Este foro utiliza cookies
Este foro utiliza cookies para guardar tu información de inicio de sesión si estás registrado, y tu última visita si no lo estás. Las cookies son pequeños documentos de texto guardados en tu ordenador; las cookies establecidas por este foro sólo pueden ser utilizadas en este mismo sitio y no poseen riesgos de seguridad. Las cookies de este foro también llevan un registro de los temas que has leído y cuándo fue la última vez que los leíste. Los administradores NO tienen acceso a esta información, sólo TU NAVEGADOR. Por favor confirma si aceptas el establecimiento de estas cookies.

Se guardará una cookie en tu navegador sea cual sea tu elección para no tener que hacerte esta pregunta otra vez. Podrás cambiar tus ajustes sobre cookies en cualquier momento usando el link en el pie de página.
Otoño-Invierno de 221

Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.
#16
Durante unos instantes, Ayame clavó esos ojos que le parecían universos en los suyos. Esta vez, tenían un brillo diferente, casi misterioso. Daruu, azorado, apartó la mirada, sintiendo que le estaban taladrando. Entonces...

—Eso es... porque puede hacerlo —respondió Ayame. «¿Huh?»—. No sé exactamente cómo lo hace, pero desde que tengo uso de memoria, siempre ha sabido lo que se me pasaba por la cabeza cuando me miraba a los ojos. Por eso muchas veces evito hacerlo... Y se enfada aún más, porque sabe que le estoy ocultando algo —se rio, nerviosa.

Daruu resopló y se dejó caer sobre el asiento, rascándose la nuca con una risilla nerviosa.

—Venga ya hombre, ahora sí que estamos jodidos —dijo—. ¿Entonces cómo quieres que se lo ocultemos? Apuesto a que nos pilla en menos de una semana.

»Una pregunta, Ayame. ¿Cuál es tu superpoder?
[Imagen: K02XwLh.png]

No hay marcas de sangre registradas.
Responder
#17
No se esperaba una reacción muy diferente, la verdad. Ante su revelación, Daruu resopló y dejó caer el peso de su cuerpo sobre el asiento mientras se rascaba la nuca con una risilla nerviosa.

—Venga ya hombre, ahora sí que estamos jodidos —bufó—. ¿Entonces cómo quieres que se lo ocultemos? Apuesto a que nos pilla en menos de una semana.

—Por eso me da tanto miedo —admitió ella, con una temblorosa sonrisa—. Seguramente tarde algo más de una semana, pero sólo porque todo esto del torneo nos ha separado. Pero terminará pasando, se lo diga yo o lo averigüe él.

«Y, la verdad, no sé qué opción prefiero...» Y es que no tenía escapatoria. Para Zetsuo, ella era un estanque de aguas cristalinas. Podía ver su fondo sin que le supusiera ningún tipo de esfuerzo. ¿Qué podía hacer entonces?

—Una pregunta, Ayame —añadió Daruu de golpe, sacándola de sus pensamientos—. ¿Cuál es tu superpoder?

Ayame parpadeó, confundida.

—¿Eh? ¿Superpoder? ¿De qué hablas?
[Imagen: kQqd7V9.png]
Sprite por Karvistico.


—Habitación de Ayame: Link

No respondo dudas por MP.
Responder
#18
—¿Eh? ¿Superpoder? ¿De qué hablas? —Ayame parpadeó, confundida.

Daruu dejó escapar una risilla.

—Veamos, hasta donde yo sé, tu padre puede leer mentes, y dices que ni siquiera sabes cómo lo hace —explicó Daruu—. Y creo que no es ningún secreto que tu hermano Kori se lleva el invierno allá por donde pasa.

Se acercó a ella inclinándose hacia adelante en la silla e hizo un ademán con la mano, como haciéndose el interesante, bromeando.

—De modo que dime: ¿qué superpoder es el que te toca a ti?
[Imagen: K02XwLh.png]

No hay marcas de sangre registradas.
Responder
#19
Daruu dejó escapar una risilla en respuesta.

—Veamos, hasta donde yo sé, tu padre puede leer mentes, y dices que ni siquiera sabes cómo lo hace —explicó—. Y creo que no es ningún secreto que tu hermano Kōri se lleva el invierno allá por donde pasa.

Se acercó a ella inclinándose hacia adelante en la silla, y su mano dibujó un garabato en el aire.

—De modo que dime: ¿qué superpoder es el que te toca a ti?

Ayame se vio obligada a taparse la boca para disimular una carcajada. Imitando el comportamiento de su compañero, se inclinó también hacia delante y clavó los ojos en él por debajo de las pestañas. No tardó en ruborizarse al verse sumergida en sus misteriosos orbes plateados, pero decidió continuar el juego.

—Mucho me temo que te vas a llevar una desilusión —respondió en un susurro—. Pero los superhéroes, como nuestra familia, debemos mantener nuestros superpoderes en secreto.

Le miró con fijeza durante unos instantes, completamente seria. Pero al final no consiguió aguantar por más tiempo y arrancó a reír de nuevo. Ayame volvió a erguirse en su asiento y tomó los palillos para seguir degustando su comida.

Sin embargo, aunque había sido una inocente broma, algo dentro de ella sabía que también existía algo de verdad en aquella frase.
[Imagen: kQqd7V9.png]
Sprite por Karvistico.


—Habitación de Ayame: Link

No respondo dudas por MP.
Responder
#20
Daruu hizo reír a Ayame, que se tapó la boca para no soltar una carcajada. Eso le llenó de una extraña calidez y se sonrojó, pero esta vez no apartó la mirada de sus ojos. Ayame se inclinó hacia adelante, y Daruu sintió su corazón bombear la sangre cada vez más rápido. Paradójicamente, cada vez se sentía más mareado.

—Mucho me temo que te vas a llevar una desilusión —respondió en un susurro—. Pero los superhéroes, como nuestra familia, debemos mantener nuestros superpoderes en secreto.

Ayame le clavó la mirada durante lo que pareció una eternidad, totalmente seria. Finalmente, ambos muchachos se acompañaron en una sonora carcajada. La muchacha tomó los palillos y se dispuso a seguir comiendo, pero Daruu la tomó de la mano y la atrajo hacia sí.

A dos milímetros el uno del otro, susurró:

—Yo tengo el superpoder de ver a través de las cosas, y creo que puedo ver a través de ti —dijo—. Creo que tu superpoder es el de enamorarme más a cada segundo.

Y la besó.
[Imagen: K02XwLh.png]

No hay marcas de sangre registradas.
Responder
#21
Sin embargo, Daruu no le dejó seguir comiendo. Tras la broma de los superpoderes le tomó de la mano justo cuando había cogido los palillos y atrajo a la kunoichi hacia él, que dejó escapar una exclamación de sorpresa. Sus rostros apenas estaban separados por unos meros milímetros. Ayame era capaz de sentir la cálida respiración de Daruu en sus mejillas, y se vio inevitablemente sumergida en sus ojos violáceos y penetrantes. El corazón le latía a tal velocidad que por un momento temió que él pudiera escucharlo a tan corta distancia.

—Yo tengo el superpoder de ver a través de las cosas, y creo que puedo ver a través de ti —susurró, y Ayame sintió sus mejillas arder—. Creo que tu superpoder es el de enamorarme más a cada segundo.

La besó de nuevo. Y sus labios acariciaron los suyos con una calidez y una suavidad que jamás había sentido. Si aquello era posible, su corazón se aceleró aún más y las mariposas de su estómago aletearon agitadas. Todo a su alrededor daba vueltas y cuando se separaron, una parte de ella se quedó con él.

Ayame se llevó una mano al pecho, aturdida. No sabía si reír o llorar o hacer ambas cosas para no equivocarse. Se agarró la cinta de tela, temblorosa.

—Yo... nunca había sentido esto... Es... raro... pero al mismo tiempo... —balbuceó, con torpeza. Con la cabeza aún gacha, alzó sus ojos hacia él—. Siempre... me has gustado... —confesó, con voz trémula—. Bueno, desde la academia. Me parecías un chico interesante pero nunca intercambiamos más que una dos palabras...

Se removió en el asiento y desvió la mirada.

—Nunca habría creído que podrías fijarte en alguien como yo... Y aún ahora sigo sin creérmelo...
[Imagen: kQqd7V9.png]
Sprite por Karvistico.


—Habitación de Ayame: Link

No respondo dudas por MP.
Responder
#22
Como si estuviera totalmente agotado, Daruu se dejó caer en el respaldo y bajó la cabeza, totalmente rojo, como un tomate maduro.

—Yo... nunca había sentido esto... Es... raro... pero al mismo tiempo... —balbuceó Ayame. Daruu notó que le estaba mirando cuando levantó un poco la cabeza, pero enseguida la volvió a bajar—. Siempre... me has gustado...

«¿Qué dice...?»

—Bueno, desde la academia. Me parecías un chico interesante pero nunca intercambiamos más que una dos palabras... Nunca habría creído que podrías fijarte en alguien como yo... Y aún ahora sigo sin creérmelo...

Daruu suspiró.

—Yo no sé lo que me pasa —dijo, finalmente, Daruu—. Siempre me has parecido algo mona. Siempre me has parecido bonita, pero... No sé lo que me pasa.

Levantó la mirada y tomó la mano de Ayame, acariciándola con dulzura. Simplemente, dejándose llevar por el instinto.

—Pero me da igual, yo creo que... —tartamudeó, nervioso—. No voy a buscarle una explicación. Me gustas y ya está. Que siga siendo así todo el tiempo que haga falta.
[Imagen: K02XwLh.png]

No hay marcas de sangre registradas.
Responder
#23
—Yo no sé lo que me pasa —dijo, Daruu, al cabo de unos segundos—. Siempre me has parecido algo mona. Siempre me has parecido bonita, pero... No sé lo que me pasa.

Él levantó la mirada al mismo tiempo que le tomaba la mano y comenzaba a acariciarla entre sus dedos con dulzura. Ayame seguía sonrojándose a cada segundo que pasaba, y se sorprendió a sí misma disfrutando de aquel contacto cálido.

—Pero me da igual, yo creo que... —tartamudeó, nervioso—. No voy a buscarle una explicación. Me gustas y ya está. Que siga siendo así todo el tiempo que haga falta.

—Espero que mucho tiempo... —Se le escapó, y enseguida apartó la mirada.

Dispuesta a ahogarse, volvió a su bol de ramen y se enfrascó en la comida, tratando de regresar su cuerpo a la normalidad. Se llevó los palillos a la boca con una ristra de fideos y, mientras comía, su mente viró a otra cosa.

—Me preguntó qué ocurrirá en el torneo —dijo, justo antes de llevarse un naruto a la boca—. ¿Te imaginas que nos toca combatir después de... esto? Menudo bochorno... —se rio, nerviosa.
[Imagen: kQqd7V9.png]
Sprite por Karvistico.


—Habitación de Ayame: Link

No respondo dudas por MP.
Responder
#24
—Espero que mucho tiempo...

Daruu apartó la mirada, azorado. Cuando vio que Ayame volvía al bol de ramen, el hizo lo mismo para evitar volver a reanudar la conversación, aunque en realidad le parecía agradable. Pero pronto se le acabaron los fideos con curry, y tocaba volver a la vida real.

Había una cosa que quería decir desde hacía un tiempo.

—Me pregunto qué ocurrirá en el torneo —sin embargo se adelantó ella—. ¿Te imaginas que nos toca combatir después de... esto? Menudo bochorno... —se rio ella, nerviosa.

Daruu rio con sinceridad.

—Honestamente quiero combatir contigo desde hace un tiempo —dijo—. ¿Recuerdas? Cuando empezamos a hablarnos, cuando no éramos siquiera un equipo, no sabías ni hacer un clon. Me pregunto cuánto más habrás mejorado que no hayas demostrado ya en misiones junto a Kori-sensei. Ya sabes. Siempre guardamos algo para pelear.

»¿Es muy difícil ser la jinchuuriki de Amegakure?

La pregunta vino sin anestesia y por sorpresa, pero tenía que ser así, porque tuvo que ser en voz baja y cuando nadie estaba escuchando. Los ojos de Daruu se clavaron en los de Ayame, y por primera vez, la muchacha debió detectar un brillo impersonal y frío más parecido al de su hermano Kori en aquellas pupilas blancas, como dos inexorables focos de luz.
[Imagen: K02XwLh.png]

No hay marcas de sangre registradas.
Responder
#25
—Honestamente quiero combatir contigo desde hace un tiempo —confesó Daruu, con una risotada. Y Ayame parpadeó perpleja—. ¿Recuerdas? Cuando empezamos a hablarnos, cuando no éramos siquiera un equipo, no sabías ni hacer un clon. Me pregunto cuánto más habrás mejorado que no hayas demostrado ya en misiones junto a Kori-sensei. Ya sabes. Siempre guardamos algo para pelear.

—Ah, sí... Esos dichosos clones sonrientes. Creo que aún me persiguen en mis pesadillas —respondió ella, con otra carcajada. Lo cierto era que ella también ardía en deseos de medir sus fuerzas con su compañero de equipo, pero al mismo tiempo sentía un terrible miedo. Sabía poco sobre sus ojos, pero con lo poco que sabía ya se hacía una idea de que no sabría cómo enfrentarse a ellos.

—¿Es muy difícil ser la jinchuuriki de Amegakure?

La pregunta fue directa como una bofetada y directa como una flecha. La había pillado totalmente desprevenida y las manos de Ayame se congelaron en el aire, a medio camino de volver a llevarse los palillos a la boca. Sus ojos buscaron los de Daruu, esperando que en cualquier momento volviera a reírse y a decirle que era una broma. Una broma de mal gusto. Pero eso nunca sucedió. Él estaba clavando sus iris en los suyos, y en sus ojos detectó un brillo más frío e impersonal, muy diferente de la calidez y el cariño que habían desplegado hasta el momento. En aquellos instantes, más que nunca, sentía que aquellos ojos la traspasaban como si la superficie de unas aguas en calma se tratara.

Se sentía desnuda ante el poder de aquellos ojos.

«¿Lo está preguntando en serio? ¿Pero cómo...? ¿Cómo puede saberlo...?» Se preguntaba.

Intentó recuperar la calma. Respiró hondo un par de veces y se obligó a esbozar una sonrisa que aleteó temblorosa en sus labios.

—¿C... cómo quieres que yo lo sepa?
[Imagen: kQqd7V9.png]
Sprite por Karvistico.


—Habitación de Ayame: Link

No respondo dudas por MP.
Responder
#26
—¿C... cómo quieres que yo lo sepa? —casi se atragantó Ayame. Daruu decidió relajar la presión de su mirada desviándola a un punto arriba y a la derecha de la kunoichi. Finalmente, terminó por cerrar los ojos y dar un largo y tendido sentido.

«Menuda primera cita... Ahora sí que la he liado, ¿eh?»

—Lo siento, creo que me he cargado todo un poco —confesó, con total sinceridad, y se llevó una mano a la nuca; era un gesto que se estaba volviendo habitual en él—. Pero es que no podía seguir fingiendo que no sabía nada.

Daruu volvió a inclinarse hacia adelante.

—Sello de la Armadura del Hierro. Es el sello que llevas en la espalda. Lo leí en un tomo sobre Fuuinjutsu, en la academia —explicó, en un susurro—. Fue después de la misión en el laberinto. El Byakugan no me engaña. Aquél chakra era muy poderoso... Demasiado. No podía ser una simple "técnica médica".

Se recostó en el asiento.

—Me chocó. Pero pese a todo, he decidido estar contigo. Y sigo pensando que eres una persona encantadora. Ahora sólo siento... Curiosidad.

»Pero si quieres saciarme esa curiosidad tendrás que hacerlo en un lugar menos transitado. Que yo conozca el secreto, sospecho, no lo hace menos secreto. Y por favor, no se lo digas a Kori-sensei. Se lo pregunté, ¿sabes? No tienes ni idea del mensaje que enviaban sus ojos.

«Aquellos ojos cortarían incluso el silencio», pensó, no sin cierta admiración.
[Imagen: K02XwLh.png]

No hay marcas de sangre registradas.
Responder
#27
—Lo siento, creo que me he cargado todo un poco —La mirada en los ojos de Daruu se ablandó un tanto y al final la liberó de su presión. Daruu terminó por llevarse la mano a la nuca—. Pero es que no podía seguir fingiendo que no sabía nada.

—N... no sé... de qu... —tartamudeaba Ayame, en un desesperado intento por buscar una excusa creíble. Pero no lo conseguía. A ella nunca se le había dado bien mentir.

Daruu se inclinó hacia delante.

—Sello de la Armadura del Hierro. Es el sello que llevas en la espalda. Lo leí en un tomo sobre Fuuinjutsu, en la academia —explicó, en un susurro, y Ayame sintió que todos sus músculos se congelaban. Lívida y pálida como la cera, a Ayame sólo le quedó seguir escuchando las palabras de su compañero como un testigo ajeno. Pero en realidad se sentía como el sospechoso de un crimen al que le han colocado todas y cada una de las pruebas que le delataban frente a la mesa—. Fue después de la misión en el laberinto. El Byakugan no me engaña. Aquél chakra era muy poderoso... Demasiado. No podía ser una simple "técnica médica".

Ayame tragó saliva, jugueteando con sus manos. ¿Y ahora qué? ¿Qué debía hacer?

—Me chocó. Pero pese a todo, he decidido estar contigo. Y sigo pensando que eres una persona encantadora. Ahora sólo siento... Curiosidad. Pero si quieres saciarme esa curiosidad tendrás que hacerlo en un lugar menos transitado. Que yo conozca el secreto, sospecho, no lo hace menos secreto. Y por favor, no se lo digas a Kori-sensei. Se lo pregunté, ¿sabes? No tienes ni idea del mensaje que enviaban sus ojos.

Ayame le miró por debajo de las pestañas, entre confusa e indecisa. Era inútil seguir intentando convencer a Daruu de lo contrario, la había pillado. Con un pesado suspiro, apartó el bol de fideos a un lado, ya vacío.

—Yo... lo siento... —murmuró, sin saber muy bien por qué. ¿Por ser de verdad el jinchuriki? ¿Por habérselo ocultado?—. Yo no le diré a nadie que lo sabes... pero por favor, no se lo digas tú a nadie. Se supone que es un secreto nacional... —susurró, y sentía una fuerte opresión en el pecho, como si estuviera haciendo algo terrible en contra de su aldea—. Y... ¿sobre qué tienes curiosidad?

Con un gesto de su mano, le pidió la cuenta a la camarera.
[Imagen: kQqd7V9.png]
Sprite por Karvistico.


—Habitación de Ayame: Link

No respondo dudas por MP.
Responder
#28
Ayame clavó los ojos en él con una mirada cargada de significado. «Ya está. Lo sospechaba, sólo lo sospechaba. Pero ahora, Ayame, con tu reacción, me lo estás confirmando.» La muchacha suspiró y apartó el bol de fideos a un lado.

—Yo... lo siento...

«Debería sentirlo yo, por preguntarte esto el día de nuestra primera cita. ¡Ni siquiera me creo todavía que estemos haciendo esto, pero sí que he sacado un poco de tiempo para estropearlo!», pensó Daruu, sin poder evitar sentirse como un pedazo de mierda por no haber sido capaz de esperar a otro momento.

—Yo no le diré a nadie que lo sabes... pero por favor, no se lo digas tú a nadie. Se supone que es un secreto nacional...

—Soy un idiota, pero aprecio mi pellejo —dijo—. Si me dedicase a decírselo a todo el mundo tardaría poco en estar muerto.

Había pretendido ser una broma, pero la risa le salió torcida y sintió un escalofrío que recorrió todo su cuerpo.

—Y... ¿sobre qué tienes curiosidad? —preguntó Ayame. Le hizo un gesto con la mano a la camarera para que viniera a recoger los boles y que trajese la cuenta.

—Luego. Primero, salgamos de aquí.


· · ·


Los dos jóvenes estaban tumbados en una colina del valle, muy cerca de Nishinoya, a la luz de las estrellas. Más al Oeste, en el País de la Tormenta, uno no solía poder disfrutar de la presencia de las miles de titilantes bombillitas que posaban para ellos, nadando en el océano de la eternidad del universo. Y si uno vivía en Amegakure, en el hipotético caso de que el cielo estuviese despejado de nubes —es decir, una vez cada dos años, por ejemplo—, lo que se interponía entre tus ojos y el cielo estrellado era la iluminación nocturna de una ciudad moderna para su tiempo.

—Lo siento, Ayame. Me pudo la curiosidad —dijo—. De verdad que lo siento. No quería estropearlo.

»Esto es muy bonito.

Poco a poco, acercó su mano a la de Ayame. La cogió y apretó fuerte.

—¿Sobre qué tenía curiosidad, dirás? (Sé que estarás esperando la respuesta, te conozco) —concedió—. No sé. ¿Qué se siente? ¿Sientes algo... raro? ¿Notas algo diferente?

»Sé que es una pregunta muy estúpida, pero pregunto con total sinceridad. ¡Te lo prometo!
[Imagen: K02XwLh.png]

No hay marcas de sangre registradas.
Responder
#29
Pero la curiosidad tuvo que esperar hasta que ambos chicos salieron del restaurante. Caminaron bajo la luz de las estrellas agarrados de la mano hasta el exterior de Sendoshi, huyendo de las luces de la ciudad, y se dirigieron de vuelta hacia Nishinoya. Sin embargo, viraron ligeramente su recorrido hasta unas colinas cercanas, donde se tumbaron sobre el colchón que les ofrecía la hierba.

La mirada de Ayame volvió a sumergirse en las estrellas tal y como había hecho aquella noche en la cabaña de Daruu en Yachi. En Amegakure, con el cielo siempre encapotado, no tenía el lujo de poder degustar unas vistas así. Y desde luego estaba dispuesta a empaparse de aquella sensación todo el tiempo que pudiera hasta que tuviera que el torneo terminara y tuviera que volver a casa.

—Lo siento, Ayame. Me pudo la curiosidad —dijo Daruu de repente, y Ayame giró la mirada hacia él—. De verdad que lo siento. No quería estropearlo.

Ella negó con la cabeza, restándole importancia a los hechos.

—No has estropeado nada. De verdad. No te preocupes más por eso.

—Esto es muy bonito.

—Sí... —correspondió ella, devolviendo la mirada al cielo, insaciable. Terminó por soltar una risilla—. Y eso que me da miedo la oscuridad, pero con estas vistas me tientan a no volver a Amegakure.

Su mano volvió a ser capturada por la de Daruu, y el chico la estrechó con firmeza.

—¿Sobre qué tenía curiosidad, dirás? (Sé que estarás esperando la respuesta, te conozco) —dijo entonces, y Ayame no pudo negárselo. La curiosidad la había estado consumiendo desde que habían abandonado El Fideo Bailongo—. No sé. ¿Qué se siente? ¿Sientes algo... raro? ¿Notas algo diferente?

Los ojos de Ayame se ensombrecieron ligeramente, y como si Daruu le hubiese leído el pensamiento, enseguida añadió:

—Sé que es una pregunta muy estúpida, pero pregunto con total sinceridad. ¡Te lo prometo!

—Lo sé. Lo sé —respondió ella, sacudiendo la cabeza—. Es solo que... nunca he hablado de esto con nadie y... me resulta... raro. Sobre eso... La verdad, no te lo sabría decir con seguridad. Me sellaron al Gobi cuando era muy pequeña, así que no recuerdo si antes era diferente o era igual a ahora.

Calló durante unos instantes, pensativa, tratando de hacer memoria sobre diferentes acontecimientos.

—Sólo recuerdo que después de eso hubo una temporada en la que no paraba de tener pesadillas. Y, aunque ya no las tengo, sí hay ocasiones en las que siento pinchazos en la espalda... —se apresuró a esbozar una sonrisa, pero fue un gesto forzado y nervioso—. Aunque es muy posible que eso sea simple sugestión, o algo así.

»Hubo un momento en el que comencé a interesarme por este tema. Quiero saber más. Quiero saber más sobre los bijuu, sobre lo que pasó en el pasado con las otras Cinco Aldeas y sobre el desenlace en el Valle del Fin. Y por esa razón hice una visita allí hace relativamente poco. No sé qué esperaba encontrar allí pero, efectivamente, no encontré nada
—admitió, con cierta irritación.
[Imagen: kQqd7V9.png]
Sprite por Karvistico.


—Habitación de Ayame: Link

No respondo dudas por MP.
Responder
#30
Ayame contestó que le habían sellado al Gobi a una edad muy temprana, así que no recordaba si había diferencias entre antes y después. Sin embargo, recapacitó un momento, haciendo memoria, y consiguió concederle algo:

—Sólo recuerdo que después de eso hubo una temporada en la que no paraba de tener pesadillas. Y, aunque ya no las tengo, sí hay ocasiones en las que siento pinchazos en la espalda... Aunque es muy posible que eso sea simple sugestión, o algo así.

—Ya, supongo que la experiencia debió ser traumática... Lo siento. —Daruu bajó la cabeza. A ellos les habían enseñado que los jinchuuriki eran guardianes a los que debían respeto y admiración. Como a los kage. Y, como pasaba con los kage, la sóla idea de que alguien tuviera un monstruo sellado en el interior de su cuerpo podía causar miedo.

Extrañamente, con Ayame no sentía nada de eso. Quizás porque la seguía viendo como siempre: su vecina, su amiga...

...¿su pareja? No se acostumbraba.

»Hubo un momento en el que comencé a interesarme por este tema. Quiero saber más. Quiero saber más sobre los bijuu, sobre lo que pasó en el pasado con las otras Cinco Aldeas y sobre el desenlace en el Valle del Fin. Y por esa razón hice una visita allí hace relativamente poco. No sé qué esperaba encontrar allí pero, efectivamente, no encontré nada.

—Ya. Es un sitio muy emblemático, pero dudo que pudieras encontrar algo de información allí —contestó Daruu—. Ni en la biblioteca tampoco, la verdad. A mí me costó mucho encontrar para lo que podía servir ese sello, y todo lo demás han sido conjeturas.

Observó el cielo nocturno y sonrió, no sin cierta satisfacción.

—No estuve seguro hasta que te lo dije y te miré a los ojos. A la cara.

»¿Sabes? Todo eso del Valle del Fin me ha recordado algo —comenzó—. El clan que me dio estos ojos viene de la antigua Konohagakure. Tenía curiosidad, y algo me atraía hacia allá, así que un día llegué hasta el cráter. La verdad, era sobrecogedor... Pues allí conocí a una chica de Uzushiogakure. Se llamaba Eri.

»Allí nos atacó un ninja vestido con el uniforme de Konoha. ¡Incluso estando la aldea destruida desde hace años y años! En fin, nos largamos de allí corriendo, y llegamos a un pueblecito en el que conocí a otro genin, Uchiha Akame. Teníamos que contárselo a alguien, claro. Pues bien, el tabernero del lugar era un chunin de incógnito, y ¿sabes qué? ¡Ordenó que Eri y Akame me mataran! ¡Estuve a punto de morir!

»Más tarde, Akame y Eri me alcanzaron y me dieron unas disculpas oficiales de parte de la Uzukage. Pero ese tipo, Akame, insinuó que igual que había obedecido con el chunin obedecía en ese instante. ¡Eri parecía dolida por haber tenido que buscarme para matarme, pero ese idiota no! Es como si no le importara cometer una injusticia aunque estuviese obligado a hacerlo.

»Cómo me gustaría demostrarle que soy tan buen ninja como él. Ojalá me toque contra ese idiota en el torneo.
[Imagen: K02XwLh.png]

No hay marcas de sangre registradas.
Responder



This forum uses Lukasz Tkacz MyBB addons.