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Otoño-Invierno de 221

Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.
#16
Los dos entonces continuaron con su trabajo, sacando una a una las zanahorias de aquel campo y colocándolas en sus respectivas cestas. El granjero, más experimentado, llevaba un ritmo superior al del genin, por lo que, al fin y al cabo el trabajo de la misión no sería tan tedioso para Kuranosuke, o eso pensaba él.

Llevaba un rato recolectando raíces, la espalda empezaba a dolerle de la postura que estaba manteniendo, cuando, de repente, trató de sacar una zanahoria, siguiendo el procedimiento que había estado utilizando todo aquel rato, pero esta vez, el vegetal no cedió, podía usar toda su fuerza pero no se movía más que unos pocos milímetros.

Si esperaba unos pocos segundos podría ver como las hojas de la zanahoria comenzarían a moverse por su cuenta, como si algo o alguien estuviera moviéndolas desde debajo de la tierra.
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#17
El trabajo estaba resultando todavía más pesado de lo que Kuranosuke se había imaginado. El ritmo de su respiración se estaba comenzado a perturbar con ligereza. A pesar de que extraer una sola zanahoria se le hacía sorprendentemente sencillo, y la recolecta no era, en general, una actividad de gran exigencia física, realizar las mismas mociones una y otra vez bajo el sol se iba convirtiendo gota a gota de sudor en una tediosa tortura.

Mas lo que le ocurriría a continuación le arrebataría sus preocupaciones de inmediato, pero solo sería para reemplazarlas por otras de manera que solo podía describirse como grosera.

Una de las hortalizas se negó a abandonar el lecho de tierra que la cubría. Kuranosuke se mantuvo perplejo durante unos momentos, barajando la posibilidad de que sus fuerzas se hubieran extinguido de manera furtiva. Pero cuando le dió otro tirón al vegetal, sintió en sus carnes que no se trataba de una falta de potencia por su parte, algo impedía el escape de la zanahora.

Entonces las hojas de la ya mencionada se movieron por su cuenta, sin que el tuerto interviniese. Excesivamente intrigado, Kuranosuke trató de dar con la raíz del problema apartando toda la tierra alrededor de la hortaliza que le resultara posible.
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#18
Al genin no le haría falta excavar demasiado profundo, pues cuando apenas había alcanzado la mitad de la raíz, pudo observar como un pequeño animalillo de color negruzco se encontraba aferrado a la zanahoria, con todas sus fuerzas y posiblemente aquello era lo que le impedía sacar el vegetal de su lugar en la tierra.

El animal apuntó su hocico entonces a Kuranosuke, moviendo rápidamente el morro, dejando claro que estaba olfateando a quien fuera que le había sacado de su oscuro y húmedo hogar en el que se estaba dando un gran festín a costa de la plantación de Tsu, que se encontraba en el otro extremo del campo tan tranquilo llevando a cabo la tarea de recolecta.

Una vez el topillo había reconocido el ambiente, se soltó de la raíz anaranjada y se marchó bajo tierra, no dejando pista alguna a excepción de la zanahoria mordisqueada que ahora tenía el Sakamoto en su poder.
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#19
El único ojo de Kuranosuke se abrió de inmediato, mostrando un tinte de sorpresa, cuando se percató de la presencia del animal. No estaba del todo seguro de lo que había visto, pero le parecía buena idea asumir que se trataba de algún tipo de roedor, y lo que era peor: un ladrón de hortalizas.

Con la zanahoria mordisqueada todavía entre los dedos de su mano derecha, colgando por las hojas superiores que hacía un momento asomaban entre el suelo de cultivo, el muchacho se dirigió con potentes zancadas al dueño de la finca.

Disculpe mi interrupción, Niwashi-dono, pero parece ser que tiene al menos un invitado no deseado en sus tierras de cultivo —le indicó con neutralidad, sosteniendo en alto la hortaliza roída para que pudiera verla con claridad.
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#20
Kuranosuke, dada la situación tomo la decisión más lógica y se dirigió rápidamente hacia el señor Niwashi, que se encontraba bastante entretenido recolectando a la vez que canturreaba una canción con un ritmo, sin duda pegadizo.

Disculpe mi interrupción, Niwashi-dono, pero parece ser que tiene al menos un invitado no deseado en sus tierras de cultivo

El hombretón centró su atención en el joven y, justo cuando terminó de hablar, en su mano, que sostenía una de sus preciadas zanahorias con claros signos de haber sufrido un ataque por parte de algún animal de pequeño tamaño.

Ese pequeño cabrón... — Masculló el granjero, aunque de seguro que el genin fue capaz de escucharle. — Verás Kuranosuke-san, resulta que, desde hace un tiempo hay un topillo que se dedica a comer de mis cultivos, y no solo se come uno o dos vegetales y ya está, se dedica a ir mordisqueando y arañando todo lo que puede. — Explicó lo más rápido que pudo.

En ese momento en hombretón se echó la cesta a la espalda, y se dispuso a emprender la marcha.

Acompáñame muchacho, me vas a ayudar a atrapar a ese pequeño roedor, ¿te parece? — Preguntó por pura cortesía, porque daba por hecho que el chico le ayudaría, por lo que se dirigió a toda velocidad de nuevo a la caseta, para preparar todo lo necesario para dar caza al ladrón de su huerta.
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#21
A juzgar por sus facciones y acaloradas palabras, el fornido campesino no era extraño a la presencia del pícaro roedor. Tsu le narró que la alimaña le había estado atormentado ya desde hacía un tiempo, dedicándose a destrozar sus cultivos con más ahínco que un berserker con sed de sangre.

En definitiva, una situación de lo más desafortunada. A Kuranosuke no le agradaban los parásitos como ese.

Parecía que su cliente y supervisor se sentía dispuesto a dar caza al topo. Con suma celeridad preguntó al tuerto si estaba dispuesto a ayudarle. De inmediato, el genin asintió con firmeza.

Por supuesto —lanzó la zanahora roída al interior del cesto que llevaba a la espalda.

Ahora ambos se dirigían de vuelta a la cabaña, para quizás poner en marcha un plan que por ahora solo el campesino conocía...
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#22
Por supuesto

Desde luego Tsu no podía estar más contento con el genin que le habían asignado para que llevara a cabo aquella misión, no había puesto pega alguna, aunque también era cierto que el hombre había tratado de ser lo más agradable posible, por lo que asintió y tomó de nuevo el camino a la caseta seguido por el muchacho.

De nuevo se encontraron en el interior del inmueble, con su decorado básico y su aspecto algo triste, pero la energía que desprendía el gigante granjero lo abarcaba todo y parecía mucho más cálido. Y, como la vez anterior, se internaron en la sala de herramientas agrícolas.

¡Sabía que me sería útil antes o después!

Y tras esta exclamación, tiró de una especie de manta blanca que cubría lo que parecía ser un soplador de hojas, aunque algo más moderno.

Bien muchacho, ésto de aquí se trata del Succioneitor 3000, importado directamente desde Amegakure. — Presentó Tsu. — Es capaz de absorber todo lo que se encuentre a su paso y que no mida más de 30 centímetros, por lo que ese animalillo no será capaz de resistirse, solo nos queda encontrarlo para poder cazarlo, por lo que nuestra misión ahora es averiguar donde se esconde ese maldito ladrón, ¿tienes alguna idea? — Preguntó el hombre.
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#23
De vuelta en el almacén de herramientas, el granjero desveló un llamativo artilugio de una forma algo excéntrica. Kuranosuke no había reparado antes en el misterioso bulto oculto bajo la manta, demasiado concentrado en cambiarse de ropa lo antes posible. Afortunadamente para él, ahora ya no necesitaba preguntarse qué había ahí, oculto en la sábana, ni lo había hecho antes al no ser consciente de su existencia.

El señor Niwashi lo había llamado "Succioneitor 3000", una denominación que le producía una sensación desagradable a Kuranosuke por motivos que no llegaba a comprender.

En cualquiera de los casos, el granjero se mostraba más que confiado en las capacidades del aparato. Mientras fuera capaz de localizar al topo, el referido haría el resto. El tuerto no encontró motivos para protestar o sugerir otro plan de acción.

Y ahora Tsu se preguntaba dónde podría estar la alimaña, pidiéndole sugerencias a Kuranosuke.

Me temo que no conozco el terreno ni los hábitos del "ladrón" en profundidad pero, yo diría que masticando alguna hortaliza del huerto en este precisto instante, si es tan dado a destrozar sus cultivos como dice. Eso, o el hecho de que lo descubrí lo habrá asustado, como ya dije —reflexionó—. Podríamos peinar el perímetro, y en caso de que no demos con él... quizás podríamos tenderle una trampa, ponerle algún tipo de cebo.
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#24
Me temo que no conozco el terreno ni los hábitos del "ladrón" en profundidad pero, yo diría que masticando alguna hortaliza del huerto en este precisto instante, si es tan dado a destrozar sus cultivos como dice. Eso, o el hecho de que lo descubrí lo habrá asustado, como ya dije —reflexionó—. Podríamos peinar el perímetro, y en caso de que no demos con él... quizás podríamos tenderle una trampa, ponerle algún tipo de cebo.

El granjero suspiró y se llevó una de sus manazas al mentón, tomando una pose pensativa que, hasta el momento, no había demostrado en ninguna ocasión.

Sí... creo que llevas razón... — Empezó el hombre y, rápidamente, su rostro cambió, se notaba que se acababa de acordar de algo. — Ahora que lo pienso, hace un tiempo dando una vuelta por los alrededores vi lo que podía ser una madriguera, pero no encontré nada dentro, quizá si nos acercamos hasta allí podamos averiguar algo más. — Propuso Tsu, que rápidamente se incorporó con el Succionneitor 3000 al hombro y salió a toda velocidad de la casa, instando al joven muchacho a que lo siguiera.

...

Caminaron durante unos minutos, alejándose ligeramente del lugar del que provenían y adentrándose en lo que parecía ser un prado virgen, en el que nadie había decidido cultivar ni construir nada.

Vale, tiene que estar por aquí cerca, no recuerdo muy bien donde estaba exactamente, así que tendremos que buscarla, avísame si ves algo, no será más que un pequeño agujerillo tapado con algunas ramas u hojas secas. Manos a la obra.
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#25
El grandullón recordó que en un momento no especificado del pasado había dado con lo que parecía ser la guarida de un animal, pero sin habitante alguno. Quizás ese fatídico descubrimiento significaría la perdición del topo. Solo podrían saberlo si iban hasta allí en busca de su presa.

Kuranosuke ladeó el rostro de forma afirmativa y se puso en marcha, siguiendo la estela de Tsu.

***

Ya en la extensión de tierra sin dueño donde quizás se escondía el animalillo, el agricultor le ordenó que tratara de dar con la madriguera. Así pues, se separaron, cada uno por un lado, en busca de aquello que deseaban.

El muchacho se aseguró de caminar con precaución y lentitud, fijándose en cualquier detalle extraño que observara en el suelo, así como haciendo todo lo posible para no alertar al roedor de su posición.
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#26
Los dos, granjero y genin, se separaron para peinar la zona con sumo cuidado, tratando de, que en caso de que el topillo se encontrara por aquel lugar, éste no saliera corriendo, por lo que ambos caminaban tratando de hacer el menor ruido posible y con todos sus sentidos puestos en la búsqueda.

Al poco rato de haber comenzado el rastreo, Kuranosuke, sin darse cuenta piso lo que, a ojos inexpertos, parecería un montón de hojitas secas que se encontraban casualmente allí, pero, para su desgracia, el pie del muchacho se hundió, aproximadamente, unos diez centímetros, aunque no le ocasionó ningún daño, toda su estrategia del sigilo se acababa de ir al garete dado que, literalmente, había metido la pata en la madriguera.
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#27
Un error deshonroso, un error que les complicaría la tarea entre manos.

Había metido la pata. Literalmente.

En primera instancia dejó escapar un ahogado gemido de sorpresa. Segundos más tarde cayó en la cuenta de lo que había hecho. Sí, había dado con el escondrijo, tal y como querían, pero de una manera muy distante a la planeada. Se apresuró a sacar la pierna del hoyo como si le fuera la vida en ello.

Lo he encontrado, Niwashi-dono —exclamó a sabiendas de que el tiempo del sigilo había pasado—Disculpe mi torpeza... esto es terriblemente deshonroso.

Más que ansioso de enmendar el patético desliz cometido, el tuerto examinó con atención lo que quedaba de la madriguera, en busca de algo que le pudiera ayudar a rastrear al topo.
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#28
Lo he encontrado, Niwashi-dono —exclamó a sabiendas de que el tiempo del sigilo había pasado—Disculpe mi torpeza... esto es terriblemente deshonroso.

El hombre se acercó a Kuranosuke, moviendo la mano en un gesto que claramente trataba de quitarle importancia al asunto, quizás no había sido la mejor manera, pero habían encontrado lo que habían ido a buscar, ahora solo tenían que pensar en un plan para hacer salir al topillo y capturarlo.

Bien, he traído una de las zanahorias, ¿que te parece si la dejamos justo a la salida de la madriguera? A ver si pica y sale, y en ese momento... ZZZZZUUUP! — Hizo como si e Succioneitor 3000 comenzara a funcionar
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#29
Al hombre no parecía haberle molestado el tropezón tanto como al propio Kuranosuke. Tsu podría perdonárselo, pero excursarse a sí mismo le resultaría mucho más complicado. Tomó nota mental de su error y se planteó un entrenamiento especialmente duro cuando hubiera rematado la misión.

Pero ya se preocuparía de ello en otro momento. Debía retornar al presente y ocuparse de la tarea entre manos. Su compañero, cliente y supervisor no se mostró desalentado. Sugirió colocar una trampa para el topo, a ver si picaba.

Merece la pena intentarlo, quizás no se encontraba en su madriguera en ese momento.
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#30
Merece la pena intentarlo, quizás no se encontraba en su madriguera en ese momento.

El joven, a pesar de aceptar el plan del hombre no parecía estar del todo contento con el error que acababa de cometer, incluso habiéndole restado la poca importancia que tenía. Aún así, el granjero prefirió no seguir hablando del tema y centrarse en la tarea que estaban llevando a cabo, colocando parte de una zanahoria cerca de la entrada a la madriguera.

Vale, ahora solo tenemos que esperar aquí sin hacer el más mínimo ruido. — Explicó, colocándose en lo que podría considerarse un punto ciego, ya que al salir de la madriguera, les daría la espalda.

...

Pasó un rato largo en el que ninguno de los dos había hablado ni había hecho ningún ruido cuando, en el momento que parecía que la paciencia se iba a agotar pudieron ver como un pequeño hocico asomaba por la madriguera, olisqueando la zanahoria.

¡AHORA! — Exclamó el hombre, pulsando el botón que debería poner en marcha el aparato que llevaba al hombro.

Pero nada.

¡Mierda, a por él muchacho! — Indicó Tsu, dando a entender que Kuranosuke, al ser más pequeño, podría meter los brazos por la madriguera y atraparlo si se daba prisa.
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