Llamalo como quieras... - Versión para impresión +- NinjaWorld (https://ninjaworld.es) +-- Foro: Inicio (https://ninjaworld.es/foro-inicio) +--- Foro: Tramas antiguas (https://ninjaworld.es/foro-tramas-antiguas) +--- Tema: Llamalo como quieras... (/tema-llamalo-como-quieras) Páginas:
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Llamalo como quieras... - Blame - 26/06/2015 Una imagen a veces vale mas que mil palabras, eso es así en la mayoría de ocasiones, y decir lo contrario es mentir. Expresar algo con meras palabras es mil veces mas complicado, y en la mayoría de ocasiones no termina de expresar el complejo de la vista. Pese a que ésta también te pueda traicionar... Habían sido tantas las veces que había oído el Yotsuki hablar sobre el puente Kannabi, que casi lo podía visualizar ya. Pero aún le faltaban muchas palabras para verlo, o quizás no tantas... pero en fin, aún no terminaba de imaginárselo. Tras haber empezado a viajar, éste sitio era uno de los mas regentes a visitar. Daba frontera a su país con el país vecino, y era uno de los puntos de influencia más obvios. Estratégicamente hablando, un lugar a tener en consideración. Habiendo tomado previamente todo su arsenal personal, el genin de Kusa tomó camino hacia su destino. Tenía bien claro el lugar, la dirección, el rumbo, un plano... y aún así se perdió en una infinidad de ocasiones. Era absurdo, realmente estúpido... el shinobi que no sabe ni donde está su casa. Terrible entre los colmos. Pero bueno, ya se había acostumbrado a tomarse un buen tiempo de antelación para cualquier viaje, y con eso de viajar, de poco a poco estaba mejorando su capacidad orientativa. No mucho, pero algo era algo. Con sus capacidades, su plano, la brújula, y unas cuantas indicaciones, el chico llegó a su sino. "¿Vaya... será este el puente?" Pensó mientras lo avistaba a cierta distancia. Lo veía entre arboles, desde casi un par de kilómetros, una construcción sobre un río característica y posiblemente inconfundible. Sus avivados colores sobresaltaban ante el verde de los árboles y el árido de la arena y roca. Solo le faltaba un rato andando. — Bueno... tampoco parece una cosa del otro mundo... — Se dijo a sí mismo. El chico continuó su caminata, de poco a poco se iba acercando a su destino. Entre tanto, el sol casi llegaba a esconderse por el horizonte. Se había tomado su tiempo para llegar, pero al menos iba a poder avistar un ocaso sobre esa estructura. No estaba mal, el viaje pintaba bien valioso como experiencia personal. Sus pasos le llevaron hasta un pequeño rellano, el cual daba al comienzo de una estructura monstruosa que reinaba sobre el río. Sus ojos se abrieron como platos, realmente no se veía tan magnificente desde la distancia. Sin demora, pero sin prisa, el chico continuó su marcha hacia la estructura. Algunas personas mas estaban en ese sitio, pero el rubio apenas hizo caso a éstas... no le importaba lo que esos turistas estuviesen haciendo. Al llegar a pisar la piedra caliza, el chico buscaría el horizonte en el cuál se estaba recostando el astro rey. Un hermoso ocaso, algo que tardaría tiempo en expresar con meras palabras... RE: Llamalo como quieras... - Eikyuu Juro - 26/06/2015 "Si me alejo mucho mi hermana me matara..." El joven ninja se había desplazado junto con su hermana en su viaje, de vuelta a casa. En un principio, había estado contento de viajar y ver lugares nuevos, aunque debía admitir que, ahora, estaba bastante cansado, e incluso con ganas de volver. Quería hacer muchas cosas, y no podía hacerlas en medio de ninguna parte. Sin importarle esto a su hermana, había tomado una pequeña desviación, para unos asuntos que tenía que atender. Estaba empezando a extrañarse bastante por ello. De igual manera, le había dado dos opciones, o se quedaba con ella, o iba a algún lugar cercano. Decidió entonces, desplazarse al puente Kannabi, era un lugar cercano, que nunca había visitado. Tardó más de lo previsto, por su pesima orientación. Aun así no pudo quejarse, gracias al flujo de gente que pasaba por la zona, y que quería visitarlo, había logrado orientarse. Paseó alegremente, hasta llegar al claro en el que comenzaba el puente. El ambiente no le sorprendió, esperaba algo así. Sin embargo, el puente no estaba realmente abarrotado, al menos no de momento. El pelinegro no se lo pensó, comenzó a caminar. directo hacia el puente. No pudo evitar ver el atardecer. Suspiro por ello. No estaba seguro de donde estaba su hermana, ella misma le dijo que iría a buscarle cuando terminara. No quería ni pensar lo que pasaría si no estaba por ahí en ese momento... Antes de que pudiese hacer mucho más, la persona que tenía delante se paró de golpe. Juro, que tampoco iba muy atentó, se dió de bruces contra su espalda. Retrocedió, temblorosamente, aun sorprendido. — Lo...Lo siento — su voz era casi como un susurro, y estaba hecho un manojo de nervios, sin saber como se lo tomaría.... Mirandole bien, su cabellera tenía una tonalidad rubia, y parecía bastante mayor, al menos, más alto que él. Tenía unos guantes bastante extraños, eran blancos y parecían continuar por su brazo, de una forma bastante peculiar. RE: Llamalo como quieras... - Blame - 27/06/2015 El rubio se disponía a pararse, quería observar ese tremendo paisaje con lujo de detalles. Quería tomarse su tiempo, pues no sabía si en algún momento llegaría a volver, y menos en un ocaso. Cuando hizo por pararse, casi de inmediato, su cuerpo siguió hacia delante... no había sido inercia, ni un movimiento involuntario propio. Había sido empujado de manera tosca, aunque no dura. El chico antepuso su pierna, y controló el movimiento inesperado de manera satisfactoria, sin llegar a caer. Tras ello, se giró y miró al causante de éste choque. Se trataba de un chico un tanto mas bisoño que el Yotsuki, que orgullosamente lucía en su frente la bandana de Uzu. De cabellera oscura, ojos color caramelo, pantalones azulados, y una chaquetilla negra. El chico, se disculpó rápidamente, al parecer tan solo había sido un accidente. — No ha sido nada, tranquilo. — Comentó el chico mientras llevaba una mano hacia su hombro. Le dio una pequeña palmada en el hombro, restandole importancia al incidente, mientras le mostraba una cálida sonrisa. Tras ello, se apartaría un poco del camino, no quería volver a molestar a otra persona. Además, quería ver el ocaso... no faltaba mucho, y era una oportunidad difícil de igualar. — Mejor me quito de en medio, que para ver el ocaso, lo mejor va a ser estar al costado del puente. — Sería entonces que se dejaría reposar sobre el grueso posado que daba límites laterales al puente. Hechos de la misma roca caliza que el suelo, daba una segura protección ante la caída, así como una agradable base de apoyo. Los ojos del rubio se perderían en el horizonte, vislumbrando ese paisaje. RE: Llamalo como quieras... - Eikyuu Juro - 28/06/2015 A pesar del accidente y del nerviosismo del genin de Uzu, el chico rubio no aparento otra cosa más que tranquilidad, como si no le hubiese pasado nada. Juró lo observó,, con una mezcla de extrañeza y asombro, mientras le daba una palmada en el hombro. Se forzó para devolverle la sonrisa, e intentar mostrar algo de alivio. El chico no hizo mas que apartarse, alegando que queria ver tranquilamente el ocaso, sin chocarse con nadie. Juro penso que queria estar tranquilo, pero mantuvo la frase en el aire, dirigiendose particularmente a el. ¿Queria estar solo?¿Le estaria invitando o algo asi? -¿El ocaso? - pestañeo, sin acabar de entender el porque de las acciones del chico. ¿Por que ver primero el ocaso y no el puente? Se acerco tímidamente al lugar, aún inseguro, y curioso. - ¿Puedo...? - señaló al suelo, aún sin atreverse a acercarse sin su permiso, no parecía un chico peligroso, pero era mejor prevenirse - ¿Por que es tan especial para ti el ocaso? ¿No es algo que se ve todos los días? No lo terminaba de entender. Si se lo permitía, se sentaría a su lado, cerca suyo. No es que quisiese meterse donde no le llamaban, pero ese extraño le causa bastante interés, y parecía agradable. RE: Llamalo como quieras... - Blame - 28/06/2015 Ante el comentario de Zuka, el chico quejó perplejo. Se tomó algo de tiempo, mas no tardó demasiado en tomar sitio cerca de éste. Preguntó si podía, lo que el rubio permitió con un claro gesto de afirmación con la cabeza. Para nada le molestaba. Estando a su vera, procedió a sentarse, y sin preámbulos le preguntó por qué era tan especial el ocaso, ya que a su ver, eso se podía ver cada día. Al escuchar ésto, el Yotsuki no pudo evitar reír. — Jajajaja... no es que sea especial el ocaso. Éste paisaje es especial. — Aclaró el de Kusa. — No todos lo días puedo estar aquí, de hecho es la primera vez que vengo. Ha coincidido con el ocaso, y por eso me gustaría verlo bien. Me habían hablado de éste lugar, de que era precioso... y así es. Observa como el sol se pone entre las montañas... — Con éstas palabras, el rubio quedó señalando el horizonte, donde poco a poco, el sol se iba escondiendo tras la vegetación. Desapareciendo entre dos montañas, de poco a poco el entorno iba quedando con menos iluminación. Fue entonces que un hombre comenzó a encender unos candelabros que adornaban el puente a todo su largo. Zukamane giró la cabeza, avistando ahora al susodicho encargado de la iluminación del puente. No esperaba para nada que el puente se iluminase a la luz de la noche, pero para nada le desagradaba. Le daba un toque singular y pintoresco, agradable y singular. Teniendo a éste chico a su vera, giró de nuevo la cabeza, buscando localizarlo. — Diantres, si que mola éste sitio... ¿no? Por cierto, mi nombre es Zukamane... puedes llamarme Zuka. — Dicho ésto, el rubio se ajustó la cincha de su guante derecho, y quedó observando por un instante mas el horizonte. RE: Llamalo como quieras... - Eikyuu Juro - 28/06/2015 Al muchacho del pelo rubio no le pareció importar su compañía, se sentó cerca suyo, mientras intentaba establecer una conversación con él. Le confirmó lo que él mismo ponía en duda, no le importaba el ocaso en si, sino todo el conjunto de cosas, junto con el gran puente. Sentado sobre sus piernas, con ambos brazos apoyandose en el suelo, observó el horionte, guiado por el otro chico. Poco a poco el sol se iba escondiendo entre las montañas, iluminando con los últimos rayos de luz del día. Mientras ocurría, algunas personas se dedicaban a adornar el puente con candelabros, dándoles una cálida luz. Juro se quedó atónito, observando el espectáculo. Nunca había oido algo así, ni si quiera se preocupó en que la noche estuviese llegando, y en que su hermana aún no hubiese llegado. En ese momento solo existían esas luces para él. La ilusión se rompió con las palabras de su acompañante, que provocaron que saliera de mala gana de su estado de fascinación. —Aunque este en mi país, nunca había visto algo así — reconoció — ¿Lo haran todas las noches? Aunque parecía una pregunta tonta, el mismo se lo preguntó. Bien podrían hacerlo cada varias noches, o una noche a la semana, o quizás hubiesen llegado en una especie de día festivo. Aun dudoso, contestó con su nombre al chaval, de nombre Zuka. — Soy Juro, encantado — comentó, tentado de dar un apretón de manos. Descartó la idea rapidamente — Nunca había visto guantes así... RE: Llamalo como quieras... - Blame - 28/06/2015 El horizonte de poco a poco iba quedando cada vez mas apagado. Los últimos rayos de sol brindaban na escasa luz, que casi se veía invadida por la propia de la iluminación que a esos momentos iba tomando el puente. La fascinación del habitante de Uzu por la iluminación no fue mucho mayor que la del Yosuki, igualmente parecía nunca antes haber visto algo así. De hecho, preguntó al visitante si sería así todos los días. Evidentemente, el rubio no tenía respuesta ante esa pregunta. Se limitó a encogerse de hombros, carente de respuesta. Tras su presentación, su actual compañero de vistas se presentó como Juro. Extraño nombre, pero no era nadie para hablar de nombres... el suyo tampoco era de lo mas habitual. Pareció querer darle la mano para concluir aquella formal presentación, pero de pronto se quedó sin la motivación. Sus ojos se clavaron en los guantes del Yotsuki, y comentó lo que era evidente, al menos para él. Obvio que nunca antes hubiese visto unos guantes así, eran únicos de su familia. — Bueno, la verdad es que me extrañaría que hubieses visto otros guantes de éstos por ahí... son un legado de mi clan, unos guantes poco comunes. — Contestó sin recelo. — Pero tranquilo, que no muerden ni nada... — Intentó dar un poco de ánimos al asunto, soltando una pequeña broma mientras mostraba una clara sonrisa. Pese a que había tenido una mala experiencia con un shinobi de Uzu, no había de meterlos a todos en el mismo saco. No era capaz de semejante cosa. Entre tanto, el gentío comenzaba de poco a poco a retirarse. Pese a que estaba bien iluminado el puente, no dejaba de transcurrir las horas... y el día había llegado hacía poco a su fin. No era de extrañar que la gente se fuese a cenar, a dormir, o a cualquier otra cosa bajo el refugio de sus lechos. Sin embargo, el genin de Kusa aún se quedaría por un ratejo mas ahí. Quizás, con algo de suerte, con una agradable compañía. Ese tal Juro no parecía un chico molesto... al menos no por ahora. RE: Llamalo como quieras... - Eikyuu Juro - 28/06/2015 La respuesta de Zuka fue más que simple, y en cierto modo, tenía razón. Era un visitante como el, era una estupidez preguntarle por eso. Como decía su padre, no se le podían pedir peras al olmo. Tampoco pareció molestarse cuando le preguntó acerca de sus guantes. Desde luego, podría decirse que era un chico tranquilo. Es más, le contestó con una broma, a la que Juro sonrió, aunque en realidad, no le hizo mucha gracia. No por la broma en si, sino porque, aunque los guantes fueran inofensivos, recordó que muchas personas si que podían llegar a morder, metafóricamente. Era algo que le había enseñado su hermana, y ahora mismo, estaba sentado despreocupadamente al lado de un extraña. Intento no moverse, aunque se tenso un poco. - Eso esperó, no se quien querría llevar unos guantes que mordiesen, sería asqueroso - contestó velozmente, intentando que no se notase su inquietud con un estupido juego de palabras. Abrazo sus rodillas, arrepintiéndose al instante de la estupidez que acababa de soltar. Poco a poco, la gente fuese desapareciendo, al igual que el sol. Juro creyo tener que esperar sólo, pero para su sorpresa, Zuka decidió quedarse, quizá por alguna razón, quizá por nada en particular. Ya que tenía que esperar, prefería hacerlo con compañía. - Es la primera vez que me encuentro con un ninja de Kusagakure ¿Sabes? - comentó, mirando su bandana. Entonces se dio cuenta de que quedaban ellos dos, y quizá alguna que otra persona suelta - ¿Es verdad que vivis en casas sobre los árboles? Lo he oído un par de veces Ya que parecía que iba que tener que esperar un buen rato, al menos se entretendría... RE: Llamalo como quieras... - Blame - 1/07/2015 Para nada tan tenso como el chico de su vera, el rubio no dudó en soltarle una broma. Acto seguido, fue contestado con otra del mismo estilo. Afirmaba que sería raro a a alguien le gustase llevar unos guantes que le mordiesen, pues sería asqueroso. Un claro juego de palabras, con el cuál también sacó una leve carcajada al Yotsuki. — Jajajajajaja! Muy cierto! — Cuando la gente comenzó a irse, de los pocos que quedaron fueron el de Uzu y el Yotsuki. Sin pensarlo demasiado, Juro decidió inundarse en glorioso conocimiento de incultos. Preguntó si era cierto eso que había escuchado de que los shinobis de Kusa vivían en árboles. A lo cual, la primera reacción de Zuka fue alejar un poco el rostro, mirándolo a la vez que arqueaba una ceja. La respuesta era obvia para él... ¿wtf? — No, para nada, Juro. Somos personas, no monos. Yo por ejemplo tengo una casa de lo mas tradicional, con un jardín y toso. Incluso en donde podríamos haber plantado algo, decidimos establecer un dojo de entrenamiento.... Vamos, que si en algo destacan las casas es en el estilo conservador. — Tras darle respuesta a su duda, el rubio vio el momento mas oportuno para lanzar ahora él una nueva pregunta. A la misma vez, podía informar al chico de que en su caso sí había visto y dialogado con algún que otro shinobi de Uzu. — Bueno, a decir verdad, no eres el primer shinobi de Uzu con el que me encuentro... aunque, por suerte o desgracia.... ninguna ocasión ha sido del todo "agradable". Tú por ejemplo, pareces agradable y normal. Sin embargo, un chico de cabellos blancos y ojs grises me tocó tanto la moral, que incluso acabamos dándonos de hostias.... y sacarme de mis casillas no es tarea sencilla... — Quizás el chico acababa de liar el taco de nuevo, pues siendo que le acababa de contar que había tenido problemas con otro de Uzu, quizás se enfadase o algo similar. Sin embargo, lejos de obviar el tema, intentó explicar un poco la situación. — Que hiciese daño a uno civiles, y no asumiese su culpa ya es grave.... pero que encima de eso, te eche la culpa, te llame de todo, e insulte al global de tu aldea.... no sé tu, pero a mi no me parece muy buena idea para entablar amistades... — Poco a poco, la muchedumbre se había estado yendo. Al mirar a su alrededor, tan solo se veían un grupo de gente bastante agrupada casi al centro del puente, y aparte de eso, solo ellos. En ese momento no parecían ni haber guardias de seguridad, ni ningún tipo de vigilancia. Un asunto que le intrigaba, pues en un sitio tan turístico, era raro que se desprotegiese justo por la noche. RE: Llamalo como quieras... - Eikyuu Juro - 3/07/2015 Zuka parecía no haberse molestado por su intento de broma, incluso lo siguió. No entendió muy bien como su actitud se mantenía igual durante todo el rato que llevaban juntos, pero no le molestó, al menos estaba siendo agradable con él. Tan bien se sintió por unos momentos, que llegó a hacer una pregunta de lo más extraña, que fue contestada practicamente con la mirada de su acompañante. Mirada que hizo que Juro se arrepintiera de haberlo preguntado. Pensó que le había molestado, pero para su sorpresa, terminó por aclarar la duda. — Oh, debe ser agradable — comentó, intentando enmendar su error. Imaginó una casita de madera, rodeada de naturaleza, cercana a un dojo — la mia es vieja y esta a las afueras, también tiene un cesped, y un taller. Inocentemente, no imaginó que tener un taller fuera considerado raro. Él se refería al taller donde creaban y guardaban sus marionetas, aquel con doble fondo, pero claro, Zuka no tenía forma de saberlo. Pero todo esto quedaría atrás. Como si en todo el rato en el que hubiese estado con el genin de Kusa hubiese estado en un espacio paralelo, lejos de la realidad. En cuanto oyo lo que le dijo, sobre un genin de su misma aldea con el que peleo, todo se hizo añicos, y sintió como si despertara de un largo sueño. No podía ser Kazuma, no podía ser... "¿Ah si? ¿Cuantos chicos de cabellos blancos y ojos grises hay por la aldea? — una vocecilla en su cabeza confirmó lo que no quería oir. Pero lejos de parar, Zuka siguió sin ninguna piedad, martilleando sus odios con cosas horribles, que pondrían mal a cualquiera. Que si golpeó a civiles, que si le insultó...Solo faltaba que le dijese que mataba a cachorritos y que le daba cigarrillos a niños pequeños. Poco a poco, el marionetista fue perdiendo totalmente su color, y palideció, al oír todo lo que le decía. No era algo demasiado extraño, Kazuma era su compañero, y lo que le estaba diciendo...Cuando le dijo que había insultado a su aldea entera, no pudo aguantarlo más. — ¡Él no haría algo así¡ — en un principio no se dio cuenta, pero estaba gritando. Por algun razón, ya no estaba sentado, estaba de pie, con los puños apretados. Se dio cuenta quizá un poco tarde, y sintió temor por ello — Yo...Lo siento...Es que... Más sorprendido que asustado por lo que acababa de hacer, volvió a sentarse, aunque ya estaba igual. Era como si el suelo en el que se había recostado, ahora estuviese hecho de piedras, y se removió, incomodo. — ¿Hablas de Ishimura Kazuma, no? — le preguntó, mirándole directamente a los ojos. Necesitaba saberlo RE: Llamalo como quieras... - Blame - 4/07/2015 En un momento dado, los chicos expresaron como eran sus hogares. Cuando fue el turno del de Uzu, mencionó que su casa también era tradicional. Dijo que tenía también un patio, jardín, y un "taller". Lo único que pudo llamar la atención del rubio fue lo evidente. ¿Para qué quería un taller en su propia casa? Los talleres solían estar de cara al público, para arreglar las bicicletas, el corta-césped... cosas así. ¿Qué utilidad iba a tener uno personal? Sin pensarlo demasiado, el Yotsuki se llevó la mano al mentón, e intentó reflexionar levemente y rápido cuál podía ser la función de un taller en el jardín. El resultado fue el mismo. No tenía ni puta idea de para qué habían de tener ese taller. Era del todo inviable, al menos para su punto de vista. — ¿No es un desperdicio de espacio tener un taller? Digo yo, que cuando tienes que reparar algo, lo llevas a uno y punto... o simplemente lo arreglas con las herramientas que tengas en el trastero. ¿No? Tampoco es para darle demasiado sitio a ese tipo de cosas.... creo... — Dado su punto de vista, pasaron a hablar del extraño de Uzu. A decir verdad, los nervios se pusieron a flor de piel en las carnes del chico. Casi parecía que hubiese insultado a su familia, o algo similar. De hecho, no dudó en negar que aquella persona sería incapaz de hacer algo de esas cosas. Sin embargo, no tardó en pedir perdón. Pese a que casi toma la guardia para sacudir al rubio... Al menos, el chico no pecaba en lo mismo que su compañero. Sabía mantener las formas, al menos por el momento. Retomó una posición mas relajada, y preguntó al Yotsuki si verdaderamente hablaba de Ishimura Kazuma. Este detalle le hizo recordar algo... ni tan siquiera había escuchado el nombre del chico. — Tsk.... pues la verdad... no sé como se llamaba. Era moreno de piel, pelo blanco, ojos grises... llevaba una espada un poco rara... no sé. Quizás hasta le hubiese robado la bandana a alguien... a saber.... — Respondió sin preámbulos. — Bueno... y lo siento. Hablar mal de un hermano a otro está mal... mejor dejemos el tema. — El Yotsuki dejó caer un pequeño suspiro, ofuscado levemente de recordar aquella situación tan desagradable. Pero a la misma vez reconfortado por ésta sensación de tranquilidad y descanso que le invadía. RE: Llamalo como quieras... - Eikyuu Juro - 4/07/2015 Abrazó sus rodillas mientras escuchaba lo que el shinobi de Kusa le tenía que decir sobre el tema. Su mente había obviado cualquier comentario acerca del taller, y se había concentrado en divagar acerca de lo que podía haber pasado entre aquella persona y el presunto Kazuma. Dejó escapar el aire contenido en sus pulmones, mientras recibía una descripción de la persona. Era moreno, de pelo blanco y ojos grises, como Kazuma, y portaba una espada, como Kazuma. También dio la posibilidad de que podría ser algun bandido u otra persona, y se disculpó previamente. "No seas idiota, no vale la pena, finge que todo esta bien " Con ese pensamiento, intentó volver a sonar como lo hacía antes, o al menos, aproximarse a su tono tranquilo. Estaba claro que tendría que hablar con Kazuma en cuanto pudiese, pero si lograba evitar un conflicto entre aldeas, sería mucho mejor. — Es probable que sea eso, aunque espero que el ninja al que le haya tocado este bien... — mintió, con una mirada de preocupación, que no tuvo que fingir, por culpa de Kazuma— pero dejemos lo ahí, tienes razón, no ganamos nada así. Volvió a sentarse con las piernas extendidas, y dirigió una rapida mirada al horizonte, mientras pensaba en que hacer. De pronto, recordó lo que minutos antes le había dicho, y que había descartado. — Sobre el taller... — empezó a decir, intentando retomar una conversación más agradable — Mi familia se dedica a las construcciones y reparaciones, por eso es necesario, a veces hacemos encargos, y otras veces hacemos cosas para nosotros. Tecnicamente, desde que murió su padre no habían vuelto a construir nada aparte de marionetas, y estas eran siempre para ellos, pero aun así, las viejas costumbres nunca se terminan perdiendo... RE: Llamalo como quieras... - Blame - 9/07/2015 El chico contestó lo mas obvio, tan solo esperaba que el compañero al que le hubieran quitado la bandana se encontrase bien. El rubio sonrió, recordando las habilidades de aquel chico. Apenas sabía mucho mas que hacer explosiones y cegar con el reflejo de la espada. Con eso no llegaría a ningún lado, y mucho menos a hacer daño a un shinobi. Al menos él pensaba eso. — Nah, tranquilo Juro, ese chico del que hablo no era muy habilidoso... seguro que a quien fuera que le quitase la bandana, se la robó. En un enfrentamiento directo, perdería seguro, así que tu compañero se encontrará bien seguro. — Intentando calmar un poco al chico, cambió de tema, y volvió a sacar a luz eso del taller. Juro no titubeó en contestar, al parecer él y su familia se dedicaban a realizar pequeños trabajos y arreglos. Eso explicaba el porqué habían dedicado tanto espacio a unas cuantas herramientas y metales. De hecho, no sabía tan siquiera ni qué tipo de taller era, pero eso era ya curiosear demasiado... — Ostras, pues suena bien... ayudar a mucha gente a construir sus vidas sobre cimientos y tal... suena como a pequeños héroes ocultos tras un martillo y unas alcayatas. — Pero de pronto, sus oídos les traerían un sonido mas que reconocido y particular. Un grito femenino rompió el silencio de la noche. De la nada, inundó toda esa tranquilidad, y la agrietó hasta la saciedad. — AHHHHH! AYUDA POR FAVOOOOR!! — Al mirar hacia el centro del puente, una muchedumbre se arremolinaba descaradamente sobre una de las barandas. En el centro del coro, una chica era victima, o eso parecía a simple vista. La mayoría de éstos chicos iban ataviados con ropajes de tono oscuro, en su mayoría chándal. La chica por otro lado destacaba, iba vestida con un kimono rojo, conjuntando con su tono de cabello. El rubio ni se lo pensó dos veces, se levantó de su acomodado asiento, y enfocó su objetivo claramente. Sus orbes se clavaron en el lío que recién se estaba formando, no había manera de hacer como que no pasaba nada. Por otro lado, era raro.... no había ni tan siquiera un maldito guardia de seguridad o shinobi cerca, mas que ese par. — Lo siento, pero voy a ir hacia allá... — Se disculpó ante Juro. Sin mas, el chico se levantó y se dirigió sin preámbulos hacia el embrollo. — EHHHH! Que diablos hacéis!? — Vociferó. Al instante, el grupo de al menos veinte chicos se volvieron hacia éste. La cosa no pintaba bien.... RE: Llamalo como quieras... - Eikyuu Juro - 11/07/2015 Juro cerró la boca cuando empezó a escuchar el discurso de Zuka sobre lo poco habilidoso y lo inútil que parecía ser el supuesto Kazuma. Tomó aire, e intentó fingir que nada de esto le afectaba, porque no lo conocía, y por que era un ladrón, a pesar de saber muy bien que no era así. También se sonrojó un poco cuando escuchó lo que tenía que decir acerca de su taller, él no se veía como un héore constructor, pero en ese momento, no le importó parecerlo. Pero no pudo hacer mucho más, de repente , un grito rompió el silencio. Parecía ser una mujer, al menos por su voz. Zuka se disculpó, y salió corriendo a su encuentro. — Yo también soy un ninja — exclamó, casi indignado, corriendo junto con él. Al llegar, se encontraría con algo más que insólito. Una mujer pelirroja se encontraba rodeada de hombres, con ropajes de tono oscuro. Tanto Zuka como él parecían más que sorprendidos. — ¿Que quieren de ella? — preguntó en voz baja, antes de que él mismo gritara por la respuesta. Aun así, todos las personas se fijaron en ellos. Aun así, Juro sabía que lo tenían difícil. Había mucha gente, y peleando no iba a conseguir nada. No tenía técnicas para barrer a tanta gente, y desconocía que podía hacer Zuka. — Sera mejor que os vayáis y dejes a la pobre chica — vociferó, intentando hacerse oír — ¿Creeis que no se han escuchado sus gritos? Me jugaría el cuello a que varios jounin ya se dirigen hacia aquí, a por vosotros. RE: Llamalo como quieras... - Blame - 13/07/2015 El rubio dio ofensa sin pretenderlo a su compañero de charla, evidentemente, éste hizo alago de que también era shinobi. Parecía ser que también pensaba moverse, e indignado con el Yotsuki, comenzó la carrera al igual. Ambos llamaron la atención del bullicio, sus miradas se clavaron rápidamente en el par de jóvenes que se hacían los héroes. El rubio había sido el primero en vociferar, mas el marionetista no titubeó en anunciar que esos gritos se habían oído en todo el hemisferio, y podían acudir algunos shinobis o guardas de seguridad. Sorprendentemente, ninguno captó el propósito de esas palabras. Incluso alguno empezó a reír. El rubio miró a su compañero, se encogió de hombros, y volvió a mirar a ese grupo. La chica tomó un bolso de manos del mas cercano de los acosadores, y se retiró rápidamente contra el abismo, concretamente con el trozo de muro que daba apoyo lateral al puente. El que tenía el bolso hizo amago de volver a tomarlo, pero un segundo canalla le tomó del hombro, haciéndole ver que el problema estaba en su flanco. — Tios, ¿que vais de héroes? ¿Acaso no sabéis donde estáis? ESTO es territorio de los Pumas Negros, iros de aquí si no queréis problemas! — Proclamó rápido uno de los jóvenes. A ésto, un segundo se adelantó de entre la muchedumbre, y dejó bien claro el porqué pensaban hacer lo que les diese la gana. — Nadie vigila éste sitio ahora! Podéis gritar todo lo que queráis, lo tenemos bajo control! ¿Veis? — Con esas palabras, el chico quedó indicando un lugar lejano, tras una de las montañas. Una flamígera luz parpadeaba constantemente, y un grueso tabique de humo negro comenzaba a florecer en el cielo. Evidentemente se trataba de un incendio, y parte de ésta gente, o quizás otros que estaban compinchados a éstos, lo habían provocado. "Dios... estos tipos se han colado tela... ¿y todo por un bolso? ¿O será por la chica? ¿O quizás solo querían este sitio libre por otro motivos...?" Numerosos pensamientos nublaron la mente del rubio por un instante, mas casi alocado, el chico alzó sus puños. Mostró al grupo sus guantes, éstos bien apretados, cerrando sus puños en una clara posición de defensa. Posicionado, miró hacia su lado, al chico de Uzu. No tardó en volver la vista hacia sus presas. — Estáis locos si pretendéis hacer lo que os plazca! Dejad en paz a esa chica! — La chica sin se mantenía con una actitud típica de un gato arrinconado. Uno de éstos individuos hizo caso omiso a lo dicho por el rubio, y sacó su mano de nuevo para tomar el bolso. La chica no se dejó mangonear, y sostuvo con todas sus fuerzas. Quedaron ambos forcejeando concienzudamente por el bolso, y de nuevo la chica gritó pidiendo ayuda. Los guantes del chico se iluminaron, y una leve corriente eléctrica comenzó a circular por sus puños. Su cejo se frunció a mas no poder, y su mirada se clavó concretamente en el chico que intentaba quitar el bolso a la chica. Sin embargo, el grupo no parecía decidido a cooperar. El primero de éstos, se adelantó incluso un poco mas. — No tenemos miedo de un par de aprendices.... no seremos machos, pero somos muchos... — Se burló el chico. — Pues no se hable mas... — El rubio adelantó ambas manos, y de éstas surgió un chorro de electricidad que se abalanzó sin contemplaciones hacia el frente del grupo. El chispazo fue pequeño y escandaloso, y lo mejor fue el que acertó en al menos cinco de éstos individuos. Se alzaron la mayoría ipso facto, y comenzaron a correr hacia el par de chicos. 3 o 4 de ellos se dirigían a Juro, evidentemente, aunque el no hubiera empezado el jaleo, estaba al lado del que sí. Entre tanto, la chica seguía forcejeando con el ladronzuelo. |