Forjando una verdad

[King Roga]

Las hojas marchitas caían al final de sus vidas ayudadas por el intenso viento que anunciaba así la llegada del otoño. Sin embargo en aquel sitio el sonido del aire era opacado por el traqueteo de las llantas mecánicas de la locomotora a vapor que se acercaba a aquella ciudad. Si bien es cierto que en esos lares estaban acostumbrados al sonido del metal por otras razones, no terminaba de resultar paradójico considerando que se encontraba ubicada en la llamada Planicie del Silencio.

Los Herreros era un sitio comercial que se dedicaba a la producción de las herramientas bélicas empleadas por la mayoría de los shinobis de todos los rincones de Ōnindo, pero aún así era un lugar muy agradable.

En esta ocasión el de ojos dispares había hecho un nuevo viaje buscando una vez más algo que le ayudase a mejorar y prepararse como futuro jefe de su clan. Estaba más feliz de lo habitual, pues desde hace tiempo había escuchado de ese lugar y tras muchos años por fin había logrado visitarlo. Su idea era aprender sobre el arte de la herrería, a pesar de que entre los de su clan habían grandes artesanos consideraba necesario no encerrarse únicamente dentro de su círculo, quería apreciar el trabajo fuera de su tierra y para él no había mejor lugar que los herreros.

"Lo mejor de todo es que aquí parece que el clima es normal"

En sus anteriores viajes se había expuesto a situaciones ambientales extremas, por lo que al bajar del tren y salir de la estación simplemente dejó que el viento jugase con sus cabellos. Sacó un pequeño folletito de un morral que llevaba y tras echarle una ojeada lo guardó de nuevo, se ajustó su capa de viaje y se adentró en la mítica ciudad.

El sonido de los hombres trabajando se escuchaba en cada calle y en cada avenida, estaba casi seguro de que no había cuadra donde no hubiera al menos una herrería. Pronto su gustó salió a flote al ver la cantidad de tiendas de armamento, de todos los tamaños y formas.

"¡Sugoi"

Pensaba entusiasmado mientras veía un extraño sable con guarnición de lazo muy distinto a las habituales katanas, estaba tan entusiasmado que se le había olvidado el motivo de su visita. Se paseaba de local en local con los ojos brillantes observando cada arma, en especial las de filo, apreciando hasta el más mínimo detalle y quizás lamentándose por no poder tenerlas todas, su padre lo ahorcaría con total seguridad.

"No se porqué mi padre está tan preocupado por eso"

El espadachín no estaba del todo consciente, pero lo más seguro es que de no ser por esa restricción ya tendría su cuarto lleno de objetos punzocortantes.

"...Tan mortal que sería terrible que alguien la usara para matar..." Se decía mientras observaba con una extraña expresión de serenidad una tachi exhibida tras un cristal.

[Yuki]

La de Amegakure caminaba lenta y sin un rumbo fijo, acababa de llegar a la ciudad y no tenía ni la más remota idea de hacia dónde debía dirigirse. Estaba rodeada por cientos de personas iendo de un lugar a otro, carros tirados tanto por hombres como por caballos, clientes, puestos ambulantes... todos con sus quehaceres, idas y venidas, discusiones, regateos y negocios.

"Tanto movimiento me pone nerviosa..." Tomoe no paraba de mirar de un lado a otro "No me gusta nada... nada de nada... ¿por qué tienen que ser tan ruidosos?" se detuvo en mitad de la calzada y rebuscó en su portaobjetos hasta sacar una nota cuidadosamente doblada "Bueno, si quiero que el viejo me ayude... tengo que hacer este encargo..." desplegó la nota y la volvió a leer por decimoquinta vez desde que salió de Ame "De acuerdo, necesita que le lleve esas herramientas... y tengo que comprarlas en el Almacén de Hanzou..." dobló de nueva la nota y la guardó "Solo tengo que averiguar donde esta ese almacén y podré volver" elevó la vista para mirar a sus alrededores pero no conseguía ver mucho, todo el mundo a su alrededor era bastante más alto que ella y eso le impedía tener una visión clara del entorno "Estúpidos... me tapan la vista..." se quejó la pelimorada mientras trataba de encontrar una solución a su problema "No me queda más remedio" comenzó a moverse hacia uno de los laterales de la calzada, todo lo rápido que pudo, hasta quedar justo frente a la pared de uno de los muchos negocios de aquel lugar "Pues nada, arriba" la pequeña comenzó a escalar con bastante habilidad y en poco tiempo se encontraba sentada en mitad del tejado a dos aguas del negocio, observando desde una posición privilegiada donde nadie le estorbaba "Así esta mejor, mucho mejor" peseo la vista por el lugar, pero en ninguno de los carteles encontró las palabras que buscaba "No está por aquí... hacer favores es molesto..." la pequeña kunoichi se quedó allí sentada, con las piernas colgando mientras pensaba hacia donde dirigirse ahora

[King Roga]

Tras lamentarse de no poder poner sus manos sobre aquella preciada joya de acero decidió seguir su camino y buscar donde hospedarse. Pasaría una temporada larga en ese sitio, así que más le valía escoger un lugar del cual no hartarse rápido, aunque él no es muy exigente con esas cosas. Tras su distracción se había ido por un rumbo totalmente opuesto al que debía haber seguido originalmente, por lo que tuvo que sacar una vez más el dichoso folleto y revisarlo de nuevo.

—Yare yare, parece que el trayecto será largo— Pensó en voz alta mientras una gota de sudor recorría su frente.

En efecto, según el mapa en su interior se encontraba en la punta opuesta del lugar a donde debería estar. Así se puso a caminar de un lado a otro con el folleto en mano mientras miraba los nombres de las calles para ubicarse. Sin embargo sus prioridades cambiaron en cuanto percibió algo extraño, algo que disonaba con el paisaje: una niña subida en el tejado de un edificio.

"¿Pero que hace en ese lugar?"

Algo brotó en él, ese extraño sentido de caballerosidad y responsabilidad excesiva que a más de alguno a molestado, pero no podía reprimir ese sentimiento, menos aún tratándose de una niñita de corta edad. No se le pensó dos veces, de hecho ni lo pensó; el simplemente se dirigió al edificio y escaló con ayuda de su chakra hasta llegar hasta donde estaba aquella chiquilla de ojos y cabello de color muy llamativo.

—Pst, pst pequeña— Intentó llamar su atención mientras se acercaba con lentitud —No deberías estar aquí arriba— Y la verdad era que el tampoco debería estar ahí.

[Yuki]

Tomoe trataba de atisbar desde su improvisada atalaya algo que le diese alguna pista de hacia donde debía dirigirse para encontrar el Almacén de Hanzou, sin embargo no lograba localizar algún tipo de señal o cartelería que le diese alguna indicación.

"Creo que me he equivocado de dirección al salir de la es tación..." la joven trató de echar la memoria atrás para recordar las palabras del viejo armero "Si, creo que seguí recto nada más salir de la estación y debería de haber girado a la derecha..."

—Pst, pst pequeña—

"¿Qué...?" giró la cabeza y se encontró con un chico bastante peculiar compartiendo tejado con ella, vestía de una manera bastante peculiar pero lo que le llamó la atención fue el color de sus ojos eran diferenten como lo de un "Gato... se parece a un gato" ladeo un poco la cabeza "un gato ninja por lo que veo" la pequeña reparó en la insignia de su cuello "Parece que todos los de esa aldea son bichos raros..."

—No deberías estar aquí arriba—

—Y me lo dice un gigantón vestido de forma extraña que está subido en él también— replicó la pequeña ladeando la cabeza de nuevo , está vez para el lado contrario

"Debería de volver a la estación e ir desde allí en la dirección que me indicó el viejo" la joven ya había vuelto a sus diatribas, así que sin más se puso de pie y comenzó a caminar por el tejado tan tranquilamente, ignorando al chico

[King Roga]

La respuesta de la pelimorada le cayó como un balde de agua fría en la cabeza, directo en el orgullo. Eso sí, la forma tan dulce en que lo describió sumado a su gesto de voltear la carita se le hizo demasiado tierno como para enfadarse con ella.

"Uhgg"

Por lo visto no le faltaba sentido común a la pequeña, aunque en su defensa podía alegar que se había subido por bajar a la niña no podría remediar el hecho de que en efecto se veía raro, para colmo él llamaba mucho más la atención que la pequeña en sí y la gente que estaba abajo no tardó en empezar murmurar.

La niña además le ignoró como sí nada y se puso a caminar por el tejado dejándolo a él como gárgola adornando el edificio. Al momento que la pelimorada se levantó el de ojos dispares pudo notar un atisbo de bandana ninja debajo del fleco de la chiquilla. Aquello no solo explicaría el como había subido hasta ahí, sino que cambiaría bastante la perspectiva del genin de Taki respecto a ella. No sabía nada sobre tratar con niños pequeños, pero sí era una kunoichi entonces su forma de proceder sería bastante diferente.

—Espera un momento por favor— Su tono de voz sonaría más serio —Pido perdón si te he incomodado, no era mi intención— Dijo mientras se disponía a seguir a la niña.

Sabiendo que era ninja se comportaría de forma más protocolaría y con cautela, suerte para él, se le daba mejor que tratarla con la delicadeza que el carecía.

[Yuki]

"La estanción estaba por allí si mal no recuerdo, voy a ver si me subo a un tejado más alto para tener una mejor perspectiva..." Tomoe ya estaba a lo suyo, ni siquiera se había percatado que el chico seguía allí parado mirándola. Si no llega a ser por que el tipo volvió a hablar

—Espera un momento por favor, pido perdón si te he incomodado, no era mi intención—

—No te preocupes, para incomodar a alguien antes debe valorar tu opinión y la tuya me importa muy poco— contestó la joven tratando de evitar que el chico se sintiese mal, demstrándole así que no le había molestado —Así que no me has incomodado— se detuvo volteándose para quedar frente al chico —¿Qué quieres? Tengo cosas que hacer— clavó sus pequeños ojos en los de el de Takigakure

"Tengo que comprar las herramientas para que el viejo pueda hacerme las armas que le he pedido, no se por qué pierdo el tiempo" la imagen de Koji regañándole por no esforzarse en hacer amigos apareció en su mente, lo que le hizo llevarse la mano derecha hasta la coronilla donde solía darle los capones su senpai "Es cierto... le prometí que sería más amable..."

Mientras aguardaba la respusta de su interlocutor, la joven llevaría la mano hasta su portaobjetos distraídamente, sacando un pequeño tarrito anaranjado con un etiqueta con el que juguetearía un poco antes de abrirlo y vertir dos pastilals sobre su mano izquierda para despues llevárselas a la boca mientras guardaba el bote de nuevo en su lugar

[King Roga]

Otro balde metafórico fue derramado sobre su cabeza, esta vez, lleno de piedras que le pesaban al escuchar como a la niña no le importaba lo que él dijera. Su expresión generalmente estoica se vió afectada por una ligera torcedura en la comisura de su labio derecho. Estaba acostumbrado a que la gente le hiciera de menos, pero nunca de forma tan directa.

"Yare... Es la primera vez que me lo dicen en la cara"

Ahí podían estar pasando dos cosas: O la niña estaba siendo sarcástica o era demasiado sincera. Igual, de una u otra forma era algo descortés, pero en su mente trataba de excusarla al pensar en su corta edad. En todo caso tuvo que reprimir el impulso de regañarla, la última vez que hizo eso le fue muy mal, además él tampoco era nadie para andarle diciendo que hacer. Suspiró y trató de mostrar una cara más relajada en vez de su típica cara de serio.

"Al menos es honesta, demasiado diría yo"

La niña esaba sacando alguna clase de medicamento de su portaobjetos y el Takanashi se limitó a responderle con la misma sinceridad que mostraba la chiquilla.

—Al verte aquí arriba me pareció algo extraño, y quería ver si te podía ayudar— Fue lo mejor que pudo decir.

La gente abajo estaba murmurando y al espadachín no le agradaba la idea de ser el motivo de la conversación, dependiendo de que respuesta le diera la niña podría bajarse más o menos rápido de ahí. Bajo el temple de su rostro estaba escondido una marea de emociones debatiéndose entre si decirle o no que se bajaran de ahí, sonará tonto pero era porque él no tenía ni la más remota idea de que hacer en realidad.

"Hoy estoy mas tonto de lo habitual"

[Yuki]

"¿Qué le pasa a este que no responde?" la chica empezaba a impacientarse con la parsimonía del chico que tenía enfrente, por suerte no se demoró demasiado.

—Al verte aquí arriba me pareció algo extraño, y quería ver si te podía ayudar—

—A mí me resulta más extraño que vieses a alguien encima de un tejado y pensases que necesitaba ayuda...— replicó la niña sin miramientos —Eres un poco rarito—

La gente empezaba ya ha pararse y a observar directamente al tipo encima de un tejado junto a una niña.

—Y tu ropa llama mucho la atención, deberías vestir más discreto— le ragañó Tomoe mientras acomodaba ambas manos justo detrás de la coronilla

"Este tío es muy raro, como el otro de Taki... como se llamaba..." intentaba hacer un esfuerzo por recordar el nombre del otro shinobi que se había encontrado de la misma aldea "Bah... que más da, lo importante es encontrar las herramientas... espera un momento"

—Quizás si que me puedas ayudar rarito— sacó el papel donde ponía el nombre del almacén que buscaba, le hecho un vistazo para asegurarse de que decía el nombre correcto —Quiero ir al Almacén de Hanzou, ¿sabes dónde está?—

"Al final lo mismo hasta me resulta útil"

[King Roga]

"¿Rarito?"

Le habían dicho de muchas cosas en el pasado, pero nunca que era raro. El colmo era que la niña lo decía con tanta naturalidad que le resultaba difícil creer que lo estuviera diciendo en serio. Dicen que los borrachos y los niños siempre dicen la verdad, aunque el Takanashi quería cuestionar ese dicho.

"La que se subió al tejado de primero fue ella y luego el rarito soy yo"

Para añadir más sal a la herida se había metido con su vestuario, indicándole que lucía extravagante. El de cabellos azabache en esos momentos se miró a sí mismo de arriba para abajo, como tratando de encontrar lo que estaba mal. Nunca le había importado eso y se ataviaba como le daba la gana, de hecho la capa negra cubría prácticamente todo, pero ahora se cuestionaba a sí mismo sobre si de verdad vestía anormal.

"Por Kami-sama, esta niña me está poniendo en jaque, pero es demasiado kawai como para decirle algo"

La niña entonces le indicó que estaba perdida. El Takanashi obvió el hecho de que lo llamó rarito y entonces sonrió levemente.

—No se donde queda, pero tengo un folleto con un mapa de la ciudad. Déjame revisar— Sacó el mentado librito y se puso a ojearlo con rapidez —Según esto el negocio que buscas está al suroeste de esta zona, si quieres puedo acompañarte hasta ahí— Le ofreció.

[Yuki]

—No se donde queda, pero tengo un folleto con un mapa de la ciudad. Déjame revisar— Sacó el mentado librito y se puso a ojearlo con rapidez —Según esto el negocio que buscas está al suroeste de esta zona, si quieres puedo acompañarte hasta ahí— Le ofreció.

"Como me imaginaba él no es de mucha utilidad pero por suerte tiene un mapa que si que es útil" la chica desvió la mirada tratando de encontrar el suroeste "No sé dónde está el Norte...."

—Estás de suerte, si que necesito tu ayuda rarito— volvió la mirada hasta su extraño interlocutor —Así que llévame al Almacén— más que pedir, Tomoe ordenó. La delicadeza y los buenos modales nunca fueron su fuerte.

"Esta vez no podrá quejarse, he cumplido mi tarea y socializado con éxito... con tanto éxito que seguramente no me crea..." la pelimorada ahora tenía un problema, había conseguido entablar una conversación a su juicio perfecta y no tenía forma de demostrárselo a su senpai "Si no consigo una forma de demostrarlo... me quedaré sin el kunai de regalo que me prometió"

Aquello si que era un problema de verdad, pero antes debía de cumplir su objetivo. Quizás en el camino se le ocurriese algo

—Vamos rápido, largilucho— apremió la pequeñaja ante la inoperacian de su compañero
—No tengo tiempo que perder— la chica se fue caminando por el tejado por la dirección que más o menos creía que podía ser la marcada por el chico

[King Roga]

"Y aquí es dónde se acaba la kawaiosidad"

El tono prepotente de la niña sumado a su insolencia le conveció de no consentirla más. Desde los acontecimientos en su viaje al País del Agua se había vuelto más orgulloso y aunque se mantuviera humilde respecto a los que no eran de su alcurnia no toleraría que le faltaran el respeto. Si no se dejaba mandonear por sus propios superiores menos de una niña malcriada.

—Alto ahí, hay dos cosas que quiero dejar claras antes— Dijo con tono severo —En primer lugar, dije que te iba ayudar. Pero por la forma en la que me has tratado bien podría retractarme de eso e irme. Aún así lo haré, porque parece que no estas consciente de lo que tu misma has dicho— Aseveró.

Estaba acostumbrado a toneladas de insultos cortesia de su hermano, pero a diferencia de Katsuo la niña no parecía estarlo haciendo a propósito, cosa que resultaba bastante extraña y por ende el Takanashi podría tenerle paciencia hasta cierto punto. Sin embargo ahora estaba intrigado y deseaba saber si podría hacer algo para corregirle su actitud a la pelimorada. Dudaba poder hacerlo, pero al menos lo intentaría.

—Y en segundo lugar, es por el otro lado— Le indicó señalando con el dedo pulgar en la dirección opuesta —Ven— Le dijo mientras esperaba a que ella se diera la vuelta para caminar.

[Yuki]

—Alto ahí, hay dos cosas que quiero dejar claras antes. En primer lugar, dije que te iba ayudar. Pero por la forma en la que me has tratado bien podría retractarme de eso e irme. Aún así lo haré, porque parece que no estas consciente de lo que tu misma has dicho—

Tomoe se dió la vuelta y se quedó mirándolo fijamente, sin decir nada. Clavando sus pequeños ojos en los del chico que parecía haber hablado con toda la seriedad y autoridad de la que era capaz de sacar.

—¿Por...— comenzó la pelimorada lentamente —todos los de Taki sois tan estirados y gruñones?— ladeo la cabeza de nuevo —Eres igual que el tipo con cara de vesugo que me encontré en Yachi—

"Si no he dicho nada malo...o eso creo"

—Y en segundo lugar, es por el otro lado. Ven—

"Oh vaya, me he equivocado..."

—Ya lo sabía, te estaba poniendo a prueba— mintió la pequeñaja que hecho a camianr hacia donde el chico que le había indicado —Solo quería estar segura de que sabías por donde era—

"Necesito un mapa urgentemente"

[King Roga]

La niña había confirmado sus sospechas, no tenía noción de como tratar a la gente. Para alguien como él que le han metido toneladas de normas de conducta en la cabeza aquello le resultaba de lo más molesto, aunque tampoco se iba a poner a enseñarle lo que no aprendió en una vida. Si mucho intentaría mantenerse estoico y seguirle el juego a la niña.

—La verdad es que has dicho varias cosas que suenan groseras y no te has dado cuenta— Dijo mientras se echaba a andar para bajar del edificio —Pero bueno, yo también cometí el fallo al no presentarme, mi nombre es Takanashi Tatsuya, ¿cúal es el tuyo?— Habló mientras avanzaban.

No sabía porqué se estaba tomando esas molestias, ahora que lo pensaba en la mayoría de los casos el terminaba perjudicado cuando ayudaba a alguien, pero aún así siempre se mantenía firme en su ideal de querer colaborar en cosas pequeñas y así mejorar aunque sea un poquito ese miserable mundo. Además no era como sí él tuviera mucha prisa, después de todo se suponía que eran alguna clase de vacaciones, así que sus asuntos podían esperar.

A cada rato al caminar miraría a la pequeña para no perderla de vista, aunque con ese cabello color morado no sería difícil de localizar en caso de que se perdiese. El mentado local al que iba la pequeña distaba mucho de a dónde él iba, así que el viaje de retorno sería largo y pesado. No le interesaban los motivos por los que ella estaba ahí, así que no le iba a inquirir de más. Sin embargo al seguir avanzando se toparían con una manifestación de gente que había bloqueado la calzada.

"NO MÁS CONTRIBUCIÓN A LA GUERRA. NO MÁS PRODUCCIÓN DE ARMAS"

Los carteles y pancartas daban a entender que se trataba de un grupo pacifista que estaba en contra de la fabricación de armamento en plena ciudad de los Herreros, era irónico encontrar personas en contra de la producción siendo que la economía local se sustentaba en base a ello. Sin embargo la protesta había obstaculizado toda la calzada, atrasando a todos los transeúntes del lugar.

—Daremos un rodeo— Le diría a la niña.

[Yuki]

—La verdad es que has dicho varias cosas que suenan groseras y no te has dado cuenta— Dijo mientras se echaba a andar para bajar del edificio

—Debe ser que los de Taki sois más sensibles o algo, yo sigo a rajatabla el manual del buen comportamiento— sacó un librito desde el interior de su portaobjetos y se lo mostró al de ojos dispares —No he incumplido ninguna norma, así que mi conversación a sido adecuda— sentenció la pequeñaja con resolución mientras bajaba de un par de saltidos del tejado tras su nuevo compañero

Pero bueno, yo también cometí el fallo al no presentarme, mi nombre es Takanashi Tatsuya, ¿cúal es el tuyo?—

—Eso está bien, reconocer los fallos es importante— asintió como si ella lo supiera todo —pero tranquilo, poco a poco irás aprendiendo— trató de animarlo a su manera —Me llaman Tomoe, así que supongo que ese es mi nombre—

La Uchiha iba de un sitio a otro mientras caminaba, cuiroseando entre los puestos, esquivando comerciantes y hasta dejando a alguna que otra persona caer con sus carreras pero a ella eso no le importaba lo más minimo. En una de esas, la de Ame chocó contra las piernas de un tipo bastante grande que ni siquiera notó que la cría se había estampado contra él.

—¡Ve con más cuidado, p...!—

cuando estaba apunto de armar una buena, se vió interrumpida por los gritos de las personas que estaban provocando aquel tapón. Gritos de <No más armas> y similares se alzaron por encima de las quejas de la multiudad

"¿Esta gente está mal de la cabeza o algo? Como se atreven a cortar el paso para decir estupideces... malditos débiles, por eso no les gustan las armas"

—Daremos un rodeo—

—¡No, no y no!— se negó en rotundo la enana —No pienso desviar mi camino por un puñado de débiles quejicas, voy a pasar aunque tenga que darles una paliza a todos— dicho esto, la pelimorada avanzó hacia delante con decisión. Totalmente dispuesta a reventarlos a todos.

Aprovechando su tamaño, se coló entre las piernas de la gente hasta llegar a la primera linea y se dirigió directamente al que parecía que mandaba de ellos o al menos lleaba el cartel más grande

—¡O me dejas pasar o te voy a meter ese cartel doblado por culo!—

[King Roga]

"Por las raíces del Árbol Sagrado"

El manual del buen comportamiento de la pelimorada parecía que no incluía la regla de no usar adjetivos despectivos para referirse a las personas. Y tampoco parecía enseñar que no se puede ir por la vida intentando golpear a la gente porque hace algo que te desagrada.

—¡Tomoe-chan!— Intentó llamarla, pero la kunoichi ya se había escabullido entre la multitud para dirigirse hasta el centro de todo ese festival de la locura —Esto se va a poner feo— Pensó en voz alta.

En el centro se encontraba un sujeto flaco y de pelos castaños, vestido con ropas simples y sosteniendo la más grande de todas las pancartas. Al escuchar las palabras de la chiquilla volteó a verla y parpadeó varias veces antes de decidirse a sacar unos anteojos de su bolsillo y ponérselos para poder distinguir mejor a la pequeña.

—Pero que niña mas maleducada. ¿No te enseñaron a respetar tus mayores? FUERA DE AQUÍ— Le recriminó y luego se dió la vuelta, ignorando por completo su amenaza para luego seguir con sus consignas —¡Las armas no son la solución! ¡Debemos dejar de ser cómplices en la fabricación de los artefactos que causan los conflictos bélicos en esta tierra! ¡Por un mundo sin armas y sin ninjas!— Gritó y el resto del grupo le vitoreó.

El Takanashi logró escuchar el discurso mientras se abría paso entre la multitud. Aquellas palabras le resultaron algo tontas hasta para él; había que ser realistas, Ōnindo no iba a cambiar así como así.

"Por mucho que deseen un mundo de paz no es más que un sueño"

El kenjutsero tomó el cuello de su capa y lo levantó para ocultar parte de su rostro además de la bandana, sí esos tipos estaban en contra de los ninjas no iban a portarse muy amigables con él. Además, aunque fuera una protesta pacífica había que estar preparado por si se armaba un motín. Por ahora avanzaba entre la gente, tratando de llegar hasta la niña y sacarla de ahí antes de que todo empeorase.

—¡Tomoe-chan!— Intentó llamarla de nuevo.