Sugawara Hidetaka nacido el primer día de primavera del año 187, hijo de Sugawara Masaki y Utagawa Akiko ambos jōnin perteneciente a Kusagakure al igual que el abuelo de Hidetaka, Sugawara Kenta quien al igual que su hijo alguna vez fue jōnin de la aldea. El abuelo de Hidetaka estuvo envuelto en el grupo de shinobis junto a Kenzou el actual Morikage que querían que Kusa no fuera gobernado por un consejo de shinobis experimentados ya que la forma en que intentaban dirigir la aldea era bastante ineficiente.
Hidetaka tuvo una infancia normal, siempre apegado a su madre Akiko ya que era ella quien lo criaba y además de que dejo de ser shinobi para poder cuidar de su hijo, mientras que padre Masaki seguía siendo aún un Jōnin de Kusa siempre solía ausentarse una semana al menos una vez por mes y todo para sustentar a su familia. Kenta ya se había retirado hace un par de años pero nunca perdió su habilidad ya que el día que Kusa lo necesitara el estaría para cumplir su deber. Aunque la familia criaba shinobis de generación en generación algo en lo que Kenta se encontraba a favor pero Akiko y Masaki se oponían ya que no quería que su hijo se involucrara en algo tan peligroso como lo habían hecho ellos.
Una infancia normal hasta aquella imborrable noche de invierno para el joven Hidetaka que tan solo tenía ocho años cuando aquello sucedió. El chico se encontraba durmiendo hasta que algún raro ruido que provenía, la luz estaba encendida en y en cuanto abrió la puerta se encontró con lo inesperado.
—“¿Papá?”— Fue lo único que dijo al ver a Masaki ensangrentado con lo que parecía ser una especie de katana negra la cual estaba parcialmente roja por la sangre que además goteaba de esta espada.
—“Solo quiero protegerte… lo hago por ti”— Diría Masaki mientras que los ojos de Hidetaka estaban centrado en el suelo, en el cuerpo de Akiko baneada en sangre, el chico quedo totalmente impactado al darse cuenta de lo que estaba pasando.
—“Vienen a por mí, solo espero que en el futuro entiendas de porque hice esto”— Dijo Masaki mientras le caía una lagrima y se podía notar que se voz se quebraba palabra a palabra, seguido de esto salió por la ventana rápidamente, no pasaron diez que aparecieron dos individuos del equipo Anbu derribando la puerta.
—“¿Dónde está Sugawara Masaki?”— Diría uno de ellos algo exaltado pero el joven seguía perplejo mirando a su madre, los dos anbu salieron rápidamente del lugar como si no tuvieran nada que hacer ahí para seguir en búsqueda de Masaki. Hidetaka no derramo ni una sola lágrima simplemente quedo observando el cadáver de su madre hasta quedarse dormido por el cansancio.