Poder: 20
Inteligencia: 20
Carisma: 10
Voluntad: 35
Percepción: 20

— — —

Daño recibido:
Posible daño infligido: -40, -60, Senpū

¤ Hitoshin
¤ Dios Conejo Saltarín
- Tipo: Apoyo
- Rango: C
- Requisitos: Taijutsu 45, Fuerza 40
- Gastos: 20 CK
- Daños: -
- Efectos adicionales: Si se usa un Taijutsu básico aprovechando el impulso, incrementa el daño del mismo en 10 PV. Debido a la presión en las piernas, solo puede usarse una vez por turno.
- Sellos: -
- Velocidad: Rápida
- Alcance y dimensiones: Impulso de 12 metros, ruptura del terreno en un diámetro de 5 metros.
El usuario dobla las rodillas y concentra su chakra en sus piernas. Acto seguido da una potente patada doble al suelo, lanzándose a toda velocidad en cualquier dirección cual bólido. Esta técnica se basa más en el uso de la fuerza para impulsarse, por sobre el sigilo o la destreza, por lo que el salto produce una ruidosa ruptura en el punto de origen, desestabilizando a quien se encuentre lo suficientemente cerca, a la vez que provee de una oportunidad de sorpresa en caso de usarse de manera ofensiva directa. Gracias al impulso, si el usuario conecta algún golpe básico al final del salto, dicho ataque se verá levemente amplificado.

¤ Konoha Senpū
¤ Torbellino de la Hoja
- Tipo: Ofensivo
- Rango: D
- Requisitos: Taijutsu 50
- Gastos: 60 CK
- Daños: 40 PV (patada alta), 60 PV (patada baja)
- Efectos adicionales: -
- Sellos: -
- Velocidad: Rápida
- Alcance y dimensiones: Cuerpo a cuerpo
Un Taijutsu donde el usuario lanza una sucesión de patadas altas y bajas. El margen de evasión del oponente es restringido tras recibir la primera patada alta, por lo que la patada baja que le sigue impactará siempre en él. El verdadero daño del ataque está en la patada baja, sin embargo, por lo que si el adversario esquiva la primera, aún hay posibilidad de que le distraiga lo suficiente para no esperar el golpe inferior.

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#67
— Es lo menos que podría hacer, ¿no?«después de todo tu estas pagando la estadía» me hubiera gustado agregar, pero aquellas palabras nunca salieron de mi boca.

La tregua llegaba a su fin tan rápido como había iniciado, advertí a una Ranko ansiosa de seguir la batalla realizando el mismo movimiento del inicio «¡Rayos!» caí en cuenta que la distancia que nos separaba era minúscula ante aquel tipo de avance, la tierra se desquebrajó a mis pies, desestabilizandome, me viré para encararle de frente a su abordaje por mi flanco izquierdo, el tiempo de reacción escaso, pero esperaba a que fuese suficiente.

Mis manos se encontraban levantadas al encuentro con La Coneja, de ellas, de mis mangas, de todo mi ser surgieron cientos de insectos, pequeños y voladores, que se interpondrían entre ambas, o eso esperaba yo, ciertamente no podrían formar una verdadera pared, por lo que su impulso no se vería mermado, pero sí un poco doloroso.

Su primera patada barrió la cortina de insectos, pero como lo supuse después no eran lo suficientes como para detenerla, por lo que el primer tajo fue inevitable, sentí su pierna colisionar con mi cuerpo, impulsándome hacia atrás y hacia abajo. No sabría si mi ejercito de bichos lograrian parar o distraerla para su siguiente ataque, por lo que no me quedé quieta, como me encontraba en el suelo, rodé hacia la derecha para posteriormente incorporarme tras dar una voltereta.

El sudor corría por todo mi cuerpo, mi torax subía y bajaba rápidamente y de mi boca escapaban jadeos —. Es bueno tener un as bajo la manga— sonreí cansada —. O dos.

Me separé más, mucho más, aproximadamente siete metros, los insectos habían abandonado a mi rival para situarse a mi alrededor.

PV: 74/180
-40

CK: 77/200
-17

¤ Kikaichuu no Jutsu (Activo)

Inventario
Kemuridama
Kunai


• Fuerza: 30
• Resistencia: 40
• Aguante: 40 -10 [2/5]
• Agilidad: 40
• Destreza: 30
• Poder: 40
• Inteligencia: 40
• Carisma: 50
• Voluntad: 30
• Percepción: 40

Ocasionados: 45PV Kikaichuu (3 masas de insectos)
Recibidos: 40PV Patada descendente

¤ Kikaichuu no Jutsu
¤ Técnica de la Destrucción Parásita
- Tipo: Apoyo
- Rango: A
- Requisitos: Aburame 10
- Gastos:
  • 2 CK activar (divide regen. de chakra),
  • 5 CK por masa de insectos (máximo 3)
- Daños: 15 PV por ataque con masa de insectos
- Efectos adicionales: (ver descripción)
- Sellos: Ninguno
- Velocidad: -
- Alcance y dimensiones: -
La técnica de la destrucción parásita es una práctica exclusiva del clan Aburame. Cuando los bebés recién nacidos alcanzan la edad de un año, sus cuerpos son ofrecidos a insectos Kikaichuu como anfitriones. Los Kikaichuu se alimentan del chakra del usuario, y el usuario utiliza a los insectos como su arma en combate. El ninja es capaz de comunicarse con insectos, además de los que tiene en su cuerpo, por lo que resultan efectivos para la recogida de información.

Además, los insectos macho pueden oler a la hembra en un radio de quince kilómetros, por lo que son excelentes rastreadores. Tener esta técnica activa garantiza el uso de otras técnicas derivadas de los Kikaichuu, y además permite utilizar varias masas de insectos del tamaño de una pelota de fútbol, que pueden moverse rápidamente para atacar. Si una masa de insectos es herida, no puede volverse a utilizar en tres turnos.
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1
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#68
Ranko sintió algo extraño. Su primera patada logró impactar en el cuerpo de la Uzujin, pero la segunda golpeó algo que no era su cuerpo. Se sintió como si golpeara un arbusto, o una nube de polvo con gravilla. Un intenso dolor siguió a su aterrizaje.

"¿Qué…? ¿Qué rayos fue eso?"

Tardó un instante en darse cuenta de la masa de insectos que rodeaba su pierna, y que pronto se retraía para ir a con Mei.

"¿QUÉ? ¿QUÉ JUTSU ES ÉSE?"

Un fuerte escalofrío recorrería todo su cuerpo, en especial la pierna, la cual sentía arder bastante. No le tenía un asco serio a los insectos, pero el darse cuenta que había pateado una bola de bichos le dio un revoltijo a su estómago. Y no sólo eso, sino que los bichos le habían devuelto el favor, mordiendo o picando, o haciendo lo que hicieren, a su pierna. El dolor y el cansancio ya hacían de las suyas, y no dejaban que se concentrase mucho.

¡M-Mei-san! ¿Q-qué son ésos…? ¿De dónde salieron? ¿Qué...?

Pero su respiración se hizo más y más pesada, y pronto sintió que no podría continuar. Había calculado bien: sólo había podido hacer un par de movimientos más. Mei, a pesar de parecer estar cerca del cansancio, le había superado. Ranko rompió su postura y relajó los brazos. Sus piernas le dolían mucho, y tenía ganas de recostarse sobre la roca agrietada y salpicada de agua ardiente. Se inclinó, apoyando sus manos en sus rodillas, cansada. No obstante, sonreía.

Creo… Creo que a-ahora sí fue suficiente… Para mí.


PV:

15/160

-45Pv

CK:

26/110

+20CK


Fuerza: 50
Resistencia: 30
Aguante: 30
Agilidad: 20
Destreza: 35
Poder: 20
Inteligencia: 20
Carisma: 10
Voluntad: 35
Percepción: 20

— — —

Daño recibido: -45, Kikaichū×3
Posible daño infligido:


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#69
Todo salió según lo previsto, no fue perfecto, perfecto hubiera sido sí no me hubiese comido la patada de Ranko, pero me sentía satisfecha con lo logrado.

¡M-Mei-san! ¿Q-qué son ésos…? ¿De dónde salieron? ¿Qué...?

—¿Ellos?— dudé un momento si contarle o no, ¿estaría preparada para la verdad? —. Es un poco grotesco para algunos, luego te lo contaré— respondí, era mejor así.

El encuentro nos había llevado al limite a ambas, o sino muy cerca del límite, en mi caso, mi respiración seguía agitada y mi cuerpo clamaba porque la tregua no terminase nunca, aunque mis músculo seguían tensos para una nueva ronda. La Coneja fue quien había solicitado que siguiera el enfrentamiento, también fue quien solicitó su cese.

— Me parece bien— me relajé —. ¿Sabes que es lo mejor?— hice una breve pausa para que diera en el clavo, aunque no tardaría mucho en responder —¡Que nos esperan unas gratificantes y relajantes termas!— sonreí.

Sí nada me lo impedía, me dirigiría con Ranko directo a la posada.
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#70
La chica no quiso decirle en un inicio acerca de aquellos bichos, por ser grotesco, así que Ranko no insistió. Mei aceptó terminar el combate, y animó a la Kusajin a volver, pues les esperaban aquellas maravillosas termas.

Ranko concordó con una gran sonrisa y se dispuso a caminar lentamente tras ella, de vuelta a la posada. Sus piernas la estaban matando, pero estaba muy alegre de haber combatido con Mei.

"Kuumi también lo hubiese disfrutado. Creo…"

• • •

Ya era entrada la tarde, y el cielo se adornaba de rojos y naranjas. Un baño rápido después, ya que era tradición bañarse antes de entrar a las aguas termales, y las chicas no estaban tan frescas como antes, Ranko salía de la ducha con una bata que previamente había pedido a Owatatsumi. Por supuesto, el recepcionista le había dado también una mirada de desaprobación al ver su yukata desgarrado.

¿M-Mei-san? ¿E-estaría bien pasar di… directamente a las termas? S-sé que había dicho que quería probar las otras áreas, p-pero… Creo que n-nos caería mejor… ahm… Las aguas termales. Creo.

Aunque no podía evitar sonrojarse, Ranko estaba ahora mucho menos nerviosa que antes. Mei le inspiraba mucha más confianza, como si un combate fuese la prueba para entablar amistad con alguien. Había funcionado con Etsu y con Yota en Kusagakure, y ahora se sentía similar con la Uzujin.
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#71
El firmamento nos regalaba un hermoso cuadro lleno de matices rojizos y naranjas que se iba perdiendo para dar lugar a el azul oscuro, reino de la noche, era un atardecer perfecto, ninguna rompió la magia del silencio hasta que llegamos a la posada. La mirada del recepcionista no fue la única con desaprobación, en la calle alguna que otra persona se nos habría quedando viendo más de lo normal, aunque la de él fue la más descarada, aparentemente Ranko no se dio cuenta de las demás o simplemente no le importó.

La Coneja fue la primera en ducharse, le cedí el lugar así que esperé plácidamente mi turno mientras sentía como ropa seguía empegostada a mi piel, no tardó mucho en aparecer vistiendo aquella bata gruesa y blanca que transmitía pulcritud y yo no dudé en ingresar nuevamente a la ducha.

«Que rico, muero por probar las termas» me dije al sentir como el agua caliente borraba todo rastro de impureza de mi. No duré demasiado tiempo, quería relajarme totalmente en alguna de las termas aromáticas.

¿M-Mei-san? ¿E-estaría bien pasar di… directamente a las termas? S-sé que había dicho que quería probar las otras áreas, p-pero… Creo que n-nos caería mejor… ahm… Las aguas termales. Creo.

—Ya se me había olvidado eso— me había puesto la misma vestimenta que la ves anterior que salí del baño —. Las termas estarán bien, tengo ansias de entrar y también de comer algo, ya se me abrió el apetito jajaja— reí apenada —. Pero eso sí, primero lo primero— y lo primero eran las termas, evidentemente.

Saldríamos de la habitación y entonces descenderíamos por las escaleras y giraríamos en dirección a las termas siguiendo la señalización hacia los baños de mujeres, una vez ahí veríamos que se mantenía la infraestructura tradicional con adornos y muebles de madera, puertas corredizas y demás enseres habituales. Después de dejáramos nuestras pertenencias en la estancia previa, veríamos que el exterior era amplio, el suelo era empedrado y habían pequeñas zonas verdes cubiertas de flores y fuentes, nada más salir veríamos un tres de las termas y las caminaderas seguramente anunciaban que posiblemente habría otra.

—¿A cual entramos primero?— consulté.
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#72
La Uzujin estuvo de acuerdo con dejar la visita al resto de las instalaciones para después, e ir a las termas primero. Mei se alistó de nuevo, y Ranko, con un juego de toallas para cada una en brazos, la siguió por las escaleras hacia el área de baños de mujeres.

El calor de las termas se hizo sentir con suavidad apenas entraron a la zona. El vapor parecía purificar los pulmones, y la roca, limpiar los pies de las chicas. Ya descalza, Ranko dio un par de pasos hacia el área.

¿A cuál? —repitió, pasando su vista por las tres —. Mmm… T-tal vez podríamos comenzar por… por la más cercana… Si Mei-san está de acuerdo, claro.

Afortunadamente, y tal como había previsto Mei hacía varias horas, en el restaurante, no había gente alguna en el área en el que estaban, lo que relajó bastante a Ranko. Sin embargo, hubo algo que le hizo retomar su máscara ruborizada y un ligero temblor en las manos. Ranko caminó con cuidado hacia las aguas más cercanas, y vio que a lo largo de las paredes de madera había variedad de ganchos y repisas.

"Pero si ya dejamos nuestras cosas allá atrás, ¿Por qué ponen…? Oh. OH. Son para las toallas y batas. SON PARA LAS TOALLAS."

Había unos buenos cinco metros entre la pared y el estanque más cercano. Cinco larguísimos metros que tendría que cruzar sin la bata blanca que la protegía de los orbes esmeraldas de Mei. Tragó saliva cual píldora suicida. Se acercó con suma lentitud a la pared y colocó ambos juegos de toallas sobre una repisa, tan delicadamente como si fuesen de cristal. Apretó el borde de su bata, cerca del cuello, con fuerza, como si se ajustara un moño invisible.

¿M-M-Mei-san? —Su voz temblaba tanto que parecía que lloraría de nuevo. Su rostro estaba tan rojo que daba la impresión de haber estado ya en las termas por cinco horas —. ¿P-podría…? ¿Podría c-cerrar l-lo-los o… los ojos? ¿P-por f-f-favor?
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#73
Al abandonar la protección de los vestuarios descubrí que el empedrado tenía una temperatura grata, no estaba ni fría ni caliente, tampoco había olor a azufre, ni nada que se le pareciera, ni viento que pudiera hacer erizar mi piel —La más cercana entonces— me aproximé hacia el agua y noté que había un pequeño anuncio —. Esta de aquí es con hierbas aromáticas, aumentan el efecto relajante del agua caliente, hay una advertencia, algunas personas se relajan tanto que se han quedado dormidas dentro del agua— reí, ¿quién se podía quedar dormido dentro del agua?

Ciertamente el agua de la piscina tenía un color verde claro agradable a la vista, no parecía sucio ni nada similar, en ella flotaban algunos pétalos rosa y alguna que otra ramita —. Tiene buena pinta.

Seguí con mis ojos a Ranko quien se acercaba a la pared con los ganchos, había un buen trecho desde allí hasta el agua —¿M-M-Mei-san? —Su voz temblaba tanto que parecía que lloraría de nuevo . ¿P-podría…? ¿Podría c-cerrar l-lo-los-

Algo blanco y suave cubrió la cabeza, en cuanto ella se lo quitase de la cabeza vería que era mi toalla, yo me encontraba dentro de la terma, en el borde, dando la espalda y con los brazos sobre la piedra —¡Relajate mujer, que no hay nadie!— dije sin verla, pues eso era lo que iba a pedirme.

Sería fácil para ella deducir que le tiré la prenda, quizá se preguntaba cuando, pero también era cierto que sus nervios y pudor le hacían pasar un mal rato...

«¿Dónde estará la que tiene los chorros?»

Alcé la mirada para ver la luna y me sumergí un poco más, lo suficiente como para que el agua llegase hasta mi cuello, también introduje mis brazos —. No sé sí es que estoy muy tensa, o sí esto hace efecto tan rápido, pero se siente muy bien.
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#74
Ranko tardó más preocupándose que Mei entrando al agua. Cuando se quitó la ropa que la chica le había lanzado, la vio de espaldas, ya relajándose. Ver la piel de sus hombros y brazos le hizo tragar saliva de nuevo.

"¡Ella ya lo hizo! Vamos, Ranko, tú puedes. Mei-san tiene razón, no hay nadie. ¡Nadie puede decirte nada sobre tu cuerpo! ¡Nada de qué avergonzarte! Sólo Mei. Sólo Mei." Respiró profundamente y cerró los ojos con fuerza. "Sólo Mei."

Desató la bata y la abrió. Sintió que el tiempo se ralentizaba, que su piel tardaba horas en sentir el vapor, que llevaba días alzando los brazos para colgar la prenda en un gancho, y que le tomaba una semana entera caminar a zancadas hasta el borde del agua. El reloj regresó a su ritmo habitual en cuanto sus pies tocaron el agua, y le hizo saber que no habían pasado más de unos segundos.

Por supuesto, se había agarrado el cabello antes de salir de la habitación, así que se deslizó sin mucho cuidado por él. El agua era de color verde, mas un tono agradable, como si estuviesen en una taza de té gigante. Su cuerpo sintió que la tensión y el dolor de sus músculos comenzaban a evaporarse.

Sí. Se siente... realmente bien. No, sí es de efecto rápido, Mei-san. —Ranko soltó un suspiro.

Afortunadamente, los pétalos y las ramitas que ornamentaban el agua, así como el color de la misma, ocultaban lo suficiente tanto su cuerpo como el de Mei, y sólo se distinguía una figura temblorosa bajo el agua. Ranko volteó a ver a su compañera justo cuando descendía un poco más en el agua. Apartó la mirada casi al instante, la mitad del rojo de su cara se debía a la temperatura; la otra mitad, a la chica que tenía a un metro de distancia.

Una parte de su mente daba la orden a su cuerpo de tensarse. Otra, que se rindiera ante las aguas termales y se relajase. Respiró profundamente, y el aroma y el vapor limpiaron sus pulmones. El agua le llegaba hasta los hombros.

Y-yo… —comenzó, aunque no sabía por qué había hablado. Su mente trabajó al mil por hora para invocar una idea de la cual hablar —. M-me seguía preguntando sobre esos… e-esos insectos. ¿Son… Son como… un Pacto Animal? L-lo siento si es una pregunta imprudente…

"¡Agh! ¡Muy bien, Ranko! ¡Hablando de bichos en un lugar tan relajante! ¡Perfecto! ¿Y si te ahogas aquí de una vez?"
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#75
Lo que para Ranko fue un sufrimiento eterno, para mi fueron unos escasos segundos que se demoró en entrar en el agua, ni más ni menos, tampoco le di la misma importancia que ella a un asunto tan banal como ese. Indistintamente de si La Coneja permitía relajarse, como sí no, no me importaba en lo más mínimo, yo si cedí mi cuerpo al agua, al calor, a las hierbas, poco después sentí el efecto reparador, cerré los ojos y me despegué de la pared, floté sin dirección alguna con mi cuerpo semi-sumergido.

M-me seguía preguntando sobre esos… e-esos insectos. ¿Son… Son como… un Pacto Animal? L-lo siento si es una pregunta imprudente…

No abrí los ojos y tardé un par de segundos en responder —.Tranquila, no eres la primera ni serás la última— no eran las palabras más amables para decir, pero sí las más sinceras —. Sí, podría decirse que es un pacto animal— confirmé primeramente, y seguramente vendrían más preguntas en cadena —. Viven dentro de mi— esa era la respuesta a la próxima pregunta, me adelanté a los hechos, sonaba seria, pero no tajante, más bien relajada —. A muchos no les gustan, ¿qué dices tú?— pregunté para incorporarme y clavar mis luceros en los suyos.

El ruido de la puerta corrediza abriéndose no escapó a nuestros oídos, le siguieron el de varios pasos sobre la roca, aquello haría que las alarmas de Ranko sonasen a un volumen estruendo, recordó que estaba en una piscina, desnuda, con desconocidas desnudas, que entablarían conversación, pedirían su opinión y que esperarían sus respuestas, tendría firmemente su atención, y no podría escapar sin demostrar su feminidad ante ellas...

Unos segundos más tardes verían un trío de mujeres pasar cerca de la terma, dos jóvenes y una mayor, todas vestían la misma bata bata blanca, esa que ofrecía el hotel.

—Por aquí abuela, por aquí está la piscina con chorros, ¡dicen que el agua cae desde las fauces de los dragones!— emitió con cierta emoción.

—Eso espero, la espalda me está matando.

La tercera avanzó sin decir nada.
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