La unión hace la fuerza

[Sasagani Yota]

No sé donde te habrás metido, Yotita, pero he tenido que irme de misión, posiblemente esté toda la semana fuera. Ya sabes que en la despensa tienes comida de sobras. ¡No te olvides de limpiar la casa! Y no hagas gilipolleces. Cuida de la casa, entrena y... ¡Ah, si! El otro día vino un jonnin preguntando por ti, por lo visto tenías que ir a la academia a principios de semana, pero como estabas desaparecido, pues claro... En fin, ve allí el viernes a primera hora de la mañana. El jonnin dijo que sabías de que iba el asunto y más vale que no sean problemas o vas a tener que escucharme.

Te quiero.

No estaba firmada la nota que estaba colgado sobre la puerta de mi habitación pero la verdad es que no hacia falta que estuviese firmada, sabía perfectamente quién la había escrito. El viaje a Konoha había sido realmente duro pero aun estaba a tiempo de ir a aquella cita en la academia. total, estábamos a jueves por la tarde... Así que lo que iba a hacer era echarme en la cama hasta el día siguiente, ni siquiera tenía fuerzas para una ducha, estaba demasiado cansado.

Salieron los primeros rayos de sol y me levanté. Ya era el viernes y rápidamente me levante de la cama, me duché y comí algo rápido. Tenía demasiada curiosidad en saber que era lo que quería aquel jonnin. No recordaba haberla liado como para que enviasen alguien de su rango a mi casa, tenía que tratarse de otra cosa ¿Mi primera misión quizás? Los vello se me ponía como escarpias nada más de pensarlo. Demasiada emoción.

Me equipé con todo mi arsenal. Osea mis kunais y mi wakizashi. Puede que se tratase de una misión de gran riesgo, por pedir que no quede. Corrí con todas mis fuerzas hacia la academia de la aldea. Como si fueran a atenderme antes de hora... Cuando llegué vi a una chica que rápidamente detuvo sus tareas para atenderme.

-¡Oh! Ya estás aquí. Eres el primero. Venga, vete al aula número 4, tendrás que esperar un poco

-¡Oye, espera! ¿De qué va esto? ¿Donde está mi maldita misión?-

-¿Tu misión? No lo sé, Yota-kun, haz lo que te digo y espera. Aún tienen que llegar los demás-

*¿Los demás? Ah, claro. Misión en equipo, me gusta*

A cada segundo que pasaba de aquel día estaba más y más emocionado pero pronto llegaría el aburrimiento. entre en el aula que me dijo la chica de cabellos purpuras pero cual fue mi decepción al ver que no había nadie. Fui el primero en llegar de no sé cuantos que tenían que hacerlo.

Suspiré con pesadez y me metí uno de mis caramelos, de aquellos con palo en la boca. Sandía.

Apoyé mis brazos sobre el marco de una de las ventanas y simplemente me dediqué a esperar mirando al exterior. Las vistas daban al patio interior de la academia. Pude ver como los chavales, es decir, los estudiantes estaban haciendo una clase práctica en la que un instructor les estaba enseñando el Bunshin no jutsu. Qué recuerdos..

-Vaya.. si que hace tiempo de aquello..-

[Uzumaki Eri]

Toc toc toc

-¿Quién será a estas horas?

Eri se levantó con el pelo enmarañado aquel día, despertándose gracias a los golpes que alguien estaba propinándole a su puerta, sin preocuparse por su peinado y sus pintas de recién levantada, fue a ver quién era la persona que la había sacado de su sueño. Pero al abrir la puerta solo encontró una nota en el suelo.

La joven de cabellos azules la observó, y leyó su interior mientras se preparaba el desayuno, la nota no decía mucho, únicamente que la kunoichi debía estar ese mismo día a primera hora en la escuela. Bostezó y miró por la ventana, todavía no había amanecido si quiera.

Terminó su desayuno, se aseó y vistió con sus típicas ropas y colocando todo lo necesario en su portaobjetos, bandana en la frente, miró de nuevo por la ventana. Los rayos del sol se podían vislumbrar a lo lejos, símbolo de que el astro estaba despertándose también. Decidió tumbarse un momento en su cama ya hecha, y sin querer cerró los ojos, quedándose de nuevo dormida.

Cuando se levantó había pasado media hora de cuando quedó dormida, y cuando se dio cuenta de la hora que era, salió saltando desde la ventana de su piso y fue directamente hacia la academia, sin pararse si quiera a saludar a nadie. Estaba nerviosa, se había quedado dormida sin querer y quizá eso la penalizaría. ¿El qué? Eso daba igual, ¡llegaba tarde!

''Por favor, que no me regañen...''

Una vez en la academia entró y encontró a una mujer que la saludó con una sonrisa. Antes de que la mujer pudiese articular palabra, la joven se disculpó y comenzó a andar de nuevo hacia el aula que citaba la nota, donde debía encontrarse con alguien. así llegó al aula cuatro, donde no había nadie a su vista, hasta que cruzó la puerta, encontrándose con alguien conocido para ella.

-¡Yota!-Saludó Eri acercándose al susodicho. -¿Tú también tenías que venir aquí hoy?

En verdad había venido por la nota, pero no tenía ni idea de por qué había sido citada allí. ''¿Será alguna misión?'' pensó mientras observaba a su compañero, pero al menos no estaba sola allí, solo necesitaba saciar su curiosidad y esa pregunta que se hacía precedida del por qué.

[Sasagani Yota]

No tardó en llegar la primera visita, pero no me di cuenta de ello hasta que me llamó. Estaba totalmente enbobado viendo aquellos estudiantes practicando aquella técnica tan simple. Ni siquiera me percate del mecanismo de la puerta cuando la muchacha de cabellos y orbes celestes la abrió.

Me giré de golpe en cuanto me saludó.

-¡Er..Eri!- exclamé, gratamente sorprendido -Eso me temo. ¿A ti también te han citado? Tengo mis sospechas y ojalá sean ciertas. ¡Me encantaría hacer mi primera misión contigo!-

Había tan solo 4 personas con las que me iría de misión con los ojos cerrados y con plena confianza de que todo iba a salir bien. Pero de todas ellas solo había una que fuese chica y esa era Eri, la fémina que tenía justo enfrente a la cual observaba con una sonrisa.

-Pero parece que aún tendremos que esperar un poco más... Imagino que alguien más vendrá a explicarnos que hay que hacer. Así que mientras hacemos tiempo, acércate. Vamos, ven a mirar- propuse indicando la ventana -¿Te acuerdas? Creo que están practicando el Bunshin pero son muy malos, la verdad-

Y así era.

Si Eri se acercaba hasta la ventana acabaría viendo a los chicos realizando tres simples sellos y tratando de proyectar su chakra hacia el mundo exterior para hacer un calco de ellos mismos, pero por ahora era en vano. Los había de varios tamaños y formas: grandes, pequeños, flacos, gordos, de formas difusas y extrañas, incluso algunos que carecían de profundidad. Eso a los que se les daba bien, porque había algunos que no eran capaces siquiera de hacer una figura enana.

-Probablemente sea su primera práctica-

[Uzumaki Eri]

La joven de cabellos azules escuchó atentamente al chico que estaba frente a ella, y cuando habló de los chicos que estaban en el patio practicando como hacer un bunshin, se acercó a observar como intentaban hacer la susodicha técnica y como Yota había dicho, ninguno proyectaba un bunshin en condiciones. La chica no pudo evitar soltar una risita al verlos, pero al haberlo hecho se sonrojó al instante, así lo único que hacía era ser cruel con los chiquillos que se encontraban ahí fuera. Así pues pegó un golpe con su puño izquierdo cerrado en el hombro del rubio, sin a penas fuerza en él, a modo de que se sentía ofendida por lo que acababa de decir.

-No te metas con ellos, ¿acaso tu lo hiciste bien a la primera?- Preguntó poniendo sus brazos a modo de jarra, luego negó con la cabeza, sonriente.-Mi primer bunshin fue una Eri enana...- Dijo acordándose de cuando ella misma intentó hacerlo.

''Aunque ahora no ha cambiado mucho...''

Luego apartó la vista de su compañero y volvió a posarla en los niños que realizaban sellos fuera, así encontró a un niño, de cabellos oscuros, apartado del resto que estaba concentrado, sin hacer nada. Luego de un par de minutos, hizo los sellos indicados para realizar la técnica, consiguiendo realizar un clon casi idéntico a él. Eri sonrió orgullosa y señaló al chico. -¡Mira, ese niño lo ha conseguido casi a la primera!- En verdad no estaba segura de que fuera su primera vez, pero... Lo había hecho, eso contaba.

''Me pregunto cuanto más tendremos que esperar aquí...''

La joven de cabellos azulados miró por la puerta, esperando a que alguien apareciese. Estaba nerviosa, eso no podía dudarlo, pero dentro de ella había un nerviosismo nuevo, ya que quizá la asignarían su primera misión con Yota, y estaba impaciente por poder realizarla. Mordió su labio inferior y volvió a mirar por la ventana.

[Sasagani Yota]

De pronto el puño de la peliazul voló hasta mi hombro derecho, recibiendo el impacto directo. No fue fuerte, claro que no, pero si algo inesperado. Todo aquello con aquella puntilla que replicó su boca. No pude evitar echar una sonrisa, recordando mis primeros pasos, los primeros intentos y aquel primer bunshin deforme con los brazos desiguales y las piernas rechonchas, además de la cabeza totalmente plana.

-Ten cuidado, aún no los controlo bien- La advertí, aunque ella ya debía saber exactamente de qué se trataba -¡Oh, vamos! No me rio de ellos, solo hago un poco de broma. No seas tan estricta, Eri-chan. Pero ese chico debe llevar unas cuantas prácticas ya, seguro que fuera de la academia practica bastante. No es normal tanta diferencia-

Pude apreciar como Eri estaba cruzada de brazos, negando con al cabeza. Sin lugar a dudas no le había gustado mi comentario aunque la verdad que no fue para tanto, ni por asomo llevaba malicia. Supongo que me malinterpretó o quizás simplemente no hubiese cogido el tono de broma. Pero bueno, por lo visto se le pasó rápido y ahora se encontraba mordiéndose el labio. No era la primera vez que veía esa reacción pero desconocía porque lo hacia.

-Te vas a hacer daño como te sigas mordiendo-

Mis ojos se desviaron hasta la puerta de entrada a aquella aula.

*Espero que no tengamos que esperar mucho, tengo ganas de empezar ya*

-Por cierto.. ¿Tu sabes por qué nos han citado aquí? Quiero decir... seguramente tengamos que hacer una misión, pero lo cierto es que no me han dicho nada más aparte de que tenía que venir aquí...

Pero hasta el momento no había ni rastro de nadie más que la gennin que estaba en frente mío.

[Uzumaki Eri]

-Hey, yo solo lo hacía de broma, sin intentar hacer daño... Disculpa, no lo recordé.

Se disculpó la chica de cabellos azules después de haber pensado que tenía que pedir disculpas por haber obrado de tal forma ante Yota. Sabía como podía ponerse, pero no pensaba que... Bueno, pasase algo con ella. Agachó la cabeza, y se mordió el labio, pero luego recordó que el gennin con el que se encontraba le había dicho que si seguía haciendo eso se haría daño, y más de una vez la pequeña Eri se había hecho sangre por ese acto involuntario.

-Lo siento, es algo involuntario...- Se disculpó de nuevo.

''Deberías dejar de disculparte por todo, tonta.''

Entonces tal y como hizo Yota, miró a la puerta, esperando que entrase alguien para que les verificasen si se trataba de una misión o quizás para hablar de un tema que a los dos les concernía... Así tal y como sus pensamientos fluían, Yota habló de nuevo, sacando de sus pensamientos a Eri.

-Pues, yo tampoco lo sé si te soy sincera, estaba pensando que sí, puede ser una misión pero si es tal cosa tendrá que venir alguien a decirnos si es una misión y de qué va tal misión...- Comenzó a explicar la de cabellos azules.-O quizás nos han citado para algo que tiene que ver con ambos, algo relacionado... ¿Tienes algo en mente de lo que pueda ser?- Preguntó ahora por los pensamientos del chico.

Eri se sentó en una de las mesas que se encontraban en el aula, llevaba ahí quince minutos y no veía indicios de que algo sucediera pronto, aunque la intuición de la kunoichi era pésima, a veces le sorprendían. Esperaba equivocarse como muchas veces, ya que quería saber qué pasaba. Miró a su compañero, no quería molestarle de nuevo, ya que antes con su broma intentó seguirla de una forma no muy buena.

''Debería quedarme callada, siempre la ando cagando...''

Eri comenzó a jugar con sus dedos, y de repente algo se encendió en su cabeza, se levantó de un salto de la mesa donde se encontraba, ya que sus pies colgaban de ella al medir tan poco, y habló al rubio rápidamente.

-¿Y si vamos a hablar con la mujer que estaba en la recepción de la escuela?- Preguntó como si eso fuese a resolverles todas las dudas que tenían acerca del misterioso mensaje que ambos habían recibido y que ninguno intuía de qué se trataba.

[Sasagani Yota]

-No te disculpes por todo, Eri-chan.- dije mostrándole una sonrisa -Supongo que yo tampoco fui muy afortunado con mi comentario..-

Empecé a hacer nudillos con mi trenza.

En aquel momento Eri me contestó a mi pregunta, definitivamente era como pensaba, ninguno de los dos sabía nada más que el hecho de que debíamos estar allí y esperar ¿O aquello formaba parte de algún tipo de prueba? Le estaba dando demasiadas vueltas a mi cabeza hasta que caí en algo.

-Hasta ahora yo también pensé que se trataría de una misión en equipo pero... ¿Para qué citarnos en la academia? No tiene mucho sentido a no ser que tengamos que hacer algo aquí ¿No crees?-

Empecé a deambular de un lado a orto del aula, con la diestra en mi barbilla, pensativo.

*Quizás debamos hacer algo para que la persona que nos ha citado aparezca*

Era inútil. La cabeza iba más rápida que el cuerpo y empezaba a sentir cierto malestar así que tuve que sentarme en una de las sillas, detrás de uno de los pupitres de la primera fila.

Hasta que una sonora carcajada retumbó aquellas cuatro paredes, blancas como la nieve. Venía de la mesa desde donde el profesor solía dar clase y poco a poco se fue difuminando una imagen de alguien mayor a nosotros, al menos 15 años de diferencia.

-Por lo que veo os lleváis los dos muy bien. Ya lo creo que tuvo una gran idea con vosotros dos, seguro que aprendéis mucho el uno del otro-

*¿Y este quién es?*

Volví a revolver mi trenza, repleto de nervios.

-¿No opináis lo mismo? ¿Yota? ¿Eri?-

Encima sabía nuestros nombres. sin duda sabía quiénes éramos. estaba tan sorprendido que ni siquiera fui capaz de buscar respuestas. Simplemente escuchaba y observaba a aquel hombre de alrededor de los 30 años.

-Supongo. Pero... ¿Quién eres? ¿Eres tu quién nos ha citado?

*Lleva uno de esos chalecos... Debe ser un jonnin. ¿tanto la hemos liado?*

-Oh... Vamos a pasar mucho tiempo juntos, Sasagani Yota. Espero que nos llevemos tan bien como lo haces con Mizumi Eri-

Miré a la gennin buscando ayuda. Realmente la necesitaba.

[Uzumaki Eri]

Aceptando que ni Yota ni Eri tenían idea de nada, y la última petición de la chica de cabellos azules fue denegada al no recibir contestación, la joven kunoichi del remolino se fijó en su compañero, que estaba en su planeta andando de aquí para allá por toda la estancia.

''Supongo que la espera a veces es insoportable.''

Cuando notó que el chico paró de dar vueltas por la estancia y se sentó, Eri imitó al rubio platinado, sentándose a su lado después de haber estado varios minutos de pie junto a la puerta, al menos así... No, esperar ya sea de pie o sentado sigue siendo una tortura, piensen lo que piensen. Puso los brazos cruzados en la mesa, haciendo a estos como si fuesen una almohada y acto seguido echó la cabeza en ellos, seguía pensando un por qué, un algo. Como siempre seguramente fuera más simple que la mayoría de cosas que llevaba pensadas.

''¿Qué narices?''

Una risa inundó la sala donde se encontraban los dos gennins, proveniente de la mesa donde solía colocarse el profesor para dar clase, y poco a poco apareció una figura, un hombre que sacaba a la pareja más de diez años de edad. El hombre, aún sin identidad para ambos jóvenes, llamó la atención tanto de Eri como de Yota al conocer a los dos chicos, ya que los llamó por su nombre a los dos.

Eri lo miró fijamente, comprendió que era jounnin, ya que tenía el chaleco que solían llevar todos los de su villa que alcanzaban dicho rango.

-Buenas señor, disculpa mi poca cortesía al preguntar esto pero, ¿quién es? ¿Cómo es que nos conoce? - Preguntó la joven kunoichi sin moverse del sitio donde se encontraba.

Miró a Yota buscando una explicación, una respuesta, una ayuda, cualquier cosa, y la sorprendió mirándola a ella de vuelta con la misma mirada que lucía Eri. Así que esta intentando tranquilizarlo de alguna manera, sonrió al Sasagani, ya que, si ambos habían sido llamados por el hombre que se hallaba frente a ellos, al menos iban a superar el problema, misión, o lo que fuera que fuere juntos. Debían llevarse bien, eso le decía la vocecilla interior.

[Sasagani Yota]

Ante nosotros yacía aquel hombre, ataviado con su chaleco ninja que de entrada denotaba de su rango de seguridad, como poco se trataba de un chunnin, pero por la edad que aparentaba daba más la sensación de un jonnin curtido en esta de la vida ninja. También saltaba a la vista su desarrollada musculatura, era corpulento y realmente fuerte pero aquello lograba borrar una expresión facial de diversión. Estaba disfrutando con nosotros aunque aún no sabíamos el porqué. Lucía una tez pálida y una larga cabellera roja como la sangre en forma de coleta que crecía hacía arriba por detrás de su cabeza para acabar bajando. Otro rasgo característico de su físico era aquella cicatriz que atravesaba de arriba a abajo su ojo izquierdo, secuelas de una fiera batalla.

-No seas tan educada, Eri, por favor. Quizás sea que os conozca por esto. Me los dio directamente Shiona-sama Con sus manos posadas en el chaleco, en sus bolsillos, las levantó y de ellas colgaban dos papeles, uno con una foto mía y el otro con una foto de la peliazul -Soy el gran e inigualable, el hombre más temido de toda Uzushiogakure, ¡El único e inigualable Shinobu Toyo!-

Yo, por mi parte trataba de atar cabos. ¿Quién era realmente ese tal Toyo? ¿Y qué hacia con nuestros informes ninja? ¿Cuál era el objetivo de aquella reunión tan surrealista?

-Aún no me has respondido, Toyo. ¿Fuiste tu quién nos citó aquí?- respondí, cansado de que me ignorase

-Así es, Yota. Bueno venga, aprovechemos que os tengo aquí sentados y nos vamos conociendo mejor ¿Qué os parece?-

-No sé lo que opinará Eri, pero a mi me gustaría saber qué hacemos aquí. Quiero saber quién eres realmente y por qué diablos nos has citado- protesté, ya con la mosca detrás de la oreja y la espalda recostada en la silla y los brazos cruzados.

[Uzumaki Eri]

Eri miró al hombre que se encontraba delante de ambos gennin, se había presentado como Shinobu Toyo, y la verdad es que cuanto más lo miraba Eri, más... ¿Miedo? No, miedo no era lo que sentía, sin embargo no se sentía bien con alguien a quien no conocía y actuaba así la primera vez que se encontraban. El hombre, llamémosle Toyo a partir de ahora, había sacado de los bolsillos de su chaleco dos informes, en los que se encontraban tanto Yota como la chica de cabellos azules, por lo que la chica ya entendía más el por qué del saber cosas de ambos, además esos mismos informes fueron proporcionados al hombre por la mismísima Uzukage, así que... Una de dos, él sería su instructor de misión, o simplemente les encomendaría algo que hacer a nombre de la Uzukage.

''Pero para que nos va a querer la Uzukage, si somos un par de gennins...''

Mientras tanto Yota hablaba con el hombre de la coleta carmesí, Eri siguió pensando en su mundo, casi ajena de la discusión que mantenían los hombres de la sala, hasta que al final saltó sin venir a cuento de la conversación.

-Disculpe, ¿es usted nuestro sensei?- Preguntó, intentando descartar todas las cartas que tenía, esta vez por la voz. -Llevamos aquí un buen rato pensando que nos han llamado por una misión o cosa parecida, pero aquí solo somos dos, y usualmente los equipos los forman tres alumnos y un sensei... Por eso no lo he pensado, hasta ahora.- Explicó la joven kunoichi, levantándose del pupitre y observando a Toyo fijamente.

-Si es así, me alegra tenerle como sensei, y me agrada que Yota sea mi nuevo compañero de equipo, si no, ruego que me disculpe por mi atrevimiento, pero, entonces, tal y como pregunta Yota, ¿es por esto por lo que nos ha citado? -

Eri hizo una reverencia al mayor, tenía que seguir siendo educada después de todo. Luego miró a su compañero que seguía a su lado, quizás al hablar de las diferentes ideas él ya había captado lo que era, o simplemente Toyo les diría que estaba ocurriendo.

''Después de todo, si es nuestro sensei, tendremos que pasar mucho tiempo juntos...''

[Sasagani Yota]

-Jeh- fue entre una risa y un asentimiento, dejando, evidentemente, las cosas en el aire. Siempre aguantando la mirada cristalina de la joven -Veamos, veamos... Primero dime lo que entiendes por sensei ¡No querría estar hablando de dos cosas distintas!- Esta vez si se rió -Vamos acércate, ¿Te refieres a un cateto de esos que enseña bunshins a los mocosos?-

Se acercó a la ventana, pero no encontró aquel puñado de estudiantes en torno a su instructor. el panorama había cambiado. abajo, en aquel patio abierto yacían tan solo 4 personas, tres de ellas bien conocidas por Eri y por mi. Eran el Uchiha, Jurete y ese espadachín, el del clan Ishimura, no era otro sino que el inimitable Kazuma. estaban junto a una mujer, de edad similar a la de Toyo, o esa sensación daba. También parecía que estaban haciendo lo mismo que nosotros, pero ellos si parecían un equipo normal. 3 gennins junto a su sensei y no dos ovejas descarriadas que es lo que parecíamos Eri y yo.

-Oh vaya, parece que ya se han ido.- Una sonrisa sugerente se había dibujado en los finos labios de Toyo. Vete a saber por qué cosa, pero parecía tener relación con ese equipo. Solo él lo sabía. -Son vuestros amiguitos ¿Verdad? ¡Vamos Yota, no te quedes ahí y acércate tu también!-

No hizo falta que lo dijese dos veces. Me había quedado pasmado ante la reacción que tuvo la muchacha de cabellos azules, y aquella invitación me sacó del trance. Cuando llegué hasta la ventana ya tenía uno de mis caramelos en la boca. Naranja. En efecto, aquellos eran buenos amigos de los días de la academia. Yo también sonreí.

-Sí, son amigos nuestros. Un sensei supongo que es exactamente esa mujer de ahí. ¿Vas a ser nuestro sensei?-

[Uzumaki Eri]

Aguantó la mirada de Toyo hasta que éste fue hacia la ventana, preguntándole que qué tipo de sensei se estaba refiriendo la chica, intentando señalar a los sensei que estaban fuera no hace más de cinco minutos enseñando técnicas a los futuros ninjas de Uzushiogakure. Pero cuando fue a la ventana del cuarto, encontró a otro equipo de gennins con su supuesta sensei. Eri se acercó y quedó justamente por detrás de Yota, pero eso no le impidió ver quienes eran los que se encontraban allí.

-Como ha dicho Yota, sí, son nuestros amigos... ¿Pero eso cómo lo sabes? ¿También lo pone en nuestros informes?- Preguntó la pequeña de cabellos azulados, curiosa, luego vio a la sensei que les habían asignado a Juro, Nabi y Kazuma, y señalando con el dedo, prosiguió. - Eso de allí es el sensei de equipo, y básicamente lo que hará será instruirnos, pero no como los sensei de la academia, si no más allá...- Era difícil de explicar, intentaba por todo los medios que tanto Toyo como Yota entendiesen lo que quería decir Eri.

-Entonces, al igual que Yota, ¿será nuestro sensei? Y si lo es... ¿Por qué somos un equipo de dos en vez de tres?-La joven quedó de nuevo mirando al jonin fijamente, le sacaba bastante en altura, pero no quería demostrarle que era débil ante la gente.

''Yota está comiendo dulces, ojalá me diera uno a mi también...''

Sus pensamientos divagaron al ver a su compañero comer, pero negó con la cabeza repetidamente, intentando concentrarse en la pregunta mayor que llevaba ya un buen rato preguntándose.

''¿Qué haces tonta? ¡Concéntrate, esto es serio!''

[Sasagani Yota]

Tanto Eri como yo queríamos respuestas y las queríamos ya. No era tan difícil, tan solo debía decir un si o un no. O simplemente decirnos que diantres hacíamos en aquella aula número 4 de la academia de las Olas. La verdad es que todo se iba tornando más surrealista a medida que los minutos avanzaban.

Toyo no pasó inadvertido como la chica le clavaba la mirada en sus orbes rojizos. Flexionó sus piernas, apoyó sus manos sobre estas y mantuvo la mirada, aparentemente fría. Yo por mi parte seguía disfrutando de mi caramelo de naranja mientras seguía observando lo que hacían aquellos 4 en el patio.

-Lo sé absolutamente todo de vosotros dos ¿O acaso pensabas que la obsesión de Shiona-sama de tenerlo todo en orden es un simple mito? Nada más lejos de la realidad, muchacha. Le gusta saberlo todo, cuanto más información tenga mejor, pues esa es el arma más mortífera y letal que uno pueda tener a su alcance- Aquellas palabras captaron mi atención de nuevo. De pronto Toyo se volvió como más rudo, seco y serio -En efecto, yo seré vuestra Shiori. Esa jonnin de abajo es Shiori, la sensei de vuestros amiguitos. Así que yo voy a ser vuestro sensei y por esa misma razón os he citado aquí. Os voy a convertir en verdaderos shinobis, entrenaré vuestros cuerpecitos de niño y aprenderéis a tomar decisiones por vuestro propio pie. En definitiva, gracias a mí y solo a mí vais a tener la oportunidad de poder ser chunnins en el día de mañana ¡Deberíais estar agradecidos! Y ahora sentaos de nuevo-

Sin esperar que le hiciésemos caso, el hombre se sentó encima de la mesa en la que estaba sentado minutos antes, cuando nos espió y cuando se presentó. Por fin lo sabíamos, aquel tipo tan extraño era nuestro sensei.

-No sé quién habrá hecho esos informes pero ya somos shinobis ¡Por algo tenemos esta bandana!- protesté al sentir aquel menosprecio -¡Cuando quieras te lo demostraré!-

Toyo no pudo evitar hacer una sonora carcajada

-¿Y qué harás, Yota? Ya habrá tiempo para que me saques tus huesitos y me demuestres lo mucho que sabes de pelear, pero no me refería a eso. También os ayudaré a perfeccionar vuestras técnicas y vuestro estilo de lucha, pero no es ese mi principal objetivo. Mi prioridad es convertir esa cabecita de personita en una cabeza pensante ninja. ¿Lo entiendes ahora?

-Supongo que si- Contesté resignada levantando los hombros.

Bien, bien. antes de empezar... quiero que hagamos un juego para romper el hielo. Bueno no es exactamente un juego, pero eso da igual. Quiero que me digáis quienes sois, por qué quisisteis convertiros en ninjas y cuales son vuestras aspiraciones. Primero las damas, así que Eri, el aula es tuya-

Toyo volvió a mirar a Eri desde su posición, levantó el pulgar derecho y le guiñó el ojo.

[Uzumaki Eri]

Eri escuchó atentamente lo que estaba diciendo su, desde ahora, nuevo sensei, atenta a toda la información que salía de entre sus labios, también escuchó como Yota contestaba a Toyo, era gracioso, porque Yota tenía razón, pero el mayor también. A Eri le gustaba escuchar ese tipo de conversaciones sin querer inmiscuirse, simplemente estar presente le bastaba para disfrutar, pero cuando formó una sonrisa, el pelirrojo mayor se fijó en ella y la animó para que comenzase con ese pequeño ''juego''.

Era fácil, presentarse, por qué el querer ser ninja y sus aspiraciones.

''Venga Eri, tu puedes.''

Caminó por el aula, y se sentó en una de las mesas que habían justo detrás de la mesa donde se había sentado Toyo, quedando justo en frente de él, así podría hablar sin estar dando la espalda a nadie.

-Bueno, está bien, mi nombre es Mizumi Eri, y mi sueño era convertirme en ninja... Para proteger a mis seres queridos.- Dijo, segura de lo que se había dicho a sí misma en un pasado, cuando decidió estudiar y entrenar para convertirse en lo que hoy era ella misma.

Luego calló, y el silencio reinó en la sala, ¿aspiraciones? Ella quería ser una buena ninja para proteger a los demás, para proteger a su villa, y si se diera el caso, perder su vida por ello. Pero, ¿aspiraciones? ¿Ser la mejor ninja médico debería ser una aspiración? Eri suspiró y mordió su labio inferior, confusa.

-No sabría muy bien decir cual son mis aspiraciones, simplemente... Quiero ser una buena ninja, para cumplir mi propósito.

Estaba satisfecha con su respuesta, quizás no era la que su sensei buscaba, pero era su respuesta. Esperaba que Yota tuviese sus ideas más claras, aunque viniendo de él, estaba segura. Yota para ella era un chico muy seguro de sí mismo, y sabía que todo lo que quisiese o desease lo lograría obtener, porque tenía iniciativa, estaba segura de que su compañero y ella lograrían crear un equipo imparable, aún siendo únicamente dos personas.

Miró a Toyo, él les ayudaría, y así Eri comenzó a ver el nacimiento de un nuevo y prometedor equipo entre esas cuatro pareces que componían el aula cuatro.

-¿Y tú, Yota-nii?

[Sasagani Yota]

En cuanto Eri se sentó de nuevo tras aquel pupitre hice lo propio poniéndome a su lado y ambos la escuchamos, aunque Toyo no parecía mostrar excesiva atención, pero entraba dentro de la actitud mostrada por el jonnin hasta el momento. En un primer momento me sorprendió lo dicho por la kunoichi. Sus ambiciones eran simples a la par que loables y supe que a su lado, si lográbamos mantener la buena relación que teníamos, lograríamos congeniar. Ella solo quería proteger a sus amigos, su familia, su gente querida. entrenaba y luchaba por ellos. Un gesto desinteresado pero que realmente aprecié.

-Bien, bien, creo que estaremos de acuerdo en que es una meta muy loable y estoy convencido de que si sigues mis pasos podrás cumplir tu objetivo. Tu turno, Yota-

Ahora me tocaba a mi. aclaré mi garganta bañada en pegajoso caramelo antes de abrir la boca.

-Seguro que lo consigues, Eri-chan- le dije a la peliazul al mismo tiempo que le mostraba una sonrisa y le levantaba el pulgar derecho. Entonces tomé aliento y empecé a hablar -Como ya sabéis, soy Sasagani Yota. El por qué me quise ser ninja es muy sencillo y la verdad es que no había mucho donde escoger. siempre he respetado a aquellos que luchan por defender a los suyos y a su tierra. Pero además, digamos que poseo un don que solo sería útil en la batalla. Mis padres fueron ninjas así que he crecido entre ninjas como quién dice. Por ello me gradué en la academia y aquí estoy- Entonces me detuve, recordé cual era mi principal ambición, recordé que era lo que me movía, lo que me hacia mejorar a diario. -Y realmente deseo encontrar a cierta persona. Necesito conocer a esa persona y encontrar respuestas. Obviamente, también deseo poder garantizar la supervivencia de mis amigos, familiares y en definitiva de todos aquellos por los que juré luchar.-[/color]

Quizás debí utilizar menos palabras pero creo que logré hacer entender cuales eran mis objetivos y de donde venía, para saber a donde iba. como siempre he dicho, es importante saber lo que somos, desde el principio, para entender lo que hacemos.

-Bueno ¿Qué tenemos aquí? Espero que no se trate de una venganza, ese tipo de cosas solo te llevan a perderlo todo. así que nada de venganzas, ¿Eh, Yotita?-

Negué con al cabeza, evidentemente. No me apetecía montar un numerito. Pero lo cierto es que, sin conocerlo, le guardaba cierto rencor a papá y el día que lo viese no iba a recibirlo con un abrazo precisamente.

-Bueno, no ha sido tan duro ¿Verdad, chicos? ahora ya sabemos un poco más el uno del otro. Es importante que sepamos de quién nos rodeamos. Por ello antes de salir, si tenéis alguna duda, curiosidad, pregunta hacia mi o hacia vuestro compañero, es el momento de hacerlo. Eso sí, sea cual sea la pregunta tendréis que responder con sinceridad-

Aquel juego aún no había acabado, claro que no. Era un momento ideal para saber más de mis compañeros, tanto de Toyo como de Eri, pero no se me ocurría que preguntar. La cabeza funcionaba demasiado deprisa, tanto que me era imposible procesar nada. Traté de calmarme, dando un par de lametazos al caramelo que reposaba en el interior de mis fauces hasta que di con una pregunta para la chica.

-Entonces haré yo la primera- dije, volteando mi rostro hacia el de la muchacha -¿Por qué haces tanto eso de morderte el labio?-

*Siempre he querido saberlo..*