A sus órdenes

[Riko]

—Es difícil, pero está bien, estás en tu derecho. ¿Qué sabes del Examen? Así podré saber por donde tirar.

Riko imitó a la pelirroja y le dio un mordisco al helado, aunque él no se inmutó al hacerlo, o al menos no dejó que se notara que le había congelado el cerebro.

—Pues veamos... — Dijo haciendo memoria. —Que una chica de Amegakure se volvió loca y que dos shinobi de Uzu tuvieron que detenerla, pero los de Ame se pensaron que querían secuestrarla, por lo que se lió un poco y luego los de Kusagakure atacaron sin ton ni son a los nuestros.

Riko se quedó un poco pensativo, tratando de recordar si se dejaba algo sin contar, por si era importante.

—Y hasta ahí sé.

[Uzumaki Eri]

Riko conocía la historia por encima, bien, algo por lo que empezar. Tomó aire y sopesó qué podía decir mientras volvía a tomar un pedazo de polo, esta vez humedeciéndolo antes con sus labios para después pegarle un suave mordisco, evitando así estremecerse de nuevo.

—Y hasta ahí sé.

—Bien... —musitó, pensativa—. Uchiha Datsue no es que sea alguien que pase desapercibido, ¿sabes? Imagino que lo conoces, todos en Uzushiogakure lo conocen, aunque algunos lo odien por lo que tiene... —perdió su mirada en la arena del patio, pero continuó—. El final del examen era demostrar tus habilidades, así que Datsue tuvo que pelear contra una muchacha de Amegakure, que, por desgracia, era una jinchuuriki.

Se le hizo un pequeño nudo en la garganta al hablar de Ayame, ¿por qué todo había salido tan mal?

—Datsue provocó a la chica por muchos motivos, pero eso no viene al tema —eludió jovialmente la muchacha—. Ella se descontroló, lanzando una especie de bola gigante de chakra que Datsue logró parar... Y —suspiró—. Me lancé para ayudar, justo después de otro chico de Amegakure, el novio de la chica, para que me entiendas.

>>Ambos queríamos ayudarla, así que yo, con una técnica de sellado, quería bloquearle el sello que mantenía a raya a aquella bestia, fue en ese entonces cuando Uchiha Akame se lanzó para teletransportarnos a todos lejos de allí: los dos participantes de Ame, Akame y yo.

Se relamió los labios para pegar otro bocado a su helado, recuperando saliva en el proceso.

—Mi técnica resultó un éxito, dejando a la jinchuuriki inconsciente. Akame (que por ese entonces era jounin y yo una simple genin) me ordenó que esposase al otro chico, cosa que acepté y de la que no me siento orgullosa, siento admitirlo —murmuró, subiendo la mirada al cielo—. Volvimos a la villa, y me separé de ellos para atender a la evacuación del Estadio y a ayudar a mis compañeros, a partir de ahí no sé qué más ocurrió.

[Riko]

Riko, de nuevo, escuchó con toda su atención a Eri, con ganas de conocer aquella historia que, al parecer, tanto daño había hecho a la estabilidad mundial. Le habló de varias personas, Datsue, Akame, no conocía a ninguno, incluso mencionó que la chica de Ame era una jinchuuriki.

Al parecer todo aquello había sido un malentendido o, quizás no pero el único que quiso secuestrar a los de Ame fue el tal Akame, por lo que todo aquello solo dejaba en claro que cada uno veía lo que quería ver.

—Pueeeees... No, no conozco a ese tal Uchiha Datsue, la verdad, ¿debería? — Riko repasó mentalmente toda la historia. —Hay un par de cosas que no sé, ¿qué es un jinchuuriki? ¿Por qué Akame te ordeno esposar al chico de Ame? ¿Quién es Akame?

Sabía que aquello podía parecer un interrogatorio, pero acababa de llegar allí y no conocía a nadie y no sabía mucho del mundo de los shinobi, por lo que tenía que preguntar.

—Es decir, que te ascendieron por controlar a la chica de Ame, ¿verdad? Más o menos, salvaste la situación, ¿no?

[Uzumaki Eri]

—Pueeeees... No, no conozco a ese tal Uchiha Datsue, la verdad, ¿debería? Hay un par de cosas que no sé, ¿qué es un jinchuuriki? ¿Por qué Akame te ordeno esposar al chico de Ame? ¿Quién es Akame?

Demasiadas preguntas. Eso fue lo que pasó por la mente de Eri que ya de por sí se encontraba enborronada por el hielo. Volvió a morder el polo para dar con la barra de madera que se encontraba dentro: solo le quedaba la mitad.

—Ya conocerás a Uchiha Datsue, de eso no te preocupes —murmuró, con algo de pesar—. Un jinchuuriki es aquella persona que mantiene encerrada una bestia de cola en su interior, eso sí que sale en nuestros libros de historia —contestó—. Akame-san es un jounin de nuestra villa, y al ser superior tuve que hacer caso a lo que decía, pero ahora eso ha cambiado.

Mordió de nuevo el polo.

—Es decir, que te ascendieron por controlar a la chica de Ame, ¿verdad? Más o menos, salvaste la situación, ¿no?

—Podría decirse que sí.

[Riko]

—Ya conocerás a Uchiha Datsue, de eso no te preocupes

El genin notó cierto tono de pesar en las palabras de su sensei, sin saber muy bien por qué, quizás aquel chico era alguien problemático a quien no debería acercarse demasiado.

—. Un jinchuuriki es aquella persona que mantiene encerrada una bestia de cola en su interior, eso sí que sale en nuestros libros de historia. Akame-san es un jounin de nuestra villa, y al ser superior tuve que hacer caso a lo que decía, pero ahora eso ha cambiado.

Y de repente una lucecita se encendió en su cabeza, había leído sobre aquello en algún libro en la Academia, pero no prestaba demasiada atención, por lo que no recordaba demasiado, lo que sí sabía era que las bestias con cola eran monstruos muy peligrosos. Y con respecto a lo de Akame...

—Y... ¿cómo habría actuado usted de haber sido ya jounin, Eri-sensei?

Le interesaba mucho conocer los ideales de su sensei y su forma de actuar en situaciones de presión.

—Podría decirse que sí.

Riko asintió.

—Normal que decidieran ascenderla, podría haber ocurrido mucho más de no haber controlado a la chica de Ame. — Lo dijo en un tono neutro, pero sin duda, era un elogio hacia la pelirroja.

[Uzumaki Eri]

—Y... ¿cómo habría actuado usted de haber sido ya jounin, Eri-sensei?

—Sinceramente, hablar con el otro amejin, creo que si hubiéramos llegado a un acuerdo, todo hubiera salido mejor y el pacto... No se hubiera desestabilizado.

Soltó un suspiro, al haber atentado contra el pacto sin duda tenían más problemas que antes.

—Normal que decidieran ascenderla, podría haber ocurrido mucho más de no haber controlado a la chica de Ame.

—Gracias, Riko, eres muy amable —agradeció la kunoichi con una sonrisa, revolviéndole ligeramente el cabello—. Creo que por hoy ya podemos concluir nuestra pequeña reunión, ¿no crees? No te preocupes, volveremos a vernos pronto, y el helado corre de mi cuenta.

Se levantó mientras buscaba la papelera más cercana para tirar el palo del helado, no había tocado premio.

—¿Te parece bien dentro de un mes? Así veo cuanto has progresado, yo te avisaré.

[Riko]

—Sinceramente, hablar con el otro amejin, creo que si hubiéramos llegado a un acuerdo, todo hubiera salido mejor y el pacto... No se hubiera desestabilizado.

Asintió complacido, era la respuesta que esperaba pues era lo que él mismo hubiera hecho, aunque realmente no sabía si hubiera sido la mejor idea, pero por el simple hecho de no desestabilizar el pacto, como bien había dicho Eri, hubiera merecido la pena intentarlo.

—Gracias, Riko, eres muy amable. Creo que por hoy ya podemos concluir nuestra pequeña reunión, ¿no crees? No te preocupes, volveremos a vernos pronto, y el helado corre de mi cuenta.

El pelinegro se levantó a la vez que su sensei, apurando su helado antes de tirarlo a la papelera, olvidando mirar si tenía premio o no.

—¿Te parece bien dentro de un mes? Así veo cuanto has progresado, yo te avisaré.

Riko asintió.

—Me parece perfecto, Eri-sensei. Estaré esperando que me avise. — Confirmó el genin. —Espero estar a la altura, ha sido un placer, sensei.

Y tras esto realizaría una leve reverencia en muestra de respeto.

[Uzumaki Eri]

—Me parece perfecto, Eri-sensei. Estaré esperando que me avise. Espero estar a la altura, ha sido un placer, sensei.

—El placer ha sido todo mío, Riko —le devolvió la reverencia con una leve inclinación de cabeza—. Y como los sensei somos algo misteriosos, me iré saltando en vez de andando como una persona normal, así que hasta otra.

Con el sello del carnero, la joven desapareció del lugar para aparecer en un tejado próximo, comenzando a alejarse en la lejanía.