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Otoño-Invierno de 221

Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.
#1
El hombre de ojos dorados caminaba entre dos cuerpos que debían de haber sido cadáveres. Uno de ellos tenía el vientre vendado y un brazo izquierdo articulado hecho de madera. ¿O de carne? No se sabía, era un material mezcla de una cosa y de la otra, y de ninguna en particular. El cuerpo del otro había estado recubierto de una sustancia negra muy poco recomendable de manipular. Quizás fuera lo que le había salvado la vida por unos instantes, instantes suficientes para que él pudiera sacarlo de allí y jugar con él también. Era el derecho el brazo que le había sutituído a él.

Allí estaban sus dos marionetas, perfectas, impolutas. Bueno, la del pelo blanco tenía un montón de quemaduras, pero aparte de un poco de dolor, estaría bien. Lo suficientemente bien para que él pudiera jugar con el destino.

Porque el destino era una marioneta muy difícil de manipular, y eso solo le excitaba más.

Kishishishi... —susurró una risa escalofriante, atronadora pero silenciosa, pero que calaba hasta los huesos y no se soltaba, pero sutil, pero amenazadora...

Debían estar muertos. Su jefe se iba a molestar, pero quién era su jefe sino una marioneta más, un hilo más del destino que tejer...

...además, ¿que harían aquellos dos ahora? Los hilos del destino pueden manejarse, pero los dejaría libres un rato. ¿Qué harían, qué harían? Esa era la parte más divertida de la historia.

Cuando Yoshimitsu y Blame despertaron, en un lugar muy lejano a donde habían estado antes, no había nadie.
[Imagen: MsR3sea.png]

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#2
Lo último que los orbes del albino captaron antes de desfallecer, no fue mas que a un demonio con colas realmente cabreado. No es que fuese algo inesperado, la verdad, pues el chico le provocó con aquello a lo que más temía. Aunque cabía la posibilidad de amedrentarle, dominarlo... también estaba la posibilidad que terminó cayendo en gracia del destino.

El equino se elevó sobre los cielos, y muy por encima de cualquier humano, tomó una ingente cantidad de chakra. Nada quedó a salvo. La vida del albino pasó por delante de sus ojos en apenas unos segundos, tras de ello solo oscuridad. Oscuridad y silencio.

Todo había terminado, o eso parecía, no había escapatoria. El fin del albino estaba ya escrito. Al menos le consolaba un hecho. No iba a ser el único en morir ese día... nadie había sido capaz de huir de semejante ataque. Que alivio, al menos unas cuantas muertes le acompañaban, aunque no fuera bajo sus manos. En la oscuridad, nada se hacía efímero. El tiempo parecía pasar mas lento que la propia muerte. En la cabeza del albino solo un pensamiento...

«¿Y esto es todo? ¿Oscuridad por siempre...?»

Sin embargo, el destino es muy caprichoso.

Una bocanada de aire, intensa cual primera respiración al nacer, llenó de aire nuevamente los pulmones del Senju. Sus ojos se abrieron a mas no poder, y casi se levantó de un golpe. Lejos de llegar a hacerlo, cayó de nuevo a peso de plomo sobre la arenosa superficie. Una pequeña nube de polvo se alzó, entre que el chico llevaba su zurda hacia el rostro.

Jo-der...— Se quejó inconsciente de que su diestra no había respondido.

Sus ojos se entrecerraron, el mismo dolor le abatía. Apenas podía mirar a su alrededor, el cuerpo le ardía como si hubiese escapado del mismísimo infierno. Hizo afán por mirar hacia su lado, intentar identificar la situación, pues no comprendía nada...

Al hacerlo, solo vio un paraje desolado. Una paisaje lejos de ser parecido a lo que antes había sido Kusagakure. De hecho, parecía sacado del país de la tierra. Que pinta mas rara tenía éste llamado infierno, o cielo... a saber donde se encontraba.

Se llevó la vista hacia el otro lado ahora, y allí pudo observar un cuerpo. Sin duda eran las ropas de Yoshimitsu, aquel chico que había de llamar compañero por un verdadero corto lapso de tiempo. Que curioso, no esperaba encontrárselo en su infierno personal. ¿Era su condena tener que lidiar con el por la eternidad?

De nuevo el dolor se hizo algo mas intenso, se llevó las manos de nuevo hacia el rostro, y de nuevo solo fue el izquierdo el brazo que respondió. En ésta ocasión, el albino no pudo obviar el detalle.

«¿¿Qué coño pasa aqui...!?»

Al mirar su brazo derecho, no observó nada raro salvo el que no respondía, aunque evidentemente algo podía andar bajo sus quemados ropajes. Con la zurda se levantó parte de la deshilachada capa de viaje negra, y halló con ello una sorpresa que realmente no le fue agradable. Su brazo estaba muy raro, casi no parecía suyo. No era cosa de heridas o algo similar, era la misma textura, el color... todo. Ese brazo no encajaba.

JODER! QUE COÑO ES ESTO!?— Vociferó a los cuatro vientos. —¿Qué clase de infierno es este en el que sufres mas que viviendo? ¡Ésto no tiene sentido! ¡ESTO NO TIENE SENTIDO!

Entre gritos, el albino se había terminado sentando, e intentado arrastrar algo mas lejos de Yoshimitsu. No cabía en su mente que en ésta eterna condena le tocase lidiar con ese chico, y ademas tuviese que cargar con un brazo inerte. Para él, estaba muerto, y en ésta condena estaba mil veces peor que en vida...
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#3

Perdonar la tardanza, pero es que los fines de semana, son una locura.

"Traidor dijo el traidor..." Se me pasó por mi fatigada cabeza, pocas ganas tenía de escuchar sandeces, aunque sus motivos tendría. Ya que iba a morir, quería saber el por qué, quería saber que habíamos hecho para merecernos esto, ¿A caso no hemos aprendido del pasado?. Saqué un poco de fuerzas y hablé lo más nítido que pude.

-Yo no soy ningún héroe, solo quiero preguntarle al que todo me ha arrebatado, al que ha de matarme...¿Porqué? ¿Que puede haber tan valioso?, como para cargar sobre tus hombros, la muerte de tanta gente inocente Solo quería morir en paz sabiendo la verdad. Tenía que entender que era tan importante para justificar la masacre de Kusagakure...

Sin embargo, ya nada importaba, cuando sentí como era atravesado por el arma de mi asesino. Pude hacer una comprobación, la última de mi vida "Pensaba que esto dolería horrores, pero solo siento frío, un frío muy familiar...y sueño..."

De repente, abrí los ojos una vez más, sin dolor y pesar alguno que me atenazara, solo sentía una cálida y reconfortante paz, y en el horizonte, un intensa luz que se imponía sobre la negra oscuridad. "Debe ser que estoy muerto, la última vez no llegué tan lejos..." Me dirigí hacía aquel faro, y conforme avanzaba, mejor me sentía. Al final pude ver una figura que me esperaba, justo en el origen de aquella luz...

-¿Abuelo? Dije con absoluta incredulidad

-Yoshi, ¿Que haces aquí? Respondió un poco molesto.

"¿Cómo que qué hago aquí...?" Me quedé en silencio tras aquella inesperada respuesta de mi abuelo, sobre todo al quedarme embriagado por aquella extraña aura dorada que le rodeaba, como si fuera algo místico.

- Abuelo...al final me mataron...Dije cabizbajo y abatido.

- Ja ja ja... Rió como era costumbre en él, algo que me dejó a cuadros. - Aún no ha llegado tu hora... ¡Debes volver!. Me propinó un fuerte empujón, haciendo que saltara antinaturalmente por los aires, y retrocediera vertiginosamente todo el camino que había hecho hasta aquí.

"A la tercera, va la vencida...¿No es así?"

Noté como caía inexorable hacía algo, era mi cuerpo, en ese mismo instante, noté como recobraba rápidamente el calor de los vivos. Abrí los ojos poco a poco, conforme recobraba plena consciencia. Reconocí la voz de Blame maldecir a los cuatro vientos, mientras me sentaba donde hace un rato yacía inerte.

Notaba que estaba entero, salvo algo raro, podía sentir como uno de mis brazos, mejor dicho, no sentir, estaba muerto, es decir, no tenía sensibilidad alguna, sin embargo se movía. Pero no me extrañó, ya todo me daba igual, me inspeccioné el brazo izquierdo con una pasmosa tranquilidad, con la misma tranquilidad de un desquiciado y reí levemente.

"¿Estoy vivo? Madre mía, cuánto trabajo por hacer..." Ya daba por sentado que el destino solo se dedicaba a escupirme en la cara, pero me di cuenta, que se aburre con facilidad y quería divertirse conmigo un poco más.

"Querido destino, estás de suerte, te vas a divertir como jamás lo habías hecho antes, pero tendrás que esperar un poco. Hay muchos preparativos que llevar a cabo"

Cuando Blame se giró hacía mí, me vería sentado tranquilamente, mirándole a los ojos. Podría notar un odio y una ira sin parangón. Le dije con inquietante calma. -Cuanto me alegro de verte Blame, ¿Estás bien?¿Estás preparado? tenemos trabajo por hacer. Le anuncié.
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#4
«Vaya infierno me ha caído... ¿quién coño va a aguantar a éste plasta por la eternidad? Vaya mierda de destino, prefería haber quedado vivo... y eso que vivo también le tenía a mi lado. Buf! Cuantas ganas de matarlo... ¿pero matar a alguien que está muerto... es posible? Qué dilema...»

El Senju seguía con sus pensamientos cuando Yoshimitsu pareció reaccionar. El chico también quedó perplejo con algo de su brazo, aunque a éste detalle el albino no le prestó demasiado interés. Por otro lado, ni el mismo Yoshimitsu pareció darle demasiada importancia. Sus ojos se clavaron en los del peliblanco, y anunció que aún quedaba mucho por hacer, así como que se alegraba de verlo.

En ese momento el chico de cabellera incolora cayó en el detalle. Yoshi sin duda hablaba de venganza, era evidente hacia qué. El mismo detalle daba una gran pista, si quería venganza, es que aún no habían muerto. Eran supervivientes, y al parecer de los únicos. Pero un detalle mas importante aún era dónde se encontraban, el sitio no parecía ni por asomo ser su tierra, aquél sitio no parecía tener nada que ver con el país del bosque.

Así que no estamos muertos...— Comentó a tono casi de susurro. —Vaya... y eso que creía que eras mi condena.

Con esas últimas palabras elevó un poco mas la voz, y bendijo la situación con su típica sonrisa. Era extraño, aún podía sentir escalofríos por el cuerpo, su vida había de haber llegado a su fin con ese ataque...

Alzó nuevamente la diestra, ayudado por su zurda. En ese instante observó con lujo de detalles su brazo. Bueno, "su brazo" por llamarlo de alguna manera, pues era un conjunto de madera y piel que apenas lograba a entender. El brazo era totalmente articulable, pero carecía por completo de piel humana, venas, o sangre. Al menos eso pudo deducir a simple vista.

¿Y ésto...? ¿Tu has tenido algo que ver?— Preguntó con descaro.

A su alrededor no había nadie mas, tan solo podía sospechar de él.

El ataque que recibí pudo arrasar con tranquilidad un cuarto de la aldea, evaporarla... aún no me explico cómo estoy vivo...
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#5
Al cobijo de las sombras, el perverso hombre de pelo cano y ojos dorados rió, rió tan espeluznantemente como pudo, y llevándose las manos a la cara como un perturbado ansioso de satisfacer sus placeres ocultos, dijo en voz alta, como si alguien pudiera oírle.

Es hora de probar si el experimento funciona...

Hizo un sello.


···

De pronto, Yoshimitsu y Blame recuperaron la sensibilidad en el brazo. Pero no era una sensibilidad agradable, sino una sensibilidad dolorosa. Un dolor horrible, y un impulso difícil de describir.

Tenían ganas de matar. De matarse el uno al otro. Unas ganas terribles, insoportables.

A Yoshimitsu le picaba la curiosidad, ¿quién le había puesto aquél demonio en forma de brazo, sería el que tenía enfrente? Eso sólo le daba más ganas de matarlo, de matarlo, el no saber, el no conocer, sólo le daba ganas de asesinar. Y le dolía, le dolía mucho.

Blame, sádico como era, disfrutaba con el dolor de Yoshimitsu, y eso sólo le hizo tener ganas de causarle más dolor. Pero no sólo eso, no, qué va... Dicho dolor, por extraño que le pareciera, le ORDENABA que lo salvase, que eliminase su sufrimiento mediante la muerte. La muerte, una salvación que había recibido toda su aldea. Sin duda Yoshimitsu sufriría por ello... Blame podía aguantar el dolor, pues era el encargado de limpiar la Tierra, pero a Yoshimitsu se lo podía ahorrar. Debía ahorrárselo.

Sin saber cómo, debían enzarzarse, y sólo uno quedaría vivo, y sólo entonces cesaría ese dolor, más psicológico que físico, y recibirían una oleada de satisfacción como nunca. Ahora mismo, el mundo giraba en torno a asesinarse el uno al otro.
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#6
Iba a responder a Blame, lo único conocido que me quedaba. Reconozco que antes me causaba pánico, pero ahora, de la noche a la mañana, se acababa de convertir a lo más parecido a un hermano. Ahora era mi familia por así decirlo...

"Ahora te entiendo por qué eres así...el que estaba equivocado era yo..."

Mientras hablaba, me estaba haciendo recordar todo lo sucedido, a causa de ello, mi cabeza comenzó a asimilar todo lo ocurrido, y sobre todo, a aceptar la realidad. "Que suerte tuvisteis...padre...madre...al morir en aquella rara misión..." Era muy duro aceptar que todo lo que habían arrebatado, todo...Kenzou-sama, abuelo...la aldea donde había crecido...mis amigos...mis maestros...mi casa que tanto costó mi abuelo conservar, cuando dejó de entrar los ingresos de mis padres...

Para colmo alguien rompió aquel momento complejo en el que estaba sumido con una risa oculta entre la sombras, seguramente el que nos trajo aquí y nos mutiló el brazo, eran las risas del mal personificado, un mal endémico que había que ser erradicado de la faz de la tierra de la forma más brutal y despiadada posible, de tal forma que aquellos que habían causado un dolor inhumano, fueran conscientes al morir del daño que habían ocasionado. Para que rueguen el perdón, y se arrepientan en la hora de su muerte.

Aquella risa, aquella puta risa fue punzante, vomitiva y aborrecible. Me di cuenta en el acto, que si seguíamos con vida era por el capricho de un monstruo carente de humanidad, que a pesar de haberse regocijado con nuestro inmenso dolor, aún no había saciado su sed de sadismo. Esa risa quebró algo dentro de mi cabeza, lo que me provocó una intensa y extraña mueca en mi rostro, que mi hizo girar con brusquedad el cuello, apretando con tanta fuerza la mandíbula, que cayó un pequeña hilera de sangre por la comisura de mis labios.

"No hay justicia para los malvados, todos deben morir, esa es la justicia que ellos imparten, y esa misma justicia es la que se merecen" Sonó una extraña voz gutural dentro de mi cabeza, parecía un demonio que al hablar estremecía todo mi ser. Algo que me hizo recobrar la cordura al instante a causa del sobresalto y, como era evidente, me provocó a lanzar la gran pregunta.

-¿Quién eres? Pregunté asustado, haciendo quizás, que se sintiera aludido el causante de aquella risa.

"Yo soy el que da las ordenes aquí, y te diré, que debes hacer""Pero...""¡¡¡CÁLLATE QUE TE CALLES!!!" Sentí un intenso dolor en la cabeza y le dejé hablar, cuando hablaba me aliviaba "Lo que vas a hacer, es buscar al tipo de la risa y lo vas a matar. Si, me has escuchado bien, lo ¡VAS a MATAR! Cuando lo hayas hecho, le clavas los dedos en el vientre y lo destripas, con ese resentimiento acumulado que tienes no te costara mucho, después lávate la cara con su sangre. ¿A caso no te has visto la cara?""No, ¿Que le pasa?"Pregunté internamente"Tienes unas ojeras horribles, un poco de sangre te sentara bien""Pero...yo...yo...no puedo matar a nadie...no debo...""Lo sé mi frágil y joven amigo. Lo haré yo por ti, será divertido"

Me incorporé de donde estaba sin ser yo propiamente dicho, ahora era aquel que me habló, era extraño, alguien ajeno a mí, manejaba mi cuerpo, quedando yo como un mero espectador atónito. -Que bien que se siente siendo... ¡LIBRE! Exclamó aquel, crujiéndose el cuello violentamente, con una voz y unos gestos violentos que lo diferenciaban perfectamente de Yoshimitsu.

Aquella risa cesó, y de repente habló, dijo algo de un experimento. Aquel que me dominaba oyó aquella voz, y fue en su busca sin demora.

-¿Estás preparado para MORIR? Tengo ganas de oír tus súplicas ¡PERRO! De oír como lloras, de oírte llamar a tu madre desconsoladamente.

Pero antes de que sucediera nada, PERRO ejecutó un sello, haciendo que ambos nos detuviéramos. Un dolor intenso brotó de mi brazo mutilado. Me dolía mucho, un dolor que solo podía ser obra de un enfermo, alguien que hace mucho tiempo había dejado de ser humano, lo único que le quedaba de humanidad era el semblante, pura carcasa.

-¡QUE DIVERTIDO PERRO! te has tomado tu TIEMPO ¿verdad? Tienes los huevos de un eunuco, eres ¡TAN COBARDE! que... ¿Has tenido que llegar hasta esto? De acuerdo, me lo cobrare con tu SANGRE, espero que la jugada te salga bien JI JI JI JI

"Ohhh...este brazo raro...es algo más...debo comprender...no puedo permitirme el lujo de ignorar algo así, debo saber que es antes de que me pueda traer problemas. Apostaría que el causante de esto, es Blame...o eso creo...Creo que ahora es más importante matarlo a él, y después a PERRO. ¿De acuerdo?" le hablé internamente a mi nuevo huésped. "Hmm...no veo inconveniente alguno. Donde muere uno, pueden morir dos...vayamos a por tu amigo primero"

Me giré hacía Blame sin ser yo, con mirada de un verdadero asesino, y ejecuté unos sellos. -DOTON, Doryūkatsu.

De repente, el suelo se abrió sobre los pies de Blame, si no hacía nada por evitarlo, provocaría que se desestabilizara y cayera irremediablemente al suelo.



Estado de "Mi otro yo"

• PV: 100
• CK: 128 -15 = 113

Objetos: Kunai x2


  • Técnicas empleadas
    ¤ Doton: Doryūkatsu
    ¤ Elemento Tierra: División del Flujo Terrestre
    - Tipo: Apoyo
    - Rango: B
    - Requisitos: Doton 15
    - Gastos: 15 CK (multiplicable x2)
    - Daños: (ver descripción)
    - Efectos adicionales: Separa dos fragmentos de suelo y los eleva, espejados, en un ángulo de 45º
    - Sellos: Liebre → Jabalí → Rata → Caballo → Tigre → Serpiente
    - Velocidad: Moderada
    - Alcance y dimensiones: La técnica hace efecto en un área de 5 metros cuadrados cualquiera, que esté a la vista del ejecutor y no se encuentre a más de 5 metros (aumenta con la multiplicación)
    Haciendo fluir chakra concentrado desde las palmas de sus manos hasta las vetas subterráneas de cualquier suelo, el usuario es capaz de dividir un terreno a su elección en dos, separando ambas partes y elevándolas por el lado donde se empezó a romper en un ángulo de 45º. Esta técnica permite destruir defensas enemigas, campamentos, e incluso puede utilizarse como vía de ataque, al desequilibrar al oponente, hacerlo caer en el espacio entre los dos cubos de tierra para luego sorprenderle... Puede ser utilizada para neutralizar técnicas enemigas dentro de la lógica.
  • Daño recibido

  • Daño causado

  • Explicaciones

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#7
A pesar de los delirios de loco de Yoshimitsu, Blame no escuchó ninguna risa, ni ninguna voz, porque el hombre que les controlaba estaba lejos, muy lejos.

La mente perturbada de Yoshimitsu, que acababa de perder a su abuelo, se lanzó de lleno hacia el precipicio de la locura, y no tardó mucho en convertirse en una bestia salvaje que atacaba sin cuidado ni precaución. Las estrategias eran desconocidas para su pequeño cerebro de animal perjudicado.

Por si fuera poco, el dolor de su brazo hizo que formulara mal los sellos, y fue el suelo bajo sus pies el que se abrió un poco y lo hizo tropezar, dejándolo a merced de un albino que cada vez tenía más ganas de matar.

El tipo se había ido... Rolead bien, por favor.

Yoshimitsu tiene 10 de Inteligencia al uso hasta que acabe el conflicto y 5 de Voluntad.
[Imagen: MsR3sea.png]

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#8
El albino tan solo tenía preguntas en la cabeza, preguntas a las que buscaba algún tipo de respuesta, preferiblemente cuerdas. Sin embargo, a sus preguntas tan solo las precedieron incontables acciones absurdas. Su compañero no hizo mas que preguntar quién era. ¿Qué clase de pregunta era esa? Si eran hasta compañeros de equipo, ¿acaso sufría de amnesia?

El silencio se hizo con todo. Incluso Yoshimitsu dejó de hablar, aunque en su cabeza mil cosas ocurrían. Un debate interno mortal, aunque de ésto era desconocedor el albino. Sus ojos se clavaban en los suyos, mientras que intentaba entender qué diantres le pasaba. De pronto, su brazo derecho tembló, volvió a la vida. Casi a la misma vez, una idea le iluminó.

«Dios... ¿cómo no he podido darme cuenta antes? Quizás nosotros dos somos los únicos supervivientes... ha perdido a todo lo que ama, o quería, o fingía querer... Quizás el impacto emocional ha sido demasiado, y el pobre está desbordado. Seguramente sufrirá como ninguno, pues tan solo le quedo yo a su lado... hay gente que dice que es incapaz de soportar ese peso... ¿Es eso lo que le pasa?»

El pinchazo en su brazo se hizo mas notorio, y casi a la misma vez, sus ganas de ayudar a su compañero aumentaban. Ésto no fue mas que el pico del iceberg, pues su compañero comentó que se sentía bien siendo "libre". Sin duda, había perdido la cabeza. No perdió tiempo, y comenzó a gritar a la nada. Amenazaba a un tal "perro". ¿Quién era perro? Diablos, sí que le había afectado ésta situación...

El albino quedó en silencio, arqueando una ceja ante la reacción de Yoshimitsu. Pese a que tenía unas irrevocables ganas de quitarle la vida, hizo lo que mejor sabía hacer, actuar con frialdad y esperar al momento oportuno. Su compañero se giró hacia él, entre tanto el albino se levantó de su posición sentada.

Yoshi... creo que...— Y nada pudo creer el chico.

Ante su sorpresa, Yoshimitsu se giró, y con un sello marcado entre manos, vociferó el nombre de una técnica. Para suerte, la acción no fue mas que el intento de ataque por parte de un demente, que terminó hiriéndose a sí mismo en vez de su objetivo. Claramente su objetivo había sido el albino, sus ojos no mentían. Eso sí, denotaban un brillo que jamás habría imaginado en los de una persona tan "pura y bondadosa".

«Lo siento Yoshimitsu por no haberme dado cuenta antes...»

Como alma que lleva el diablo, el peliblanco se acercó a Yoshimitsu, que había sido afectado por esa técnica de tierra. En su posición, estaba totalmente a su merced. Una suerte quizás para el Senju.

Con la zurda, agarró la cabeza del chico, la cual jalaría hacia detrás, alzando su mandíbula. Sus ojos se clavarían en los de su víctima, queriendo que fuese la cara de un conocido lo último que viese. De pronto, un destello daría crédito a su acción. Con su diestra había desenvainado su kodachi, que diestramente había tomado dirección hacia el gaznate de Yoshimitsu. Sin piedad, y de manera fugaz, le quitaría todo sufrimiento a su amigo.

Se acabó tu sufrimiento, hermano...— Inquirió con una lágrima surcando su mejilla.


Estado de Blame

—PV: 100
—CK: 128
—Objetos:
  • Bandana ninja [Cintura]
  • Portaobjetos básico (4/10) [Pierna derecha]
  • Kodachi (1) [Enfundada a la altura de los riñones]
  • Hilo shinobi (1) [Portaobjetos]
  • Shuriken (2) [Portaobjetos]
  • Bomba de humo (1) [Portaobjetos]
  • Mecanismo oculto de kunai (1) [Antebrazo derecho]
  • Kunai (1) [Mecanismo oculto de kunai]

* Ninguna AO *



  • Daño recibido: El ataque es a una zona crítica... supongo que muerte en caso de acertar.
  • Daño causado: --
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#9

Perdón, no leí bien. No volverá a suceder

Si seguía en mi estado actual, podrido de ira, iba a acabar muy mal. "Ya pasó Yoshi, cálmate...cálmate" Comencé a hiperventilar despacio para volver en mí, cada respiración me hacía sentir mucho mejor, hasta el punto que logré recobrar la cordura, aunque estaba abatido mentalmente.

Sin duda, acaba de asomar el lado más oscuro y ponzoñoso de mi alma. Aunque es cierto que me ayudó a sentirme mejor vociferar y maldecir, a diestro y siniestro, pero se me fue de las manos, no era propio de mí. Y me pasó factura, hasta el punto que mi percepción me jugó malas pasadas, llegando a sentir cosas que no eran, obra de mi imaginación. El estrés que sentía en estos momentos me había ganado la batalla.

Ahora que tenía plena consciencia, me asusté mucho, pues aún persistía aquella sed de conocimiento, debía matar a Blame para lograr entender el por qué. Y parecía que él quería llevar a cabo el mismo propósito. Ahora yacía en el suelo, y se abalanzó aprovechándose de mi actual situación. -¡No..., no..., no te acerques! Una situación que requería una acción rápida, o todo acabaría demasiado deprisa, y si quería realmente saber, debía sobrevivir aún estando terriblemente asustado, la única escapatoria era acabar con él de una buena vez.

Me agarró la mandíbula con su brazo sano sin vacilar, y con el otro, el sonido al desenvainar su acero me dejó claro que sería lo siguiente. La jugada estaba clara pero, tenía que dar la vuelta a la situación de inmediato. Con mi brazo sano, probé ejecutar una técnica sencilla, de un solo sello mantenido, el del perro, comencé a hundirme en el suelo gracias al Moguragakure no Jutsu. Sin embargo, eso no me iba a librar del inminente ataque mortal de Blame. Aunque se me ocurrió algo, con mi brazo artificial desvié en el momento clave, la trayectoria del filo, por lo que la mayoría del daño sería absorbido por aquel extraño brazo. A fin de cuentas, no tenía sensibilidad alguna en él, salvo en extrañas situaciones que me dolía horrores.

"Ahora saldré por detrás y lo apuñalaré con mis kunais..."

Cuando me introduje por completo en el subsuelo, di unas vueltas alrededor suya, y salí lo más silencioso que pude por detrás de él con los kunais por delante y le asesté un par de puñaladas, o todas las que pudiera.

-¡Muérete ya! Exclamé desesperado con la voz quebrada.

Estado de Yoshimitsu

• PV: 100 - 18 = 82
• CK: 113 - 26 = 87

Objetos: Kunai x2


  • Técnicas empleadas
    ¤ Doton: Moguragakure no Jutsu
    ¤ Elemento Tierra: Técnica del Escondite del Topo
    - Tipo: Apoyo
    - Rango: C
    - Requisitos: Doton 30
    - Gastos: 26 CK (divide regeneración del chakra)
    - Daños: -
    - Efectos adicionales: Permite el escondite y la total movilidad bajo tierra en un amplio radio
    - Sellos: Perro
    - Velocidad: Moderada
    - Alcance y dimensiones: El usuario puede moverse en un rango de 10 metros a la redonda.
    Esta técnica convierte la técnica en arena muy fina canalizando chakra a través de ella, permitiendo al usuario introducirse como un topo en el subsuelo, y moverse a través de él. El usuario puede saber exactamente donde se encuentra, él y sus adversarios, a pesar de encontrarse bajo tierra, mediante la medición de fuerzas magnéticas. El usuario puede salir por sorpresa de la tierra (aunque no a una velocidad muy elevada) para atacar a sus oponentes. También puede cavar de forma profunda para esconderse de sus enemigos y dar la sensación de que ha escapado del campo de batalla. Después de excavar o de surgir de la superficie, la tierra vuelve a su estado original, por lo que esta treta no deja rastros de las acciones del ejecutor.
  • Daño recibido
    Corte en el brazo -18 PV
  • Daño causado
    2 puñaladas con ambos kunais (-18 PV)x2 = -36 PV
  • Explicaciones
    Interpuse mi nuevo brazo artificial para recibir el daño mortal en él. He supuesto que me querías cortar la garganta, por lo que me he restado daño de corte de la Kodachi, a no ser que me digas lo contrario.
  • Estado alterado
    Inteligencia actual: 10
    Voluntad actual: 5
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#10
Cita:De pronto, Yoshimitsu y Blame recuperaron la sensibilidad en el brazo.

Yoshimitsu se equivocaba. Aquél brazo estaba compuesto de una mezcla de carne y madera muy peculiar, y ambos acababan de recuperar toda la sensibilidad. El beso del frío acero sobre su piel interrumpió la concentración que necesitaba para hundirse con una técnica para la que ni siquiera había mantenido el sello formulado durante su utilización. El dolor fue insoportable, y gritó en su sistema nervioso por encima del otro dolor que ya hacía mella en él.

El extraño brazo rezumó sangre como uno de verdad, y el cuchillo cortó como si cortase carne humana. Rozó hueso artificial, pero no lo cortó dado que Blame no había hecho casi fuerza.

Pero Yoshimitsu estaba vendido. Blame sólo tenía que apartar el cuchillo un instante y clavárselo en el gaznate.

Y antes de que lo hiciese, la orden de su subconsciente lo había hecho por él. Blame sintió una oleada de placer cuando hundió la punta de la Kodachi en la tráquea de Yoshimitsu y lo mató.
[Imagen: MsR3sea.png]

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#11
El fragor de la batalla no duró demasiado. La cálida sangre de Yoshimitsu bañó al albino cuando éste antepuso el brazo al corte. Frío como un glaciar, el peliblanco tan solo volcó su fuerza en girar la kodachi, y terminar atravesando el gaznate de su antiguo compañero de equipo. La sangre brotó en un acto mas rápido que sus propios reflejos, de hecho, no había sido del todo un gesto de él, algo le había impulsado a hacerlo de esa manera. Aunque tampoco le había desagradado.

Una sonrisa se dibujó en su rostro mientras la lágrima terminaba de recorrer la mejilla. Entre sangre, satisfacción, y lágrimas, el Senju contuvo por un instante el sepulcral silencio. La calidez de la sangre de Yoshimitsu le bañaba, y la satisfacción de haberle ayudado a ser libre le inundaba de una manera casi indescriptible. Sin duda, ese era su objetivo, liberar al resto de personas... algún día se lo agradecerían.

Y ahora... solo me quedé...

Sin embargo, su guerra no estaba perdida, ni mucho menos.

Con la misma fuerza que había hundido la espada en la traquea de su amigo, sacó el arma de su inerte cuerpo. La sangre ya no brotó, apenas le quedaría en el cuerpo, o simplemente su corazón ya no la bombeaba. Fuere como fuere, su cuerpo cayó a pies del Senju.

Con una mueca parecida a una sonrisa, el peliblanco blandió la espada en una estocada seca, buscando escurrir la sangre de su filo metálico. Tras limpiarla, la envainaría de nuevo. De nuevo miró a su ex-compañero, y se agachó hasta su altura. Decidido, cerró sus ojos con sus dedos.

Algún día me lo agradecerás...— Le confesó mientras se ponía en pié. —Si es que de verdad existe un cielo... aunque es probable que yo vaya al otro lado... es mi condena para poder salvaros de ésta vida de sufrimiento...

Se echó un vistazo. Sus ropas estaban tan rojizas como el delantal de un cocinero italiano. Sin duda, entre una cosa y otra, no era para nada buena idea acercarse a una gran urbe por el momento. Tenía que pensar, meditar sobre el futuro... y deshacerse de algo que le arrastraba a un infierno de incógnitas...

«Fue todo un placer... pero ya dejaste de ser útil...»

Con parsimonia, el albino se quitó la banda metálica que adornaba su cintura, aquello que lo calificaba como genin de una aldea arrasada. Sin embargo, no se deshizo por completo de ella, tan solo la guardó en su capa de viaje tan derruida y deteriorada por las quemaduras.

Sin más, dejó atrás a Yoshimitsu. Comenzó a andar, sin un rumbo fijo, intentando de aclarar las ideas.
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#12
Tras aquel dolor intenso que sentí en mi brazo ya poco pude hacer, ese brazo que creí que podría usar para esquivar aquel golpe mortal, pero mi cabeza me jugó una mala pasada, pues únicamente retrasé lo inevitable unos segundos. El resultado fue el mismo...

"Se acabó...al fin...ahora ya nada me impedirá descansar, descansar por siempre". Ya no me invadía la necesidad de saber y conocer, las ganas de matar a Blame se desvanecieron junto con mi vida, me quedaba poco tiempo. Ahora si que sentí la llamada, el abrazo de la muerte que era inevitable. Delirando, volví a ver a mi abuelo que estaba justo a mi lado. Ya no reía, simplemente me tendía la mano con rostro benevolente.

"-Nos tenemos que ir"

"-Yo quería...quería ser un gran shinobi..."

"-...vamos"

Pero antes de abandonar este mundo, tenía que mostrarle a Blame quién fue el causante de la destrucción de nuestra aldea, debía cederle el testigo, el testigo de la venganza. Con las pocas fuerzas que me quedaban, sostuve con mi brazo intacto su negra túnica y ensangrentada para conducir su mirada hacía el suelo, para que se fijara en algo que le tenía que mostrar, con mi otro brazo, mojé la yema de mis dedos en mi propia sangre, omitiendo el dedo pulgar. Y dibujé cuatro líneas verticales del mismo tamaño. Tras un leve quejido que salió de mi traquea destrozada, acompañado de la poca sangre que me quedaba, morí, dejando caer con brusquedad el brazo que sostenía la túnica de Blame.

"-Ya está...nos podemos marchar"
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#13
El chico creía que todo había terminado, pero Yoshimitsu no se rindió por completo. Al caer al suelo, con sus últimas fuerzas, trazó con su propia sangre un dibujo sobre la arenisca superficie. El joven reseñó 4 lineas con su último aliento, tras ello desfalleció. Sus ojos perdieron su luz, y su corazón no volvió a latir.

En un principio el albino no le encontró sentido alguno al dibujo. Eran simplemente cuatro líneas, podían significar cualquier cosa. Lo primero que se le vino a la mente fueron las colas del bijuu que los había atacado... pero no. No eran cuatro, si no cinco las colas de ese comehombres cornudo. Sin pensarlo siquiera, se llevó la mano hacia la mejilla, y quedó pensativo por un instante. Sin embargo, no tardó mucho en reconocer el símbolo al ladear la cabeza.

«Así que fue amegakure...»

Sin mas, el Senju borró con el pie las marcas de su difunto compañero. No quería que nadie mas viese ese mensaje.

No puedo prometerte una venganza, amigo...— Inquirió a Yoshimitsu mientras se agachaba. —Los mataré por piedad, no por venganza...

Tras ello, cerró los ojos de Yoshimitsu con sumo cuidado. Se lazó, y se quitó su banda de metal que lo identificaba como shinobi de Kusagakure. No sabía hasta que punto podía ser peligrosa esa banda metálica en ese momento, así que era mejor prevenir que lamentar.

Sin más, dejó atrás a Yoshimitsu. Comenzó a andar, sin un rumbo fijo, intentando de aclarar las ideas.
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