(B) Las bandanas perdidas - Versión para impresión +- NinjaWorld (https://ninjaworld.es) +-- Foro: Kusagakure (https://ninjaworld.es/foro-kusagakure) +--- Foro: Edificio del Morikage (https://ninjaworld.es/foro-edificio-del-morikage) +--- Tema: (B) Las bandanas perdidas (/tema-b-las-bandanas-perdidas) Páginas:
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(B) Las bandanas perdidas - Sasagani Yota - 7/02/2020 Después de todo el follón de Jurete, la muerte del Morikage, su funeral, el interrogatorio con la tal Aburame Kintsugi... Había llegado el momento de ponerse de nuevo a trabajar para la aldea. Venían tiempos difíciles para todo kusajin, así que era uno de esos momentos en el que uno debía sobreponerse a la situación, tomar el toro por los cuernos y ofrecer su mejor versión. Todo ello era lo que me había conducido hasta allí, el mismísimo edificio del Morikage, aquel imponente dojo que se alzaba en aquel recóndito lugar del norte de Ōnindo. «Allá vamos de nuevo» Con decisión crucé el umbral de la puerta para acceder al interior. Los que estuvieran en su interior podrían ver a aquel gennin que compartió muchas vivencias con mayor traidor de la Kusagakure moderna, Eikyuu Juro, que hasta hacía unas semanas era el jinchuriki de la aldea. Lucía pantalones largos y negros, así como una camiseta de manga larga roja y encima de ella una negra con el símbolo de la Kuromiböjin a su espalda, la cual tenía una capucha también negra que llevaba puesta. Mi trenza caía por mi hombro izquierdo, inspirado por la elegancia con la cual la nueva Morikage lucía la suya. Realmente deseaba convertirme en alguien importante para aquella mujer y, por consecuencia, para Kusagakure. Convertirme en alguien que pudiese cambiar las cosas. Pero lo que más ansiaba era descubrir la verdad. Toda la verdad. — Hola, ¿tienes trabajo para mí? Kumopansa descendió de un salto hasta el escritorio de la mesa de la recepción en la que estaba solicitando una nueva misión con la que servir a los míos. RE: (B) Las bandanas perdidas - Tsukiyama Daigo - 9/02/2020 Hacía tanto tiempo que no se pasaba por aquel edificio... Luego de lo sucedido con Kenzou, era normal que los ánimos en Kusagakure no estuvieran por las nubes y... bueno, para qué mentir, Daigo no era la excepción. Le gustaría haber dicho que ha estado entrenando para atrapar a Juro, que después del funeral del padre de todos los kusajin el chico se había estado preparando para atrapar a su asesino, pero la verdad era que poco había hecho. Eso estaba a punto de cambiar. Daigo entró al edificio y se encontró con Yota, que estaba solicitando una misión. «Quizás...» El chico se acercó y le tocó el hombro. —Podría buscar algo para los dos —dijo, y sonrió a su compañero—, si te parece bien, Yota-kun. RE: (B) Las bandanas perdidas - Sama-sama - 11/02/2020 Tras el mostrador se encontraron con un hombre anciano. Pero no era el típico anciano encogido y escuchimizado. No. Aquel anciano medía por lo menos dos metros y sus músculos estaban hechos para partir troncos de árboles con las manos desnudas. Si de algo no cabía duda era de que, Senju Shiten era un Kusajin de pura cepa. —Oh, joven Yota, joven Daigo. Bienvenidos, bienvenidos. Hacía mucho que no os veía, ya comenzaba a tener miedo de que estuviéseis echando barriga en vuestras casas —les saludó. Tenía el pelo canoso, pero para su edad lo llevaba largo. Tan largo que se confundía con su barba y seguía extendiéndose hasta la mitad de su pecho. A modo de vestimenta llevaba el chaleco shinobi oficial, dejando al descubierto sus brazos colosales recorridos por múltiples cicatrices—. Pues si no tenéis inconveniente en trabajar juntos, Morikage-sama hace nada ha rescatado esta tarea del cajón del olvido. Shiten deslizó hacia los dos muchachos un pergamino enrollado... Y la letra B tallada en cera sobre el cierre. RE: (B) Las bandanas perdidas - Sasagani Yota - 11/02/2020 Antes de que pasase nada, lo primero que pude sentir es la presencia de alguien, y fue ese alguien quién posó su mano sobre mi hombro. La capucha no me permitía ver a través, por el rabillo del ojo, así que tendría que haber girado el rostro para ver de quién se trataba, pero se delató con su voz. Una voz muy familiar, de un buen amigo. De un amigo leal, me lo había demostrado muchas veces. —Podría buscar algo para los dos —dijo, y sonrió a su compañero—, si te parece bien, Yota-kun. Ejerciendo sus funciones como responsable de aquel turno, tras aquel escritorio había un hombre entrado en años pero trabajado y bien conservado. Así lo dejaban constante sus imponentes brazos, descubiertos. —Oh, joven Yota, joven Daigo. Bienvenidos, bienvenidos. Hacía mucho que no os veía, ya comenzaba a tener miedo de que estuviéseis echando barriga en vuestras casas — Oh, no, no se preocupe por eso. Simplemente... he estado buscando un amigo Pues si no tenéis inconveniente en trabajar juntos, Morikage-sama hace nada ha rescatado esta tarea del cajón del olvido. Acto seguido nos acercó un pergamino en el que claramente ponía la letra B. En otras condiciones los ojos me habrían hecho varios estellos de emoción. Pero no aquel día, no bajo aquella situación. Contra mayor fuese el rango de la misión más se cobraría por hacer el trabajo y eso era precisamente lo que necesitaba Kusagakure en aquel momento, con carácter de urgencia. todo recurso sería bienvenido con tal de facilitar la búsqueda del que en su día fue jinchūriki de la hierba. — He trabajado muchas veces con Daigo-kun, será un gusto volver a hacerlo «Tan solo espero que esta vez no salga mal» Tomé el pergamino y me giré hacia el peliverde. — Seguro que estamos de vuelta con el trabajo hecho en un abrir y cerrar de ojos, ¿a que si, Daigo-kun? RE: (B) Las bandanas perdidas - Tsukiyama Daigo - 12/02/2020 Tras el escritorio, fue Shiten, el Acaparador, quien les atendió. Una mole de hombre que podría fácilmente destrozar su escritorio si se pasaba un poco al apoyarse. Daigo sintió algo de miedo, pensando que esta vez no se salvaría y que terminaría haciendo 800 flexiones como misión. —No se preocupe, Shiten-senpai, he estado siguiendo su consejo. Una buena dieta y mucho entrenamiento, aunque últimamente no había cumplido con este último. Los ojos del peliverde se iluminaron cuando vio la letra B en el pergamino. Donde Yota veía una oportunidad para traer dinero a la aldea, Daigo veía mucho más, como traer dinero a casa, por poner un ejemplo. Así no se tendría que preocupar de comer durante un tiempo, y además podría ayudar a Gura y a Koku. Eso si no volvía a liarla, claro. Yota parecía muy convencido de que podrían con lo que les tiraran encima, así que Daigo respondió también con confianza. —¡Claro que sí! —sonrió—. Puede contar con nosotros, Shiten-senpai. RE: (B) Las bandanas perdidas - Sama-sama - 13/02/2020 Senju Shiten asintió varias veces, complacido con la entusiasta respuesta de aquellos dos jóvenes. —¡Bien, bien! Estoy seguro de que os haréis cargo de esta misión en un abrir y cerrar de ojos —sonrió—. ¡Pues no perdamos más el tiempo! Si no tenéis ninguna pregunta al respecto podéis marchar al Bosque de Hongos. ¡Oh, esperad! —añadió, volviendo a rebuscar en el cajón del que había sacado la misión. De él sacó una bandana más bien deslucida, falta de brillo, sucia de tierra y con la tela desgastada. Aún así, el símbolo de Kusagakure seguía bien visible en su superficie—. Esta es la última que encontramos. Es de una de las pobres chicas que buscaban a ese gato. Llevaosla, quizás os sirva de ayuda en algún momento. RE: (B) Las bandanas perdidas - Sasagani Yota - 14/02/2020 Daigo y aquel tipo, el tal Shiten parecían que se conocían con anterioridad. Tanto era así que el peliverde dejó caer que había estado siguiendo su consejo. Aun desconociendo de lo que se trataba, no era descartable que dicho consejo fuese dejar con la mandíbula rota a sus enemigos. Creo que tardaría bastante en olvidar la imagen del lacayo del dedo amarillo de mi cabeza. Una imagen de lo más dantesca, ya lo creo que si. Así que, mientras ellos hablaban yo abrí el pergamino y le eché una rápida ojeada. «¿Un puto gato en el bosque de hongos?» pensé, sin dar crédito y con dos ojos como dos naranjas. Le dejé revisar el pergamino a Daigo y yo tomé la bandana que Shiten nos estaba ofreciendo. Igual sería de utilidad. Me la quedé mirando unos instantes mientras seguía escuchando las palabras de aquel pintoresco encargado. Esta es la última que encontramos. Es de una de las pobres chicas que buscaban a ese gato. Llevaosla, quizás os sirva de ayuda en algún momento. — Esto... ¿por qué se enviaron dos gennins novatas a buscar un gato en el bosque de Hongos? ¿de quién narices es ese gato? «¿De Gyou-dono?» Aunque ya sabía que no era del Daimyo puesto que dudaba mucho que aquel perro puediese llevarse bien con gatos, pero... ese bicho tenía que ser de alguien importante. Es que no tenía sentido. — El bosque es peligroso si no te andas con cuidado... Yo mismo había comprobado en mis propias carnes los secretos que podía esconder aquel lugar. RE: (B) Las bandanas perdidas - Sama-sama - 28/02/2020 Shiten se limitó a encogerse de hombros —Es la típica misión de rango D que se ofrece a los genin recién salidos de la academia. No tienes ni idea de la de gatos que se extravían todos los días, y desde luego es un buen calentamiento para comenzar en el oficio. ¿Tú nunca llegaste a hacer una similar? —preguntó, con curiosidad. —Disculpad un momento —les interrumpió un jōnin que acababa de entrar en escena—. Pero Tsukiyama Daigo no puede realizar esa misión. —¡Pues claro que puede hacerla! ¿No ves lo bien prep...? —La Morikage le está buscando, tiene otra misión para él. El anciano Shiten apretó las mandíbulas, claramente contrariado pero incapaz de sobreponerse a las órdenes de su superiora. El jōnin terminó por llevarse al peliverde, y cuando ambos hubieron desaparecido de la escena, el encargado se volvió hacia Yota. —Lo cierto es que este encargo está recomendado para una pareja de shinobi... ¿Seguro que quieres ir solo? RE: (B) Las bandanas perdidas - Sasagani Yota - 3/03/2020 —Es la típica misión de rango D que se ofrece a los genin recién salidos de la academia. No tienes ni idea de la de gatos que se extravían todos los días, y desde luego es un buen calentamiento para comenzar en el oficio. ¿Tú nunca llegaste a hacer una similar? Mi rostro inspiraba desconfianza a medida que el tipo fortachón seguía con su explicación ante mis evidentes dudas de que todo aquello no es que oliese a chamusquina, sino que olía peor. —Shitten-san, tu y yo sab.. De pronto alguien vino y se llevó a Daigo, quién inicialmente tenía que ser mi compañero de viaje. Pero ya no. al parecer la Morikage tenía algo reservado para él. — ¡Buena suerte, Daigo-kun! Chasquee la lengua. —Lo cierto es que este encargo está recomendado para una pareja de shinobi... ¿Seguro que quieres ir solo? Le miré con confianza. — Tú y yo sabemos que esto huele fatal, pero tengo que empezar a demostrar que estoy preparado para servir a la aldea al siguiente nivel. Yo me encargo «Para empezar, esos gennins no deberían estar en el bosque buscando gatitos» RE: (B) Las bandanas perdidas - Sama-sama - 7/03/2020 Shiten suspiró. —Joven Yota... El Bosque de Hongos rodea a toda la aldea. Como ya sabes, empieza justo después de la zanja y se extiende hasta el Puente Kannabi, en el límite con el País del Fuego. Entiendo tu reticencia y susceptibilidad, pero no es la parte del gato la que huele mal. Prácticamente todas las semanas se pierde alguna mascota allí fuera y enviamos a algún genin a buscarla —respondió, ante el recelo del muchacho. Sin embargo, asintió con aprobación ante la decisión del muchacho—. ¡Muy bien, así me gusta! En ese caso, te deseo mucha suerte. RE: (B) Las bandanas perdidas - Sasagani Yota - 8/03/2020 —Joven Yota... El Bosque de Hongos rodea a toda la aldea. Como ya sabes, empieza justo después de la zanja y se extiende hasta el Puente Kannabi, en el límite con el País del Fuego. Entiendo tu reticencia y susceptibilidad, pero no es la parte del gato la que huele mal. Prácticamente todas las semanas se pierde alguna mascota allí fuera y enviamos a algún genin a buscarla Igual ese hombre pensaba que yo no sabía como iba aquello, pues yo también había pasado por esas cosas, pero seguía mosqueandome y mi rostro indicaba precisamente eso. «Sigue siendo una imprudencia mandar novatos acabados de salir de la academia al bosque...» ¡Muy bien, así me gusta! En ese caso, te deseo mucha suerte. — Gracias, volveré con los deberes hechos — dije, alzando la mano y moviéndola de lado a lado, despidiéndome, mientras me alejaba en dirección a la calle. Antes de hacer nada lo que iba a hacer es ir a casa en busca de alguna que otra provisión, así que tomé mi mochila y metí comida y varias cantimploras. Si algo aprendí de la misión con Yubiwa es que uno nunca es suficiente precavido. Tras ello, abandonaría la aldea y me dirigiría hacia los bsoques. — ¿Sabes las lucecitas esas brillantes de los amejin? — Sí... creo, vamos — Pues esta misión lleva una de esas luces y tiene escrito peligro. Más nos vale ir con pies de plomo, Kumopansa «De lo contrario caeremos nosotros también en este engaño» RE: (B) Las bandanas perdidas - Sama-sama - 11/03/2020 Yota abandonó el Edificio del Morikage, dispuesto a cumplir con su deber. Previsor, y quizás previendo que cumplir la misión le llevaría un tiempo, lo primero que hizo fue regresar a casa y cargó una mochila con comida y varias cantimploras. Tras eso, se dispuso a abandonar Kusagakure e internarse en Bosque de Hongos. A la salida de la aldea, justo antes de cruzar el puente que surcaba la enorme zanja que les servía de protección, el shinobi dio con los dos guardias, que le pidieron el pergamino de misión para autorizar su salida. —Ah... las desapariciones de nuevo —comentó una de ellos—. Las últimas bandanas que encontraron fue a un kilómetro o así al sur de aquí. Te recomiendo echar un ojo por allí, chico. Y mucha suerte con ello. —¡No vayas a desaparecer tú también! —bromeó el otro, que recibió un codazo de su compañera. —¡No tiene ninguna gracia! RE: (B) Las bandanas perdidas - Sasagani Yota - 14/03/2020 En las puertas de acceso terminé por toparme con los guardias que regulaban y controlaban el tránsito de entrada y salida de la aldea. Fue a ellos a quién mostré el pergamino que me dio Shitten y que me oficializaba como shinobi al cargo de aquella misión. Evidentemente, no pusieron trabas a mi salida. Incluso uno de ellos me dio información que podría ser de utilidad. —Ah... las desapariciones de nuevo —comentó una de ellos—. Las últimas bandanas que encontraron fue a un kilómetro o así al sur de aquí. Te recomiendo echar un ojo por allí, chico. Y mucha suerte con ello. —¡No vayas a desaparecer tú también! —¡No tiene ninguna gracia! Sonreí debajo del umbral de mi capucha. — No te preocupes, volveré con los deberes hechos Kumopansa alzó una de sus patas, saludando o, mejor dicho, despidiéndose de los guardias. Después pondría rumbo a la localización que el primero de los guardias había dado. Igual sería interesante examinar aquella ubicación. Así pues, puse rumbo al sur. RE: (B) Las bandanas perdidas - Sama-sama - 17/03/2020 Yota partió hacia el sur, siempre acompañado de su inseparable arácnido. Atravesó el puente que cruzaba la zanja que rodeaba Kusagakure, y los árboles no tardaron en abrazarlo en su seno. Pasarían unos treinta minutos hasta que el shinobi calculó que debía de haber recorrido la distancia indicada por los dos guardias. Por el momento la vegetación no era tan densa como podría serlo en pleno corazón del Bosque de Hongos: los árboles, aunque comenzaban a ganar altura y follaje, estaban más o menos dispersos, por lo que el shinobi tenía un buen campo de visión a su alrededor. Pero no sólo los árboles, setas y hongos crecían aquí y allí, desde el suelo o desde los mismos troncos, de diferentes tamaños y colores. A la fantasía se unían los reclamos de los pájaros y el zumbido de algún insecto que pasaba demasiado cerca de su oreja. Fue entonces cuando lo vio. O más bien fue Kumopansa la que lo vio. La tierra y la hierba estaban revueltas, como si algún animal o alguna persona hubiese estado pisoteando el lugar. Cerca, el tronco de un árbol presentaba serias quemaduras y, tirados en el suelo, un kunai y... Una bandana de Kusagakure. Aparte de eso, no parecía haber nadie en el lugar. Pero a lo lejos se apreciaba una fina columna de humo gris. ¿Una cabaña, quizás? RE: (B) Las bandanas perdidas - Sasagani Yota - 24/03/2020 Avanzamos, más o menos, la distancia que nos había dicho el guardia de la entrada a Kusagakure. No sabría decir si era la distancia exacta, no éramos tan jodidamente buenos como para contar hasta el milímetro, pero la zona debía de ser aquella. — ¡Eh, tío! Mira esto Kumopansa, de un salto desde mi hombro se plantó frente a mí, señalando primero un tronco que presentaba quemaduras, presumiblemente delimitando la zona del combate, luego un kunai en el suelo y finalmente otra bandana. Primero cogí el kunai para examinarlo del derecho y del revés. DEspués haría lo propio con la bandana, la cual agarré con más fuerza de la habitual. — Cada vez me gusta menos todo esto Kumopansa no dijo nada, se limitó a alzar sus dos patas delanteras como si estuviese encogiéndose de hombros. Guardé la bandana y el kunai en la mochila y di un último vistazo en las quemaduras de la corteza de aquel árbol. «¿Se tratará de un Katon?» Probablemente podría poner la mano en el fuego, por paradójico que fuera y no quemarme. — No es por ser alarmista pero, ¿eso es fuego? Lo cierto es que se le daba fatal lo de no ser alarmista, pero la verdad es que la mirada del arácnido había dado con una nueva pista, a lo lejos se podía divisar una cortina de fuego. — Joder, vamos, corre Sin tener que repetirlo una segunda vez, Kumopansa saltó y se agarró de mi espalda, después eché a correr en dirección al humo. Lo haría extremando todos mis sentidos, manteniéndolos alerta y a medida que estuviese cerca comprobaría qué era lo que estaba sucediendo antes que ir de frente y caer en algún tipo de trampa. |