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Otoño-Invierno de 221

Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.
#1
Como una brisa de verano que viaja tardía, tanto que ha llegado en primavera o que bien se ha adelantado demasiado, la tarde lucía calurosa. Curiosidades de la vida, pues el clima en sí no había cambiado. El cielo estaba tan nublado como de costumbre, y la lluvia no cesaba en absoluto. En la calle, el frío era la rutina.

¿Cómo va a ser entonces que hiciese calor si bien fuera hacía frío? Sencillo, el torreón de la academia se caracterizaba por servir de práctica a los genin en medios climáticos drásticos, lo cual le servía para endurecerlos. Igual que había tormentas, aguaceros, y vendavales, existían los polos opuestos ofreciendo tormentas de arena, calurosas dunas, e insoportables terrales.

Nada que un buen shinobi o kunoichi sea incapaz de soportar.

*PLUFF*

Un golpe seco resonó en una enorme sala que parecía desierta, a excepción de una chica de cabellera blanca como el mármol.

Kyah!— Acompañó en un grito, a la par que una rápida exhalación.

La sala tenía las paredes de color grisáceo, y numerosos sacos de boxeo colgado de manera aleatoria por la superficie de ésta. A parte de eso, poco mas había en la sala. Una puerta de color marrón dando entrada, y una de color verde dando salida, y paso al nivel 2 del torreón. Eso sí, había unos conductos de ventilación que no paraban de soltar aire a temperatura infierno. Tan cálido era el aire, que a un dragón se daría hasta una ducha fría.

Pero allí estaba ella, una Sarutobi de pies a cabeza, adicta al calor o al entrenamiento, a saber.

Claramente lo era al entrenamiento, pues no paraba de golpear el saco. Marcaba los golpes con contundencia, haciendo que el saco de boxeo se moviese continuamente. A excepción de los golpes y las exhalaciones de aire, lo único que sonaba en la sala era el chirrido de la cadena desde la que colgaba el mencionado saco.

Derecha directo, izquierda croché, derecha gancho, rodillazo izquierdo, y terminó con un lowkick que desestabilizó por completo al saco de boxeo. Con un rápido movimiento, se separó la chica del saco, y mantuvo las distancias para evitar ser arrollada. Pasó la mano por su frente, y se secó el sudor que comenzaba a caer hacia sus ojos.

Ufff....

Realmente odiaba las semanas pares, que eran las semanas en que entrenaba bajo condiciones climáticas calurosas. Pero en fin, quien algo quiere, algo le cuesta. Éste era su camino hacia su objetivo, al menos parte de él.
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#2
Uaaaaaaaaaaaaaaaah... ¿Porque demonios hace tanto calor aqui dentro?...

Para variar un poco, Len se hayaba en los pasillos de la academia, sin dar un palo al agua y quejandose de lo primero que le venia a la mente. ¿Trabajo duro? Es decir ¿sudar? Eso iba casi contra sus principios... Mas bien simplemente odia sudar, la ultima vez fue acarrear varias pesadas cajas con su debil cuerpo y segun él: "Casi muero ahogado entre mi sudor y a la vez de deshidratación" el chaval nacio con grandes dotes de actor se podria decir... Caminaba por los pasillos de lo que el llamaba "El pasillo de los horrores climaticos" mientras sus quejas no cesaban; tiraba con el indice de su mano izquierda del cuello de su camisa, haciendo visible la mitad de su palido torso mientras con la mano derecha la agitaba levemente dandose aire sacando ligeramente la lengua. Otros estudiantes que le sacaba casi dos cabezas, comenzaron a cuchichear, hasta que finalmente el más alto de ellos, de pelo oscuro y ojos marrón, se le acerco con un insinuoso rostro mientras acariciaba su mentón con la mano derecha, pasaba el indice junto el pulgar varias veces por los laterales de su mandibula, caminando hasta acorralar a Len contra una pared, por instinto y confusión, Len se ruborizo y levantó las manos como si contra quien estuviera fuese un policia que le iba a detener.

Jejeje... ¿Se puede saber que hace una monada como tú aquí? Deberias volver a casa, no vaya a ser que lastimes ese bonito cuerpo. Yo te puedo acompañar si quieres - Dijo el alto genin con algo de lujuria en su rostro.

O-Oh... S-Senpai yo.. no se que de- -Como es habitual en sus tonterias, siguio el juego un rato hasta que finalmente, escucho las palabras clave- ¡¿PERO TU ESTAS TONTO CHAVAL?! ¡¡ALEJATE DE MI MALDITO!! ¿¡ES QUE NO TE DAS CUENTA!? -Len le soltó un puñetazo en la cara el cual ni si quiera hizo un rasguño en el rostro de su agresor.

¡¿Q-Que?! ¡¡SERA UNA BROMA!! ¿¡Me habeis engañado!? -Junto con todo el jaleo, los dos compañeros del chaval castaño comenzaron a reirse de él; quien respondió de muy mala gana agarrando a Len del cuello de su sudadera

¡¡Sueltame maldito gorila!! -Constestó audaz mientras era levantado del suelo, el abusón abrió una de las puertas de las habitaciones, arrojando a Len con fuerza contra una de las paredes.

¡Ahi te quedas, maldito degenerado, deberia darte vergüenza ser tan afeminado! -Grito a Len mientras caia rodando por el suelo, hasta chocarse contra una pared, quedando tendido en el suelo con la cabeza apuntando hacia la entrada, dio un portazo, y se marcho farfullando con sus compañeros

Como si fuese culpa ser tan bello... -Dijo en voz alta para si mismo cerrando los ojos y mirando hacia el lateral izquierdo con una sonrisa y ligera ruborización- U-Ups... No te habia visto ¿que tal?
-Levantó una mano algo avergonzado, esperando que no hubiera escuchado toda el jaleo aunque sabia que eso habria sido imposible, a menos que tuviese muy mala audición cosa que evidentemente, no iba a ser.
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#3
La chica sacudía el saco sin contemplaciones, dejando solo el tiempo justo y necesario para no perder el aliento entre golpes y mas golpes. Los días de las semanas de entrenamiento en área de calor eran realmente eternos, insufribles, hijos de Satán y Hitler. Pero traían consigo un curioso premio, o dos algunas veces. La buena sensación de haber entrenado duro, y a veces un buen helado.

No siempre venía la segunda recompensa, debía guardar dinero para rescatar a su madre, por poco que fuese.

En uno de los silencios en los que dejaba tiempo a la respiración, y recuperación del aliento, un golpe ajeno al entrenamiento hizo mella ante el único sonido del chirrido de la cadena en que colgaba el saco. Un golpe tosco y abrupto, para nada normal, llamó la atención de la única genin presente en la sala.

Los orbes rojos como la misma sangre se hincaron en una victima de un fuerte porrazo, casi había abierto la puerta de un porrazo. A deducir por el golpe, y los sonidos venideros, se había caído rodando por las escaleras. Un infortunio para cualquier otra persona, pero esa persona no parecía haberse percatado del golpe, o lo intentó disimular a la perfección.

Gritó a los cuatro vientos que no era su culpa ser tan bello, y al percatarse de la presencia de la chica, no dudó en soltarle un improvisto "No te había visto, ¿Qué tal?"

¿Cómo que qué tal? ¿En serio?

La chica no pudo evitar llevarse las manos a la cabeza, quizás exageró un poco en el gesto, pero no era para menos. Ese chico era taaaaaaan mono. Pobrecito.

Por dios! Qué porrazo! ¿Estás bien?— Apresuró a preguntar al chico.

No se lo pensó dos veces, dejó de lado el entrenamiento para ir a asegurarse de que se encontraba bien. Se acercó estrepitosamente, y se agachó para prestarle atención.

En serio, ¿estás bien? Ha sido un golpe tremendo.

Normal que insistiese, era demasiado mono para no hacerle caso.
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#4
No era la primera vez que habia recibido algun que otro golpe por su desconcertante apariencia, pero dado ya el tiempo, comenzaba a importarle poco el hecho de recibir algun que otro golpe ya que empezaba a acostumbrarse y tolerar algo el dolor. Sin embargo seguia sin soportar aquel trato y ligera exclusión social, tampoco es que le molestase tener una apariencia tan androgina, simplemente odiaba aquel tipo de rechazo, es decir que hasta los tios se pirren por tus huesos es bueno... ¿O no?. En fin, poco importaba, ya tendria tiempo de lidiar con ello debido a su joven edad. Tras el saludo y escuchar las primeras palabras de preocupación, miró al techo con sus cristalinos y azulados ojos aunque casi como si hubiera perdido el brillo por la mirada perdida hacia el oscuro y algo destartalado techo.

Sigh... Que suplicio el aguantar a esta gentuza... Algun día las tornas cambiarán...

Cayó en la cuenta de que alguien le estaba hablando, intentando asistirle por el daño que recibio, por lo que giró levemente la cabeza, mirando a la chica que vino a socorrerlo, la cara de Len fue un poema, abrio los ojos con gran asombro, como si hubiera visto a un fantasma. Se encorbó hacia delante, quedando sentado con las piernas extendidas en el suelo; su rostro mostraba incredubilidad, los ojos abiertos como platos con las cejas levantadas, su boca estaba algo abierta, se apoyo con su brazo derecho mientras levantaba tembloroso el brazo izquierdo, señalando a la muchacha con su dedo índice; él sabia que era de mala eduación, de hecho tenia unos muy buenos modales, pero frente a lo que estaba viendo, no era capaz de razonar friamente.

¿E-E-Eres...? ¿E-Eres mi hermana?

Una gota de sudor frio recorrio todo su rostro, realmente estaba aterrado. ¿Pero era aquello verdad? ¿Realmente pensaba esas cosas? No, tan solo eran mas payasadas de las suyas para romper el hielo debido al ligero miedo que tiene a la hora de hacer amigos o entablar conversación con un desconocido, pese a que seguramente no era una desconocida, por el hecho de haber estado casi en el mismo curso durante la academia, pero sinceramente, no recordaba aquel trozo de su vida con todo detalle, excepto una cosa que si fue repetiva, machacante y bastante cansino; el incesante hecho de ser llamado 'Ojidere'.
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#5
La chica quedó en silencio, aunque la desesperación casi le podía. Se había preocupado por el chico, pero por más que le había preguntado, éste no respondía una sola palabra. Se limitó a escurrirse un poco hacia delante, encorvándose ligeramente hacia delante, y quedar con la boca abierta casi tanto como sus azulados y preciosos ojos. Parecía de capa caída, patidifuso, anonadado, en fin, hecho polvo. Quizás se encontraba en shock.

Gentilmente la peliblanco fue a darle un ligero zarandeo, preocupada por la falta de respuesta, pero ésto no fue del todo necesario. El chico al fin respondió, aunque no hizo mas que dejar las cosas peor. La pregunta no tenía sentido alguno, dejó helada a la Sarutobi.

Por un instante, la chica se quedó perpleja, incluso se alejó un poco a la par que llevaba su vista hacia la esquina superior derecha del recinto. Realmente no miraba nada en particular, simplemente meditaba. Comenzó a hacer unas cuentas, gesticulando con los dedos, y en su rostro se dibujó cierta incertidumbre. No fue demasiado extensa esa meditación, la respuesta era sencilla.

N-no! no soy tu hermana, es imposible.— Literalmente, imposible.

Ésta respuesta solo llevaba a una posible causa, que se encontrase realmente mareado.

Sin pensarlo dos veces, la chica se acercó de nuevo y le puso la mano en la frente, quería asegurarse de que no estaba destemplado. Sabía poco de medicina, pero era consciente de que un cambio de calor en el cuerpo era una posible causa de mareo y alucinaciones. Sin apenas haberle dado tiempo a reaccionar, le mostró los dedos índice y corazón.

Dime, ¿cuantos dedos estoy mostrando?

No sabía muy bien el resultado que debía tener esa pregunta, pero en fin, en las películas policíacas y de medicina hacían esa pregunta al encontrar a un herido confuso. Algún motivo había de haber tras esa pregunta. Seguramente el ver que no estaba su visión alterada.

Pobrecito, el golpe le ha sentado fatal. ¿Qué debería hacer?

Por la cabeza de la chica solo pasaba ese pensamiento, realmente pocas veces había estado en ésta situación, por no decir ninguna. Cuando se había encontrado así, era a causa de su madre, y ésta no había querido ayuda.
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#6
Mientras acariciaba su pelo hasta intentar volver a ponerlo en ordén, sin querer acabo dejado que un mechón de su cabello ocultase uno de sus azulados ojos, en concreto el izquierdo. Al escuchar a la kunoichi, se quedo algo sorprendido y a la vez extrañado por aquella pregunta

¿Que cuantos dedos veo? ¿Me estará tomando el pelo?...

Len se quedo extrañado ante aquella pregunta, ladeó la cabeza cruzando sus brazos mientras levantaba su ceja izquierda y bajaba la derecha con gestó de extrañez en su boca.

¿Te refieres por el golpe? Si es asi no tienes de que preocuparte, me pasa muy a menudo -Contestó con una ámplia sonrisa en la que se le podía dislumbrar su colmillo izquierdo junto con sus ojos cerrados, mientras acariciaba la cogorota de su palida media melena con la mano derecha- En serio, es ya casi una rutina asi que no tienes porque preocuparte

Sin embargo, un pequeño atisbo de tristeza se pudo dislumbrar durante un segundo en sus ojos, miró al suelo por un instante, con la mirada perdida y sin luz en sus ojos, pero rapidamente se recompuso debido a que no queria molestar, y mucho menos preocupar a la joven kunoichi que tenia delante.

¿E-Estabas entrenando? -Dijó en el momento señalando a un magullado saco de boxeo con una ligera gota de sudor frío recorriendo su rostro, con la esperanza de que no se hubiera percatado de aquella pequeña bajada de autoestima- ¡P-Perdonamé, no queria interrumpirte! ¡De veras! ¡Siento haber interrumpido tu entrenamiento! -Exclamó juntando las manos arrepentido delante suya, dando una ligera palmada y colocandose con la tipica posición de disculpa asiatica, se sentia bastante arrepentido, ya que es una persona a la que no le gusta molestar a los demas por lo que de sus ojos brotarón sin querer algunas pequeñas lagrimas; en ese momento, cambio su expresión a una mas de... Infantil... Acerco sus brazos a su torso, teniendo las manos cerradas cerca de su rostro mientras gimoteaba con lagrimas en los ojos.

No me pegues te lo suplico... -Susurró levemente entre lloriqueos.
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#7
Katomi se encontraba muy preocupada por el chico, el pobrecito se había llevado un golpe tan grade que no era capaz de hablar con sentido. No llegaba a comprender el porqué de los dedos, ella tampoco, pero él alegó un sinsentido que declaraba su auténtico estado. ¿Cómo podía decir que se había acostumbrado a eso? Una rutina de recibir golpes, sin duda no había tenido sentido alguno. ¿Era un sadomaso?

La confusión se apoderó de la kunoichi por completo, no supo bien qué decir.

Sin embargo, la situación no hizo mas que empeorar, o algo parecido. El guapo y alocado chico se disculpó apresuradamente por haber interrumpido el entrenamiento de la chica. Lo hizo dramático como una telenovela. Convirtió una simple tontería en un mundo del tamaño de diez sistemas solares. Increíble, éste chico tenía un auténtico talento para el melodrama. Para rematar, le pidió a la chica que no le pegase.

¿Qué? ¿PERO QUE? Por dios, qué chico!

La chica quedó completamente pálida, no sabía ni qué decirle.

P-pero... pero...

Y de nuevo atacaba, ésta vez con las manos junto a su torso y una mirada super mona.

Nuuuuu— Contestó en un tono algo infantil y ligeramente agudo. —¿Por qué iba a pegarte con lo mono que eres?

Entre tanto, la chica se había llevado la mano diestra hacia el rostro, reposando éste en la misma. Quizás se le estaba yendo un poco la pinza con éste chico, pero tampoco era de extrañar, era guapete a pesar de ser tan melodramático.
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#8
Sorprendido ante la reacción de la kunoichi frente a las tonterias y repetidas cosas sacadas de contexto de Len, parece que habia encontrado alguien amable con el que pasar un buen rato o compartir experiencias. Tal vez ella tuvo un pasado horrible, tal vez era la inocencia de la amable kunoichi, o tal vez simplemente era la amabilidad que guardaba en su interior, pero Len por una vez en bastante tiempo, se sintio agusto entablando una conversación sin verse amenazado o en peligro. Por lo que se lleno de emoción y algo de vergüenza

Ieeeeeeeeeee... ¿Tu crees? -Los palidos pomulos de Len, se ruborizando ligeramente a la vez que el cerraba los ojos por la vergüenza, sonrió dulcemente abriendo ligeramente la boca, mostrando sus blancos dientes, ladeó sobre su propio hombro izquierdo mientras con su mano izquierda rascaba su nuca avergonzado- Realmente no soy tan dulce, tal vez quien se dio un golpe fuiste tu, diciendo esas tonterias

Tras esas palabras, Len rió levemente, sintiendose en bastante paz y armonia pese a la temperatura de la sala que comenzó a afectarle poco a poco. Miró hacia la puerta por la que habia sido lanzado, con felicidad, aunque no sabia exactamente porque, si habia sido agredido hace un par de minutos antes. Tras recuperar la compostura cruzado de piernas en el suelo, comenzó a agitar su mano derecha para abanicarse a él mismo mientras algunas gotas de sudor recorrian el rostro y el cuello del andrógino y joven ninja.

Tranquila, no te dare mas problemas... Creo -Contesto sonriendo ampliamente, se sentia algo mal todavia por haberla molestado, pero tampoco queria volver a montar una escenita y que ella se preocupase nuevamente.

¡Oh, cierto, mi nombre es Len! -Extendió su mano izquierda a la kunoichi de manera inocente con esperanzas de haberle caido bien- Si te soy sincero... Tal vez estuvimos en la academia, pero no me acuerdo... Puedo llegar a ser un poco despistado... Jeje... Lo siento, de nuevo para variar-Respondió nuevamente con una corta risa a si mismo mientras mostraba una expresión de arrepentimiento; mantenia su ojo derecho cerrado, a la vez que acercaba su mejilla derecha a su hombro derecho, levanto la ceja izquierda y bajo la derecha con alguna pequeña leve carcajada todavia.
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#9
El chico se ruborizó mas que un gato pequeño. Sus mejillas se tornaron roja como la mas crueles de las batallas, mal símil para una reacción de timidez. Pero bueno, lo que cuenta es la intención.

En fin, continuamos.

Rojo como un tomate, el chico se antepuso a ser dulce. Incluso dijo que la que se habría de haber golpeado era la chica, diciendo cosas tan dulces. Ciertamente, no era muy frecuente en la peliblanco soltar ésta clase de tonterías. Pero si lo miramos desde un buen punto de vista, ése chico no era un chico cualquiera, era un chico bien mono. Mas que guapo, era realmente carente de defectos, alguien que cumplía un régimen de apariencia tan hermoso que combinaba a la perfección rasgos femeninos y masculinos a la misma vez.

No era de extrañar que en alguna vez le hubiesen confundido de sexo, de hecho la peliblanco no lo había confundido por su falta de pecho. Esas cosas se notan.

Jajajaja... que tonto.— Contestó a su excusa.

No se había golpeado ella, quizás le había faltado tomarle de nuevo la temperatura.

Tras ello, afirmó que dejaría de darle problemas. Quizás se había percatado de que estaba entrenando, y no le había gustado molestar. Además, aprovechó para presentarse, así como para mencionar que no era realmente conocido por su memoria; no era una celebridad como Einstein. Quizás había estado en su misma clase, pero afirmaba no acordarse.

La chica se llevó el índice hacia la mejilla, y elevó su mirada hacia la nada. Intentaba recordar su cara, pero era raro que no se acordase de éste tipo tan mono.

Pues, no te recuerdo de las clases. Quizás estábamos en distintos grupos de entrenamiento. Mi nombre es Sarutobi Katomi, encantada.— Contestó sin demora. —Además, seguro que me acordaría de esa cara.

De nuevo, la chica se llevó dejar un poco en la contestación. Sin mas, se puso en pié de nuevo, ciertamente el chico tenía algo de razón, debía continuar con su entrenamiento.
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#10
Intentando hacer el esfuerzo mientras esperaba la rapida contestación de la kunoichi, pensaba esperando recordarla con la esperanza de que ella a él no, ya que podria llegar a resultar algo embarazoso por el hecho de olvidarse de un compañero de clase

Pues, no te recuerdo de las clases. Quizás estábamos en distintos grupos de entrenamiento. -Tras oir esas palabras, el joven de pelo incoloro, suspiro suavemente aliviado, ya que al no reconocerse el uno al otro, no implicaria otra situación extraña; y no le iba a resultar muy agradable despues del suceso de haber sido lanzado cual pelota de goma con la esperanza de que el perro de un crió la recogiese en el aire- Mi nombre es Sarutobi Katomi, encantada.

¿Sarutobi?... Recuerdo haber leido ese nombre en algun lado... ¡Oh claro! -Pensaba interiormente con las piernas cruzadas en el suelo, algo enfrascado en sus pensamientos, llevandose el indice derecho a su boca mientras sostenia su codo izquierdo con la mano opuesta; tras recordarlo, extendio la mano derecha, dando un leve golpe con el puño cerrado de la izquierda. -¡Wow! ¿Perteneces al clan Sarutobi? -Contestó Len a Katomi mientras esta se levantaba del suelo, seguramente con la intención de volver a sus ejercicios; los ojos del joven shinobi brillaron como diamantes en bruto de la emoción, echandose hacia delante de la emoción, estirando asi sus brazos y posando las palmas repentinamente delante suya, colocandose de rodillas.

Una reacción bastante exagerada, como era bastante normal en él para variar un poco, tanto que hasta el delicado chico lo notó; por lo que retiro las manos del suelo avergonzado y levemente ruborizado.

P-Perdon, me emociono con algo de facilidad... -Volvió a decir con rubor en sus mejillas, despues, se levanto del suelo, sacudiendose el pantalón con las manos y acariciando su hombro izquierdo con la misma mano de este lateral, como si se estuviese dando un leve masaje- Ya te vale... Asi no haras muchos amigos, deberias mantener algo las formas...

¿Estabas entrenando tu forma física? ¿O solo era por liberar estres? -Comentó, inclinandose a la izquierda con los brazos en la espalda, cogiendose la muñeca derecha con la izquierda y mirando detras de Katomi el magullado saco, parecia bastante maltrecho y tenia incluso algunos parches, por lo que Len tragó algo de saliva mostrando un pequeño gesto de nerviosismo en su rostro- Por favor Dios, dime que no me va a utilizar como saco de boxeo... Bastante castigo he tenido ya por hoy...

Por lo que veo... Se te ve bastante capacitada para el taijutsu.. ¿Es tu especialidad o algo? -Preguntó con algo de sorpresa en su rostro e inocencia, el pobre chico al vivia solo, por lo que acababa hablando demasiado sin querer y haciendo a veces bombardeos de preguntas, aunque en este caso no fue asi, simplemente sintio algo de curiosidad y quiso intentar preguntar lo menos posible con la esperanza de que su receptor en la conversación, no se acabase cansandose de él, no como las paredes con las que suele hablar en casa, que seguramente esten harto de escucharle.
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#11
El chico de orbes azules pareció sorprendido sobre la procedencia de la kunoichi, realmente sorprendido, quizás demasiado. Si había algo que sacar en conclusión de el poco tiempo que llevaba conociéndolo, era que a parte de mono, era exagerado con ganas. Se le iba de las manos, y bastante. Tampoco era algo malo, pero se dejaba llevar por las sensaciones hasta niveles algo sobrehumanos. No entendía el porqué, la familia Sarutobi no era mas que otro apellido con historia, que quedaron en tan solo eso, historia.

Hasta él mismo se dio cuenta. No tardó en redimirse, se emocionaba con facilidad según decía. No, apenas lo había podido notar, notese la ironía. ¿Qué debía llorar o reír? ¿Por qué tanta emoción porque fuese Sarutobi?

Jajajaja... no pasa nada.— Respondió con una tímida risa. —Si, pertenezco al clan Sarutobi.

Sin demasiada demora, el chico avistó que la kunoichi se había cebado a golpes con un maltrecho saco de boxeo. De pronto, el joven comenzó un bombardeo masivo de preguntas. Primero le preguntó si estaba entrenando su forma física, luego preguntó si era por liberar estrés que lo había golpeado, luego vino un elogio, y terminó preguntándole si era experta en taijutsu. La peliblanco quedó por un instante en silencio, abrumada quizás ante tantas preguntas seguidas.

La verdad, ésta semana me toca entrenar bajo temperaturas altas y calor. Me puse a golpear el saco porque es una de las cosas que peor llevo, los golpes físicos. Mi especialidad es el katon, las técnicas ígneas. Así que aproveché para matar a dos pájaros de un tiro al entrenar de éste modo.

Simple, sencillo, y directa. La respuesta de la chica no podía dejar lugar a dudas. Quizás había sido hasta demasiado detallada, pues daba a entender que era parte de un planing de entrenamiento bien elaborado. Tan solo esperaba que no preguntase por él, no le gustaba para nada mentir, pero tampoco quería decirle sus modos de entrenamiento a un completo desconocido.

¿Y tú qué hacías por aquí antes de llegar rodando?

Su pregunta sin duda evadiría un poco el tema con un poco de suerte.
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#12
Tras las preguntas del infantil genin, llegaron las respuestas que habia formulado como si se tratase de un interrogatorio; frente a ella, y cruzado de brazos con el izquierdo por encima del derecho, se inclino un poco hacia la derecha dejando caer su peso sobre la pierna de ese mismo lado.

La verdad, ésta semana me toca entrenar bajo temperaturas altas y calor. Me puse a golpear el saco porque es una de las cosas que peor llevo, los golpes físicos. Mi especialidad es el katon, las técnicas ígneas. Así que aproveché para matar a dos pájaros de un tiro al entrenar de éste modo.

Contestó audaz a todas las preguntas de una sola tacada, mientras Len la escuchaba con un gesto de indiferencia en su rostro; ya que le parecia normal para él preguntarle bastante hasta que el creia comprender todo sobre alguien que no conocia. Tampoco queria ser muy agobiante, asi que decidio cesar el preguntar a aquella joven genin, en especial por evitar alguna conversación excesivamente incomoda, o que ella se hartase de escucharlo y decidiera mandarlo volando de una patada, y no precisamente por la puerta, ya que el torreón era excesivamente alto, sobretodo en una vigesimo sexta planta. Acaricio nuevamente mientras escuchaba las respuestas su propia barbilla, con la mano izquierda mientras se aferraba con la derecha a su propia cintura.

¿Y tú qué hacías por aquí antes de llegar rodando?

¿Que que hacia aqui? Por un momento ya casi lo habia olvidado, sus ojos se abrieron por un segundo en gesto de sorpresa. ¿Podria llegar ella a saber algo? Realmente era desconcertante, ya habia preguntado a varios jounin y otros shinobis de la aldea; pero por probar con alguien mas ¿que mas da? Es decir, no se pierde nada ¿no?. Pasó la mano derecha por detras de su lumbago, buscando algo en un bolsillo hasta dar con algo; un simple papel. Sacó un pequeño papel que abrió con los dedos de la misma mano que lo cogio, tenia varios dobleces por motivos evidentes, pero en el habia un dibujo; habia pintada una media luna que se cerraba en la parte superior en ella, se veia un pequeño circulo bajo el cerramiento y en la parte mas ancha del medio astro, habia cuatro trazas que lo cruzaban con una distancia mas o menos similar, apuntando hacia el centro del circulo que formaba el dibujo.

Veras... -Dijo mientras rebuscaba el papel y posteriormente contestaba al enseñarselo- Estaba buscando a alguien que reconociera este simbolo... He estado buscando en varios libros y preguntado a mucha gente, pero no he encontrado nada de información

Len supuso que la muchacha podria preocuparse por el simbolo, o el porque estaba buscando esa información, intentó mantener algo la calma, pero no pudo, es como si estuviera completamente aterrado, como si hubiera recordado un horrible momento acontecido. Tembló muy levemente mientras su cara expresaba preocupación a la par que algo de miedo, giró la cabeza hacia la ventana, intentando recuperar la calma observando aquel fenómeno atmosférico que se recreaba en Amegakure sin cesar, una lluvia que para él era casi lo mas tranquilizador posible en el mundo.

Si alguna vez sabes algo sobre esto, por favor cuentamelo... Necesito saberlo

Respondió una vez mas esta vez mas calmado, mirandola fijamente a los ojos lleno de determinación y seriedad; como si su propia vida dependiera de ello. Tras lo visto, era evidente que suponia algo bastante peliagudo y tal vez peligroso, pues era una reacción excesivamente extraña, en alguien que a lo que se ha dedicado los diez primeros minutos que ha conocido a un desconocido, era a cortar el ambiente de una manera bastante inverosímil
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#13
El bello infante quedó sorprendido por un instante a la pregunta de la chica. Anonadado, no supo muy bien que respuesta dar. Hasta que encontró las palabras adecuadas, pasó un leve tiempo. Tampoco era algo de recriminar, después de semejante golpe, a cualquiera se le habría olvidado hasta su propio nombre.

Según quiso dar a entender, buscaba algo de información. Algo acerca de unos circulos de media luna y unas rayas que iban hacia el centro de esas circunferencias. Realmente no supo ni que decir, por mucho que mirase el papel que le enseñaba el chico, la peliblanco no tenía ni la menor idea. Giró el rostro, buscando una perspectiva diferente, pero aún ni con esas supo de qué iba ese dibujo. Para ella, no eran mas que un simple garabato. De nuevo, volvió a ladear el rostro, buscando la perspectiva normal. Incluso se llevó la mano hacia la barbilla, sujetando su fino mentón con los dedos indice y corazón. Nada, ni con una pose intelectual. Ni idea de qué significaba ese símbolo.

Pues no tengo ni la menor idea.— Contestó con total sinceridad. —¿No sería mas apropiado buscar información en la biblioteca?

Ciertamente, en aquél lugar iba a encontrar poca información. Lo único que sacaría era respuestas de aquellos genin que encontrase, o algún chunin que estuviese adiestrando a algún equipo como mucho. Ese torreón era un lugar de adiestramiento, pocos libros o referencias podría encontrar.

Tampoco pudo hacer mucha omisión a lo último dicho por el chico. Quería saber sobre ese símbolo bajo cualquier concepto, fuese mas tarde o mas temprano. Algún motivo le tenía arrastre hacia aquel dibujo que desconocía.

¿Qué significa para ti ese símbolo? ¿Por qué tantas ansias de conocer qué significa?

Realmente, la curiosidad le picaba. Mucho.
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#14
El mismo sabia que seguarmente iba a tener una respuesta negativa, algo en su interior se lo decia, tal vez fuera instinto, o tal vez fuese por que a las miles otras personas a las que le ha preguntado, le respondieron de la misma manera, un "No" o tambien "Ni idea" o tal vez "Es la primera vez que lo veo". Pero de la misma manera que sabia que la joven kunoichi de su villa le responderia con una asegurada negativa; se negaba a querer desistir en la busqueda de mas información.

Pues no tengo ni la menor idea. ¿No sería mas apropiado buscar información en la biblioteca? -Le contestó de manera bastante tranquila, a lo que Len gesticulo una breve expresión de desagrado y tambien frustración; llevaba varias semanas buscando algo nuevo que reavivase un atisbo de esperanza en su busqueda, pero desde luego, aqui no estaba. Como si eso fuera a ayudar ¿Información clasificada tal vez?...

Si... He intentado buscar algo de información en las bibliotecas publicas -Comentó mientras guardaba el papel de nuevo en su bolsillo trasero; posteriormente miró nuevamente al exterior de las ventanas, entrecerrando los ojos. ¿Estaba desesperanzado? ¿O simplemente algo triste por no haber encontrado mas información? - Pero no he encontrado nada, nadie sabe nada..

Compartio el gesto que anteriormente hizo Katomi, se llevo su indice y pulgar a la boca, en gesto pensativo mientras miraba al suelo fijamente. Una gota de sudor frio recorrió en ese momento su frente.

Y si... ¿Y si mi imaginación me jugó una mala pasada?... Aquel simbolo, lo vi claramente aquella vez... Me faltaba el aire... Y me sentia completamente aislado... ¿Que fué?..

Como un eco distante, las siguientes palabras de Katomi, resonaron como en la lejania, algo que no le afecto directamente; hasta que sintio nuevamente esa sensación. Un ambiente helador. Sorprendido y aterrado, miró a los lados y aquella sensación volvio a su cuerpo; contemplaba aterrado como la habitación se sumia en una profunda oscuridad mientras de su boca exhalaba vapor de agua, algo completamente absurdo debido a la temperatura de la habitación. Acto seguido, comenzo a temblar ¿del frio? Eso era absurdo, estaban casi a 32º Celsius en la sala. Terror es lo que le hizo estremecerse, llevandose cada mano a los laterales de sus hombros opuestos, como abrazandose a si mismo.

N-No... Esta sensación de nuevo no... -Dijo en voz alta mientras sus dientes castañeaban levemente, su respiración comenzo a agitarse violentamente, exhalando e inhalando de manera irregular. Sus ojos abiertos y aterrados, comenzaron a ser inundados por lagrimas que se extendieron por sus temblores al resto de sus mejillas- No, otra vez no por favor. ¡Alejaros de mi! ¡Dejadme en paz! -Gritó a la nada, pues su visión era nula, solo podia ver oscuridad a su alrededor, mientras se aferraba a su pecho con la mano derecha, agarrando la camisa como intentando llegar al corazón mientras la izquierda agarraba el antebrazo derecho.

¿Vas a llorar de nuevo? ¿Vas a correr? ¿A donde? Estas solo, siempre lo has estado y siempre lo estaras, no hay sitio donde puedas esconderte ni sitio al que puedas huir... -Una profunda y melodiosa voz resonaba solo en la cabeza de Len que solo lo hizo desesperarse mas, ajeno a lo que le estaba pasando, cualquiera diria que estaba sufriendo un ataque de locura, pero no dejaba de llorar durante todo lo que le ocurria. Eso es, sumete en un vortice de desesperación... No vales nada, solo eres un llorica y un debilucho... ¿Quieres poder? Buscalo -Fueron las palabras finales que escucho antes de ver un suelo que comenzo a iluminarse, con el mismo simbolo que hace unos minutos habia mostrado a Katomi, lo que le hizo llevarse las manos a la cabeza mientras gritaba entre llantos. Nada de esto fue visible para Katomi, quien seguramente estaba extrañada o preocupada por el joven albino.

¡Sal de mi cabeza, alejaos de mi, dejadme en paz! -Sin separar las manos de su cabeza, como si intentase arrancarsela, se zarandeaba a los lados con desesperación, con un rostro ahogado en lagrimas, que caian lentamente al suelo, como si pasase un siglo mientras caian. Solo queria que esa horrible sensación desapareciese, desapareciese, como una risa distante, ahogada en el eco de las paredes, la cual no fue escuchada mientras su autor, se alejaba del chabacano escenario en el que habia actuado, sin que su público, si quiera se hubiera percatado de un breve acto de la larga obra, que estaba por ocurrir.
Hablar (Royalblue)Pensar (MediumOrchid)

¡Gracias a Ranko por el avatar!
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#15
El rubio pareció sufrir un impacto justo en la patata. Se vio realmente de capa caída, cabizbajo, a punto de naufragar en un mar de desesperanza. Confirmó que esa idea ya había pasado por su cabeza, la de ir a la biblioteca, y no había sido muy fructífera. Nadie ni nada parecía poder informarle acerca de ese símbolo.

Pero lo mas drástico sucedió cuando la chica le preguntó sobre qué significaba para él. Buscaba algún dato que le sirviese de referencia, algún signo. Pero el chico se desvaneció, mentalmente hablando. Quedó en silencio por un instante, ausente totalmente. Cuando pareció regresar a la realidad, éste estalló en gritos y lágrimas.

La chica quedó pálida como el flash de una foto. No supo ni qué responder a esa reacción. ¿Qué leches había pasado? ¿Por qué esa reacción?

Rápidamente se lanzó a agarrarlo. Lo rodeó con sus brazos, y se echó su cabeza al regazo. Lo abrazó con fuerza, intentando que realmente regresase a la realidad. Quizás solo se sumía en un doloroso recuerdo, o había entrado en shock. ¿Qué coño se hacía en caso de shock?

Len! Tranquilo, tranquilo! No pasa nada! Estás a salvo!

No paraba de repetirle lo mismo una y otra vez al rubio, intentando que dejase de lado esos gritos y lágrimas. Con un poco de suerte, el chico despertaba o salía del shock. Fuera lo que fuera, no podía dejarlo ahí plantado. Tenía que hacer algo, aunque no supiese qué.
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