—¿Tienes que ser tan ruidoso siempre?—

— ¿Y tu siempre tienes que ser tan borde?

Sencillamente no pude evitarlo, bastantes borderíos había soportado ya aquel día por parte de la niñita pija de Izumi.

— Vamos, vamos, muchachos — dijo la sensei y mayor del grupo tratando de calmar el alboroto que había desencadenado la joven.

— Ser pasional a veces no esta tan mal — contestó, riendo por lo bajo —. Esta bien. Yo también me apunto a la comida.

Entonces estaba decidido, acabaríamos el día con un gran asado en equipo.

— ¡Genial! Entonces vamos

— Eso es, vayamos a por nuestra merecida comida

Y eso fue lo que hicimos, tomar la puerta que estaba en frente nuestro saliendo de nuevo en la más que reconocida Kusagakure y nos adentramos en sus calles en busca de aquel local en el que nos servirían el asado.

— ¿Y tu siempre tienes que ser tan borde? la pelirosa estaba apunto de replicar a su compañero cuando intervino Sora-sensei de manera conciliadora

— ¿Y tu siempre tienes que ser tan borde? la joven acató la orden, aunque no pudo contenerse del todo. Hinchó los mofletes a modo de queja no verbal antes de separarse de su compañero en dirección a la salida

— Ser pasional a veces no esta tan mal — contestó, riendo por lo bajo —. Esta bien. Yo también me apunto a la comida.

Dejó escapar un suspiro de exasperación, ahora el chico callado se ponía de parte del alborotador nato "¿Por qué siempre yo...?" se lamentaba para si

— ¡Genial! Entonces

De nuevo el rubio volvía con su habitual emoción, ya estaba decido tocaba asado "Espero que haya verduras a la parrilla o pescado..." la joven no era muy amiga de los excesos cárnicos

— Eso es, vayamos a por nuestra merecida comida

La mujer del pelo rosa encabezaba la marcha mientras aquel extraño trío atravesaba por fin la verja de aquel maldito lugar para no volver en un largo tiempo

Juro sonrió un poco ante la insistencia de la sensei. Esta misma calmó los ánimos de sus dos compañeros antes de que nadie más dijese nada. No hizo falta más mediadores al respecto, cosa que agradeció.

Yota se animó aún más cuando Juro dijo que también iba. Probablemente, para el desagrado de Izumi, como mostró ese suspiro de exasperación que soltó. La sensei tampoco se quedó callada.

— Eso es, vayamos a por nuestra merecida comida

Observó una vez más a las personas que tenía delante. Yota e Izumi eran muy distintos — polos opuestos, practicamente — y eso iba a traer consecuencias, pero le daban vida al equipo. Juro no dudaba de la fuerza de ninguno como ninjas. Por otro lado, su sensei, a la que Juro quería ver desenvolverse en una pelea.

Aun estaba la cosa de aquel ataque sorpresa y aquellos tipos desconocidos. Pero por el momento, decidió olvidarse. Con Gen colgado en su espalda, salió de aquel lugar y se dispuso a disfrutar del asado. Comprobando sus bolsillos, un escalofrió recorrió su espina dorsal. Se lo había gastado todo para las hierbas de aquel veneno que ayer mismo elaboró.

« Espero que invite, no tengo nada de dinero... »