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Otoño-Invierno de 221

Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.
#1
Primera Flor, Primavera del año 218.

Se podía vislumbrar dos figuras en el centro de la calle principal del humilde pueblo llamado Ushi, dedicado a la ganadería.

Una de ellas era un campesino de aspecto dejado, cabello corto y negruzco, barba de unos pocos días, facciones rechonchas acompañadas de una gran nariz, en concordancia con su portentosa barriga, producto de demasiadas jarras de cerveza. Sus ropajes, visiblemente desgastados, eran de baja calidad, típicos del campesinado. A su vera descansaba un carro de madera desprovisto tanto de carga como de animal que tire de él.

La otra figura pertenecía a un joven de cabellos también azabache. Por su forma de vestir y porte, cualquiera con dos dedos de frente sabría que no era un campesino. Es más, el hitai-ate en su frente le delataría como shinobi de la Hierba. Los que ya se habían topado con el muchacho lo reconocerían como Uchiha Ralexion, vestido con su ya habitual conjunto de fatigas, tan oscuro como sus ojos. A la cintura su portador de objetos, y a la espalda una mochila de viaje.

Parecía que el trabajador de la tierra y el ninja estaban discutiendo, a juzgar por sus expresiones y su tono sensiblemente alzado. Algún que otro habitante del pueblo se giraba para dedicarles una mirada curiosa cuando atravesaba la calle y reparaba en la presencia del dúo.

¡Pero si es que ya te he pagado, y me dijiste que hoy, a esta hora, podríamos partir, joder!

¡¿En qué idioma te lo tengo que decir para que me entiendas?! —el hombre gesticuló exageradamente— ¡Hoy no puedo, mañana! ¡Mañana te llevo en brazos si quieres, pero hoy no puedo!

El Uchiha arrugó la nariz y se cruzó de brazos.

Maldita sea... ¡devuélveme el dinero! ¡Volveré caminando yo mismo si hace falta, pero no me puedo quedar otro día aquí!

¡¿Devolverte el dinero?! ¡CLARO QUE SÍ, AMIGO! ¡Mañana te llevaré tal y como prometí o mi nombre no es Hidetatsu, o sé un criajo impaciente y pierde tu dinero, a mí me da igual!

¡Maldito timador...! —el moreno le señaló con el índice de la mano derecha— ¡Tienes suerte de que lleve prisa y no me pueda permitir problemas ahora mismo, o te juro que te obligaba a devolverme lo que es mío...!

El hombre giró el rostro hacia la izquierda y escupió. Sabía que los shinobi eran extremadamente peligrosos y no le merecía la pena enfurecer en demasía al Uchiha por un puñado de monedas, pero por otro lado era consciente de que Ralexion no podía atacarle sin motivo aparente. O contaba con ello, al menos.

Mañana, aquí, a la misma hora —giró sobre sus talones y se marchó con grandes zancadas, dejando al Uchiha solo y zanjando el tema de forma unilateral.

¡Hay que joderse...!

Ralexion no estaba de servicio, a pesar de que llevaba encima el protector de Kusagakure para que se le identificase como shinobi fácilmente. Ya llevaba cinco días siguiendo un rastro que, al final, parecía haber quedado frío. Se había enterado por casualidad de unos rumores que aseguraban que una banda de bandidos especialmente sanguinaria había sido avistada en la zona. El joven tenía que saldar unas cuentas con ellos, unas extremadamente personales...
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#2
—No logro entenderlo, sí te querías dedicar a la agricultura, ¿por qué trabajas con ganado?— Pregunté con la finalidad de escuchar una respuesta lógica a aquello, técnicamente me decía que estaba trabajando en ello por obligación.

—No lo entenderías... Es complicado y herencia familiar, aunque una parte de mi familia también quería ser agricultor, tenemos buenas tierras para ello.— Respondió mientras embolsaba los productos. —Es carne fresca y la mejor, espero que vuelvas por aquí, estamos siempre a la orden.— Manifestó con una sonrisa.

—Bien, a lo mejor la próxima vez que vuelva logre entender por que todos aquí, o bueno la mayoría, querían ser agricultores y en realidad son ganaderos jeje.— Reí y dejé las monedas necesarias para pagar el precio de lo que me llevaba. —Nos vemos.— Sin más que decir tomé el paquete y comencé a caminar por las calles de Ushi.

Seguí con paso tranquilo viendo por los alrededores algún lugar de interés, quizá algo más para llevar, sin embargo, mis pensamientos se vieron opacados por la algarabía de unos hombres gritando, como toda persona normal mi atención fue captada y entonces como vi que era el camino a seguir me dirigí hacia allá, me iría enterando de la situación en que estaban envuelto, no por interés, pero sí noté algo que llamó aún más mi atención, la imagen de un muchacho pelinegro que se me hacía conocida.

—Que alboroto estás haciendo, Uchiha Ralexion.— Comenté una vez el otro hombre se había marchado, y al igual que este, mi bandana estaba cubriendo mi frente.
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Byakugo no In: Inicio 19/04/2018

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#3
El muchacho se encontraba cruzado de brazos, la mirada sobre el suelo, murmurando para sí mismo. A juzgar por su expresión, no era nada bueno, como cabía esperar tras un desacuerdo y discusión así. Aquella voz ajena le condujo a alzar la mirada, ahora con un semblante más curioso que otra cosa. Para su palpable sorpresa, reconoció el rostro del otro shinobi.

Oh, hola —afirmó con un tono relativamente neutral—. Sí, ¿nos conocimos en el Dojo de Hisui-sensei, verdad? ¿Keisuke...?

El moreno no era demasiado diestro a la hora de recordar nombres de personas recién conocidas, un hecho que le metía en más de un aprieto, como el actual. Esperaba haber acertado, o la incomodidad social resultante de su error se le haría insoportable. Para mayor inri, solo estaba medio seguro del nombre, ni rastro del apellido, lo cual era, como poco, de mala educación.
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#4
—Efectivamente.— Confirmé el lugar en donde nos habíamos conocidos. —Inoue, Inoue Keisuke.— Me presenté nuevamente en vista que él no lograba recordar mi apellido, no podía culparlo, aún no escuchaba a alguien más con mi mismo apellido, sin embargo, yo ya había escuchado tres personas bajo su apellido, de Uchiha.

—No quiero sonar grosero ni nada por el estilo, pero entenderás que todos pudimos enterarnos de lo que conversaban...— Expliqué brevemente. —¿Qué ha sido todo eso?— Pregunté con un poco de curiosidad, ¿ciertamente le habrían timado?

—Quizá podamos buscar un lugar más tranquilo y en donde no estemos atravesados.— Sugerí cuando recordé que estábamos en medio de la calle.
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Byakugo no In: Inicio 19/04/2018

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#5
Ah sí, Inoue-san, disculpa mi mala educación —Ralexion le dedicó una frugal reverencia, buscando resarcirle.

El shinobi suspiró largo y tendido, expulsando toda la ira que llevaba encima, transformándola en cansancio en el proceso. Asintió a Keisuke un par de veces, con los ojos cerrados y expresión descontenta.

Meh, qué demonios, ahora mismo tengo tiempo de sobra —se encogió de hombros—. Sígueme, sé dónde podemos hablar.

El Uchiha se puso a caminar en dirección contraria a la que había llegado Keisuke. La vía los llevó hasta una explanada de grandes proporciones, utilizada primariamente por los ganaderos para hacer pastar a sus animales. A lo lejos se podía observar un rebaño de vacas campando a sus anchas, disfrutando de la hierba. Alejados unos cuantos metros de estas estaban un granjero y su perro, vigilándolas.

El kusajin continuó la marcha hasta aproximarse a una árbol de grandes proporciones enraizado a la derecha del camino. Se sentó, aprovechando su robusto tronco como respaldo. Suspiró de nuevo y comenzó a narrar su historia:

Estos días han sido una mierda, la verdad... estoy siguiéndole el rastro a un grupo de bandidos, pero siempre que creo que estoy a un paso de dar con ellos, se desvanecen. Quizás es mentira que están por la zona, a estas alturas no descarto nada —se recostó—. Estaba pensando en volver a Kusagakure, le pagué a ese tipo para que me llevase en carro y ahorrarme la mayoría de la travesía, pero como te puedes imaginar, acordamos que la partida sería hoy y tras agarrar mi dinero ahora me insiste en que mañana... estoy atrapado aquí hasta entonces.

Chasqueó la lengua.

¿Y tú qué tal?
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#6
—Tranquilo, no pasa nada.— Comenté restandole importancia al asunto.

Rápidamente el semblante de Uchiha cambió, su cara demostraba cierto cansancio y cierta resignación... Indistintamente de su estado de ánimos aceptó dedicar su tiempo a charlar conmigo por un par de minutos, o el tiempo que fuera necesario, puesto que ahora tenía de sobra.

Me puse en marcha y seguí sus pasos, no dije nada en el trayecto, simplemente me quedé observando el panorama a nuestro alrededor, pude observar con claridad una planicie de pasto verde, a lo lejos pude notar como un grupo de vacas eran custodiadas por un granjero y un canino; nada fuera de lo común. Terminaríamos llegando a un roble de tamaño considerable y raíces prominentes, aproveché una de las mismas para sentarme y mirar al pelinegro esperando a que empezara a relatar.

—Entiendo, ya vas de vuelta a tu aldea...— Comenté pensando en el grupo de vándalos, seguramente se dedicaban a la extorsión, robo, sicariato o contrabando, era lo más común. —Quién diría que un grupo como ese se oculte en pueblos tan tranquilos como este.— Dije al ver el campo minado de hierba a nuestro alrededor, al sentir la caricia del viento y la tranquilidad del ambiente. —Seguramente envíen un equipo de rastreo para deshabilitarlos.— Manifesté con sinceridad.

—Lo mío es más trivial...— Miré directamente al de ojos negros.—Le debía un favor a un colega y traje un paquete a un familiar de él, aproveché que estaba por aquí y decidí comprar carne, es más barata por estas tierras.— Y entonces levanté la mano dejando ver la bolsa en dónde tenía el trozo de res.

—¿Hay algo interesante por aquí? Algo que ver, un lugar para visitar... No sé.—
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Byakugo no In: Inicio 19/04/2018

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#7
Espero que no pasen por aquí... esta gente no se lo merece —afirmó con tono lúgubre, consciente de lo que ese grupo era capaz—. Me temo que la aldea no va a mandar a ningún equipo, que yo sepa. El Daimyō no está interesado y ningún cliente particular ha pagado por su captura o eliminación. El ejército debería de ocuparse de mantener la paz pero... son unos inútiles.

»Yo mismo pagaría como cliente particular, pero NUNCA ando bien de pasta. Así que aquí ando... buscándolos yo mismo.

Así remató su relato. A continuación escuchó sobre las andanzas de Keisuke, mucho más mundanas y pacíficas que sus problemas personales. El médico le preguntó al Uchiha sobre la zona, si conocía algún punto de interés que mereciese la pena visitar. Ralexion lo miró con neutralidad.

Ni idea, aparte de la carne —se encogió de hombros—. Es la primera vez que vengo por aquí.
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#8
—Entiendo, es una lástima...— Dije con cierto pesar al saber que nadie había solicitado su captura, o nadie se había propuesto a pagar para su exterminio. —¿Este grupo te ha hecho algo en particular?— Disparé directo, sin saber sí estaba abusando un poco.

—Digo, estamos en el País del Espiral, debería competerle sobre todo a Uzushiogakure, pero aquí estás tú, un shinobi de Kusagakure, detrás del rastro de unos vándalos, queriendo hacer justicia por ti mismo.— Expuse rápidamente para explicar mi punto de vista. —Comparto tu sentimiento por el sentido de la justicia, pero no sé sí iría a hacerla por mi propia cuenta a otro país, no sí no tengo ningún motivo.— Entonces le miré directamente a sus ojos. —Entonces, ¿hay un motivo?

Esperé a que respondiera a mi arremetida y luego pensé un poco en lo que había dicho con anterioridad. —Ese rastro que dices que seguías, ¿a dónde llevaba? Quizá ibas en la dirección correcta.—

"No soy un buen rastreador... No creo poder ayudarle."
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Byakugo no In: Inicio 19/04/2018

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#9
Ralexion se aclaró la voz. Dudaba entre ser franco con su interlocutor o mantener las distancias y ahorrárselo. Tampoco perdía nada por ser sincero, realmente. Además, Keisuke parecía haberse percatado de que el Uchiha no perseguía a ese grupo de maleantes por puro altruismo, dada su pregunta tan directa. Si no le daba ningún argumento de peso resultaría obvio que estaba ocultando algo, un hecho que no le agradaba.

Bueno, no sé qué historial tendrán las autoridades de este país sobre el grupo, yo hablabla del mío —aclaró, lacónico—. Mi motivo es que estos salvajes atacaron la aldea en la que solía vivir antes de acabar en Kusagakure. Es una larga historia.

No mintió, pero tampoco entró en detalles. El Uchiha se sintió satisfecho con algo así, breve. A pesar de que había pronunciado una única frase, ya le costó mantener a ralla la ira que le aplastaba el pecho cuando pensaba en los bandidos responsables de la destrucción de Uji y la muerte de tantos de sus seres queridos, amigos y conocidos.
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#10
No sabía sí había sido demasiado directo con él, sobre todo porque no teníamos una relación de amistad u algo por el estilo, simplemente nos conocíamos de vista y ahí estaba yo, haciendo aseveraciones sin estar totalmente seguro, porque... al fin y al cabo, ¿a mi qué me importaba eso? No obstante, Uchiha carraspeo para proceder a decir algo a tan descarada arremetida.

—En conclusión, estamos hablando de una venganza.— Dije con sinceridad. —¿No?— Mis orbes buscaron la suya esperando una confirmación, quería estar seguro de mis planteamientos. —Personalmente, creo, que nunca he sentido la necesidad de vengarme de alguien, hay que sentir cierto odio hacia esa persona, grupo de personas o lugar o lo que sea...— Comenté sin importar la respuesta del pelinegro.

—Y bueno, tengo un poco de tiempo, sí gustas en narrar tu historia, soy todo oídos, sino, no hay problema.— En realidad no tenía ningún apuro en marcharme de Ushi, podría partir en un par de horas, o incluso mañana.
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