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La gran tormenta - Versión para impresión

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La gran tormenta - Haruto - 27/12/2015

Decidí salir de viaje a los templos abandonados ya que mi padre siempre me hablaba de ese lugar ya que era muy solitario era perfecto para meditar y practicar jutsus sin ningún problema; pero también había escuchado historias de aquel lugar sombrío y terrorífico pero vamos no creía en fantasmas o no por el momento.

Viaje por un par de días y no paraba de llover por suerte tenía de todo en mi maleta provisiones suficientes y además estaba preparado para cualquier reto que viniera ante mi aunque de por si no quería tener que encontrarme con un enemigo pues aun no tenía la suficiente experiencia como para pelear, aunque eso ayudaría y podría afinar mi estilo de batalla pero en estos tiempo nunca se sabía así que durante todo el camino ande precavido.

El bosque se hacía cada vez más espeso no sabía exactamente cuando llegaría solo tenía un mapa que había encontrado en la librería de mi padre, ¿Estoy perdido? me pregunte y aun así seguí caminando. Después de algunas horas decidi tomar un descanso y parar a comer algo, como de costumbre trepe a un árbol que para mi era un lugar seguro y de donde podría analizar toda la situación me senté en una gran rama y deje caer mi mochila, acto seguido saque una caja que contenía tres bolas de arroz y tome una mientras miraba el mapa estoy cerca no hace mucho pase este pueblo y según esto después de este siguen los templos... dije apuntando el mapa y dando una segunda mordida a la bola de arroz.


RE: La gran tormenta - Ritsuko - 31/12/2015

Día a día esta kunoichi deambula por doquier, ya sea dentro de la aldea o entre diversos ambientes de distintos países, todos los días de su vida los lleva de esa manera, yendo en la dirección en la que le apetezca moverse incluso cuando no hay senderos claros o si existe algún tipo de impedimento adicional como un precipicio. No sería sorprendente que un día se terminase topando con algún campamento de shinobis de alguna otra aldea y terminase muerta o prisionera, tampoco sería extraño que se meta en algún lugar realmente peligroso del que no pudiera zafarse de ninguna manera. Cualquier posibilidad con ella se tornaba posible lamentablemente.

Luego de un extenso viaje de varias semanas, la pelirroja se dio mediavuelta ya dispuesta a regresar a casa donde podría descansar tranquila, a diferencia de todos los demás lugares en los que se había encontrado. - ¿Cuándo crees que lleguemos...? - Preguntó una madre preocupada que se desplazaba a un lado de su amada hija que por una vez en la vida se veía como una kunoichi normal, pues el maquillaje que siempre traía en la cara se le había borrado a causa de un chapuzón por un río. - No sé, espero que menos de una semana… - Dijo la joven hablándole con la nada misma.

Paso a paso la kunoichi se iba acercando a su aldea, según su mapa iría bien direccionada si se encontraba una serie de ruinas las cuales logró localizar, claro que si, pero había tardado más de la cuenta en hacerlo encontrándose varias veces con la frontera con el país de la tormenta dejando en claro que iba en la dirección contraria, pero ya todo daba igual había encontrado su camino. - Bueno, vamos bien. - Dijo la alegre pelirroja mientras se internaba entre dichas construcciones sin saber lo que le esperaba allí.

- ¿Nunca te preguntaste qué son esas cosas de las paredes? - Preguntó curiosa la fémina que en teoría acompañaba a la kunoichi. - ¿Dibujos de gente con imaginación? - Respondió algo dudosa la joven mientras desviaba de vez en cuando la mirada a las paredes por donde estaban los llamados 'dibujos'. Ni siquiera se percató de que momentos antes un joven había pasado por aquella zona y mucho menos se dio cuenta de que esa misma persona se encontraba descansando en una rama de un árbol cercano a su posición. - ¿Le puse llave a la puerta antes de salir...? - Preguntó con una clara expresión de preocupación pese a que no había nada allí dentro de valor, lo más valioso que tenía era la joya rojiza que le había regalado un genin de Amegakure, pero esta misma la lucía colgando de su cuello gracias a una cadena plateada que compró momentos después de separarse de él.


Mil disculpas la tardanza



RE: La gran tormenta - Haruto - 3/01/2016

Justo cuando estaba terminando mi bola de arroz pude oír a una persona hablar ¿una mujer? me pregunte por la tonalidad clara de su voz, cuando gire a mi izquierda pude visualizarla entre los arboles, era una chica joven, seguramente habitante de la zona quien podría guiarme hacia al templo.

Guarde mis pertenencias en mi mochila rápidamente y salte entre los arboles para alcanzarle —¡Buenas tardes !—grite para avisar mi entrada y luego caí arrodillado y con la cabeza abajo en un signo de cortesía, estaba justo enfrente de ella a unos cuatros metros. —Buenas tardes señorita —refute —Me encuentro algo extraviado— cuando levante la mirada pude ver que la chica tenía una bandana en su cintura de Takigakure Vaya una compatriota — Mi nombre es Hayashi Haruto, y estoy buscando los templos perdidos—.

Algo que se me hizo muy raro fue que yo escuche hablar a aquella chica como si se dirijiera a otra persona, y pues no veía a nadie mas cerca.

Pese a que tuve una entrada muy de sorpresa, cosa que se me estaba convirtiendo en una costumbre estaba algo asustado de que tomara mi entrada mal y no quisiera ayudarme a encontrar los templos o aun así me diera malas indicaciones y terminara en una apretosa situación, pero bueno no me quedaba más que esperar que mi cortesía fuera suficiente para esta extraña chica.


RE: La gran tormenta - Ritsuko - 10/01/2016

En un simple segundo en que Ritsuko se giró a ver un mísero insecto su madre se esfumó, como si el viento se la hubiese llevado pero no, un chico de cabellos rubios se hizo notar con un grito. ~ ¿Y este...? ~ Se preguntó la pelirroja que no dejó de mirarle de una manera un tanto inocente, pese a estar sacando un baikunai de su portaobjetos.

A esas alturas en la que ella ya estaba preparada para hacer uso de su arma, el chico se levantó y dejó en vista la bandana de su frente aunque el flequillo la tapaba considerablemente pero se lograba distinguir el símbolo de Takigakure. - Ah… - Respondió vagamente manteniendo la mirada inicial. - Kazama Ritsuko, los templos están por allá. - Respondió con demasiada extendiendo su brazo derecho para señalar a su derecha con el dedo anular. ¿Por qué el anular? Porque el índice es de mala educación, el del medio podría tomarse como un insulto y el meñique es para gente refinada, y ella no lo es.

Respondidas las dudas, el brazo de la kunoichi bajó lentamente hasta su posición normal aunque claro, tuvo que hacer una parada por el portaobjetos para dejar el arma, seguramente no le haría falta usarla.

~ Haruto de Taki… ~ Pensaba la chica que parecía en trance mientras inclinaba su cabeza hacia un lado lentamente. - ¿Para qué quieres ver los templos? No hay nada útil allí. - Sentenció mirándole aún con cierta curiosidad, nunca antes se lo había cruzado por la aldea o al menos no que ella recuerde, además que le resultaba más que llamativo no ser reconocida y repudiada por un ciudadano de la misma aldea.



RE: La gran tormenta - Haruto - 16/01/2016

La chica fue mas cordial que cualquiera que me hubiera cruzado antes, y no tardo en darme indicaciones, pero de verdad no sabia por que le parecía el lugar tan aburrido, si al contrario estaba lleno de misterios, según las historias que había escuchado algunos templos eran sitio de rituales y ocultismo hace muchos años, ademas dicen que se pueden encontrar objetos muy valiosos si encuentras el comprador indicado.

Ritsuko, pues al verdad estoy buscando algo, no se exactamente que pero espero encontrar un objeto—. Pues al verdad no sabia ni lo que buscaba pues las historias este lugar indicaban que habían tesoros y misterios por todo el lugar; como podría encontrar alguna joya valiosa o algún muñeco de un ritual oscuro.

En ese momento mientras les respondía a la chica las nubes en el cielo se intensificaron y la llovizna se hizo mas gruesa, se podían oír algunos relámpagos caer a lo lejos lo que se aproximaba era una tormenta y quizás no era una tormenta común, pues nunca había visto que algo así pasara en el país del rió.

Sera mejor refugiarse, pues esa tormenta se escucha muy fuerte y no creo que sea seguro estar afuera—.


RE: La gran tormenta - Ritsuko - 17/01/2016

Si bien, el chico era de la misma aldea que ella, no le sonaba de nada y realmente sentía muy poco interés en él, simplemente quería irse a casa y rascarse un buen rato posiblemente hasta otro día. Pero algo de las palabras del chico ciertamente se lo impedían de alguna manera, la posibilidad de encontrar objetos curiosos siempre era tentadora pero la idea de seguirle con la búsqueda se esfumó rápidamente. - Hay un problema… - Respondió casi al instante ante los comentarios.

La kunoichi se giró en la dirección a la que había señalado previamente y se dedicó a observar una de las construcciones que parecía mantenerse en buen estado, lo suficiente como para no derrumbarse aunque alguien se parase encima. - Los templos llevan años así y probablemente muchos se hayan llevado lo que había. - Dijo la pelirroja luego de un rato de silencio y planeaba retirarse, irse a la aldea pero como de costumbre había algo que le impedía hacer lo que quería y esta vez era la propia naturaleza.

La llovizna miserable que llevaba tiempo ignorando se intensificó considerablemente hasta el punto de quedar completamente empapados en meros segundos y por si fuera poco podían escucharse claramente relámpagos casi constantemente además de que la pelirroja al menos alcanzó a ver uno que otro rayo a lo lejos. ~ Por una vez que me quiero quedar quieta… ~ Se quejaba en su menta la chica que suspiró pesadamente al ver el espectáculo de luces a lo lejos.

- No te lo puedo negar… - Sentenció al cabo de unos minutos ante la afirmación del rubio. Dicho esto la chica simplemente se encaminó en dirección a esa construcción que había visto previamente que tal vez sirviera de refugio hasta que parase la tormenta o al menos durante un rato. Daba igual si la seguían o no, total, podría quedarse hablando con su madre en el caso de que el chico decidiera irse por su cuenta.



RE: La gran tormenta - Haruto - 20/01/2016

- Los templos llevan años así y probablemente muchos se hayan llevado lo que había. -

La pelirroja tenia mucha razón con lo que había comentado referente a lo que yo había nombrado sobre encontrar algún tesoro, pero vamos si fuera un tesoro no estaría a simple vista o por lo menos si fuera mio lo escondería muy bien, quizás tocaría escarbar la tierra como las historias de los piratas pero que mas da la tormenta lo había arruinado todo.

Ella salio rápidamente hacia una estructura cercana que por cierto yo acababa de identificar, y pensar que creía que estaba perdido y solo estaba a unos pasos de los templos; parecía resistente y tenia aun parte de su techo, al parecer tendríamos que pasar la noche ahí pues ya se estaba atardeciendo.

Espera —dije tras pegar un pequeño trote para alcanzarle.

La lluvia se convirtió en granizo ,era pequeño pero aun así estos caían con mucha fuerza, aunque estábamos en el templo cubiertos, este no nos protegía mucho del frió. estábamos en silencio por completo a decir verdad no tenia ni idea de como entablar un conversación y en circunstancias como estas ponerme a preguntarle cosas de su vida no creo que fuera la mejor elección.


RE: La gran tormenta - Ritsuko - 20/01/2016

Unos instantes después de que ambos shinobis llegasen a refugiarse debajo de aquella construcción las gruesas gotas de agua terminaron por convertirse en granizo y claro, nadie que sienta aprecio por su cabeza caminaría bajo tremenda caída de piedras. ~ Supongo que me tendré que quedar un rato más… ~ Pensaba la kunoichi mientras se acercaba a un agujero en la pared que daba al exterior y se acuclillaba para tomar una de las piedras que habían caído.

No era de un tamaño exagerado y no tardaban nada en derretirse pero de todas formas dolería además de que venían en cantidad. ~ Si el rubio este no me hubiese hablado seguramente me habría tenido que aguantar todo esto… ~ Se decía a si misma luego de levantarse y observar un poco a su alrededor y claro, en el chico que la acompañaba que ciertamente se estaba mostrando algo tímido, cosa contradictoria al haber sido él el que comenzó a hablar.

Ritsuko al no sentir ningún tipo de vergüenza y mucho menos miedo terminó por acercarse al rubio que si se lo miraba algo adormilado casi podría confundirlo por una estatua. - Haruto… - Dijo la kunoichi estando frente a él mientras inclinaba el torso levemente a un lado con la intención de verle la cara desde un ángulo un poco más bajo. - ¿No querías buscar cosas en los templos? - Agregó al cabo de unos instantes con una mirada digna de niña pequeña, la inocencia que solía aparentar esta pelirroja era ciertamente peligrosa.

~ Podría usar el cráneo como casco… ~ Pensó aleatoriamente la chica luego de alejarse un poco del chico, más precisamente para revisar lo que parecía ser algún tipo de altar. Aunque claro, no sentía la curiosidad necesaria como para meterse en las profundidades del mismo, además que habían sectores del edificio en el que se encontraban donde el tejado y las paredes estaban destruidas por lo que no sería sorpresa que alguno que pasillo estuviese en las mismas condiciones, o puede que ya ni siquiera existan y sean algo así como una salida al exterior. ~ Y encima está atardeciendo… ~ Se dijo a si misma al ver el cielo a través de uno de los agujeros del techo.



RE: La gran tormenta - Haruto - 21/01/2016

Después de unos minutos la pelirroja decidió romper el silencio y recordarme a que había venido aquí, menciono de nuevo buscar algo en los templos y luego se alejo de mi, me quede pensativo por unos segundos y me puse de pie.

Pero después de lo que me dijiste antes, yo tampoco creo que pueda encontrar algo útil aquí, amenos que empecemos a cavar huecos por todos lados, pero con este clima —.

Después de terminar de hablar me apoye en una de las paredes del templo y algo se hundió como si de una compuerta se tratase, un par de poleas se escucharon y bajo mis pies a un metro se abrió una grieta en el suelo que luego se convirtió en agujero, parecía algún tipo de pasadizo secreto, como me habían contado este lugar albergaba muchos misterios y al parecer estábamos al frente de uno de ellos.

Me quede perplejo no sabia que hacer simplemente me quede mirando por unos instantes el pasadizo y me acerque a el pasadizo a mirar, habían unas escaleras de piedra que bajaban unos tres metros hacia abajo

¿Que debemos hacer?, ya encontré lo que quería y no vine hasta aquí para acobardarme. Me llene de valor y empece a bajar las escaleras,— ¿Me acompañas?— dije mirando a la pelirroja.


RE: La gran tormenta - Ritsuko - 24/01/2016

El granizo no parecía detenerse y algunas partes del techo se caían a pedazos, sectores de madera podrida caían sobre el suelo, algunos cerca de la pelirroja que ni siquiera les dio importancia como si nada fuese a pasarle. ~ Se veía cómoda… ~ Pensaba respecto de la mesa para luego alejarse del lugar porque el granizo estaba empezando a caer sobre el tablón.

Pero después de lo que me dijiste antes, yo tampoco creo que pueda encontrar algo útil aquí, amenos que empecemos a cavar huecos por todos lados, pero con este clima —.

Aquello hizo que la kunoichi arqueara una ceja y mirase completamente extrañada al rubio. - Es un templo no una isla desierta… - Cuestionó la pelirroja que estaba pensando justamente en la típica historia de piratas que entierran el tesoro bajo una X en la arena. Pero para sorpresa de la joven genin, al darse la vuelta para darle la espalda al chico pudo escuchar algo de movimiento de las tablas y al volver a mirar a Haruto se llevó la sorpresa de que se había encontrado con una especie de tunel. ~ Que mierda… ~ Fue lo primero que zurcó la mente de la chica que no terminaba de captar lo que pasaba.

- No tiene sentido… - Dijo más para si misma que para su interlocutor mientras se acercaba al agujero por el que el rubio se estaba yendo. - Se supone que es un templo… ¿Por qué carajo habría túneles subterráneos...? - Seguía cuestionando Ritsuko que ya estaba bajando las escaleras esperando que su compañero no decidiera frenarse sin aviso.

Cuando iba a medio camino, Ritsuko pudo notar que el lugar era bastante oscuro y probablemente en lo más profundo no habría ningún tipo de iluminación así que terminó subiendo nuevamente las escaleras para buscar una tabla medianamente seca. ~ Supongo que servirá… ~ Pensó la chica justo antes de soltarle un poco de fuego en uno de los extremos de la tabla para luego bajar nuevamente las escaleras pero esta vez con una antorcha casera.



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