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Nieve sobre los cerezos. - King Roga - 30/03/2016 Era una tarde de invierno en aquella ciudad, la nieve blanca adornaba los tejados de las casitas tradicionales, pero aquello no hacía disminuir el nivel de actividad de aquella ajetreada ciudad. Ventas y más ventas, compradores aquí y allá, gente de todo Ōnindo se congregaba ya sea para comprar o simplemente para pasar un buen rato. Cualquiera diría que es un buen lugar para un viaje de placer, pero para aquel muchacho y su madre era mas bien de negocios. La señora vestía un kimono de estilo Hōmongi de colores negros y plateados, era una mujer de unos 1.65 metros de alto, cabellos tan negros como la más oscura de las noches, su larga cabellera caía por su espalda hasta llegar a poco más arriba de los tobillos, llevaba un abanico a pesar de que no fuese época de calor, y lo que más resaltaba de aquella mujer eran unos ojos azules intensos, profundos como las aguas de los mares. Por su porte elegante paso al caminar cualquiera notaría que se trataba de una dama de alta sociedad. -Tatsuya, pareces estar preocupado- Pronunció la mujer con una voz dulce pero que a su vez denotaba confianza. -Okāsama- Volteó a ver a su madre. -Sí, lo estoy. Me preocupa el cambio de propietario de nuestra proveedora del País del Agua, los nuevos dueños subieron los precios de la nada- Afirmó el muchacho. -No te estreses, es por eso que hemos venido a Yamiria, para realizar un contrato con un nuevo proveedor- Comentó la mujer, aunque ella no estaba del todo segura de lo que decía. Los Takanashi eran unos grandes fabricantes de armas, la misma familia se acreditaba que el %75 de todas las armas empleadas por los ninjas de Takigakure eran de su fabricación. Si bien mantenían los mismos precios que cualquier otro fabricante tenían una buena clientela gracias a preferencia de la gente por la calidad de los metales y la elaboración artesanal de las armas en sí; el prestigio era clave para ganarse a los compradores, aunque había algunos tipos de armas que se reservaban para uso exclusivo de los ninjas del clan. Sin embargo en fechas recientes se vieron obligados a disminuir la producción de katanas, debido a que la compañia a la que solían comprar el acero había sido adquirida por una familia llamada Hakaze, cambiando también el nombre de la empresa a Hakaze S.A. Esa empresa era de las pocas que distribuían acero Tamahagane, un acero de alta calidad para forjar espadas, pero debido al aumento de precio no podían seguir adquiriendo la misma cantidad. Usar acero inoxidable no era opción, si bien serviría para mantener la cantidad el material bajaba enormemente la calidad de las espadas. -Necesitamos cerrar el contrato, de seguir así no podremos cubrir la demanda. Pero no te preocupes, tenemos unos días antes de la reunión de negocios, puedes distraerte mientras tanto- Dijo sonriente la mujer. El muchacho volteó la vista al frente, Tatsuya esperaba que las cosas se dieran tal y como su madre decía. Tatsuya llevaba puesto un kimono de 3 kamons de color aquamarina con detalles en blanco, no llevaba la bandana puesta y su portaobjetos estaba en la maleta del hotel, pero lo que nunca podía faltar era su amada katana. Esperaba pasar un día tranquilo, aunque estaba nervioso por la sesión que se realizaría en unos días. Pronto algo llamó la atención de madre e hijo por igual, un espectáculo callejero, una pareja de jovenes ejecutaba una danza extraña, parecía como si fuera agún tipo de arte marcial pero a la vez un baile ritual. Todos los curiosos rodeaban a los jóvenes y dejaban monedas en un pedazo de tela que tenían acomodado. "Que estilo de danza más raro." Pensó el muchacho, mientras la madre observaba serenamente. RE: Nieve sobre los cerezos. - Nonoha - 30/03/2016 Invierno, no era de sus estaciones favoritas, pero ver los pequeños copos caer y pintarlo todo de blanco en definitiva le gustaba. En esa ocasión, su abuelo, queriendo que sus nietos aprendieran un poco más del negocio familiar y porque no, que se divirtieran, se le ocurrió la brillante idea de llevar a los más jóvenes a la capital! El bullicio no se hizo esperar, el rostro feliz de los pequeños eran muestra de lo mucho que les gustaba la idea, pasar un tiempo lejos de casa sonaba encantador. Todos lucían emocionados excepto la jovencita de cabellera marrón, que solo pudo suspirar con resignación. Nonoha solo quería quedarse en casa bajo las sabanas y dormir un poco más, la idea de salir con sus primos y abuelo no terminaba de colarle, no era que no le gustase su compañía; apreciaba los momentos que pasaba junto a su familia…solo no lo encontraba interesante. ¿Por qué no le das una oportunidad? Podría llegar a ser interesante –una voz suave se dejó escuchar, inundando la habitación en la que la menor se encontraba – ¡pero mama! Las conversaciones de adultos son aburridas! Además… –vio de reojo a los demás niños que allí se encontraban, señalándolos - Hablan de cosas que no entiendo, solo piensan en entrenar, entrenar, entrenar- se excusó mientras veía a su madre buscando convencerla de que efectivamente así era. La mujer, que no pudo evitar reírse por sus palabras, se carcajeo por algunos minutos divertida por la situación – es por eso que debes esforzarte –estiro una de sus manos y despeino a las pequeña con suavidad – Que no te dejen atrás, debes mostrarles que las damas somos tan capaces como ellos – le susurro con esa amabilidad y dulzura que solo ella sabía. Y es que, Nonoha era la única niña entre todos los demás, le resultaba difícil seguirles el ritmo y en más de una ocasión había optado por rendirse. ¡Vamos! ¡Vamos! Debes estar presentable para salir –y así, sin darle tiempo de protestar, la castaña termino asistiendo al improvisado paseo de su abuelo. Minutos más tarde todos se encontraban en las calles de Yamiria, como era de esperarse los chiquillos correteaban por el lugar mientras una aburrida Nonoha observaba de vez en cuando alguna cosa que lograba llamar su atención. Su madre había insistido en que usara un kimono ese día, que luciera más como una señorita que de costumbre “¿Cómo pueden caminar con esto?” pensó mientras se observaba – Ojiisan… ¿no crees que esto es demasiado? – Pregunto alzando los brazos, mostrando el lindo kimono de tonos rosas que su madre había optado ponerle – ¡por supuesto que no! - exclamo el anciano negando con entusiasmo, clavando su mirada azabache sobre la niña. – ¡Es así como todas las mujeres de mi familia deben lucir! – - ¿mujer? pero si aún soy una niñ…- - ¡sin peros! – - ¡! - La conversación de pronto había tomado un giro inesperado, ella que solo buscaba una opinión obtuvo como respuesta todo un sermón. Su madre lucia bien vistiendo prendas tan finas y bonitas, sin embargo ella…bueno, era un caso aparte. – ¡Abuelo, Nonoha! ¡Miren, miren! – El debate que de pronto había surgido entre ambos se vio interrumpido por las voces de los otros niños que al toparse con el espectáculo, quisieron mostrarles – eh? - murmuro la chiquilla mientras sus orbes curiosos se posaban en los dos bailarines. Decidieron acercarse para ver más de cerca, la ojiazul se escabullo entre los espectadores hasta encontrarse en primera fila – Owww – era extrañamente curioso, muy llamativo. ¿Qué crees que sea? –le pregunto de pronto Hiroshi, uno de sus primos- no tengo idea – dio en respuesta ella tan sorprendida y confundida como él. Su abuelo les dio algunas monedas e inmediatamente se acercaron a depositarlas sobre la tela que había en el suelo, justo a un lado de donde ambas personas bailaban. Mientras Nonoha regresaba junto a sus familiares, se distrajo por escasos segundos ante la visión de una mujer esbelta y muy refinada “que bonita” pensó mientras le observaba sin ningún disimulo, sus orbes dejaron de verla a ella y se dedicaron a detallar al joven que se encontraba a su lado, supuso que venían juntos por las ropas elegantes que ambos portaban, y volvió a sorprenderse cuando se percató de que los ojos de aquel muchacho eran de distinto color- vaya! –exclamo sin poder contenerse. Sabia de aquellos casos en los que por una u otra razón los ojos no compartían el mismo color, pero nunca se había encontrado con alguien que tuviera dicha particularidad. RE: Nieve sobre los cerezos. - King Roga - 31/03/2016 El joven seguía analizando el baile de los artistas callejeros, movimientos como patadas pero de manera rítmica y coordinada. Se habían amontonado ya bastante gente alrededor y se escuchaban aplausos cada que realizaban alguna elaborada maroma. Entre volteretas y acrobacias la madre seguía observando tranquilamente, aunque Tatsuya ya quería irse, la verdad se sentía incómodo entre tanta gente, él es de los que le gusta que le den su espacio, no le agradan las multitudes. Pronto de entre toda esa gente escuchó una voz juvenil que lo hizo sorprenderse. -¡Vaya! –exclamo sin poder contenerse. Tatsuya se sobresaltó volteando a ver a la niña de kimono rosa y cabellos color marrón que lo miraba fijamente. El joven estaba poco acostumbrado a que lo mirasen, y menos de esa manera, además hubo gente entre la multitud que escuchó a la niña hablar y voltearon a ver para ver que ocurría, lo cual lo hizo sentir incómodo. La madre al ver la situación soltó una leve risa mientras se cubría la boca delicadamente con la mano, le resultaba gracioso las reacciones que su hijo solía tener para con las personas. -Este... Yo...- La verdad tenía la mente en blanco y no sabía que decir. -Parece ser que tienes una nueva amiga- Dijo riéndose un poco para luego voltear a ver a la niña. -Que lindo kimono llevas- Dijo la madre dirigiéndose a la chica de ojos azules. "Ooohhh noooooo, estoy en problemas" Tatsuya conocía bien a su madre, sabe que le encanta conocer mucha gente y hablar con los demás, algo que a Tatsuya se le da pésimo. Y en ocasiones su madre quiere ayudarlo a socializar mejor, y para ello recurre a veces a presentarle gente y cosas así, ya se estaba oliendo el plan de su mamá para que intentase hacerse amigo de la chica, no es que él no quisiese tener amigos, pero no le gusta forzar las cosas y ya muchas veces ha salido mal cuando intenta relacionarse con los demás. -Mi nombre es Takanashi Takara, y él es mi hijo Tatsuya- Saludó reverenciando. - ¿Cómo te llamas tú y tus acompañantes?- Preguntó mientras se erguía. "¡Sabía que lo haría!, ¿que hago ahora?" Pensó, la verdad estaba apenado. No entendía como su madre era tan sociable con la gente. RE: Nieve sobre los cerezos. - Nonoha - 31/03/2016 Nonoha se quedó de pie, allí donde tenía buena visión y podía ver perfectamente a ambas personas. Parpadeo un par de veces al ver las reacciones que su actuar había provocado “¿dije algo raro?” se preguntó a sí misma, cuestionándose si acaso habría sido descortés de su parte decir lo que había dicho. Ladeo el rostro sutilmente sin apartar la vista de los desconocidos, estuvo por irse y dejar de verlos de esa forma, supuso que quizás les era incomodo que una completamente desconocida les observara de tal manera. … -apenas y movió los labios cuando escucho la suave voz de la mujer que antes había estado observando, dirigirse a ella- ¿enserio? ¿Cree que es bonito? – la castaña le dio de nuevo un vistazo a las prendas que llevaba y sonriendo poso sus ojos sobre la mujer- Mi madre lo escogió para mí, dice que de esta forma deben vestirse las jovencitas – comento no muy convencida de dichas palabras. Le gustaba verse bien, pero no era muy partidaria de usar ese tipo de ropa…menos esos colores. Dejo de lado su ropa y lo que pensaba de la misma, su atención volvió nuevamente al muchacho que se encontraba no muy lejos de ellas. -Mi nombre es Takanashi Takara, y él es mi hijo Tatsuya ¿Cómo te llamas tú y tus acompañantes? La melodiosa voz de la mujer volvió a inundar sus oídos, haciendo que volviera toda su atención a ella por segunda vez - Mi nombre es Nonoha - comento en primera instancia mientras daba una suave reverencia - un gusto – agrego, volviendo a enderezarse igual de rápido. Vio de reojo hacia donde se encontraban algunos de sus primos y su abuelo, que le observaba en todo momento, procurando no perderla de vista, el anciano sabía de antemano lo celosa que era su nuera cuando se trataba de su única hija, solo quería evitarse problemas. Oh sí! Estoy en compañía de mi abuelo y algunos primos – concluyo la joven dama mientras se mecía de lado a lado con una sonrisa en los labios. Tras responder a las preguntas de la mayor ladeo el rostro observando a Tatsuya, levanto una de sus manos mientras hacia un ademan con la misma a forma de saludo. Se preguntó si acaso aquel muchacho se sentía mal, no se veía muy cómodo, eso era evidente – mmm ¿estás bien? –se atrevió a preguntar, tomándose el atrevimiento de acercarse un poco para verle mejor -claro, siempre respetando su espacio personal-. Mientras esperaba algún tipo de respuesta le observo minuciosamente, efectivamente, uno de sus ojos era de un suave tono azul y el otro, de un tono más oscuro siendo azabache. - Es curioso, es una linda combinación – espeto la jovencita con sinceridad mientras esbozaba una sonrisa. RE: Nieve sobre los cerezos. - King Roga - 31/03/2016 Tatsuya observó como la chica rápidamente le siguió el hilo de la conversación, además pudo ver a sus acompañantes que la niña idicó que eran sus primos y su abuelo. La gente pareció dejar de prestar atención a lo que sucedía al ver que no era nada del otro mundo y mejor siguieron viendo el espectáculo de baile, el joven se sintió un poco aliviado por ello. Aunque aún seguía incómodo por lo que pudiera pasar, en especial porque ahora la niña volvía a observarlo directamente a los ojos, parecía ser una chica muy curiosa. - mmm ¿estás bien? –se atrevió a preguntar, tomándose el atrevimiento de acercarse un poco para verle mejor. -Este, si, si, estoy bien... Creo- Respondió nervioso. - Es curioso, es una linda combinación – espeto la jovencita con sinceridad mientras esbozaba una sonrisa. Eso sí que le tomo por sorpresa a Tatsuya, entre sus sirvientes y las pocas personas que lo conocían ya estaban acostumbrados a sus ojos, mientras los extraños casi siempre indicaban lo raro que resultaba que sus ojos fueran de distintos colores, pero nadie antes le había dicho que fueran bonitos, así que se lo tomó como un halago. -Gracias, es la primera vez que me dicen algo así- Contestó estando ya un poco más relajado. La madre sonrió al ver que su hijo ya estaba entablando conversación, talvez si lo dejaba con la pequeña y su familia podría socializar algo mejor, además tenían unos cuantos días libres. Sería bueno para conocer mejor la capital del País de la Espiral, era un buen lugar turístico, aunque sabía que su hijo se sentiría incómodo si ella se la pasase supervisando cada cosa que él hiciera, así que para que situación se diera de manera más espontánea lo dejaría sólo por el momento. -Tengo una idea, Tatsuya quédate con la señorita y su familia un rato, yo debo retirarme por ahora, regresaré al hotel- Indicó con su melodiosa voz. -Hmm, lo que ordenes Okāsama- Si bien no estaba de acuerdo, en estos momentos era incapaz de contradecir a su madre, siempre acataba las indicaciones de sus padres. -Entonces me despido, mucho gusto Nonoha-chan- Dijo para luego marcharse. -Y... Entonces- El muchacho no sabía que decir. A Tatsuya le preocupaba el exceso de confianza que su madre mostraba para con los demás, ¿y si la familia de ella no quería?, le preocupaba como su madre venía y tomaba desiciones por los demás, según el no era prudente actuar de esa manera, aunque quizás era esa manera de pensar del joven tan precavida lo que no tuviera muchos conocidos. Sea como sea ahora el muchacho se las tenía que ingeniar. RE: Nieve sobre los cerezos. - Nonoha - 1/04/2016 ¡No hay de que! – Exclamo con emoción, manteniendo la sonrisa en los labios – Yo creo que todos lo piensan, solo no se atreven a decírtelo –aseguro, asintiendo con la cabeza bastante animada. No era de cohibirse a la hora de hablar, siempre se aseguraba de dar a conocer lo que pensaba a quien fuera que tuviese en frente y esa ocasión no sería la excepción. La vista de la menor se paseaba de una persona a otra, por minutos observaba al muchacho que tenía en frente y a los siguientes le dedicaba una mirada fugaz a la madre del mismo, era una mujer de rasgos llamativos, era hermosa, causaba gran impresión. Salio de letargo, volvió en si dejando de lado sus pensamientos cuando escucho a la señora decir que se retiraría por un momento, pero que su hijo se quedaría- oh! –dejo escapar un murmullo mientras juntaba sus manos con emoción ¡ya no tendría que pasar el resto de día sola, junto a sus abuelos y primos! – El gusto es fue todo mío – contesto en respuesta, mientras se despedía de la mujer. - ¿No eres de aquí verdad? ¡Seré tu guía aquí, en Yamiria, la capital del país del espiral! – Pese a sonar tan convincente, la verdad era que su sentido de orientación estaba defectuoso, nunca se sabía a donde irías a parar, cuando era ella quien estaba a la cabeza. Cosas tan simples como el norte, sur, le eran un misterio…los mapas no hacían gran diferencia por la misma razón. - Pfff ¡si la sigues muy seguramente nunca vuelvan a verte! - Una voz bastante familiar para la niña se dejó escuchar a sus espaldas. Era Hiroshi, aquel niño con el cual tiempo antes había cruzado un par de palabras. Mayor que Nonoha en un año y con quien se llevaba mejor pese a molestarla constantemente, Este se acercaba hasta donde ambos se encontraban, riendo divertido por el comentario de la niña. El sabia mejor que nadie lo mala que era guiándose, solía perderse constantemente y le divertía escucharla decir que aria de guía para alguien más. – Es cierto – dijo de pronto la castaña mientras terminaba de despeinar aquella maraña que le coronaba la cabeza- Norte, sur…la verdad para mí todo es igual – se rio por escasos segundos de su mal y antes de poder agregar algo más la voz de su abuelo le hizo callar. -No veo lo gracioso –la voz del anciano se dejó escuchar mientras reposaba una de sus manos sobre la pequeña cabeza de la ojiazul, despeinándola aún más – Debes esforzarte más, cosas como esas son indispensables para un ninja – sentencio el hombre con cierta seriedad mientras los observaba a los tres. Nonoha por su parte solo rodo los ojos dejando escapar un suspiro por las palabras del mayor. – Jovencito, es un placer– El hombre hizo un ademan con la cabeza antes de presentarse a Tatsuya -Mi nombre es Hiwatari Ren y estos dos mis nietos, Nonoha e Hiroshi – este último levanto una de sus manos y saludo a Tatsuya animadamente. ¿Deseas acompañarnos en nuestra pequeña caminata por la plaza? – Ren observo al joven esperando su respuesta. RE: Nieve sobre los cerezos. - King Roga - 1/04/2016 Contario a todo lo que pensaba Tatsuya las cosas salieron de la manera en que su madre quería, cosa que hasta cierto punto le incomodaba pero haría su mejor esfuerzo para intentar socializar, no le quedaba de otra, debía resignarse. La jovencita le ofreció un tour turístico por el lugar, aunque luego un chico que aparentaba tener más o menos a misma edad que la chica de cabello marrón mencionó que quizás si ella le guiaba terminaría por perderse, Tatsuya asumió que el muchacho en cuestión era el mentado primo de ella. Si bien al ninja de Taki no le parecía algo por lo que preocuparse, quizás porque desconocia la gravedad del asunto. -No creo que sea tan grave el problema, cualquiera puede perderse en un lugar que no conoce- Comentó. Sin embargo luego un hombre de la tercera edad mencionó que no era un asunto de broma tratándose de una kunoichi. "Eso cambia las cosas." Tatsuya no se había imaginado que podria ser una shinobi, no tenía una bandana ninja a la vista, bueno, el tampoco la llevaba puesta. El anciano se presentó a sí mismo y también a sus nietos, además invitó al muchacho a darse una vuelta junto a ellos. -Encantado de conocerle Ren-san, se que mi madre ya había dicho mi nombre, pero deseo presentarme por mi propia cuenta, soy Takanashi Tatsuya a su servicio- Dijo reverenciando. -Mi madre y yo hemos venido desde el País del Río, sería agradable si usted me permitiese acompañarlos.- Había muchas cosas que ver en el País del Remolino, le resultaba similar a su propio hogar hasta cierto punto, la arquitectura tradicional y las costumbres eran muy parecidas, quizás las únicas diferencias serían el tipo de vegetación que había en los alrededores y el clima un poco más templado, además del hecho de que aparentemente no contaban con los lujos tecnológicos importados desde Amegakure. -Imagino que usted y sus nietos son oriundos de este lugar, ¿o no?, corríjame si me equivoco- Aún así al notar lo amables que resultaban ser Nonoha y sus familiares se sintió más animado, era una buena oportunidad para conocer sitios distintos, ahora que tenía la dicha de poder viajar y salir de la aldea sin ninguna limitación aprovecharía el momento. Además el hecho de que Nonoha fuera kunoichi había captado su atención, también supuso que el otro chico era un shinobi igual que él, podían platicar al respecto durante la caminata, así que se dispuso a seguir al anciano y sus nietos. -Dígame señor, ¿en su familia es común que sus miembros se dediquen a ser shinobis?- Preguntó. RE: Nieve sobre los cerezos. - Nonoha - 5/04/2016 Nonoha rodó los ojos una segunda vez. Allí estaban de nuevo, hablando de cosas innecesarias. Por su parte el mayor, aquel anciano de ojos negros y cabello cenizo mantenía la vista puesta en el joven pelinegro. El hombre hizo un ademan con la cabeza en cuanto el muchacho se presentó. Era un joven educado, algo que al anciano parecía agradarle mucho – Hiroshi, Nonoha, deberían aprender de este chico, quiero que se conviertan en jóvenes educados y corteses como el – El niño se cruzó de brazos al escuchar las palabras de su abuelo y bufo molesto, la castaña por su parte conservo aquella actitud relajada y la sonrisa en su rostro – si si , seré toda una dama, ya verás~ -canturreo con una sonrisilla en sus labios, que a Ren Hiwataria no pareció convencerle completamente. Efectivamente –Respondió primeramente a la interrogativa – Mi familia y yo, hemos vivido aquí desde que puedo recordar – sus pies comenzaron a moverse guiando a los otros tres por la plaza. La jovencita les seguía de cerca al igual que un molesto Hiroshi – oh vamos! - le pico una mejilla a su compañero de juegos, para luego adelantarse y caminar a la par de su abuelo, para así escuchar lo que este le decía a Tatsuya. Había logrado dominar su caminar con aquella prenda con la que poco estaba familiarizada, aun le resultaba incomodo pero podía moverse con más facilidad que en un principio. La ojiazul observaba de vez en cuando a su invitado, sobre todo a la katana que se encontraba a un costado de su cuerpo, atada a su cintura. Quería preguntarle por dicha arma, pero la conversación que mantenía su abuelo con el muchacho se lo hacía imposible en ese momento. La voz del shinobi volvió a escucharse y el señor Hiwataria tan solo le observo de reojo mientras negaba suavemente con la cabeza, pudo vérsele sonreír por cortos segundos – No realmente –paso su vista a los dos más pequeños – Solo los miembros más jóvenes, aunque a algunos les guste más que a otros – Nonoha se hizo la desentendida y continuo caminando pese a saber que se refería a ella. Veras joven Tatsuya , mi familia siempre se ha distinguido por comercializar productos, se nos conoce únicamente por ello – se detuvo de pronto viendo nuevamente al chico – no me malinterpretes, estoy orgullosos de ser lo que soy, solo deseo un gran futuro para ellos– Ambos niños se quedaron viendo al mayor con aires de confusión, casi sorpresa. Ahora podían comprender la razón por la cual se preocupaba tanto –Lo siento abuelo –se disculpó Hiroshi, arrepentido por su rabieta de hacia algunos minutos atrás, la morena hubiese deseado decir lo mismo, pero…la verdad era que, aun cuando se esforzara sabía que no lograría alcanzar las expectativas que su abuelo tenia ¿Por qué esforzarse entonces? ¿Por qué mentirse de esa forma? Solo pudo suspirar mientras mostraba una tenue sonrisa, no permitiéndose perder la calma. RE: Nieve sobre los cerezos. - King Roga - 5/04/2016 Tatsuya notó que la niña realizó un gesto de desagrado, quizás se había molestado por el hecho de que no le hablase a ella o simplemente había dicho algo incorrecto, de ser así el Takanashi no sabía si podia decir algo para remediarlo. El anciano hizo una comparación indicando a los niños como comportarse, el niño se molestó y la niña respondió burlescamente, a decir verdad Tatsuya se sentía incómodo por el hecho de que sus modales fueran motivo de discordia. Pronto el grupo se dispuso a caminar y el joven de pelo negro siguió de cerca al adulto mayor, la verdad se sentía más cómodo hablando con gente adulta que con alguien de su edad, y los niños ni se diga. Tal y como pensaba la familia era originaria de ese país, necesitaba estar seguro, pues con tanto extranjero en la ciudad fácilmente pudo haberse topado con alguien foráneo, pero en esta ocasión no se dió el caso. Los niños les seguían de cerca, escuchando la conversación. "Es extraño, yo no recuerdo haberme conportado de esa manera cuando yo era niño" Ladeó un poco la cabeza, veía a Nonoha incómoda con sus ropajes, se le notaba a simple vista que no los usaba a menudo.Le resultaba interesante el comportamiento enérgico y jugueton de los niños, si bien podría considerarse que era una actitud normal a Tatsuya le resultaba extraña pues él nunca fue así; sempre fue un niño callado, obediente y que en vez de jugar con tierra y esas cosas se dedicaba a aprender lo que pudisese sobre espadas. Pronto el anciano respondió a la interrogante respecto a su familia, indicando que sus nietos eran la primera generación ninja en esa familia. -Veras joven Tatsuya , mi familia siempre se ha distinguido por comercializar productos, se nos conoce únicamente por ello – se detuvo de pronto viendo nuevamente al chico – no me malinterpretes, estoy orgullosos de ser lo que soy, solo deseo un gran futuro para ellos– Los niños se apenaron cuando su abuelo habló del tema, Tatsuya no entendía muy bien porque los niños se disculpaban con él. Si bien el Takanashi se quedó pensativo, pues ser un ninja es sinónimo de llevar una vida dura e incluso cruel. Era verdad, podía ganarse reconocimiento por las hazañas realizadas, él lo sabía perfectamente, su padre era un shinobi casi legendario para la gente de su aldea. Sin embargo para labrarse una reputación como ninja había que pagar un precio alto en muchas ocasiones. -Ren-san, no quiero sonar irrespetuoso, pero... ¿No cree usted que está presionando a sus nietos?, en cualquier momento podría ocurrir una tragedia, la vida de un shinobi es peligrosa.- Comentó con tono serio. Tatsuya estaba muy consciente de sus palabras, él era de una familia con sangre guerrera, que existia desde mucho antes de la fundación de la propia Takigakure y como el heredero y futuro jefe de esta era su obligación ser fuerte. Pero le preocupaban aquellos dos niños, podía notar que aún eran unos infantes y que probablemente no estaban acostumbrados a la vida shinobi; él creció con esas ideas siempre en mente, pero era probable que Nonoha y su primo no. Quería saber que pensaban ellos, asi que se dirigió con la cabeza a ellos para preguntarles. - ¿Ustedes quieren ser shinobis reconocidos?- Les dijo a ambos niños. RE: Nieve sobre los cerezos. - Nonoha - 6/04/2016 Ren Hiwatari negó suavemente ante las palabras de su interlocutor – No te preocupes, para nada es irrespetuoso – le parecía un muchacho bastante educado, el joven shinobi le había caído en gracia al mayor, que solo lo observaba en silencio esperando a que este terminase de hablar para así poder responder a sus preguntas – La verdad es que, fueron ellos quienes decidieron tomar ese camino –sonrió fugazmente – supongo que se encapricharon con la idea después de ver a sus hermanos mayores, aunque…en el caso de Nonoha no fue así ¿verdad? – Ren paso la vista de Tatsuya a su nieta un par de veces mientras hablaba, sabía que era ella la única que no parecía estar conforme. - ¿Ustedes quieren ser shinobis reconocidos?- ¡Claro que sí! – Soltó Hiroshi absolutamente convencido en respuesta – ¡quiero ser un ninja tan genial como mi hermano! – solo tenías que verlo para darte cuenta, cuanta ilusión le causaba saber que quizás, algún día, se convertiría en un ninja tan capaz como lo era su hermano mayor. ¡Que pregunta más difícil! En ese preciso instante Nonoha se debatía entre decir lo que pensaba o callar, solo para evitar que su abuelo se molestara ¿desde cuándo se abstenía de decir lo que pensaba? La castaña se quedó en silencio meditando en aquella pregunta, una que se había hecho muchas veces – mmm – musito con una mano en el mentón – creo que la pregunta no es si quiero, si no ¿puedo lograrlo? – aparto aquella mano de su rostro y sonrió como siempre. El castaño que se encontraba a un lado suyo le señalo de forma acusadora, con el ceño fruncido, totalmente molesto por lo que acaba de decir – ¡Es por eso que me molesta entrenar contigo! – ¿Que te pasa? -parpadeo rapídamente sorprendida por su reacción- No me señales, es de mala educación~ – comento igual de tranquila y risueña que siempre. Sus palabras no parecieron afectarle, ella sabía mejor que nadie lo frustrante que era entrenar. La pequeña kunoichi volvió su atención al joven, mientras veía de tanto en tanto por el rabillo del ojo a su abuelo que esperaba impaciente una respuesta de su parte -Mis notas nunca fueron las mejores, es claro que aunque quiera convertirme en un gran ninja no podre lograrlo – callo por algunos minutos- ¿Por qué esforzarme en algo que nunca podre conseguir? No vale la pena intentarlo, me resigne hace mucho ya – se sintió como si hubiera liberado una gran carga, casi podía jurar que se sentía más ligera. Mostro una gran sonrisa, pese a su corta edad, Nonoha hablaba con propiedad, claro; cuando no quería hacer el vago. Deberías confiar más en ti misma, ser pesimista no te ayuda en nada –la enorme mano de Hiwatari se posó sobre su cabecita, despeinándola y quedándose allí por un largo tiempo, mientras ella intentaba apartarla. El hombre ya había visto esa actitud en alguien más: su hijo. Eran tan parecidos, demasiado, resultaba irritante tener que lidiar con él y con su “copia”. Le hubiera gustado que su nieta hubiera heredado la personalidad de su madre… Hiroshi suspiro cruzándose de brazos mientras observaba a su prima, la conocían tan bien que ya nada les sorprendía – No creo que rendirse sin intentarlo siquiera sea la solución ¿verdad Tatsuya? – El niño clavo sus orbes marrones en los contrarios, tomándose el atrevimiento de llamarlo por su nombre. Solo buscaba que le diera la razon a sus palabaras – ¡dile tú también que no debe rendirse! Su único problema es que es una perezosa - dijo aquello último en un murmullo al extranjero, en tono burlón. ¡Abuelo, mi cabello! – exclamo la única señorita de los Hiwatari. Esa maraña marrón ahora lucia mucha más despeinada que antes y eso no le gustaba, era como un nido de pájaros ¡era horrible! Como pudo aparto la mano ajena de su cabeza y se alejó algunos pasos mientras intentaba remediar el caos que ahora era su cabellera. Ignoro las palabras de su primo, camino hasta donde él se encontraba y lo despeino, hubiera hecho lo mismo con Tatsuya pero simplemente era demasiado alto para siquiera intentarlo, además…no, no podía hacerle eso a un invitado. - Como puedes ver, mis nietos son…un poco inquietos... - Y tras aquello solo pudo suspirar. RE: Nieve sobre los cerezos. - King Roga - 6/04/2016 Aquel par de preguntas prendieron la mecha a la conversación, por un lado el anciano indicó que fue por voluntad propia de los jóvenes que se convirtieron en ninjas, por admiración a una figura mayor. Pero Nonoha al parecer sentía pesar, no se creía capaz de lograrlo, Tatsuya podía entender como se sentía, en el fondo el mismo pensaba de esa manera en ocasiones al compararse a otros ninja de menor edad que él y que resultaban ser mejores shinobis. "Lo comprendo a la perfección..." Sin embargo el hace ya mucho había decidido cambiar, perdió mucho tiempo, años sin esforzarse, sin entrenar, todo por su mala foma de pensar; ya era momento de corregir aquello, el tiempo no se puede recuperar, pero aprovecharía cada instante para mejorar. Las palabras de Hiroshi llegaron a sus oídos, el niño trataba de infundirle ánimos a Nonoha, y a decir verdad Tatsuya se sintió identificado por lo que dijo el niño, le agradaba su carácter. Rió levemente por lo último, aunque el joven no Taki no era quién para criticarla, él resultaba ser caprichoso a veces. -Nonoha-chan, no te dejes intimidar por las cosas que te digan o hagan los demás- Le dijo suavemente. -Hiroshi-kun tiene razón, no sabes de lo que eres capaz hasta que lo intentas- En esos momentos unos copos blancos empezaron a caer sobre la plaza, a Tatsuya le llamaba la atención, pocas veces había visto nevar, en Takigakure suelen ser muy leves y además la nieve se suele acumular sobre el Árbol Sagrado, asi que no llega hasta la aldea. Luego de distraerse un rato con aquel blanco espectáculo se dirigió de nuevo a ambos jóvenes, sonriente, como sí una nueva fuente de inspiración hubiese llegado a él. -Hay ninjas con talento que no llegan a ser grandes por negligencia, y hay quienes sin tener ningún don se vuelven fuertes por mérito propio- Volteó la cabeza a un lado, alzando la vista y miró el cielo blanquecino. -Al final, todo depende de nuestro esfuerzo y empeño- RE: Nieve sobre los cerezos. - Nonoha - 7/04/2016 La konoichi se quedó observando detenidamente al joven de tierras lejanas. Esas palabras, ¿cuantas veces las había escuchado ya? Dejo escapar de sus labios un suspiro que dio lugar a uno más, pasado algunos minutos – Puedo intentarlo – sonrió ampliamente. No sabía que tan ciertas fueran sus palabras, pero quería intentarlo, por sus padres, por su abuelo y por ella. Aun estando de pie en medio de la plaza, tras un largo silencio, del cielo comenzaron a caer pequeños copos de nieve, pintando de blanco los tejados y el poco follaje de los árboles que por allí habían. Nonoha olvido rápidamente la conversación que tenían y estiro sus pequeñas manos para intentar atrapar al menos un copo. La mirada de Ren se paseaba por los alrededores, contemplando la nieve caer, días como esos traían nostalgia al anciano, recuerdos agradables que guardaba con recelo en lo ms profundo de su corazón. Ire a buscar a los demás –Hiroshi se despidió por un momento de todos y se alejó corriendo de donde se encontraban, la joven se quedó observándolo hasta que desapareció de su vista entre las personas que transitaban muy cerca de allí. Su atención volvió al espectáculo invernal que en ese momento se desarrollaba, logro tomar uno de los copos pero se deshizo tan rápido por el calor de sus manos, que su emoción duro poco. Que palabras más sabias –comento en un susurro el mayor rompiendo el silencio después de largos minutos de solo mirar – Espero mis sobrinos puedan aprender algo de eso – le espetó el hombre sonriendo de forma amable, admirado de alguna forma por su hablar y actuar. Ese día sin duda seria uno de recordar. Las palabras de Tatsuya no solo tuvieron efecto en el anciano, Nonoha también las escucho y medito en ellas por algunos segundos, segundos que parecieron eternos ¿Podría aspirar a tanto si solo se esforzaba? ¿Realmente podía? Un extraño sentimiento le embargo ¿era emoción? En sus labios una tonta sonrisa se dibujó, una acción involuntaria que a duras penas pudo disimular- me esforzare – murmuro para sí misma mientras empuñaba sus manos y las observaba con emoción. Ya no la molestarían más, no sería la perezosa que daba de que hablar…bueno, seguiría durmiendo más que el resto; pero en definitiva se esforzaría para convertirse en ese tipo de ninjas que aquel muchacho describía, uno que pese a no tener grandes dones se hacía fuerte por sus propias fuerzas, por su esfuerzo. Había tomado la decisión de demostrarles a todos que, aunque fuera simple y sin nada que destacar, podía llegar lejos si trabajaba duro. RE: Nieve sobre los cerezos. - King Roga - 7/04/2016 Nonoha empuño las manos, Tatsuya dedujo que quizás sus palabras le habían infundido determinación, ahora sólo faltaba que él mismo se las creyera. La nieve seguía cayendo suavemente y Hiroshi se había marchado diciendo que buscaría a "los demás", Tatsuya imaginó que se trataba del resto de la familia. El anciano elogió las palabras del muchacho, a decir verdad era raro, normalmente el no suele encontrar la manera correcta de decir las cosas, aún había muchas cosas que quería decir pero no sabía como expresarlas. -Agradezco el cumplido, Ren-san- Mientras tanto en el hotel -TAKARA-SAMA, me alegro de haberla encontrado.- Dijo el ninja arrodillado ante ella. -¿¡Pero qué crees que haces Shunsuke!?, entrar a mi habitación de esa manera, exijo explicaciones ahora- El hombre pronto sintió el regaño mostrando cara de nerviosismo, se trataba de un sujeto de unos 28 años, tenía un parche sobre el ojo derecho, bandana de Takigakure atada al brazo y vestido con el típico chaleco militar ninja. Aquel era un jounin promedio, era miembro del clan Takanashi y guardaespaldas personal de la familia. Muy allegado al jefe de la familia era el hombre en quienes más confiaban, aunque a veces actuaba de manera rara en el sentido de que sus acciones resultaban extrañas, quizás le faltaba una pizca de sentido común. -Perdone mi falta de respeto, he venido a decirles algo muy importante, por cierto ¿dónde está Tatsuya-sama?- -Él no se encuentra en estos momentos, ahora dime el porqué de tu presencia- -Ahh, sí sí, poco después de que se marcharan el proveedor que los citó acá en Yamiria envió una carta, no pude alcanzarlos para entregárselas antes, lo lamento- La mujer tomó la carta con intriga y la leyó, cada palabra, cada línea que avanzaba acentuaba la preocupación en su rostro. El jounin se sentía nervioso pues no sabía que era lo que decía el papel, la mujer al terminar de leer suspiró, era probable que los planes de hacer negocios en Yamiria se vieran truncados, y con ello la adquisición del Tamahagane también. -Retírate- El jounin obedeció y salió tan rápido como entró. ... Tatsuya sentía que había que animar el ambiente, además tenia curiosidad de cómo era la vida cotidiana en el País del Remolino, sin contar que la nevada empezaba a arreciar un poco, era un frío al que no estaba acostumbrado, le agradaba pero no era lo típico. Sentía mucha curiosidad por los negocios de la familia Hiwatari, había muchas cosas que deseaba preguntarle al anciano. -Ren-san, ¿qué clase de productos son los que vende su familia?- Cambió de tema repentinamente -En una ciudad comercial como esta imagino que deben tener mucha competencia- RE: Nieve sobre los cerezos. - Nonoha - 15/04/2016 Comenzaba a aburrirse, aunque la nieve había terminado por darle una agradable sorpresa, lo cierto era que esta había durado poco y ya no causaba efecto alguno en la castaña. Se aburría, la conversación que mantenían sus acompañantes no se le hacía para nada interesante y comenzaba a arrepentirse de no seguir a Hiroshi cuando este se marchó. Suspiro pesadamente viendo de nuevo a los dos personajes que a lo lejos bailaban, esos que en un principio habían estado observando con emoción. “solo quiero ir a dormir” pensó, alejándose de apoco y escabulléndose entre la gente. No creía que pudiera perderse, había estado allí antes, así que confió tontamente en que sabría cómo regresar, solo debía seguir la música y estaría de vuelta. Y así lo hizo, minutos más tarde Nonoha la kunoichi menos lista de su familia, había desaparecido; con la excusa de que solo iría a estirar las piernas. ----- Mientras tanto Ren, mantenía una conversación lo suficientemente importante (o eso parecía) como para no notar que ahora, solo estaban ellos dos -No tienes por qué agradecer, lo digo con absoluta sinceridad – esbozo una sonrisa cálida y volvió la vista al frete contemplando la nieve caer. -Esa es una buena pregunta- Se mostró animado por su pregunta y su respuesta no se hizo esperar- Es cierto, La competencia es dura, pero la calidad de nuestros productos los hacen los mejores! – Saco pecho bastante orgulloso mientras sonreía confiado , dando un par de pasos hacia el frente – vendemos muchas cosas, pero podría decirse que nuestra principal fuente de ingresos son los alimentos, esos que gracias al clima podemos cultivar – se encamino hasta uno de los muchos puesto que allí habían y tomo una de las frutas que allí habían –En un principio fue difícil, no es fácil comercializar con algo que todos tienen – extendió su brazo y le lanzo la fruta con suavidad esperando que la tomara –pero, al final lo conseguimos – hasta ese momento todo lucio normal, hasta que sus ojos decidieron buscar a la niña, no escucharla ni verla corretera por ahí despertó su necesidad de ver donde se encontraba – ¿Nonoha? – parpadeo despacio mientras recorría con la mirada a lo largo del camino ¿dónde estaba? -¿Nonoha? – llamo por segunda vez esperando que apareciera de la nada, pero no sucedió y eso le hizo dudar un poco – ¿¡pero que se hizo esa niña?! – gruño por lo bajo el anciano, que se impacientaba con cada minuto que pasaba. ----- En algún lugar de la plaza Nonoha se lo pasaba de maravilla, había comprado algunas golosinas y las comía gustosa conforme caminaba, en la plaza que juraba conocer como la palma de su mano; mentiras, solo mentiras. Tenía la vaga esperanza de encontrarse con Hiroshi o al menos, con algunos de sus otros primos y mientras alguna de las dos situaciones se daba, se dijo a si misma que disfrutaría de su improvisada caminata. Se embutió unos cuantos dulces en la boca y los devoro rápidamente, realizando la misma acción un par de veces- Owww - torció la boca y frunció el ceño ligeramente tras darse cuenta que su bolsa de golosinas estaba por terminarse y el dinero que llevaba consigo se había agotado. RE: Nieve sobre los cerezos. - King Roga - 16/04/2016 Tatsuya llevaba una plática muy amena con el señor Ren, primera vez en mucho tiempo que podía tener una buena conversación con alguien, hasta que de repente notaron que Nonoha había desaparecido. La niña había logrado escabullirse bajo sus narices mientras dialogaban, el anciano parecía estar molesto y Tatsuya por su lado estaba preocupado por ella, si po que le habían dicho era cierto, sería fácil que se perdiese por algún lado. -No se preocupe Ren-san, iré a buscar a su nieta- Le dijo al anciano. Tatsuya partió en busca de la kunoichi, aunque tenía un par de problemitas para ello, en primer lugar el no conocía para nada la ciudad de Yamiria, y segundo, no tenía ni la más remota idea de a donde su pudo haber ido Nonoha. Empezó a preguntarle a varias personas del lugar si habían visto a la niña, describiendósela a los transeuntes y siguiendo las direcciones que le indicaban; aún así le estaba costando al no conocer ciertos lugares que le indicaban, deseaba tener un mapa en esos momentos. "¿Se habrá molestado por no incluirla en la conversación?" Meditaba el joven. Tatsuya pensaba que talvez se sintió ofendida por el hecho de que él se había dedicado a hablar más con el abuelo que con la propia Nonoha. Quería remediarlo, no le gustaba tener problemas con la gente a causa de malentendidos, aunque por alguna razón siempre se las arregla para que pase eso. …
Los dos jóvenes que hace no mucho estaban dando un espectáculo ahora se encontraban contando el dinero fruto de sus danzas. Se trataba de dos hermanos, una chica y un chico. Por la cara de alegría de la muchacha parecía que habían conseguido una buena ganancia, se dirigireron a una cafetería cercana, pero debido a sus ropajes no los dejaron pasar. El chico se enojó, consideraba que más que discriminarlos por su vestimenta era por vivir en la calle, pero no dijo nada. Se resignó a irse de ahí junto a su hermana. Ambos jóvenes decidieron a ir a comprar algunos dulces a un lugar donde no les hicieran caras, ya con ello siguieron su rumbo, aunque a la muchacha de repente le llamó la atención una niña de kimono rosa y cabellos rebeldes de color café, murmuró algo a su hermano al oído. Parecían reconocer a la chica que les había dejado algo de dinero, así pues la hermana tenía algo en mente y se acercó a aquella chica que no era otra sino la mismísima Nonoha. -¡Hey hey!, ¡Tú! Sí, tú- Dijo la muchacha para llamar su atención. -Veo que se te acaban los dulces, ¿quieres que te comparta de las mios?- -Tómalos sin pena- Interrumpió el muchacho sin dar tiempo a contestar. Ambos eran de tez morena, cabellos castaños y rizados, con ojos color de jade. El muchacho estaba cruzado de brazos parado con confianza mientras la muchacha le ofrecía su bolsa de caramelos a Nonoha. …
Tatsuya seguía dando vueltas, cada vez que preguntaba le indicaban lugares distintos, empezaba a creer que estaba dando vueltas en círculos. Talvez se debía al hecho de que Nonoha siguió una ruta errática, de ser así era normal que estuviera siguiendo un rastro sin aparente sentido. Pensó incluso en gritar su nombre a ver si respondía pero no quería armar semejante borchorno en plena plaza pública. "¿Que tan lejos pudo haber ido? |