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Memorias del pasado - Versión para impresión

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RE: Memorias del pasado - Ritsuko - 11/01/2016

El recado había terminado, la pelirroja había localizado el hospital y ya solo le quedaba dejar que el chico que la acompañaba ingresara para ser atendido mientras que ella se dirigiría al museo que habían pasado momentos antes. ~ A ver si alguna me inspira… ~ Pensaba alegremente la kunoichi que planeaba verificar todas y cada una de las armas con la idea de hacerse alguna idea para sus propias armas e ir hacerle pedido especial a algún herrero en su aldea.

Pero parecía ser que no había terminado con el asunto del hospital, Juro le había dirigido la palabra y parecía estar bastante interesado en el asunto. - Si, iba ahí pero que va. - Consultó la pelirroja que se había quedado estática en su lugar a la espera de alguna respuesta, no planeaba moverse de allí hasta que el chico ingresara o demostrara estar completamente bien.

- ¿Vas a mirar algún arma en concreto? -

Consultó al cabo de unos instantes el chico que por algún extraño motivo no se veía tan 'dañado' como lo había estado viendo previamente la chica. - Nada en particular, miraré lo que tengan y veré si me inspira alguna. - Respondió con una sonrisita la chica que había optado por acercársele nuevamente pero esta vez para consultar aparte. - ¿No irás a que te revisen? Aunque sea para que te arreglen la nariz. - Agregó con los ojos clavados en la nariz del chico y ligeramente visca a causa de la corta distancia que los separaba.

Seguía convencida de que ella había sido la que le acható la nariz con el choque y como nunca le dijeron lo contrario pues más motivos para créerselo por muy ridículo que fuera, además que la máscara que traía era más dura de lo que parece incluso con esa capa de goma que la recubre. ~ ¿Podría arreglársela yo...? ~ Se preguntó a si misma alzando la diestra para acercar los dedos índice y medio a la nariz del chico, como si pretendiese meterlos en las fosas nasales. ~ De un tirón tal vez… ~



RE: Memorias del pasado - Eikyuu Juro - 12/01/2016

- Nada en particular, miraré lo que tengan y veré si me inspira alguna. -

Tambien es una buena opción - asintió Juro, algo desanimado.

Aunque sonase extraño, le dio pena que no tuviese un arma predefinida. Casi nadie la tenia...

Antes de poder decir nada más, la chica decidió acercarse a él de nuevo sin ningún tipo de aviso. Juro no pudo retroceder -retroceder significaria entrar en ese hospital y perder la oportunidad de ir al museo - así que trató de mantenerse firme. La extraña kunoichi nuevamente le sorprendió nuevamente preguntando por el estado de su nariz.

- ¿No irás a que te revisen? Aunque sea para que te arreglen la nariz. -

Juro fruncido el ceño, extrañado, pero trató de ser amable. Después de todo, Ditduko sólo quería ayudarle. Al menos eso quería pensar.

-No puede estar tan mal, ya ni me duele, por el camino se me ha pasado - murmuró Juro, en respuesta. Sintió ganas de tocar su nariz, pero se contuvo.

Entonces paso lo más extraño. La chica extendió su brazo y acerco su mano a la nariz de Juro, más bien dos de sus dedos. A pesar de la cercanía, por la lentitud Juro no se lo tomó como una ofensiva o como un ataque. Masa bien, se quedó sorprendido y acorralado, aunque hubiese intentado escapar.

-¿Que haces? - inocentemente, no se movió del sitio. Si le iba a hacer algo, estaba prácticamente indefenso.


RE: Memorias del pasado - Ritsuko - 16/01/2016

La idea era en realidad sencilla, pasearse por todos lados a ver si se encuentra algo bonito o tal vez se encuentra con la fuente que inspiró a su padre a fabricar esas armas que tiene guardadas en casa y que hasta el día de la fecha se ve incapaz de utilizar de una manera eficiente. ~ O puede que me entere que es una imitación de algo mejor… ~ Pensaba la kunoichi aunque seguía haciendo ese extraño gesto con su mano frente a la nariz del chico.

El chico no parecía dispuesto a entrar en el hospital y eso que hasta hace unos minutos había estado completamente convencido de que necesitaba un chequeo, ya sea por lo que escuchaba o no escuchaba, además de los coloreados en su rostro que hacían pensar a Ritsuko que tenía fiebre de paso, aunque era un tanto complicado que le diera por culpa de un simple cabezazo. Pero igual, parecía muy seguro de que todo había pasado y no entraría al hospital, así que tendría compañía dentro del museo o puede que se separen al llegar pero la atención de la kunoichi estaba centrada en la nariz ajena y a causa de la corta distancia se mantenía algo visca.

- A ver si puedo… - Susurró más para si misma que para su interlocutor y acto seguido insertó ambos dedos en la nariz del azabache y luego dio unos leves tironsitos como si pretendiese estirarle las fosas nasales aunque no tardaba en recuperar la forma que para ella era demasiado achatada. - Como que no… - Se quejó la kunoichi al ver que sus intentos resultaban inútiles y terminó por remover ambos dedos sintiendo cierta humedad en ellos.

Luego de ese pequeño acto con el que se ganó un par de miradas de desaprobación de los que pasaban la kunoichi se enderezó pero no sin antes frotar un poco los dedos en la ropa ajena para 'limpiarse' lo que se le había pegado. - Entonces… ¿Vamos? - Dijo finalmente la pelirroja justo antes de darse media vuelta y retirarse por la misma dirección por la que habían llegado, ya si el shinobi la seguía o no él sabría y a ella le daba igual, después de todo él tenía total libertad de hacer lo que quisiera y ya se había despedido previamente así que no le debía nada.



RE: Memorias del pasado - Eikyuu Juro - 17/01/2016

- A ver si puedo… -

- ¿Eh?

El pobre Juro no entendio nada hasta que fue demasiado tarde. Los dedos de la extraña chica se metieron dentro de su propia nariz, y trató de tirar. El chico soltó un quejido mientras se preguntaba que diablos estaba pasando. La calavera parlante fue cuidadosa, y soló dio breves tirones. Aun así, algo de dolor si que tuvo. Luego, simplemente sacó la mano, viendo que no podía conseguir lo que quiera que quisiese.

- Como que no… -

- Au... - se quejó Juro, llevandose una mano a la nariz - ¿Hacía falta?

Juro supuso que la chica había intentado estirar su nariz, por alguna razón. Era muy rara, eso desde luego. Pero no parecía demasiado peligrosa, y realmente no le había dado motivos para temerla...

Pero Ditduko no dio tiempo a más. Dio la vuelta y se marchó. Juro pensó durante unos momentos irse y alejarse de ellas. Unos momentos que pasaron, antes de darse cuenta de que ciertamente, estaba en medio de ningun lado, no tenía ni idea de donde ir, y para colmo, era su único medio para llegar al museo. Su hermana probablmenete lo encontraría mejor ahí.

Si, era mucho mejor ir con ella, olvidando lo de la nariz.

- ¡Espera! - exclamó, mientras corría para alcanzarla, con mucho cuidado de no chocarse - Venga, tengo muchas ganar de ver las armas. Quizá haya algo parecido a alguna Kusarigama, o algun látigo...


RE: Memorias del pasado - Ritsuko - 20/01/2016

Los intentos por arreglar una nariz teóricamente aplastada fueron en vano, y claro si la nariz en cuestión no presentaba ningún tipo de problema pero la chica estaba convencida de que no era normal lo que veía. ~ Al cabo que ni es mi nariz… ~ Pensó la chica mientras se retiraba independientemente de si seguía en compañía del azabache o no, después de todo el objetivo lo llevaba claro desde el mismo instante en que salió de casa.

Respecto al comentario que había hecho el chico previamente, Ritsuko simplemente lo pasó por alto, la respuesta sea cual sea él mismo podría imaginársela y posiblemente terminase acertando piense lo que piense. Ahora lo importante era llegar al museo antes de que cerrase sus puertas, que si bien faltaban varias horas para ello aún estaba la posibilidad de que la pelirroja girase mal en alguna esquina y se terminase perdiendo pero por suerte, o no tanta, el shinobi de Uzushio había optado por seguirla y no se tardó nada en alcanzarla ya que no iba demasiado rápido.

- Venga, tengo muchas ganar de ver las armas. Quizá haya algo parecido a alguna Kusarigama, o algun látigo...

Había explicado ni bien se reunieron nuevamente, aunque Ritsuko apenas si se había frenado para darle la posibilidad de alcanzarle sin tener que correr demasiado. - ¿Te gustan de ese estilo? - Preguntó con su tonito de niña inocente para retomar la marcha. - Prefiero armas al estilo tonfa, fáciles de manejar y sirven bien para defender. - Agregó al cabo de unos instantes retomando las calles que previamente habían recorrido cuando iban al hospital.

Lo bueno de la pelirroja era que era capaz de guiarse por letreros y cosas similares que veía por el camino y gracias a ello no tardaron nada en llegar nuevamente a la entrada del museo donde la pelirroja no tardó en ingresar y tras pagar unos cuantos ryos le permitieron la entrada sin ningún tipo de inconvenientes, poniendo claro las advertencias típicas de que no se debían tocar las cosas en exposición ni apoyarse en vitrinas y demás cosas típicas de los museos.

Dentro del lugar lo primero que hizo fue esperarse a que Juro llegase, puede que él tuviese medianamente una idea de donde ir dentro del establecimiento o puede que terminasen separándose definitivamente allí, quien sabe.



RE: Memorias del pasado - Eikyuu Juro - 22/01/2016

- ¿Te gustan de ese estilo? - Preguntó con su tonito de niña inocente para retomar la marcha.

- Si, son mis favoritas - respondió, complacido de que su interlocutora le hiciese algo de caso después de todo.

- Prefiero armas al estilo tonfa, fáciles de manejar y sirven bien para defender. - Agregó al cabo de unos instantes retomando las calles que previamente habían recorrido cuando iban al hospital.

- La verdad es que es una buena opción. Yo no soy mucho de armas fuertes, prefiero desequilibrar al oponente y aprovecharlo - contestó Juro, encogiéndose de hombros - Todo depende de tu estilo de pelea de todas formas

Ambos pagaron la entrada en ryos para poder acceder al prestigioso museo. Para satisfacción de Juro, esta vez su nueva compañera aplasta narices decidió esperarle. Al menos se sentía algo importante, no iba a abandonarle nada más darse la vuelta. Al menos de momento..

Juro trató de observar el lugar. La entrada no era muy grande, una especie de recepción pintada de blancas paredes. No se veía ninguna vitrina, pero si varios carteles donde se indicaba cada lugar. Había dos caminos a los lados de la recepción y el mostrador, que debían de llevar hacia dos rutas o salas distintas.

-Vale... ¿Por donde quieres empezar? - le preguntó a su compañera, por si ella tenía alguna idea.


RE: Memorias del pasado - Ritsuko - 28/01/2016

~ Látigos y cadenas… ~ Pensaba la kunoichi mientras comenzaba a marchar por los pasillos del museo, esas armas definitivamente no eran de su estilo por lo inquieta que era, terminaría enredándose y sirviéndose en bandeja de plata a quien sea con quien esté peleando y eso claramente era algo muy malo que no se podía permitir.

Con ese pensamiento la chica devolvió la mirada a aquel que la acompañaba para analizarlo una vez más, de pies a cabeza como si pretendiese encontrarse con algún detalle nunca antes visto. - Supongo que te pega… - Soltó de la bendita nada para luego seguir la marcha mirando cada cosa que se encontrase tras las vitrinas. En este mismo instante estaban encaminados al sector donde estaban las katanas, de todas las longitudes posibles, algunas curvas y otras rectas, algunas algo más llamativas con gemas preciosas incrustadas en la empuñadura pero era más que sabido que ese tipo de armas solían ser las más frágiles, incluso puede que ni filo tuviesen aunque claro, réplicas las había en todos lados.

- La verdad es que es una buena opción. Yo no soy mucho de armas fuertes, prefiero desequilibrar al oponente y aprovecharlo - contestó Juro, encogiéndose de hombros - Todo depende de tu estilo de pelea de todas formas

Respondió el joven de Uzushiogakure, dándole la impresión a la pelirroja de que no la había escuchado o incluso de que no tenía mucha idea de lo que unos tonfas eran realmente por lo que no tardó en frenarse y voltearse. Si, lo haría cada vez que fuese a hablarle. - Pero que los tonfas no están hechos para atacar… Son palos y ya. - Le decía con una ceja en alto aunque el chico no lo notaría a causa de la máscara. Lo que si podría percibir era que la velocidad del habla de la chica estaba comenzando a acelerarse nuevamente.

-Vale... ¿Por donde quieres empezar? -

Preguntó el chico a lo que ella simplemente respondió voltéandose para ver las indicaciones de los carteles. Definitivamente no obtendrían una respuesta directa y tendrían que revisar cada sector en busca de sus armas deseadas, después de todo lo que ambos buscaban no llegaba a ser lo suficientemente popular como para tener su propio pabellón.

- ¿Que tal el sector de hachas? Seguramente por ahí tengan las armas del estilo guadaña como la kusarigama que decías. - Sugirió la kunoichi mientras se acercaba a una de las puertas para asomarse y ver infinidad de espadas, arma que poco le interesaba ya que seguramente perdería fácilmente al igual que sus baikunais que de no ser porque los perdía probablemente tendría unos veinte.



RE: Memorias del pasado - Eikyuu Juro - 30/01/2016

Juro siguió caminando al lado de su compañera, secretamente agusto de que alguién le escuchase. Ella no parecía poner cara de asco cuando le contaba sus preferencias. Claro, llevaba una calavera en la cabeza. Pero bueno, a él le bastaba...

Caminaron por el sector de las katanas. Sus jovenes ojos se posaron por multitud de estas espadas, desde pequeñas hasta enormes, con diferentes mangos, empuñaduras, colores, incluso formas...

Era una lastima que él odiase las espadas.

- Pero que los tonfas no están hechos para atacar… Son palos y ya. -

Juro miró a su compañera y frunció el ceño, sin entender a donde quería llegar. Quizá le hubiera malinterpretado. Juro trataba de expresar que ese tipo de armas no le gustaban, aunque si que era cierto que había considerado los tonfas más... ofensivas. Lo dejo pasar, disimuladamente.

- ¿Que tal el sector de hachas? Seguramente por ahí tengan las armas del estilo guadaña como la kusarigama que decías. -

A Juro le brillaron brevemente los ojos, por la sugerencia de su compañera. Ciertamente, ese lugar tenía mucha mejor pinta que ese.

- ¡Si, te sigo!- exclamó. Más tarde, cuando ya estuvieron entrando en la siguiente sala, se atrevería a añadir- En realidad, personalmente no me gustan mucho las espadas. Esa habitación era interesante, pero bueno...

Dejó la frase en el aire, no sabía si a Ditduko le gustaban o no. Mejor no arriesgarse a ofenderla o algo así. Era su compañera de visita del museo, después de todo. Los dos se adentraron. Cuando los dos empezaron a adentrarse en la nueva sala, pudieron ver multitud de vitrinas. Esta vez las hachas predominaban.

Al pasar por la segunda, Juro se asomó, viendo una hacha gigante. Literalmente. Su mango medía como la mitad de él, y su filo, superaba facilmente su cabeza. O eso le parecía al verla.

- ¿Quién podría llevar algo así? - murmuró, sorprendido. Parecía muy pesada...


RE: Memorias del pasado - Ritsuko - 7/02/2016

No les hacía ningún asco a las espadas y armas del estilo pero tampoco le interesaban demasiado, en cambio en casa tenía guardadas un par de armas que deseaba poder utilizar pero no era todo, tenía en mente conseguirse un arma adicional que le costaría bastante dinero pero que valdría cada ryo invertido. ~ Tengo que teñir la gabardina… ~ Pensaba la kunoichi mientras avanzaba por el pasillo del museo.

- ¡Si, te sigo!-

Exclamó el chico bastante animado como un niño pequeño, claramente lo decía por la propuesta sobre irse al sector de hachas y que le despejaba la duda a la pelirroja. ~ Si, no le gustan las katanas. ~ Se dijo a si misma que estaba aprovechando la situación para analizar medianamente lo que su compañero podría llegar a empuñar aunque claro, al llegar al nuevo sector del museo lo primero que les llamó la atención a ambos fue una monstruosa hacha que fácil pesaría más que ellos dos juntos. - Nosotros seguro que no… - Respondió la kunoichi que estaba un tanto descolocada por las dimensiones de la misma.

De cualquier manera, eso no era lo que a ella le interesaba, quería ver si encontraba la bendita arma a la que le había hechado el ojo hacía unas semanas atrás cuando pasó frente a una herrería de la aldea además que si encontraban la kusarigama posiblemente se encontrarían lo que ella quería. Lo malo es que hay muchos tipos de armas que no tienen un pabellón dedicado en el museo por la poca variedad que se han llegado a encontrar a lo largo de los años.

La kunoichi prefirió seguir su trayecto dejando el hacha de lado, total, hasta dentro de varios años no podría ni intentar levantar esa cosa y para colmo nada le aseguraba que pudiera hacerlo alguna vez en su vida. En su lugar, siguió recorriendo el pasillo mirando cada cosa que encontraba y finalmente lo encontró. - Mira… - Dijo ella alzando la mano para señalar lo que había tras aquella vitrina.

- La kusarigama que decías. - Agregó al cabo de unos instantes ya mirando en otra dirección, siendo que un kama tiene esa forma posiblemente cerca estuviese lo que ella quería y tal cual. En una vitrina similar a la del hacha gigante de antes estaba una hermosa guadaña más alta que ella pero que la hacía babear fácilmente. Mango negro con detalles marrones, una extensa hoja curva con la que se podría decapitar a varias personas al mismo tiempo pero claro, semejantes dimensiones suponían un verdadero reto para empuñarla. ~ Algún día serás mía… ~ Pensaba la kunoichi cuya mirada estaba llena de ilusión y de no ser porque la normativa del museo se lo prohibía ya tendría la cara pegada al cristal.

A saber que estaría haciendo Juro, pero no haría nada para averiguarlo, lo importante era la bendita guadaña gigante.



RE: Memorias del pasado - Eikyuu Juro - 14/02/2016

- Nosotros seguro que no… - Respondió la kunoichi que estaba un tanto descolocada por las dimensiones de la misma.

Juro asintió, silenciosamente. El razonamiento era irrefutable.

Ditduko siguió caminando sin mediar palabra. Juro la siguió, tratando de obsevar el ambiente por el camino. Había más vitrinas, pero todas relacionadas con las hachas. No es que fueran malas armas, claro, prefería las hachas mucho antes que cualquier katana, pero lo cierto era que en ese mismo momento, las hachas estaban fuera de su alcance.

"Puede que dentro de algún tiempo... Tengo que entrenar más. Un shinobi no puede ser tan debilucho..." - reflexionó Juro, cruzandose de brazos.

- Mira… - Dijo ella alzando la mano para señalar lo que había tras aquella vitrina.

- ¿Hmm?

Juro, perdido en el mar de sus pensamiento, trató de entender que quería decir su acompañante. Al levantar la mirada hacia dicha vitrina, lo entendió.

- La kusarigama que decías. -

Si, ahí estaba el arma. La cadena que tanto le había hecho reflexionar. Juro la examinó durante unos momentos. Era un arma interesante, eso desde luego, sin embargo, no tenia nada de elegancia. Bajo la vista hacia el látigo que guardaba, escondido. No se podía comparar para nada. Alzó la cabeza para decirselo a la chica, pero se encontró con que esta no estaba ya a su lado.

No se había alejado mucho, eso era cierto. Juro la encontró mirando fijamente una vitrina, que pronto identificó con una gran sorpresa. Dentro había una gran guadaña, retocada y decorada de una forma bastante bonita. Bonita en lo que se refiere a un arma mortal, claro. En eso le recordaba a su látigo, ideal para su función.

- Vaya... - murmuró, con un silbido de admiración - Eso si es un arma. Elegante, y util. Aunque me pregunto quién podría cargar con eso por la calle.

De repente, imaginó otra vez a Ditduko con la mascara de calavera y con la guadaña gigante a su espalda, paseando tranquilamente por la calle, con la gente apartandose y gritando de horror. Vaya, si eso ya lo había imaginado antes. Que cosas.

- Creo que te pega, ¿sabes? - dijo por fin, echandole un último vistazo.


RE: Memorias del pasado - Ritsuko - 15/02/2016

Lo que hiciera el joven de Uzu le traía sin cuidado, después de todo lo único que había mencionado era una kusarigama y látigos pero esos últimos no alcanzaban a llenar un pabellón al igual que la primera mencionada y a ella al menos no se le ocurría un buen lugar donde podría encontrar armas de esa índole. Además, ella por su parte había encontrado algo que le encantaba y realmente no tenía relación con la máscara que solía utilizar día a día.

~ ¡Algún día podré levantar una de estas! ~ Se decía a si misma la pelirroja que casi babeaba mientras analizaba con la mirada esa belleza al otro lado de la vitrina. Una lástima que seguramente fuese una mera réplica sin filo. - ¡Algún día tendré una como esa! - Exclamó la alegre kunoichi incapaz de despegar la mirada de la vitrina.

- Creo que te pega, ¿sabes? -

- Si… Estaba pensando teñir la ropa de negro… Y tal vez el pelo también… - Comentó ya perdiendo la emoción que había estado sintiendo por ver el arma que tenía delante, se aburría rápido y por ende o se retiraría del museo o seguiría viendo algunas cosas más, aunque dudaba mucho encontrarse algo parecido a las armas que tenía en casa esperando a ser utilizadas alguna vez.

Lo bueno era que no estaba sola y podría llegar a sacar provecho de la situación. - ¿Dónde vamos? No sé donde podrían estar los látigos. - Dijo la pelirroja mientras desviaba la mirada de un lado a otro como si fuese a localizar algo nuevo sin tener que moverse y claro, ahí estaba el problema, la guadaña estaba justo al lado de la puerta de salida del pabellón. Por como iban recorriendo el lugar estos dos shinobis cualquiera pensaría que el museo era realmente pequeño pero como no se detenían ni cinco minutos a ver nada se les pasaba volando.

Por mucho que haya consultado a su compañero, la chica de Takigakure ya había emprendido la marcha a través del pabellón siguiente de museo, en este nuevo lugar habían lanzas de todas las longitudes y detalles pero no le llamaban en lo más mínimo la atención y por ello simplemente se mantenía caminando sin frenarse ni un simple instante.



RE: Memorias del pasado - Eikyuu Juro - 16/02/2016


Si no te importa me quedó con los derechos de esta sala para poner esto. Así al menos rompemos la rutina de sala, arma, sala, arma. Si no tenías nada planeado claro, si no me avisáis y lo quitó.

- Si… Estaba pensando teñir la ropa de negro… Y tal vez el pelo también… - Comentó ya perdiendo la emoción que había estado sintiendo por ver el arma que tenía delante, se aburría rápido y por ende o se retiraría del museo o seguiría viendo algunas cosas más, aunque dudaba mucho encontrarse algo parecido a las armas que tenía en casa esperando a ser utilizadas alguna vez.

Ambos mantuvieron esa pequeña charla acerca de armas, y ropa gótica en medio de la vitrina de la guadaña gigante. Cualquiera que les oyese...

- Bueno... Si lo ves bien - murmuró Juro, encogiéndose de hombros. No sabía mucho de ella, pero era su cuerpo después de todo, no podía decirle nada de ello.

Juro pudo notar que su compañera parecía inquieta. Movía la cabeza de un lado para otro, buscado algo. Más tarde, en cuanto compartiera sus preocupaciones, Juro se daría cuenta de que.

- ¿Dónde vamos? No sé donde podrían estar los látigos. -

- Oh... - Juro sonrió un poco, después de todo, le tenía en cuenta - Probemos con armas contundentes. Quizá por ahí...

No tuvo tiempo de decir nada más. La kunoichi ya se había lanzado a la aventura con el siguiente pabellón. Juro trató de alcanzarla con sus cortas piernas. Al entrar, pudo ver que había un nuevo pabellón, esta vez compuesto totalmente de lanzas de todas las formas y tamaños.

Ditduko claramente no estaba interesada en dichas lanzas. Sin embargo, sus intentos de huir de aquel pabellón serían frustrados. Frente a la puerta, de encontraba un hombre adulto, apoyado sobre la pared. Rondaba los treinta años, y llevaba ropajes totalmente negros, que entonaban con su pelo, igual de oscuro, peinado en una cresta vertical. Juro entonces se dio cuenta de algo.

"Espera... ¿Por que no hay nadie en esta sala?" - de preguntó, frunciendo el ceño, mientras trataba de alcanzar a la chica.

El rostro del hombre se iluminó, en una sonrisa seductora, en cuanto vio a la kunoichi de la máscara. También se fijo en Juro y volvió a sonreír, más normal. Antes de que pudieran cruzar ni media sala, se incorporó de su posición y fue a parar su avance.

- Vaya, vaya vaya - dijo el hombre, directamente a la chica - Habéis entrado en la sala correcta. Yagura Takeshi, ese soy yo. Seré vuestro guía en este increíble mundo metálico que es el ámbito de las lanzas, de principio a fin. No podéis salir de aquí hasta que no veáis lo maravillosas que son estas armas largas. Y de paso, dejar algo de propina por mi increíble servicio.


RE: Memorias del pasado - Ritsuko - 16/02/2016

Si algo no le gustaba a Ritsuko era perder el tiempo y ese pabellón lleno de lanzas era un desperdicio total ya que no tenía nada interesante a sus ojos. Eran buen arma y nadie lo negaba, poseen un alcance considerable y también una buena posibilidad defensiva pero a ella de todas maneras no le gustaban por mucho que tuviesen cierto parecido con la guadaña que había visto en el pasillo anterior.

La idea era salir, Juro propuso ir al sector de armas contundentes y ¿por qué no hacerlo? Después de todo tenía sentido, los látigos no tenían ningún tipo de filo y tampoco se podía considerar arrojadizo, pero claro, no todo podía salir como uno lo planeaba. Un hombre de unos treinta años estaba allí en el camino de la pelirroja que le miraba con cierto desprecio bajo la máscara, aunque le dio un bonito escalofrío al ver aquella sonrisa que sin lugar a dudas era perturbadora si se tenía en cuenta la edad de la joven.

- Vaya, vaya vaya - dijo el hombre, directamente a la chica - Habéis entrado en la sala correcta. Yagura Takeshi, ese soy yo. Seré vuestro guía en este increíble mundo metálico que es el ámbito de las lanzas, de principio a fin. No podéis salir de aquí hasta que no veáis lo maravillosas que son estas armas largas. Y de paso, dejar algo de propina por mi increíble servicio.

Decía el hombre casi que con orgullo, como si esas armas fueran simplemente las mejores en la existencia. ~ Pero no me gustan… ~ Decía en su mente la chica que al final de cuentas decidió seguirle el jueguito. - ¡Lo sé! ¡Son hermosas! Más alcance que las katanas y también ofrecen mejor defensa y ni hablemos de aquellas que pueden ser lanzadas. ¡Con una lanza ni siquiera necesitas preocuparte por las distancias! - Decía la kunoichi acelerando la velocidad de su habla considerablemente y con cierto brillo en su mirada como si realmente opinase todo eso de las armas que estaba tratando de evitar, tal vez de esta manera los dejarían seguir adelante sin problemas y claro, tomar la mano del adulto para dejarle unas cuantas monedas. - Muchas gracias por su excelente servicio, se lo agradeceré por siempre señor Yagura Takeshi. - Dijo con alegría ya dispuesta a escabullirse por un lado del hombretón.

~ Nos vamos a armas contundentes, miramos los látigos y nos vamos… ¡El plan perfecto! ~ Pensaba la genin que suponía no tendría más problemas con el tal Takeshi.



RE: Memorias del pasado - Eikyuu Juro - 17/02/2016

Ante el repentino acoso de aquel extraño hombre, Ditduko respondió de forma increíblemente veloz, puede que ya acostumbrada a los babosos, y trató de complacer al hombre.

- ¡Lo sé! ¡Son hermosas! Más alcance que las katanas y también ofrecen mejor defensa y ni hablemos de aquellas que pueden ser lanzadas. ¡Con una lanza ni siquiera necesitas preocuparte por las distancias! - Decía la kunoichi acelerando la velocidad de su habla considerablemente y con cierto brillo en su mirada como si realmente opinase todo eso de las armas que estaba tratando de evitar, tal vez de esta manera los dejarían seguir adelante sin problemas y claro, tomar la mano del adulto para dejarle unas cuantas monedas. - Muchas gracias por su excelente servicio, se lo agradeceré por siempre señor Yagura Takeshi. - Dijo con alegría ya dispuesta a escabullirse por un lado del hombretón.

- Si, muchas gracias - Juro imitó a su compañera y ambos trataron de rechazar al hombre.

Pero no pudieron ni dar dos pasos.

- Oh, muchas gracias. Así da gusto enseñar a la gente, hasta me habeis pagado... Viendo que adoráis tanto estas armas, colegas lanceros, entonces de mi boca no puede salir nada más... - Empezó a decir, provocando que Juro se alegrase por unos momentos, hasta que... - Nada más además de un montón de datos sobre las lanzas de la sala, por supuesto. Iba a daros una versión resumida, propia de idiotas sin dos dedos de frente. Pero vosotros, adeptos de esta gran arma, merecéis que os de la información con todo lujo de detalles.

Juro le dirigió una mirada a su compañera, con un claro signo de: "Estamos jodidos". Takeshi paso sus brazos alrededor de los hombros de ambos y sin mediar palabra, los arrastró hasta el principio de la sala, al lado de la primera vitrina. En ella había una gran lanza compuesta por un palo alargado y una piedra puntiaguda atada a este con una cuerda.

- Muy bien, tomad asiento si quereis - dijo, mientras miraba hacia ambas salidas, buscando ver a alguien. Como no parecía ir nadie, siguió - Antes de empezar... ¿Donde están vuestras lanzas? ¿Sois shinobis, no? Supongo que habréis traído vuestra arma favorita. Al menos para la firma de lanzas al final de la sesión.


RE: Memorias del pasado - Ritsuko - 17/02/2016

¡El plan de Ritsuko era perfecto! Pero por algún motivo había fallado y ella no tardó demasiado en chocarse con aquel hombre que parecía más que feliz al haber recibido esa pequeña paga por parte de la pelirroja. Debido a esto la kunoichi desvió la mirada hacia su compañero casi suplicando que hiciera algo pero en respuesta básIcamente recibió el mismo mensaje que intentó darle. ~ Estamos jodidos… ~ Pensó la chica que ya se había quedado sin ideas para salvarse de una visita guiada por un pabellón que no le interesaba en lo más mínimo.

Fue entonces que ambos jóvenes fueron atrapados y hasta interrogados acerca de un par de armas que nunca tuvieron en su poder ya que ninguno de los dos estaba realmente interesado en ese tipo de arma pero en ese instante en que le dijeron que tomara asiento que se le ocurrió una excusa de lo más creíble. - Mírenos, así de escuálidos como somos no podemos levantar estas majestuosas armas, al menos las que se ofrecen en las herrerías de nuestra aldea. - Decía la acelerada pelirroja simulando estar dolida por la situación pero no las cosas no terminaban ahí. - Y… Tengo que ir al baño, en serio estoy al límite y él me acompañaba para asegurarse que no me perdiera. ¿Verdad...? - La última interrogante la lanzó a su compañero de Uzushiogakure, con una sonrisa casi suplicante esperando que le siguiera el juego. A no ser que sea mala persona podrían liberarse de una explicación con lujos de detalles y se conseguirían una buena oportunidad para escaparse, después de todo una visita al baño no se le niega a nadie.

~ Deja que me vaya… ¡Te lo ruego! ~ Pensaba ya desesperada Ritsuko que quería desaparecer de ese pabellón, no le interesaba en lo más mínimo escuchar la historia de las lanzas ni tampoco las ventajas y desventajas, lo que ella quería lo tenía demasiado claro y nadie se lo modificaría por mucho que hablasen maravillas al respecto. ~ Ahora que lo pienso… En serio tengo ganas de ir al baño… ~ Razóno la brillante chica al sentir esa sencilla necesidad totalmente natural en un ser vivo. ~ Pero para eso me tiene que dejar irme… No quiero mearme en pleno museo… ~



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