Utikae es un hombre de altura media y complexión ágil, pese a no haber entrenado realmente hasta su entrada en la academia. Por constitución es más bien delgado y proporcionado, aunque sin demasiada musculatura.
Bajo su ropa se pueden apreciar diversidad de cicatrices esparcidas por su piel. Algunas parecen resultado de operaciones, por la trazada y curación, mientras otras son fruto del daño sufrido por su cuerpo.

Su melena negra, que fácilmente caería hasta su espalda, está recogida y rara vez se verá suelta. En su frente porta el protector con el símbolo de la aldea.

Su piel tiene un tono tostado, en parte por herencia, en parte por el acusador sol. Sus cejas definidas y delgadas que remarcan sus ojos color esmeralda. En su rostro sus pómulos son llamativos, y se intuye una nariz pequeña y recta bajo su mascara, al igual que su mentón aparentemente cuadrado. No hay mucho que desvelar. Su boca y su nariz permanecen tapadas constantemente por una máscara de color oscuro que tapa las cicatrices de sus mejillas.

En cuanto a su vestimenta no es compleja. Sandalias, un pantalón oscuro y un cinturón dónde cuelga el portaobjetos a su espalda. Se cubre el torso con una camiseta sin mangas de color negro y sobre esta, una camisa más tradicional de tono gris claro, algo más holgada y con mangas amplias.

Pese a haber sido una persona tremendamente despreocupada, llegando a rozar la holgazanería, Utikae considera que esos rasgos murieron con su vida anterior. Para alguien que no tenía que preocuparse de nada, descubrir el mundo en su más amarga existencia lo convirtió.

No ha perdido el sentido del humor, aunque por sus vivencias recientes se ha transformado en humor que en ocasiones roza lo ácido, y que no era comprendido por sus compañeros en la academia.
Disfruta de las cosas más sencillas. Una buena bebida. Un libro interesante. Un paseo agradable y una conversación simple. Adora la compañía y las conversaciones, pero en el fondo se siente sólo. Es una sensación difícil de expresar. Es un hormigueo en la nuca que te dice, en un susurro, que a diferencia de otros tú vives con tiempo prestado.

Las semanas en cama, los meses rehabilitándose, y su estudio en la academia y bajo la tutela del que fuera su suegro, convirtieron al débil hombre en un ninja.
Se ha vuelto reflexivo en lo que al mundo que le rodea se refiere, preguntándose el por qué y las motivaciones de lo que le rodea, pero siendo tremendamente impulsivo en aspectos emocionales. Impulsivo, cómo fue el donar todo el dinero y propiedades. Quizá fue por ese sentimiento de culpa al saber que él había sobrevivido.
Se sigue preguntando porqué sigue vivo. Cuando observa su cuerpo apenas se reconoce, pero no le hace sentir lástima. Piensa que el antiguo Utikae, ese niño rico y despreocupado, murió en ese estadio y que la persona que le devuelve la mirada en el espejo es alguien distinto. Nacido del dolor y sufrimiento.

Pero a pesar de ese odio y esa sensación de amargura que lo visita ocasionalmente, Utikae tiene una visión. Con sus nuevas habilidades y su empeño está decidido a cambiar el mundo y salvarlo.

¤ La naturaleza te lo da (coste de 1 punto, gratis para Kusagakure)

¤ Escéptico (coste de 1 punto)

¤ Calma (coste de 1 punto)

¤ Poco escrupuloso (coste de 1 punto)

¤ Fresco como una rosa (coste de 1 punto)

¤ Ambidiestro (coste de 1 punto)

¤ Complejo de... superioridad (otorga 2 puntos)

¤ Desfigurado (otorga 2 puntos)

¤ Pesadillas (otorga 1 punto)
El derrumbe del estadio. El fuego, las rocas, los gritos... aquellos hechos aún acompañan a Utikae en sus sueños, volviéndose pesadillas.