Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.
Para sorpresa del peliblanco, Kaido accedió a su plan sin más, ni un comentario sarcástico ni una pega ni nada, simplemente aceptó y, momentos después realizó la serie de sellos correspondiente a la técnica, seguido de Riko, y de su costado aparecería una copia idéntica a él y, una vez los cuatro estuvieran listos, era momento de ponerse en camino.
—Entonces qué: ¿subimos y ya?
El Senju asintió, los reales se subirían al primer árbol que vieran y comenzarían a avanzar en la dirección que habían acordado, sin separarse demasiado de los clones para no perderlos de vista.
— Hay que tener los cinco sentidos alerta, no sabemos qué podemos encontrar. — Era obvio, pero aún así sintió la necesidad de decirlo.
Según iban avanzando la espesura del bosque iba disminuyendo y los árboles cada vez estaban menos pegados, aunque aún faltaba mucho para que se filtrara la luz suficiente entre las hojas para ver con total claridad y ambos genin notaron como, de repente, la temperatura aumentaba.
Poniendo el plan en marcha, ambos genin se irguieron por sobre los árboles a su vez que sus bunshin hacían la de señuelo, al ras del suelo. La estrategia resultaría bastante favorable siempre que el bosque no se convirtiera en un claro, muy a pesar de que a medida de que los ninja avanzaban, la distancia entre tronco y tronco se iba haciendo más grande, y por tanto, la cobertura que tenían con sus raíces tampoco tendría el mismo resultado.
Dígase también que dentro de aquellos juegos de Supervivencia, ningún detalle podía tomarse como una cuestión circunstancial. Todo, absolutamente todo era parte del juego, y así también lo era aquel efímero cambio de temperatura que sintieron tras avanzar un par de metros, pero quizás Kaido no tenía en ese momento la claridad suficiente como para darse cuenta de ello. Un error, quizás, que Riko podría enmendar.
Aunque si de algo podía estar seguro, es que todos sus sentidos estaban tan alerta como les era posible. Su olfato, por sobre todo.
Cuanto más avanzaban el aumento de temperatura era cada vez más evidente y las gotas de sudor comenzaban a aparecer en las frentes de los dos genin que avanzaban por las copas de árboles.
— Esto no debe ser normal Kaido, hay que averiguar por qué hace tanto calor.
Si avanzaban un poco más serían capaces de ver un foco de llamas más adelante. El bosque estaba ardiendo. y si seguía así, no habría escondite para huir del fuego por lo que tenían que hacer algo rápido.
— ¡Joder, vamos a ver qué pasa!
Y el Senju aceleró el paso, tratando de acercarse lo máximo posible al fuego para ver qué era lo que lo había causado y, al llegar allí vio como había 4 personas, dos enfrente de las otras dos y parecía que estaban teniendo un combate y posiblemente éste fuera el causante del incendio y ni si quiera se hubieran dado cuenta de ello.
— ¿Qué hacemos Kaido? — Susurraría para que nadie le escuchase excepto su compañero.
—Esperar —replicó, sin pensárselo un segundo—. aguardar a ver quiénes quedan en pie, no sin antes prestar atención a las habilidades de estos tipos. Si sabemos cómo pelean, tendremos la ventaja una vez decidamos deshacernos del equipo vencedor. Es lo que haría un ninja, ¿no?
El escualo entrecerró los ojos y comenzó a prestar atención a la batalla. Cuatro competidores que habían causado un conato de incendio debido a, probablemente, el uso de alguna herramienta shinobi. Dudaba que se tratase de ninjutsu, aunque la estrategia que le había sugerido a Riko era precisamente para descartar ese tipo de detalles.
—Esperar. Aguardar a ver quiénes quedan en pie, no sin antes prestar atención a las habilidades de estos tipos. Si sabemos cómo pelean, tendremos la ventaja una vez decidamos deshacernos del equipo vencedor. Es lo que haría un ninja, ¿no?
Riko asintió, era lo más lógico, tenían que esperar y analizar a cada uno de los participantes para así saber cómo actuar cuando se enfrentaran a los vencedores de aquel encuentro.
El combate seguía su curso, los dos que se encontraban más alejados del bosque atacaban sin parar, cada uno con sus armas, uno con una especie de martillo de herrero más grande de lo normal, el otro con dos espadas de menor tamaño que la que portaba Kaido y sus rivales se defendían como podían, evitando los golpes del martillo y los cortes de las espadas y, de repente, el del martillo se alejó unos pasos.
— ¿Pero qué...?
Se puso a dar vueltas al martillo, que comenzó a brillar con un tono rojizo y, de repente, apuntó a sus enemigos y una llamarada salió del metal de su arma en la dirección que apuntaba, dando de lleno en sus objetivos que quedaron completamente inmóviles de repente y cayeron al suelo, que los empezó a absorber poco a poco, como ya había hecho antes con los que habían eliminado el peliblanco y Kaido.
— ¡A tomar por culo! Hay que tener cuidado con esos. — Diría el Senju a su compañero.
La batalla, acalorada, continuó su curso. Los dos grupos intercambiaban numerosos ataques que no parecían calar en el otro, salvo algún choque intransigente de los metales que empuñaban. Pero cuando Kaido hubiese estado convencido de que aquellos luchadores no eran sino civiles inexpertos jugando con armas, pudo comprobar de primera mano que uno de ellos, quizás, no era tan básico como el resto de los participantes.
Éste, el del enorme martillo de hierro, se alejó un par de pasos y comenzó a girar. Tras un par de vueltas, y con la inercia de aquellos giros, su arma contundente comenzó a tomar un color rojizo como si el cuerpo de la maza yaciera bajo una hoguera que calentase así su metal. Pero aquella potente subida de temperatura no era un simple detalle visual ni mucho menos, sino que secundó lo que fue una potente llamarada que, escupida desde la maza, avanzó con fiereza hasta el equipo contrario, sacándolos del juego en ipso facto.
Kaido maldijo, gratamente sorprendido. Riko se preguntaría el por qué Kaido sonreía, aunque fuera por algo tan nimio como que le apetecía tener una batalla interesante entre tanta gente común.
—Eso tiene que ser alguna clase de ninjutsu. Pero en vista de que es fuego, tú y yo tenemos la ventaja, siendo usuarios de suiton. Ahora, el tema está en ... —echó de nuevo un vistazo al incendio, y a las únicas posibles vías de escape—. cómo quieres deshacerte de ellos. Asumo que no querrás un enfrentamiento directo, y en vista de que tenemos el elemento sorpresa a nuestro favor, seguro que podemos idear alguna estrategia para sacarlos del juego sin perder mucha energía. ¿Quizás un Bakusui Shōha combinado? se los tragaría en un santiamén. Uhm, no, eso consume mucho chakra.
Era una simple sugerencia, pero tendrían que decidir pronto.
Riko miraba a su compañero y no podía terminar de creerse lo que veía, Kaido estaba sonriendo, acababa de ver el ataque que acababan de hacer y el muy loco sonreía como si tuviera todas las ganas del mundo de enfrentarse a ellos en un combate cuerpo a cuerpo, pero aquello no era muy buena idea desde el punto de vista de Riko.
—Eso tiene que ser alguna clase de ninjutsu. Pero en vista de que es fuego, tú y yo tenemos la ventaja, siendo usuarios de suiton. Ahora, el tema está en ... cómo quieres deshacerte de ellos. Asumo que no querrás un enfrentamiento directo, y en vista de que tenemos el elemento sorpresa a nuestro favor, seguro que podemos idear alguna estrategia para sacarlos del juego sin perder mucha energía. ¿Quizás un Bakusui Shōha combinado? se los tragaría en un santiamén. Uhm, no, eso consume mucho chakra.
El peliblanco escuchó cada palabra mientras pensaba en un plan de ataque distinto al de su compañero para así tener varias opciones, lo único que estaba claro era que tenían que aprovechar el factor sorpresa del que disponían para atacar y eliminar a aquellos dos de manera rápida y eficaz, sin gastar demasiada energía y, desde luego, un Bakusui Shōha la gastaría.
— Quizás... ¿Qué te parece si les seguimos sin que nos vean? Y cuando estemos seguros les atacamos por sorpresa y les eliminamos rápido.
Miró a su alrededor, y contó la cantidad de árboles que aún les quedaban para mantener el anonimato.
—Como quieras —susurró—. pero en algún momento tendremos que bajar. Mira, el claro no parece estar muy lejos tampoco y con el fuego rodeándonos de costado, además de la maldita nube tóxica que dejamos atrás, no hay mucho margen de maniobra, coño
Volvió a mirar a los dos enemigos, y se lastimó no poder tener a Nokomizuchi con él.
—Como quieras. Pero en algún momento tendremos que bajar. Mira, el claro no parece estar muy lejos tampoco y con el fuego rodeándonos de costado, además de la maldita nube tóxica que dejamos atrás, no hay mucho margen de maniobra, coño.
A pesar de las palabras de Kaido, el peliblanco era capaz de ver las dudas que tenía y no le faltaba la razón, tendrían que bajar de la seguridad de los árboles en cualquier momento y comenzar a estar más expuestos, pero si podían mantenerse allí por un tiempo más, debían aprovecharlo, o al menos eso pensaba Riko.
— Mira, se mueven. — Dijo señalando a la pareja contraria, que había comenzado a internarse en el bosque. — Venga, vamos tras ellos.
...
— ¿Has visto eso? ¡JUAJUAJUA! Les hemos vaporizado sin esfuerzo, estos juegos son facilísimos.
Uno de los integrantes de la pareja, un hombre alto y fornido que era el que portaba el martillo de herrero se regocijaba a voces y entre carcajadas de sus logros, casi forzando que cualquiera que estuviera por la zona se lanzara a por ellos.
— Quizás deberías bajar un poco el tono, idiota, no haces más que llamar la atención.
A su lado caminaba una mujer con el pelo dorado, que parecía la más cauta de la pareja.
— ¿Has visto eso? ¡JUAJUAJUA! Les hemos vaporizado sin esfuerzo, estos juegos son facilísimos.
—Quizás deberías bajar un poco el tono, idiota, no haces más que llamar la atención.
Aquellos dos, elocuentemente, intercambiaban opiniones acerca del desempeño que estaban teniendo en los juegos de supervivencia. Poco cohibidos ante el hecho de que cualquiera podría escuchar sus derroches de soberbia, el hombre ponía poco esfuerzo en controlar su tono de voz a su vez que la dama de cabellos dorados trataba de hacérselo saber. Era una pareja bastante curiosa y que a los ojos del tiburón, no parecían tener sintonía el uno con el otro.
Pero qué iba a saber él, verdad?
—Mira, están distraídos —advirtió, señalándolos—. con nuestros clones a un par de metros, quizás podríamos distraerlos. Ver cómo reaccionan. Dudo que puedan percatarse que se trata de un par de bunshin, ¿no crees?
—Mira, están distraídos. Con nuestros clones a un par de metros, quizás podríamos distraerlos. Ver cómo reaccionan. Dudo que puedan percatarse que se trata de un par de bunshin, ¿no crees?
Riko asintió, era lo mismo en lo que estaba pensando él, podían usar a sus clones como distracción y para ver qué tal andaban aquellos dos de reflejos y tener todavía más claro como proceder.
— Está bien, el mío va a por la chica, el tuyo que vaya a por el del martillo, estamos preparados y en cuanto ellos estén confusos al ver que son clones, atacamos, ¿vale? — Susurraría el peliblanco.
Acto seguido le haría un par de señas a su clon, indicándole que fuera a por la fémina de la pareja y que intentara dejarla fuera de combate.
— Está bien Kaido, atento. — Diría sin quitar la mirada de sus enemigos. — Tú das la señal para que nos lancemos nosotros, ¿vale?
—Hecho, aquí vamos —dijo, mientras cogía concentración para dominar los movimientos de su clon.
El mizu bunshin siguió a hurtadillas por el costado izquierdo de los árboles, inclinándose hasta la pendiente en la que se encontraba el tipo del martillo. Tal y como lo había sugerido el Uzujin, Kaido tenía la intención de encargarse de tipo mientras que él buscaba lidiar con la mujer. Vaya división de responsabilidades, pensaría el gyojin, teniendo en cuenta que el mayor problema de ambos era, a simple vista, el hombre y el fuego que invocaba a través de su arma.
Pero se armó de valor, excitado por el inminente enfrentamiento y aguardó hasta el momento preciso en el que la distracción fuera inexorablemente efectiva.
Y es que a su modo de ver, había sólo una opción: Inmovilizar al tipo.
El clon realizó desde la clandestinidad una serie de sellos en un parpadeo y atizó el suelo que rodeaba a los contrincantes con una gelatinosa masa acuática que ingobernable, evitaría los movimientos de aquellos dos enemigos. Así pues, a la espera de la actuación del clon de Riko y de la efectividad del mizuame Nabara, el Kaido real contó hasta cinco desde la altura y una vez estuviese seguro de su siguiente movimiento, dio la señal de mando.
«¡Ahora, Riko!»
Un simple gesto con los dedos que figurativamente apuntaban al enemigo, daría luz verde a Riko para que ambos tomasen nuevamente el protagonismo.
· PV:
180/180
– · CK:
162/180
–
—Espada en mal estado
¤ Suiton: Mizuame Nabara ¤ Elemento Agua: Campo de Captura del Sirope Escarchado - Tipo: Apoyo - Rango: C - Requisitos: Suiton 20 - Gastos: 18 CK - Daños: - - Efectos adicionales: Atrapa los pies del enemigo durante 2 turnos - Sellos: Carnero → Tigre - Velocidad: Rápida - Alcance y dimensiones: El chorro se expande sobre el suelo con una extensión de 3'5 metros de ancho y 6 de largo
El usuario escupe una masa de agua muy densa y viscosa, imbuida con chakra Suiton, y la esparce en un amplio área sobre el suelo. Se trata de una corriente de agua pegajosa que puede utilizarse para formar una trampa adhesiva que inhibe el movimiento de una o varias personas. Si el enemigo conoce de antemano los efectos de la técnica, o la ha sufrido con anterioridad, resulta fácil de evadir simplemente canalizando el chakra a través de los pies para andar sobre el campo de agua sin tocarla realmente, aunque esto sólo es posible si consigue hacerlo a tiempo.
Kaido aceptó cada parte del plan que Riko había ideado sin rechistar, lo cual era de agradecer por lo que ahora solo tenían que asegurarse de que el plan salía según lo previsto y atacar en el momento justo para que aquel enfrentamiento no fuera más largo de lo que debería.
El clon del amenio realizó una serie de sellos que eran bien conocidos por el peliblanco, y un chorro de agua viscosa se dirigió a gran velocidad a los pies del portador del martillo que, al ser pillado por sorpresa no pudo reaccionar y quedó atrapado en la técnica del escualo.
El clon de Riko, por su parte y al no disponer de reserva de chakra, se lanzó rápidamente hacia la rubia, en pos de inmovilizarla con el cuerpo, dándole tiempo a sus originales de atacar sin riesgos.
— ¡¿PERO QUÉ COJONES ES ESTO?! — El hombre gritaba tratando de separar sus pies del suelo, pero le era imposible.
En la otra parte de la trampa, la mujer, que había demostrado ser más cauta que su compañero había podido reaccionar y le clavó una espada en el estómago al clon del peliblanco, que explotó en una masa de agua, empapándola.
— Te dije que te estuvieras más calladito, que no hacías más que llamar la atención, idiota.
El hombre parecía demasiado ocupado tratando de zafarse de la masa pegajosa que cubría sus pies, pero la mujer parecía estar bastante pendiente de todo lo que le rodeaba, empezando por aquel clon de Kaido que tenía ahora de frente.
Riko, a la señal de Kaido se lanzó, junto a él, esperando que éste decidiera a por quien ir primero, tenían algo de tiempo, por lo que si atacaban los dos al mismo y lo eliminaban rápido, tendrían ventaja numérica.
PV del hombre:
180/180
– PV de la mujer:
150/150
–
PV:
150/150
–
CK:
180/180
–
¤ Hitai-ate (en el cuello) ¤ Portaobjetos básico: (muslo derecho)
Tal y como lo había planeado, el Mizuame Nabara había atrapado al hombre de la maza. Riko, sin embargo, no logró someter a la mujer que en un cambio súbito de posibilidades, se había convertido en un enemigo a tener en cuenta, dadas las circunstancias. Lo que no contaban ellos sin embargo era que la sincronía de ambos ninja les daría la posibilidad de obtener la importante ventaja numérica, al Kaido decidir que atacaría directamente al primer señalado.
Sus pies, que previamente se habían visto abrazados por una fina capa de chakra, cayeron desde el árbol sobre su propia técnica gelatinosa y patinó hasta los linderos del enemigo para, con su katana, someterlo por la espalda. Una simple estocada a nivel del pulmón, o un ligero desliz de aquella hoja maltrecha por sobre su cuello, y bastaría para dejarle fuera de combate. Después de todo, los organizadores no iban a dejarlo morir.
Independientemente de si aquello funcionaba o no, el clon de Kaido mantuvo la distancia y comenzó a recortar el costado con pequeños pasos transversales. Siempre con la vista al frente, fija en la mujer, y preparado para ejecutar una de sus técnicas en caso de tener que evitar que ésta se inmiscuyera en la eliminación de su compañero.
Kaido decidió seguir con su estrategia y atacó directamente al hombre que estaba atrapado en la masa viscosa, era el objetivo más fácil por lo que sería mejor eliminarlo el primero y así lo intentó el escualo, que cayó sobre el charco en el que estaba atrapado el hombre, se colocó el la posición perfecta y lanzó una estocada directa al pulmón del hombre, que al ser atacado por la espalda no podía defenderse.
— ¡Y una mierda!
Y la mujer trató de interponer una de sus espadas en la trayectoria del ataque de Kaido, pero Riko, algo por detrás del amenio lanzó uno de sus shuriken en dirección a la mano de la rubia, obligándola a soltar el arma y haciendo que el ataque de Kaido fuera un éxito, eliminando al del martillo, que se quedó rígido como un tablón de madera antes de empezar a ser absorbido por la tierra.
— ¡Hijos de puta! — La mujer recogió su arma y, de repente, ambas katanas se recubrieron en una capa eléctrica.
La rubia se lanzó a por Kaido, con la intención de cortarle en 3 partes, un corte a la altura de la cintura y otro a la altura del pecho. La mujer se movía a una velocidad de vértigo y se la veía claramente enfadada.
Hombre eliminado. PV de la mujer:
138/150
–
-12
–
¤ Raiton: Chakura Nagare no Jutsu ¤ Elemento Rayo: Técnica del Flujo del Chakra - Tipo: Apoyo - Rango: D - Requisitos: Raiton 15 - Gastos:
6 CK (divide regeneración de chakra)
(Raiton 30) (multiplicable x2)
- Daños: Daño del arma + 10 PV - Efectos adicionales:
Multiplicado, hace que un arma cuerpo a cuerpo sea capaz de cortar a cualquier otra.
(Raiton 40) La versión sin multiplicar puede usarse con armas a distancia.
Una de las ventajas del elemento Raiton es que puede ser conducido a través de las espadas y demás armas cuerpo a cuerpo para aumentar su capacidad de corte. Aunque tarda un poco en hacer efecto, si durante un choque de armas el oponente no se aparta, el filo del arma del ejecutor de la técnica acabará cortando por la mitad al filo de su contrincante. Por cada golpe, para mantener activo el flujo de chakra, el usuario debe volver a pagar el coste.
Recibido: 12 PV Causado: 22 PV por corte + 10 PV por corte
PV:
150/150
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CK:
180/180
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¤ Hitai-ate (en el cuello) ¤ Kunai ¤ Shuriken ¤ Bomba de humo