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Nieve sobre los cerezos. - Versión para impresión

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RE: Nieve sobre los cerezos. - Nonoha - 25/04/2016

Ren solo pudo asentir, acompañando dicha acción con una reverencia antes de ver al joven ninja partir y perderse de su vista. El por su parte decidió buscar a los otros niños, quizás Nonoha podría estar con ellos.

En otro lugar de la concurrida plaza, la jovencita aun observaba con desilusión la pequeña bolsa medio vacía, era injusto ¿Por qué las cosas que más disfrutabas terminaban tan rápido? Dio un suspiro resignándose, introdujo su mano libre dentro del paquete y tomo algunas golosinas a sus labios – ¿eh? – los dulces nunca llegaron a su boca, apenas y los saboreaba cuando escucho una voz que le llamaba - ¿yo? – se señaló a si misma parpadeando rápidamente- ¿enserio? – sus ojos azules se iluminaron ¡era su día de suerte! No todos los días podías encontrarte a alguien que te regalara dulces…pero, contuvo la emoción de estirar los brazos y tomar aquello que le brindaban – mmm ¿realmente puedo?... – pregunto por segunda vez un tanto dudosa.

¿Qué no le habían dicho que no debía recibir cosas de extraños? sus ojos se posaron sobre ambos hermanos, no parecían ser mala personas, además, tenía la sensación de haberlos visto antes… – oh! – Exclamo primeramente observándoles con mayor detenimiento- son los bailarines de hace un rato, como olvidarlos, sus movimientos curiosos habían logrado captar la atención de muchos de los transeúntes, incluyéndola.

La jovencita llego a la conclusión de que no eran malas personas, asi que estirando su mano libre tomo las golosinas la que la chica le brindaba – ¡Muchas gracias! – canturreo feliz dando una corta reverencia y llevándose unos cuantos dulces a la boca ¡eran tan rico! Nonoha tomo algunos más y los devoro de la misma forma, solo para después volver a posar sus orbes azules sobre los jóvenes – si no es molestia –termino de tragar lo que había su boca para poder proseguir- ¿Qué tipo de baile era ese? No lo habia visto nunca, aunque los pasos se me hacen familiares –explico mientras les veía curiosa. No parecía preocupada por el hecho de que quizás, estaba perdida justo ahora; es más, estaba bastante feliz pues justo en ese momento lo único que le importaban eran los dulces que sostenía en las manos y los dos hermanos que tenía en frente.

En cuanto se divirtiera un poco volvería con el abuelo y los demás, eso pensó, ¿Qué tan difícil podría ser regresar?


RE: Nieve sobre los cerezos. - King Roga - 26/04/2016

Tatsuya seguía buscando a la escurridiza niña, no entendía cómo era posible que la hubiera perdido de vista así como así. Supuso que eso le pasa por distraerse tanto, después de vagar tanto se echó de rodillas al suelo enfrente del sitio donde se encontraban previamente los jóvenes danzantes. Miró al cielo y suspiro al darse cuenta que sólo estaba caminando sobre sus propios pasos, de repente un hombre con traje negro y corbatín le tocó el hombro.

-Disculpe jovencito, ¿sabe usted a dónde se fueron los bailarines que estaban aquí?-

El sujeto no estaba sólo, cuando el pelinegro lo volteó a ver se dió cuenta que otros dos hombres también trajeados y con lentes oscuros le escoltaban. Tuvo un mal presentimiento, la supuesta amabilidad del sujeto en cuestión era más falsa que un bunshin y los dos sujetos que le acompañaban dejaban ver sonrisas maliciosas. No podía ver los ojos de sus guardaespaldas, pero si vió una mirada de codicia en aquel sujeto del corbatín.

-Lo lamento señor, pero no los he visto- Exclamó mientras se incorporaba.

-Oh que lástima, lamento haberte quitado tu tiempo, con permiso- Dijo mientras se daba la vuelta.

El tipo le dió la espalda para irse mientras Tatsuya reverenciaba aunque no le viesen, eso sí, levantó un poco la mirada para observar el par de wakizashis que llevaban los guardaespaldas del sujeto. Su padre siempre le dice que debe evitar tratar con la gente que se deja llevar por la avaricia, pues estarán dispuestos a todo con tal de satisfacer su hambre de oro. Pensó en que por muy buenos modales que tuviera el sujeto no era de fiar, pero no era momento para distraerse, los asuntos de ese tipo no eran de su incumbencia.

"Mi prioridad ahora es encontrar a Nonoha-chan"

En cuanto los sujetos se alejaron siguieron buscando entre la multitud a los hermanos de piel morena, la mueca que tenía por sonrisa aquel tipo se deformó de manera grotesca en una cara de rencor mientras apretaba sus dientes con incrustaciones de piedras preciosas, aquel acto terminó formando un atroz rechinido que incluso hizo mostrar temor entre sus propios hombres que trataban de evitar la mirada de furia que tenía el hombre del corbatín.

-Cuando encontremos a esos criajos quiero que les arranquen el cuero cabelludo, ¿ME ESCUCHARON?- Ante esas palabras los secuaces sólo asintieron con la cabeza.

Ambos hermanos se miraron a los ojos cuando vieron a la pequeña Nonoha disfrutar de los dulces, el hermano sonreía satisfecho pues al parecer la jovencita no los juzgaba por ser unos artistas callejeros. De hecho la kunoichi se mostraba algo curiosa respecto al estilo de baile que usaban los hermanos. En ese momento cada hermano saltó colocándose cada uno a los costados de Nonoha y empezaron a hacer acrobacias alrededor de ella. Mientras lo hacían parecían convensar en voz alta, pero lo hacían cantando.

-Leo parece que quiere saber-

-¿Lea le enseñarás a bailar?-

-Hermano tan malo no puede no ser-

-¡Hermana te digo que es la verdad!-

-Entonces si quiere aprender... ¡El secreto debe guardar!- Dijeron al unísono cuando terminaban con ese mini show exclusivo para la kunoichi.

Inmediatamente cada uno de los hermanos tomó uno de los brazos de Nonoha y la jalaron para guiarla hacía algún sitio lejos de la plaza. Tras correr un rato en la nieve llegaron a un edificio que si bien conservaba la arquitectura tradicional de la ciudad de Yamiria se veía ya viejo y abandonado, ambos jóvenes entonces empujaron a Nonoha para que se adentrara en aquel edificio.

El lugar no se veía mejor que la fachada, estaba igual de descuidado. Era un salón amplio semejante a un gimnasio para practicar, estaria totalmente oscuro de no ser por la tenue luz que se filtraba desde un agujero en el techo, a través del cual también entraban los copos de nieve dejando un alfombrado blanquecino en el interior del recinto. Lo jovencita enconces corrió en dirección a un cojín enorme y redondo que habia ahí tirándose sobre el mismo.

-Bienvenida a nuestra vieja escuela, bienvenida a nuestra casa- Le dijo el joven a la niña del kimono rosa.

-Cuéntale la historia, se lo ha ganado- Dijo mientras se revolvía encima del cojín.

-Hace mucho tiempo este lugar era una escuela de danza, y de combate también- Se escuchaba nostálgico al hablar. -Nuestro estilo se llama "Kapoieira", que no sólo es es una forma de baile sino también un arte para pelear. Se dice que es un estilo proveniente de un rincón muy lejano de Ōnindo.- El joven entonces caminó hacia la alfombra nevada y dejó que los copos que caían del techo descendieran sobre su rostro.

-Nuestro Mestre tenía pocos alumnos porque a la gente no le interesaba mucho ese estilo, preferían las artes marciales clásicas... Así que al final sus únicos aprendices éramos nosotros dos- Dijo la muchacha mientras se levantaba de un brinco, caminó recto hacia Nonoha y le ofreció una galleta mientras sonreía melancólicamente. -Ahora que la escuela quedó abandonada nosotros vivímos aquí, y bailamos en las calles no sólo para ganar dinero sino para mostrar el estilo de pelea que nos enseñó nuestro Mestre- Concluyó.


RE: Nieve sobre los cerezos. - Nonoha - 3/05/2016

Disfrutaba de los dulces, si después le daba dolor de estómago era algo que no le importaba, vivir él ahora era lo primordial. Los dulces pasaron a segundo lugar cuando vio a ambos jóvenes bailar a su alrededor, hacer piruetas y cantar al mismo tiempo - ¡! – les observo con atención, escuchándolos hablar y sonriendo encantada mientras les veía.

Ooooh! Si, si –comento la menos mientras daba palmadita como podía, sus manos ahora ocupadas le impedían hacer mucho, pero logro demostrarles lo mucho que la idea le emocionaba. Corrió cuando ellos lo hicieron, le guiaron aun lugar alejado del bullicio de la gente, de los puestos de comida y demás, la llevaron a ese lugar que consideraban su hogar…

El lugar no era una mansión, no había lindos pisos ni grandes lujos, a duras penas se mantenía en pie. Estaba bastante oscuro, pero lograba ver sus pies gracias a que el techo estaba algo maltrecho y la luz del día se colaba dentro. Nonoha camino por el lugar siempre atenta a donde pisaba, para no tropezar.

Se detuvo en cuanto el muchacho comenzó a hablar, la jovencita escucho con atención el relato, hablar de ese tema les resultaba triste, podía notarlo en sus palabras…en su semblante. Levanto la vista contemplando la caída de los frágiles copos, esos que lograban colarse por el agujero que se había originado en el techo. A su cabeza llegaron imágenes, intentaba imaginar la situación que el muchacho narraba, parpadeo ligeramente saliendo de sus pensamientos al escuchar una segunda voz, era la joven, que se acercaba a ella ofreciéndole una galleta – Gracias – la tomo y le dio un pequeño mordisco.

¡Es genial! ¡A mí me gustó mucho!–espetó con una sonrisa mientras le daba otro mordisco a la galleta terminándosela de un bocado. Volvió a caminar por el lugar, curioseando por ahí y por allá - A mí me gustaría a prender –comento de pronto la menor con suma naturalidad mientras les observaba –es diferente de lo que usualmente se puede ver, marcar la diferencia siempre es bueno – apretó los puños absolutamente convencida – Quiero ser su aprendiz –Declaro entonces y concluyo dando una reverencia en señal de respeto, como si aquellos fueran sus maestros.

Mientras esperaba a una respuesta, creyó oír algo en la entrada, sus ojos se desviaron de aquellos dos y vio hacia la entrada del lugar curiosa.


RE: Nieve sobre los cerezos. - King Roga - 3/05/2016

Ante la emoción y determinación de la niña el muchacho esbozó una sonrisa enorme y soltó una gran carcajada mientras mantenía sus manos en la cintura. Le parecía una niña inocente, pero a pesar de su candidez veía en ella un sentimiento muy sincero por aprender. La hermana también sonrió y asintió con la cabeza indicándole a su hermano que estaba en lo correcto, la kunoichi pareció percatarse de algo que los hermanos no, pero eso no les importó.

-¡Ja Ja claro!- Caminó hacia Nonoha y con un dedo le picó la frente. -Pero con la ropa que traes puesta como que te va a costar un poco jaja-

Se refería al kimono rosa, de todas las ropas que pudo haber llevado esa sería la menos adecuada. El estilo requería ropas flojas que permitieran moverse con total libertad. La chica se estaba acabando la bolsa de galletas cuando divisó por debajo de la puerta los tobillos de alguien caminando, pronto otros dos se sumaron a la sombra previa y se escuchó que llamaron al lugar.

Toc Toc


Tatsuya seguía buscando a la niña de cabellos castaños y cuando encontró por fin una pista fiable no resultó ser del todo agradable. "Esto es malo, muy malo" El encargado de un restaurante le indicó que había visto como dos sucios bailarines callejeros de mala pinta se habían llevado a Nonoha por la fuerza hacia una parte alejada de la ciudad quién sabe con que intenciones.

Aquello era una vil mentira pero el sujeto estaba haciendo escándalo por ello con total seguridad. La voz se había corrido por el lugar, hay gente chismosa que sólo habla por hablar. Tatsuya no tardó en ponerse en marcha. Si esos bailarines eran de tan mala fama entonces tendría lógica que se hubieran metido en problemas con aquel tipo del corbatín, todo empezaba a tener forma y lo último que necesitaba es que Nonoha corriera peligro al verse involucrada con los actores callejeros.

"No lo permitiré"

El muchacho posó su mano en el hombro de Nonoba y con su dedo indice le indicó que guardara silencio. Nadie se pasaba por la vieja academia de baile ni siquiera por error. De hecho mucha gente no sabía que ahí era donde residían los hermanos, era prácticamente una guarida secreta. La muchacha con paso sigiloso se dirigió hacia donde estaban Nonoha y su hermano, no estaban seguros de quién podría ser.

Toc Toc Toc Toc

-Nadie viene a este lugar salvo nosotros- La muchacha estaba alterada pues cada vez tocaban con más insistencia, fuera quién fuera no planeaba irse. -Oh no... ¿Acaso él?- Parecía haberse dado cuenta de quién era el que tocaba. -Leo, debe...- Iba a decir que debían irse pero aquello no fue posible debido al estruendo causado por los golpes imperiosos en la puerta.

Toc Toc ¡PUM!

El portón fue abierto de una patada, tanto así que terminó por salirse del marco. Un hombre con corbatín dejóver su silueta acompañado de otros dos. El rostro de la muchacha empezó a dibujar una expresión de pánico cómo si estuvieta viendo asu peor pesadilla, y quizás lo fuera. El mayor rápidamente se colocó al frente y puso su brazo delante de Nonoha y su hermana mostrando que quería protegerlas, mostraba una mirada de ira ante aquel sujeto de traje elegante.

-Al fin los encuentro, debí imaginar que estarían en esta posilga- Bufó mientras se fumaba un puro.-Es un lugar perfecto para ustedes, la basura siempre de estar en el basurero- Carcajeó maliciosamente y sus secuaces también rieron por el compromiso. -Oh, parece ser que tenemos una invitada, pues hagámosla participar en nuestra fiestecita- Chasqueó los dedos y pronto ambos guardaespaldas desenfundaron sus wakizashis dispuestos a rebanar a los hermanos y a Nonoha.


RE: Nieve sobre los cerezos. - Nonoha - 6/05/2016

Cerró los ojos por reflejo en cuanto sintió el toque en su frente. Abrió los ojos rápidamente y se vio a si misma ante el comentario - …sabía que llevarlo no era buena idea –mascullo mientras levantaba los brazos ligeramente solo para comprobar que lo que le decían era cierto, si era incomodo caminar no podía imaginarse intentado hacer algo más…

Mientras pensaba en alguna cosa que le ayudara a moverse mejor, aquello que había creído ver en la entrada pronto se hizo escuchar, alguien llamaba a la puerta con insistencia, sin embargo los hermanos no movieron ni un a pis para acercarse a la misma y abrirla “¿Qué sucede?” apenas y se agacho un poco buscando ver algo bajo la puerta.

Solo los escuchaba hablar, mientras intentaba divisar algo que pudiera darle una pista de que pasaba del otro lado del portón, no pasaron muchos minutos y el horrible estruendo de la puerta abriéndose y posteriormente cayendo al suelo le hizo enderezar de un brinco. El hombre que se mostró frente a sus ojos no le dio buena espina, su sola presencia causaba inquietud, solo tuvo que observar a la joven a su lado para darse cuenta de que la presencia del sujeto solo traería problemas.

Casi por instinto llevo una de sus manos a una de sus piernas, solo para darse cuenta inmediatamente que no llevaba consigo su porta objetos. Pronto el mayor de los hermanos se adelantó unos pasos, usándose a sí mismo como escudo, protegiéndolas de lo que sea que pudiese pasarles “piensa en algo, piensa en algo” recorría con la mirada el lugar, pero pronto su atención volvió al sujeto que había irrumpido violentamente en la maltrecha casa – Que amable – sonó tan normal como siempre, guardando la calma y únicamente observándolo, sus orbes se pasearon sobre el sujeto por algunos segundos, igualmente con los dos guardaespaldas que justo después de las palabras del desconocido empuñaron sus armas.

Nonoha sabía perfectamente que si no hacían pronto algo, seguramente, no acabaría nada bien. Pensó en correr, pero dar la espalda podría resultar fatal, pensó en muchas cosas pero al final lego a la misma conclusión, no había escapatoria.

En un único intento por al menos distraerlos y apartar su atención de ellos, se agacho rápidamente tomando en cada mano un puñado de nieve, de esa que estaba bajo sus pies y que se había colado por el agujero en el techo, y la lanzo al rostro de los dos rufianes esperando funcionara. No se tomó la molestia de ver si su poco ortodoxo plan daba resultado, simplemente jalo a ambos hermanos por la ropa llamando su atención mientras comenzaba a correr- ¡Corran! Se lo que dicen de huir, pero quedarnos allí no cambiaría nada – intento recoger su kimono, necesitaba más movilidad y la incómoda prenda se lo impedía.

¿Hacia dónde corría? Era claro que no podrían salir, pues estaban justo en frente cerrándoles el paso así que solo vio como opción adentrarse en el lugar, debían esconderse…si lo conseguían, y pensar en algún plan, uno que les permitiera salir vivos de allí.

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Off: como no se muy bien como es el sitio, preferí no describirlo ni nada x'D


RE: Nieve sobre los cerezos. - King Roga - 7/05/2016

El hermano varón parecía furioso con el hombre, tenía una mirada de rabia pura al ver al tipo del corbatin, su hermana temerosa le sujetó su mano desde atras. Ambos secuaces de aquel hombre se acercaron lentamente al trío que ahí se encontraba cuando de pronto vieron acercarse los proyectiles de nieve que les dieron en sus caras. En esos escasos segundos los jóvenes aprovecharon y se echaron a correr hacia el interior del salón.

-¡No los dejen ir pelmasos!-

Los muchachos se dejaron llevar cuando Nonoha los jaló, estaba un poco oscuro pero pronto divisarían otro portón al fondo del gimnasio. El hermano mayor se hizo soltar para repetir la estrategia de la kunoichi y lanzarles más bolas de nieve a los sujetos mientras la hermana abría el portón. El hombre del corbatín por su parte lucía furioso por el lamentable espectáculo que estaban presenciando sus ojos.

-¡SON SÓLO UNAS PUTAS BOLAS DE NIEVE!- Rugió. -¡Vayan y córtenles el cuello!- Vociferaba.

La chica logró destrabar el seguro y abrir el lugar, dejó que Nonoha entrara primero, luego ella y de último cuando el hermano dejó de lanzarles bolas a los maleantes se deslizó por el piso hasta el interior y la hermana cerró la puerta tras ellos. Los guardaespaldas entonces corrieron y empezaron a intentar forzar la puerta, pero seria inútil ante el hecho de que la muchacha había encontrado un fierro con el cual trabar la puerta.

-¿¡Y ahora que hacemos Leo!?, ¡Estamos encerrados!-

Efectivamente, se habían logrado esconder dentro de una gran bodega donde se encontraban todos los viejos utensilios de la academia de baile, había viejos uniformes, sillas y cajas, muuuuuchas cajas. Los sujetos golpeteaban el porton mientras el hermano apretaba los puños y los dientes. Quería salir a golpear al sujeto y a sus hombres, pero no podía irse contra dos hombres armados, sería una locura.

Pronto una figura proyectaría una sombra en la puerta, era la de un joven adolescente portando un kimono y katana. Tatsuya había llegado por indicaciones del dueño del restaurante. Al ver la escena no supo con exactitud que era lo que ocurría pero algo era seguro: no era nada bueno que estuvieran armados. No se iba a lanzar a lo loco, debía asegurarse de que estaba pasando para dar un veredicto.

-¡Alto!- Gritó para llamar su atención. -¡¿Qué estan haciendo?!- No veía a Nonoha ni a los bailarines por ningún lado, lo cual le resultaba muy alarmante. No quería pelear, pero algo le decía que la situación estaba mal.

-TÚ ¿Quién te crees que eres?- Su respuesta fue otra pregunta.


RE: Nieve sobre los cerezos. - Nonoha - 13/05/2016

Un gran alivio le invadió al ver que su improvisada estrategia había dado resultado y ahora se alejaban corriendo. Aunque justo ahora estuvieran encerrados, se sentía mucho más tranquila. Mientras descubrían como salir de allí podía pensar en algún plan, algo que les sirviera como distracción, necesitaban ganar tiempo y como no, descubrir la forma de salir antes de que los dos rufianes del otro lado de la puerta lograran entrar y culminar con el trabajo que habían comenzado.

Tras algunos minutos de guardar silencio Nonoha se acercó a los hermanos, que lucían mucho más preocupados que ella, y observándoles de forma curiosa se animó a preguntar- ¿Quién es ese hombre? ¿Y porque quiere volvernos picadillo? – sus orbes azules se posaron sobre la puerta y luego, un par de minutos después, nuevamente sobre ambos jóvenes, lo hizo un par de veces es espera de alguna respuesta.

Aunque estaban encerrados no todo era malo, al menos eso creyó. Alli dentro habían muchas cosas que podían utilizar, si habían logrado salir bien librados con simples bolas de nieve, seguramente harían grandes cosas con lo que allí se encontraba. Se alejó de los mayores y se encamino hasta algunos de los objetos que se encontraban allí, ya llenos de polvo por falta de uso, abandonados.

- Hay muchos objetos interesantes aquí, podemos usarlas y defendernos –canturreo la jovencita mientras tomaba cosas, las observaba y dejaba de lado para repetir la misma acción con otras cosas. Buscaba algo con el suficiente filo para rasgar la tela de su kimono, aquella prenda le hacía imposible moverse como deseaba. Sabía que muy seguramente su madre se enfadaría cuando viera los harapos en los que se había convertido el lindo kimono rosa.

- ¿y bien? ¿Qué dicen, no creen que aquí hay muchas cosas útiles? -

Les vio de reojo mientras continuaba amontonando cosas.

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Off: Disculpa lo corto del post x'D


RE: Nieve sobre los cerezos. - King Roga - 13/05/2016

Los sujetos seguían intentando abrir las puertas de la bodega, la chica se sobresaltaba cada que golpeaban el portón mientras el muchacho lo único que quería era romperles los dientes a los sujetos cuando de repente los jóvenes escucharon la interrogante de la pequeña. Ambos hermanos se vieron a las caras ante la pregunta y decidieron contarle a la kunoichi lo que ocurría en lo que ella se dedicaba a buscar, después de todo ahora ella se encontraba involucrada indirectamente al haberlos seguido.

-Muy bien, creo que debemos contarte el resto de la historia.- Anunció.

-Verás, cuando la escuela se encontraba en decadencia nuestro mestre decidió hipotecar este lugar para evitar cerrarlo y así talvez mantenerse durante un tiempo más y talvez así ganar tiempo para encontrar más alumnos- Un nuevo golpetazo la hizo asustarse y cortar, pero al tranquilizarse siguío narrando. -Sin embargo eso no ocurrió y tuvo que pedir un préstamo para pagar la hipoteca, endeudándose con alguien más.

-Nuestro carismático amigo Goru, a quién ya has tenido el disgusto de conocer- Dijo con tono de desagrado. -Goru obliga a la gente que le debe a realizar trabajos forzados para pagar los intereses de sus deudas, pero como sube las tasas más y más resulta imposible hacerlo.- Apretó los puños al pensar en el hombre del corbatín.

-El retiene a la gente en contra de su voluntad y se aprovecha para arrebatarles sus propiedades, así quedándose con los terrenos mientras usa a sus deudores como esclavos.- La chica juntó sus manos cerca de su pecho demostrando el pesar que sentía. -No quisimos dejar que el se saliera con la suya así que robamos los títulos de propiedad de la escuela.-

Mientras ellos se intercalaban en su narración Nonoha probablemente encontraría algunas pesas para ejercicios dentro de las cajas de cartón, además de cuerdas para saltar y demás objetos para gimnasia. En el suelo se podrían observar trozos de un espejo roto que antaño debió estar en el salón principal... El muchacho miró hacia arriba de la bodega y divisó las ventanas por las cuales podrían salir, pero dudaba que las cajas de cartón aguantaran el peso.

-Tsk, me gustaría darle su merecido a ese tipo y así dejar libre a nuestro mestre...- Pateó una caja del enojo. -...pero por ahora debemos encontrar la manera de salir de aquí con vida-

Mientras tanto Tatsuya no sabía lo que ocurría en ese lugar, sólo sabía que había dos matones intentando forzar una puerta y un sujeto de mala cara frente a él. No entendió a que cuento venía la pregunta que hizo el hombre del corbatín, ante lo cual se quedó pasmado sin saber que responder y sin saber que hacer. No tenía ninguna prueba de que estuvieran haciendo algo malo aunque su instinto le dijera que sí pasaba algo raro en ese lugar.

-¿No escuchaste lo que te dije?- Intentó amenazarlo. -Estás en propiedad privada ¡fuera de aquí!-

-Yo...- Dió un paso hacia atrás. -Discúlpeme, pero ando buscando a una niña de cabellos marrones y kimono rosa... Me dijeron que la vieron venir hasta aquí- Dijo un poco dudoso, en realidad le habían dicho que los jóvenes se la había llevado pero no quiso usar palabras inapropiadas pues desconfiaba del sujeto.

La expresión del hombre cambió al escucharlo y se tornó en una sonrisa maléfica, chasqueó los dedos de la mano derecha y entonces uno de sus secuaces dejó de intentar forzar la puerta para caminar lentamente con wakizashi en mano en dirección a donde se encontraba el genin de Taki con cara de pocos amigos.

-Te di la oportunidad para que te fueras, pero como no quisiste ahora tocará sacarte de por las malas- Dijo maliciosamente el hombre.

Tatsuya se dió cuenta de que era un sujeto peligroso y que no podría llegar a un acuerdo pacífico. La duda se fue de sus ojos reemplazándola por una mirada de determinación mientras llevaba su mano hacia el mango de su espada. El guardespaldas no retrocedió ante ese acto y parecía aún más decidido a degollarlo, se relamió el labio superior justo antes de agarrar carrerilla y saltar hacia Tatsuya con el impulso. El hombre colocó en vertical el filo de su arma y dió un tajo que debió haberle cortado muy profundo, pero para su sorpresa el arma no llegó a hacerle ningún rasguño al joven que simplemente se había quedado ahí parado.

"Hace rato que quería probar esto... Aunque no estoy muy seguro de querer usar el Kikai tan seguido, es un gasto un poco elevado de chakra"

Tras comprobar la utilidad de su jutsu Tatsuya tomó la espada envainada y golpeó en el estómago al guardaespaldas aprovechando que se había descubierto para luego propinarle una patada en el otro costado del torso que hizo al hombre retroceder y llevarse los brazos al estómago por el dolor provocado mientras emitía un quejido por el daño.

-No quiero pelear, pero si insisten no me dejan otra opción.-


RE: Nieve sobre los cerezos. - Nonoha - 22/05/2016

La jovencita escucho atenta la historia de ambos jóvenes, mientras continuaba buscando entre las cosas viejas y amontonadas del lugar – Oooh, ya veo–exclamo con sorpresa ante la confesión de la muchacha. Ahora entendía mejor el porqué de lo que sucedía, todo era más claro, podía comprender porque aquel sujeto los buscaba con insistencia.

Mientras rebuscaba entre las cosas, se topó con algunas cajas de cartón, pesas y trozos de cristal roto, también habían algunas sogas… - Cuando logremos salir de aquí muy seguramente logres atinarle un buen golpe! –comento la menor mientras simulaba golpear algo, volvió la vista a los trozos del espejo roto y dando un par de pasos a donde se encontraban tomo uno “lo siento mama”.

El crujir de la tela rasgándose bajo el filo del cristal resonó en la habitación, fue difícil, la tela se cortó de forma tosca, dañándola por completo. Nonoha solo buscaba retirar parte de la tela inferior que tantos problemas le causaba al andar “pudo ser peor” pensó, una vez retiro el trozo restante de la prenda. Ahora el lindo kimono rosa no era más que un desastre, no había logrado cortarlo de forma pareja , apenas y llegaba a la altura de sus rodillas -¡Bien! - dejo la tela sobrante y el cristal sobre una de las cajas mientras volvía su atención a ambos hermanos.

Hay muchas cosas aquí que pueden sernos muy útiles, no tenemos armas ni somos tan fuertes como esos dos –vio de reojo la puerta, la que deseaban abrir del otro lado los matones de aquel cobrador – Pero, somos listos, solo es cuestión de usar la imaginación –sonrió un poco mientras intentaba lucir convincente- quizás no funcione y terminemos mal, pero al menos quiero divertirme un poco – Su pesimista forma de pensar salió a relucir, sin embargo no se consideraba pesimista, solo un poco realista.

La puerta terminaría cediendo tarde o temprano, antes de que eso sucediera debían ingeniárselas para ganar más tiempo y de alguna forma escapar de ahí. Pensó en infinidades de veces, que usar el cristal roto como arma era una buena opción, pero prefería evitar cualquier enfrentamiento directo, era arriesgado aun cuando les superaban en número.

“Necesitamos buscar otra salida o bien…hacer una” Nonoha le dio un vistazo al techo y diviso las ventanas que el mayor de los tres logro ver también- Si de alguna forma lográramos lanzar un par de pesas por una de esas ventanas, atadas a una soga, podríamos usarlas como contrapeso y subir – sonrió ampliamente mientras extendía los brazos- ¡podríamos salir! – una idea descabellada seguramente, pero era lo único que su mente había logrado procesar en tan poco tiempo. No era la mejor estratega y sus ideas casi nunca funcionaban, solo contaba con su gran imaginación.

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Off: y después de casi un día de intentar entrar, al fin!! asasdasd mi internet apesta xDu ))


RE: Nieve sobre los cerezos. - King Roga - 22/05/2016

—Ohhhh, pero que tenemos aquí, un imbécil queriéndose hacer el valiente— Chirrió los dientes una vez más provocando malestar en los oídos de los presentes. —Opciones te dimos, pero te has querido pasar de listo— Chasqueó los dedos y como por arte de magia otros tres sujetos aparecieron de la nada.

Tatsuya se volteó por reflejo y no pudo evitar sobresaltarse al ver que le habían bloqueado la salida, además el otro tipo parecía ya haberse recuperado del pequeño golpe que le dió. Se lamentó por ser tan descuidado, el hombre del corbatín había resultado ser más precavido de lo que esperaba al mantener guardaespaldas extra en los alrededores. En esas condiciones el Takanashi no podía pelear, eran demasiados y se encontraba acorralado.

—Ya le dije que sólo venía a buscar a una niña— Intentó disuadirlo.

—Ohhh, ¿ya no eres tan rudo verdad?— Sonrió de forma macabra. —Lamento informarte que ya es tarde para arrepentirse—

Por alguna razón al espadachín le chocaba la forma de hablar del sujeto, no podía sonar más cliché. Pero no era momento para preocuparse por el vocabulario del tipo, los tres matones que tenía atrás empezaron a desenvainar sus espadas y por el contrario el Takanashi colocó la suya de nuevo en el cinturón. Cuando los sujetos se lanzaron el realizó una cadena de sellos tras lo cual gran cantidad de rayos salieron de sus manos.

—¡Raiton: Kangehika!—

Si bien la descarga no era la gran cosa fue lo suficiente para asustarlos y hacerlos restroceder un poco, se esperaraban todo menos que fuese un ninja. Antes de que reaccionaran el pelinegro embistió como pudo al hombre que estaba en el centro para luego saltar por encima del sujeto tumbado, echándose a la fuga. Los matones planeaban seguirlo pero tres chasquidos del sujeto del corbatín los hizo frenar.

—Olvídense de él, vayan y abran el maldito portón— Dió otros dos chasquidos pero de manera lenta. —Sí es un shinobi de Uzushio se nos complicarán las cosas, así que háganlo rápido—

A pesar de tener bastante dinero debido a sus turbias movidas no tenía las influencias necesarias en puestos altos, por eso necesitaba expandirse más. Y el primer paso para lograrlo era conseguir los títulos de propiedad de esa escuela. Pronto todos los hombres se dirigieron a al portón y empezaron a empujarlo brutalmente provocando que este comenzara a ceder. La puerta de metal se estaba abollando y entre los cinco no tardarían en tumbarla.

Al escuchar los golpes la morena se sobresaltó pero su hermano la tomó de los hombros para intentar calmarla.

—Tendremos que seguir tu plan, si funciona o no funciona habrá que probar— Una sonrisa de confianza se dejó ver en su rostro. —Subirán primero ustedes dos y cuando estén arriba ustedes me ayudarán ¿de acuerdo?—

Tras esas palabras el muchacho tomó y amarró tres de las cuerdas de saltar a una de las pesas, haciendo nudos en ella para poder usarlos como apoyo. Cuando estuvo lista la lanzó con la esperanza de engancharla en la ventana y así poder escapar; El vidrio se rompió y algunos cristales cayeron en consecuencia, el hermano jaló de la soga para verificar que era estable. Asintió con la cabeza y le ofreció la cuerda a chica con el destrozado kimono.

—Vamos tú primero— Dijo la hermana mientras juntaba sus manos a manera de darle apoyo a Nonoha.

Entre tanto el shinobi de Takigakure seguía merodeando el área, sospechaba que algo andaba terriblemente mal pero no podía acercarse sin el riesgo que el hombre quisiera arrancarle la cabeza. No tenía mas pistas de a donde se había ido la kunoichi y si regresaba sin ella no podría verle la cara al señor Ren. Si la niña se veía lastimada de alguna manera no se lo perdonaría.

"Tengo que averiguar que trama ese hombre"


RE: Nieve sobre los cerezos. - Nonoha - 27/05/2016

Junto sus manos y asintió como respuesta a la afirmación del muchacho, era un plan descabellado pero no había mucho que hacer. Pronto el mayor amarro algunas de las sogas y en uno de los extremos anudo una de las pesas, Nonoha observo expectante cuando el muchacho lanzo el objeto hacia la ventana, esperando que resultara.

Sonrió al ver que la pesa que habían usado como “ancla” se engancho en algún lugar del marco de la ventana. Antes de decidirse a subir por la cuerda tomo consigo el trozo de tela y el cristal que había usado para cortarla, enrollo la misma alrededor de su puño y tomo el cristal en su boca, suavemente para no lastimarse. Solo quería tener algo con lo cual defenderse si las cosas llegaban a empeorar.

“No puede ser tan difícil” se dijo a si misma mientras comenzaba a subir por la cuerda despacio, al principio de forma lenta pero conforme avanzaban los minutos, más rápido, así hasta llegar a la cima. Con su mano envuelta en la tela retiro los vidrios que habían quedado en la ventana, despejando así el camino, una vez pudo apoyarse en la ventana, más específicamente en su marco, retiro el trozo de cristal de su boca y lo escondió entre su ropa.

Movió sus manos animando a los otros dos a subir, la puerta que los separaba de los rufianes de apoco comenzaba a ceder, amenazando con abrirse en cualquier momento – debemos darnos prisa, esa puerta no podrá aguantar mucho más – la ojiazul a penas y desvió la vista hacia afuera, midiendo quizás la altura que había y pensando en si podrían saltar sin ningún problema, de llegar a verse obligados claro.

Se quedó allí, ayudando desde arriba a cualquiera de los dos hermanos que se dispusiera a subir, halando de la soga para facilitar y hacer más rápido el ascenso.


RE: Nieve sobre los cerezos. - King Roga - 27/05/2016

La morena fue la siguiente en subir, el hermano quería estar seguro de que ambas chicas estuvieran a salvo. No es que fuera machista, pero sentía la necesidad de protegerlas. La hermana poco a poco fue subiendo, apoyando sus pies en los nudos que tenía la soga para apoyarse. Sin embargo, cuando ella ya estaba llegando hacia la parte de arriba ocurrió lo peor, la puerta cedió y entonces los cinco hombres entraron con caras de pocos amigos.

—¡Ustedes dos vayánse de aquí!— Les gritó el hermano desde abajo. —¡Yo los detengo!—

—¡Leo no seas idiota!— Contestó su hermana con una lágrima en el ojo.

—¡Ya sabes lo que tienes que hacer!— E inmediatamente se lanzó él solo contra los cinco.

Los hombres tomaron sus armas dispuestos a destajar al muchacho, pero no se esperaban que se barriese en el piso para derribarlos haciendo una chuza con tres de ellos, provocando que cayensen en algunas de las cajas de cartón. Los dos restantes se acercaron peligrosamente pero el chico se las apañó para lanzar un par de potentes patadas, haciendo una voltereta mientras desarmaba de sus espadas a los maleantes. Sin embargo, la suerte se le acabó cuando el hombre del corbatín se acercó a sus espaldas, el muchacho al darse la vuelta quizo hacer una maroma pero el jefe lo detuvo en seco con una simple bofetada, mandándolo al piso.

—A mi no me vengas con tus saltitos de chango hiperactivo— Se burló el sujeto

Pronto los demás hombres se incorporaron y se acercaron al chico tendido para patearlo y darle de pisotones. La hermana horrorizada ahora estaría a la par de Nonoha en el marco de la ventana, pero dudaba su irse o quedarse para ayudar a su hermano. Tenía sentimientos encontrados, por lo que ahora dependería de la decisión que tomase la kunoichi.

Mientras tanto Tatsuya seguía buscando otra forma de entrar al edificio, presentía que algo terrible estaba ocurriendo cómo para que el sujeto tuviera tanto interés en sacarlo de ahí. Pensó que lo mejor sería ir a la parte trasera del edificio, buscando quizás otra puerta de acceso. Corrió entonces mientras los copos de nieve parecían aumentar en cantidad, estaba próximo a llegar a la parte de la bodega.

"Debo averiguar que está pasando"


RE: Nieve sobre los cerezos. - Nonoha - 30/05/2016

El crash de la puerta sediento ante los golpes de los sujetos afuera, solo hizo que girara el rostro para ver de qué se trataba – pero… ¿qué haces? – para cuando se dio cuenta el muchacho, tras dedicarles cortas palabras se abalanzo sobre los hombres, creyendo que podría detenerlos él solo, aun cuando su hermana intento detenerlo.

Aunque al principio todo pareció ir a favor de Leo, solo fue cuestión de minutos para que lo neutralizaran. Ahí estaba el hombre trajeado de nuevo. La castaña hizo una leve mueca de desagrado, no podían irse y dejarlo, no podían abandonarlo allí sin más ¿entonces, qué hacer? Quizás crear una distracción funcionara, por el momento parecían haberse olvidado de ambas, debían aprovecharse de ello y pensar rápidamente en un plan que los sacara rápido y vivos de allí.

Nonoha observo detenidamente la pesa que habían usado como contrapeso y se preguntó si no podrían darle ahora un nuevo uso, la desengancho del marco y luego observo a la muchacha a su lado – ¿qué tan buena eres lanzando cosas? -sonrió con picardía mientras le observaba fijamente – tengo otro descabellado plan~ –canturreo en voz muy baja – ¿crees que logremos ondear la cuerda aun estando esa pesa en el extremo? se que es muy pesada y quizás ni siquiera pueda hondea pero...- continuo explicando mientras sonreía divertida- puede que no funcione y entonces necesitaríamos un plan b… -sus ojos se pasearon por todo el lugar- aun trabajo en el – solo deseaba que la morena dejara dejara la preocupación de lado, aunque claro, era dificil...su hermano estaba siendo golpeado desconsideradamente...

Mientras imaginaba eh intentaba sacarse de aprietos, tuvo la necesidad, quizás solo fue un presentimiento, de ver hacia fuera de la ventana. Lo primero que vio fue la nieve caer, los copos caian con más intensidad que antes, lo segundo que sus ojos le permitieron ver, fue a alguien acercarse.

Pss, pss pss

Intento llamar la atención de aquel que a lo lejos se acercaba, sabia lo estúpido que resultaba dicha acción cuando la persona se encontraba tan lejos como para escuchar. Solo quería que algo “mágico” pasara para que aquel personaje que se veía a la distancia, pudiera ver en el aprieto en el que se encontraban. si, un milagro, eso quería…

Sin tener muchas opciones, opto por retirar el trozo de tela de su mano, ese que antes había usado para quitar los vidrios rotos que habían quedado en la ventana y lo lanzo sin más hacia afuera…

“espero lo vea”

Ni por asomo imagino, que aquel que merodeaba no muy lejos de ahí era tatsuya.


RE: Nieve sobre los cerezos. - King Roga - 30/05/2016

Lea, con lágrimas en los ojos se le quedó viendo sorprendida a Nonoha quién, a pesar de las circunstancias no tenía planes de huir. La morena sonrió y se enjugó las lágrimas con el brazo, sonriendó mientras veía a la kunoichi, volteó la mira hacia abajo y se tronó los dedos de las manos, dispuesta a pelear, aunque no estaba muy segura del plan en sí.

—De que puedo lanzar cosas, puedo lanzar cosas, reéme— Dijo enseñando el brazo. —Pero, ¿y si falla? Es una idea loca— Una gota de sudor se vió en su frente.

Los hombres seguían apaleando al hermano con furia mientras el tal Goru se carcajeaba horriblemente, en determinado momento chasqueó los dedos y la paliza cesó, dejando ver algunas manchas de sangre en el suelo y a un malherido Leo que ni siquiera podía mover los brazos. El hombre del corbatín se agachó para acercarse al moreno mientras sonreía de manera sinestra.

—Dime donde están los documentos, canta ahora o ya nunca podrás hacerlo—

Leo entonces, le escupió en la cara.

—Ya veo— Dijo riendo. —¿Así que prefieres que sea tu hermana la que cante eh? Es más, creo que después de sacarle la información puede que se me antoje gozarme a las dos chicas.-

Los ojos de Leo se inyectaron en sangre y volteó como pudo la mirada hacia la ventana, abriendo los ojos al ver que su hermana y Nonoha aún no se iban. Goru se levantó y chasqueó cinco veces los dedos, tras lo cual dos sus guardaespaldas se empezaron a dirigir hacia la ventana rota. El jefaso sacó un pañuelo y con parsimonia se empezó a limpiar el sanguinolento escupitajo.

Entre tanto, caminando iba el Takanashi, buscando una puerta cuando a lo lejos vió algo caer desde lo alto, aunque no supo distinguir que era. Sin embargo le llamó la atención y decidió correr hacia el misterioso objeto, para su sorpresa vió parte de los cristales rotos en el suelo y alzó la mirada viendo a la chica de cabellos marrones y a la morena en la cornisa de la ventana.

—¡Nonoha-chan!— Le gritó mientras usaba sus dos manos para amplificar su voz. —¿¡Qué estás haciendo!? ¡Hay unos tipos peligrosos aquí! ¡Baja de ahí inmediatamente!— Dijo extendiendo su mano y señalando al piso.

Estaba bastante preocupado, además que se sentia incómodo al notar que estaba acompañada por uno de los dos bailarines que estaba persiguiendo el tipo del corbatín. Lo último que necesitaba era verse involucrado en un lío mayor, aunque quizás sería inevitable.

El hombre en el interior chasqueó una vez más los dedos, tras ello uno de sus secuacez tomó a Leo y lo colocó de frente al jefe, mientras sus otros dos guardaespaldas se colocaban a la par del hombre del corbatín.

—Perdiste tu oprtunidad para hablar— Dió un par de pasos mientras sacaba una navaja —¿Sabes?, no tengo intenciones de matarte, pero tampoco quiero que me delates, y conozco un buen método para estos casos— Casqueó cuatro veces los dedos y sus guardaespaldas abrieron bien sus bocas, dejando ver que les habían cortado la lengua. —¿No te parece una buena idea? ¡Funciona de maravilla!— El hombre esbozó una sonrisa diabóloca mientras se acercaba lentamente hacia Leo.


RE: Nieve sobre los cerezos. - Nonoha - 3/06/2016

¿Y si falla dices? –la muchacha no pudo evitar no sonreír-¿no sería peor no hacer nada? –le interrogo mientras le observaba curiosa. Antes de poder decir otra cosa, Nonoha desvió la vista al sujeto trajeado ante las palabras que escucho salir de sus labios, se mordió el labio inferior mientras intentaba pensar en un mejor un plan – que difícil –canturreo sin abandonar la calma. Que se acercaran e intentaran atraparlas no era nada bueno, pensó incluso en que podían lanzarse por la ventana, pero la idea de abandonar a Leo era algo que no estaba en discusión.

¿Hm? – Parpadeo rápidamente al escuchar que alguien le llamaba, no tuvo reparos en asomar la cabeza y ver hacia el exterior, aun sabiendo que los hombres se acercaban, y ante un descuido como aquel, atraparla sin más – ¡TATSUya….! - se cubrió la boca apenas logrando callarse, susurrando las ultimas silabas. Vio e reojo hacia dentro, los hombres cada vez estaban más cerca, volvió la vista al muchacho afuera y negó rápidamente ante su petición.

“No puedo, no puedo” se repetía mentalmente, sin decirlo realmente, no podía si no deseaba que se enteraran que había alguien más. Giro el rostro rápidamente al escuchar la voz desagradable del mayor una vez más y entre abrir la mirada ligeramente al observar lo que estaba por hacer.

¡Qué importa si no funciona, solo hazlo!

Le murmuro a la muchacha, si fallaba al menos habría servido como distracción. La castaña decidió que saltaría del marco e iría a donde se encontraba Leo, en cuando la morena lanzara la pesa atada a la soga – No puedo irme, no puedo dejar a Leo! – grito al chico fuera, mientras se acomodaba en el marco dándole la espalda.

Tomo el trozo de espejo que había escondido en sus ropas, confiando en que podría defenderse con él una vez saltara y estuviera nuevamente en el suelo.

Debe funcionar, debe funcionar, debe funcionar

Murmuraba una y otra vez, intentando convencer de aquello…


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