Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.
«Maldito Uchiha... Le odio con toda mi alma... ¡¿Y por qué Juro-san estaba con él?!»
«No se preocupe más por ello y olvídeles. No volverá a verles.» Respondió Kokuō en su fuero interno.
Pero, lejos de tranquilizarle esa idea (por extraño que resultara), sólo consiguió angustiarla aún más. Porque el que no fuera a verlos nunca más, también quería decir que no volvería a ver a Daruu-kun, ni a su familia, ni a sus amigos, ni a su hogar...
«Kokuō... ¿Dónde estás yendo?»
La pregunta sonó tan resignada como la de un reo condenado a morir, sin la mínima esperanza de recibir un indulto de última hora.
«Lejos. Donde no puedan encontrarnos» —respondió el Bijū al cabo de varios segundos.
Y Ayame no volvió a hablar más.
Kokuō seguía su viaje hacia el este sin detenerse, saltando de rama en rama, procurando dejar tras de sí los mínimos rastros posibles. Comenzaba a apretar el paso, y sus saltos se volvieron más rápidos, aunque seguía midiéndolos al milímetro para no terminar cayendo al suelo. Enseguida alcanzó su máxima velocidad.
Datsue pareció querer aclararle algo antes de continuar.
—Oye, sabes que todo lo que dije de ayudar a Kokuō era mentira, ¿no? Solo quería ganarme su confianza e intentar conseguir un método de rastreo mucho más efectivo. Qué imbécil. Con lo mucho que conozco a Shukaku, tuve que verlo venir.
— Claro — dijo Juro, aunque en el fondo lo había dudado —. Admito que al principio me lo trague completamente, pero sé que no eres tan cruel. Nadie en todo el mundo puede ser tan cruel como para hacer algo así.
Aun así, las palabras del bijuu surcaban su mente. "No confíes en una palabra de lo que te diga el Uchiha".
« Dijo la criatura que desearía que estuvieras encerrado en el interior de un bijuu » — le contestó una voz en su interior, con sorna. De hecho, ¿Y si era una estrategía para desestabilizarlo? Para que no confiase en él. Así serían más fáciles de atrapar, divididos y enfurecidos.
Sin embargo, lo que se temía, acabó pasando.
—Menudos cabrones sois, ¿no?. Haciéndoos los indignados en el Chūnin y resulta que desde el principio vosotros teníais a un bijū en secreto.
Juro se mordió el labio.
— No espero que entiendas mi posición así de buenas... — « De hecho, yo mismo tampoco la entiendo del todo » — Pero el Morikage me prometió que no habría guerras, ni luchas con este poder. Solo una forma de equilibrar la balanza, ¿entiendes? Si Kusagakure hubiese continuado así, la diferencia de poder habría sido... reveladora.
» Para equilibrar la balanza hay que revelar el peso, dirás. Pues si, estoy de acuerdo — dijo Juro, adelantandose a sus palabras —. Pero... respecto a eso, creo que lo del examen sucedió de improvisto, y con los tiempos así... supongo que mi Kage decidió no hacerlo público. Nunca pude consultarlo con él.
El marionetista se aclaró la garganta. ¿Qué diablos le decía? ¡Si él mismo no lo entendía!
— Quería decirte que Kusagakure no planeaba atacar a nadie ni romper el pacto. Mi deber era proteger. Solo eso.
Datsue el Cagón asintió, agradecido, cuando Juro aseguró creerle. Saber, en el fondo, que Datsue no era tan cruel y retorcido como había fingido ser frente a Kokuō. Últimamente, no sabía por qué, tenía ciertos problemas para que la gente le creyese. Lo ponían todo en duda. Lo analizaban todo al milímetro. ¿Qué solía mentir? Por supuesto. Pero, ¿quién era libre de defectos?
Los propios kusajines, mismamente, habían ocultado que tenían a un bijū. Datsue no tardó en recriminárselo a Juro, quien a su vez tardó menos que un kusajin en su primer polvo en poner excusas. Que era por equilibrar el poder. Que lo del examen había sucedido de improvisto y que su Morikage no encontró el hueco, o quizá el momento apropiado para revelarlo. «Claro, claro. No tuvo tiempo. Solo estuvieron una semana reunidos con las otras dos aldeas durante el examen teórico. Más otros seis días hasta el práctico. Y luego… ¿otra semana hasta el combate donde estalló todo? Bah, redondeemos por lo bajo. Unos veinte días, siendo generosos. Jooodeeer. Si es que no encontraron el momento, claro. Qué desconfiado eres, Datsue. Si es que es completamente normal. Esto te pasa por pensar mal de la gente. Sí…»
«¡¡¡Anda y mis huevos!!!»
—Mira… —«Cuenta hasta tres, Datsue. Cuenta hasta tres»—. Miiiraaaa… Mira. —Respiró hondo por segunda vez y se serenó—. Mejor dejémoslo estar, ¿vale? Tenemos cosas más importantes de las que preocuparnos. Como ocho Generales siguiendo nuestros pasos. Joder, ahora el sello que te puse es más importante que nunca. Lo sabes, ¿verdad?
• • •
Datsue el Intrépido frunció el ceño. «Oh, no…» Kokuō aceleraba su paso. Pronto tuvo que correr a lo máximo que le daban las piernas para no perder su estela. Pronto vio que ni siquiera eso era suficiente. Ayame era rápida. Muy rápida. Lo había constatado en el torneo y lo volvía a hacer ahora. Normalmente, un velocista no contaba con demasiado aguante; así como un corredor de fondo no tenía un esprint a destacar. Era de lógica, pura física. «Pero de nada me sirve durar más si pierdo su rastro…» Y ni siquiera había comprobado en qué maldita dirección estaba yendo.
No había tiempo para lamentarse, ni para experimentos con pájaros —lo cual era una jodida lástima—, ni para darle más kilómetros de distancia a su yo cagón. Tenía que actuar y tenía que hacerlo ya.
Saltó a la siguiente rama, y luego a una seta que nacía de un tronco. Subiendo en el proceso, poniéndose a la misma altura que Kokuō. Dicho de este modo, parece que lo hiciese de forma lenta. Nada más lejos de la realidad. Para empezar, Datsue no saltaba; sino que bailaba. Una danza que fluía al ritmo frenético de su shamisen. Apoyaba el pie lo justo y necesario para impulsarse de nuevo; se metía en ese único hueco posible en la maleza como la punta de una flecha; giraba entonces su cuerpo en el aire para pasar entre dos gruesas ramas, y, seguidamente, se impulsaba con el cuerpo cabeza abajo en un hongo que colgaba desde arriba.
Sí, quizá fuese una tortuga en comparación con Ayame en terreno llano. Pero aquello era una carrera con obstáculos. Inteligencia, labia… A Datsue le habían halagado no pocas veces en los últimos años. Pero todos fallaban en creer saber su verdadera fortaleza, y esa no era otra que la de tener sangre de acróbata.
«Más… ¡Más…!» Sí, era hora de hacer honor a su apodo. Cuando aterrizó en la siguiente rama formó el sello de clonación. Otro Datsue —cuyo sobrenombre es todavía temprano para revelar— surgió a su lado, y ambos saltaron al mismo tiempo hasta la siguiente rama. El Datsue recién creado, formando sellos. Datsue el Intrépido, llevándose el mango de un kunai a la boca y aterrizando con suavidad sobre la madera para seguidamente impulsarse en la mano que le ofrecía su clon.
El Fūton: Reppūshō le impulsó por diez metros a una velocidad vertiginosa. Sus manos, a su vez, replicaban los mismos sellos. Su Sharingan fijó objetivo. Su diestra tomó el kunai de la boca. Su zurda mostró la palma hacia adelante para ejecutar el Fūton: Reppūshō.
Y el acero salió disparado como una bala directo a la espalda, no de Ayame, sino de Kokuō. Una sutil y a la vez enorme diferencia.
—¡¡¡Kokuō!!! —gritaría, cuando Kokuō hubiese recibido el impacto o lo hubiese esquivado de alguna forma—. ¡Shukaku tiene una pregunta que hacerte!
«¡JAAAJIAJIAJIA! ¡Vas a morir, Datsue! ¡VAS A MORIR! ¡VAS A MORIR!»
• • •
Datsue el Cagón detuvo la carrera de pronto. Acababa de sentir una repentina bajada de chakra. Su Kage Bunshin acababa de crear otro clon, y eso solo podía significar una cosa.
—Oh, mierda… —Nunca una frase había descrito tan bien la emoción que le embargaba—. ¡Estamos jodidos, Juro! ¡Pero que bien jodidos! —Arrancó a correr al darse cuenta que acababa de cometer la estupidez de pararse—. Joder, ¡pero es que no puedes correr más rápido! —chilló, al esprintar—. Me cago en la puta, Juro, ¡que estamos jodidos te digo!
¤ Fūton: Reppūshō ¤ Elemento Viento: Palma del Vendaval - Tipo: Ofensivo - Rango: C - Requisitos: Fūton 25 - Gastos: 15 CK (multiplicable x2) - Daños: 25 PV - Efectos adicionales: - - Sellos: Serpiente → Carnero → Jabalí → Caballo → Pájaro → Palmada - Velocidad: Muy rápida - Alcance y dimensiones: Cuerpo a cuerpo
Tras realizar los sellos necesarios, el usuario da una palmada y comprime chakra de viento a su alrededor, creando un poderoso vendaval con la suficiente potencia como para derribar a un oponente.
Esta técnica puede utilizarse con una o dos manos y tiene diversas funciones: entre ellas dañar a un oponente a cortas distancias, usarlas sobre armas pequeñas arrojadizas para aumentar su velocidad hasta el triple durante 10 metros o incluso utilizarse sobre otras personas para impulsarlas en el aire a gran velocidad durante la misma distancia.
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado
Grupo 0: Datsue y Uchiha Raito, (Bienvenida, 221), Poder 100 e Inteligencia 80
Grupo 1: Datsue y Reiji, (Ascua, 220), Poder 80 e Inteligencia 80
Grupo 2: Datsue y Aiko, (Entretiempo, 220), Poder 100 e Inteligencia 80
Grupo 5: Datsue y Uzumaki Kaia, (Bienvenida, 221), Poder 100 e Inteligencia 80
18/11/2018, 12:41 (Última modificación: 18/11/2018, 15:37 por Aotsuki Ayame. Editado 1 vez en total.)
Kokuō seguía desplazándose. Hacia el este. Siempre hacia el este. Su intención viajando en las alturas, entre las ramas y sorteando los múltiples sombreros de los hongos que le salían al camino, era precisamente dejar los mínimos rastros posibles por si alguien decidía ponerse a buscarla. Algo que, a ciencia cierta, sabía que acabaría ocurriendo tarde o temprano. Lo que no había esperado es que fuera más temprano que tarde.
«¡¡Kokuō!!»
El Bijū asintió para sí. Lo había escuchado alto claro. En el silencio del bosque, donde el único sonido que debería acompañarte para sentirte seguro debería ser el de tus propios pasos y el de los pajarillos o algún animal pequeño moviéndose entre la hojarasca, una repentina explosión de viento era como el escopetazo de un cazador en mitad de un claro.
Pero Kokuō no era ningún cervatillo desvalido.
El kunai se clavó en su espalda, atravesando tela y carne, y la Bestia arqueó el cuerpo hacia delante en respuesta a la inercia del movimiento. Esta inercia la llevo a precipitarse, sus pies perdieron contacto con la rama que la sostenía...
Y tras un breve estallido de humo, su cuerpo se transformó en un tocón de madera carcomida por la humedad del bosque.
«¿Pero qué demonios...?»
—¡¡¡Kokuō!!! —bramó la voz de Datsue—. ¡Shukaku tiene una pregunta que hacerte!
«Por supuesto, y yo soy el mismísimo Kurama.» Pensó Kokuō, llena de sarcasmo.
Si el Uchiha pensaba que se iba a quedar allí para escucharle, estaba loco de remate. Pues nada más apoyar los pies en el suelo en su nueva posición, de nuevo unos quince metros más abajo en suelo firme y oculta entre los matorrales detrás de un tronco, su mano izquierda estalló algo contra el suelo y una densa nube de humo cubrió su posición.
El ataque con el kunai era bastante para confirmar que aquellas palabras no eran más que una vil patraña. Que sus intenciones no eran para nada pacíficas. Que Uchiha Datsue no sólo se había atrevido a volver a ella, sino que además se había atrevido a tomar la lanza del cazador.
Y que pretendía capturarla de nuevo.
«NO PIENSO VOLVER A DEJARME CAPTURAR POR UN VIL HUMANO.»
¤ Kawarimi no Jutsu ¤ Técnica del Reemplazo de Cuerpos - Tipo: Apoyo - Rango: E - Requisitos: Ninjutsu 25 - Gastos:
11 CK
30 CK (reemplazo por un clon o adversario)
- Daños: - - Efectos adicionales:
Cada uso restará 10 puntos de aguante durante los próximos 5 turnos
(Ninjutsu 60) El usuario puede añadir un sólo sello adhesivo al reemplazo, o dejar clavada un arma con un sólo objeto atado con un hilo (una vez por combate)
(Ninjutsu 80), (Destreza 60), (Fuerza 60) El usuario es capaz de reemplazarse por uno de sus clones (una vez por combate)
(Ninjutsu 100), (Destreza 60), (Fuerza 60) Si el usuario tiene más de 40 puntos en Fuerza que el oponente, puede utilizarlo (o a un clon de éste) como reemplazo (una vez por combate)
- Sellos:
Carnero → Jabalí → Buey → Perro → Serpiente
(Ninjutsu 60) Carnero
(Ninjutsu 80) Carnero (una mano)
- Velocidad: Instantánea
Con esta técnica, el usuario reemplaza su propio cuerpo con cualquier otro objeto del área, generalmente con un bloque de madera o una roca, en el momento en el que un ataque da en el objetivo. Esto crea una conveniente ilusión óptica, pues hace pensar al enemigo que el ataque ha sido todo un éxito. Entonces, el usuario puede utilizar la pérdida de atención del enemigo para atacarle desde otro punto (no es posible aparecer a sus espaldas, pues te reemplazas por un objeto del campo de batalla que puede estar en cualquier sitio) o huir del campo de batalla. Es un Ninjutsu básico que se enseña en la mayoría de las academias ninja, pero muy pocos novatos salen de la academia sabiendo usarlo perfectamente. Pocos ninjas llegan a dominarla todavía mejor, pero los que lo hacen son capaces de utilizar esta técnica como una ofensiva inesperada.
Datsue el Intrépido chasqueó la lengua con rabia al ver que su kunai había dado en un tronco. «Putos Kawarimis…». Su Sharingan buscó con avidez la antorcha humana que era Kokuō, y, al no encontrarla en un primer vistazo, se precipitó hacia la rama donde había estado. Una simple ojeada le bastó para saber si no le había dejado alguna especie de regalito en forma de sello explosivo, y entonces apoyó un pie sobre el tronco para arrancar de cuajo el kunai y recuperarlo.
—¿¿¡¡Sabes qué quería preguntar!!?? —rugió. La mejor forma de hacer salir a alguien era provocándole—. ¿¿¡¡Qué desde cuando te has vuelto tan débil como para que un simple mortal absorba tu bijūdama en un puto ojo!!?? ¡¡¡¿¿¿NO TE DA VERGÜENZA???!!!
«Esa te gustó, ¿eh hijoputa?» Saltó hasta la siguiente rama y buscó con más ahínco, a un lado y a otro. Arriba y abajo. ¿Dónde coño se habría metido?
Mientras tanto, el otro Datsue, tras impulsar a Datsue el Intrépido, se había ocultado tras el tronco. Había descendido por este hasta tocar el suelo, y había corrido escondido bajo las matorrales para colocarse a la espalda de Kokuō. Un movimiento de pinza. La táctica envolvente. Un sándwich. Había mil y un nombres que definían aquella simple pero efectiva estrategia.
Cuál sería su sorpresa cuando, al haber recorrido ya un buen trecho, distinguió una cortina de humo al pie de un gran árbol. Con mucho cuidado de no hacer ruido, rodeó el tronco y asomó la cabeza para ver qué descubría.
CK TOTAL
219/310
–
+3
–
+3
–
+6
–
Datsue el Intrépido: CK:
73/73
–
regen. dividida
– *Sharingan activado*
Datsue Sin Apodo CK:
73/73
–
1 AO revelada: El segundo clon bajaba escondido y trataba de colocarse a espaldas de Ayame
Mientras Datsue el Intrépido vociferaba desde las alturas, la réplica de Datsue fue la que vio la cortina de humo. Seis metros de humo oscuro como el tizón, su interior inaccesible incluso para sus ojos, incapaces de ver más allá de las partículas de polvo que envolvían su contenido. Se acerco, cauto y silencioso como una serpiente para ver qué descubría.
Y al cabo de varios largos segundos, cuando la humareda comenzó a disiparse, descubrió...
Nada.
Absoluta y llanamente nada. Kokuō no estaba allí. Ni Ayame. Ni ninguna figura. No había huellas. No había absolutamente nada. Sólo la hierba, el tronco y la vegetación. Se había esfumado sin más.
Vergüenza sería la que sentiría el Uchiha cuando se diera cuenta de que su presa se le había escapado de entre los dedos.
Sunshin no Jutsu utilizado desde dentro de la nube de humo para escapar del lugar.
. . .
Resollaba. Los pulmones le ardían. Las piernas le daban tirones constantemente. Llevaba poco tiempo en aquel cuerpo, pero Kokuō había estado viviendo en él quince largos años y lo conocía a la perfección. Ella podía tener una gran cantidad de chakra, pero era consciente de que el cuerpo de Ayame era el de un velocista, pero de sprint. Como un guepardo, podía recorrer cortas distancias a gran velocidad, pero enseguida se fatigaba. Y lo mismo le pasaba cuando realizaba varias técnicas seguidas... Sobre todo cuando dichas técnicas involucraban movimientos rápidos. Pero, aún sabiéndolo, no se detuvo en ningún momento. No podía permitirse el lujo de darse una tregua. No hasta que se sintiera a salvo de verdad. Así no pudiera correr, así tuviera que caminar o arrastrarse, debía seguir adelante. Al este. Siempre al este.
Y por eso, y por no dejar más rastros visibles, había decidido abandonar la vía terrestre y ahora volaba con alas de agua que brotaban desde su misma espalda. Aquel método no era tan rápido como ir a pie, pero al menos le daría un descanso a sus maltrechas piernas.
«No creería de verdad que me iba a enfrentar a él, ¿verdad?» Respondió mentalmente a la pregunta que había formulado Ayame durante su apresurada huida. Kokuō sacudió con esfuerzo las alas de agua una vez más para impulsarse a través del tronco de dos hongos. «Ambas sabemos cómo se las gasta ese Uchiha. No soy tan estúpida como para dejar que me atrapen de nuevo de esa manera. Y menos alguien tan cobarde y rastrero como él.»
Ayame tardó algunos segundos en responder. Estaba dubitativa, y Kokuō lo sabía. ¿Por qué Datsue había decidido volver después de haber salido huyendo de aquella manera? Y en aquella ocasión Juro no estaba con él... ¿Se habrían separado?
«¿Lo escuchaste? Dijo algo de que había absorbido tu bijuudama con un ojo...»
«Sí. Esos ojos del infierno pueden hacer cualquier cosa.»
Juro se preparó para una réplica mordaz (y quizá violenta) por parte de Datsue. De hecho, el Uchiha parecía a punto de explotar. Sin embargo, pasó algo afortunado: se controló.
« No te confies. Solo lo ha dejado para más adelante » — Pero era cierto. En ese momento, tenían muchos problemas encima. Demasiados como para ponerse a discutir de tonterias.
Juro se acarició la oreja, al recordar el sello.
— Si, sé que es importante. Puede que nos salve la vida, si jugamos bien nuestras cartas — murmuró. Aunque también estaba la posibilidad de que uno de ellos fuera capturado, y el otro estuviera obligado a tener un canal de comunicación directo con un bijuu. Eso no parecía nada agradable.
Pero entonces, algo pasó. La cara de Datsue cambió. Se paró de pronto... y luego, empezó a correr otra vez.
—Oh, mierda… ¡Estamos jodidos, Juro! ¡Pero que bien jodidos! Joder, ¡pero es que no puedes correr más rápido!. Me cago en la puta, Juro, ¡que estamos jodidos te digo!
Juro empezó a sentir miedo. No. No podía ser.
« Viene. Esa maldita loca viene a matarnos »
Empezó a correr con todas sus fuerzas, tratando de seguir a Datsue. No quería quedarse atrás. No quería ser el primero al que pillase esa cosa, como tantas películas de terror que había visto.
— ¿Qué esta pasando? ¿Qué ocurre? — exclamó, asustado. El corazón le latía a mil por hora, y el sudor, frío como el hielo, le bajaba por la espalda.
Se maldijo. No tenía que haber dejado que mandara un clon. ¡Como si no tuvieran bastante con un Datsue, va y hace otro!
18/11/2018, 23:06 (Última modificación: 18/11/2018, 23:10 por Uchiha Datsue. Editado 1 vez en total.)
Datsue parpadeó varias veces. Miró a un lado y a otro. Nada. ¿Se estaría agazapando para un ataque sorpresa? ¿O de verdad habría huido? Ni una cosa ni la otra le encajaban en un bijuu. ¿Aquellos monstruos, andarse con delicadezas? ¿Sutilezas? Eran más de lanzarte un rayo por la boca y arrasar con todo. Pero, ¿acaso Kokuō no era muy distinta de lo que había visto en Shukaku? Hablaba de paz y no de guerra. Les trataba de usted. Avisaba antes de atacar... Chasqueó la lengua. Estaba más perdido que un kusareño en combate.
Datsue el Intrépido bajó hasta su posición, tras buscar y rebuscar.
—¿Qué, algo?
—Creo… que ha huido.
—Oh, no jodas —farfulló, mirando a un lado y a otro—. Bueno, entonces ya tengo nombre para ti. —Su réplica le miró, extrañado—. ¡Datsue el Inútil! —y le dio tal mamporro que le hizo desaparecer en una nube de humo.
«¿Cómo? No me dijiste lo de la bomba de humo…» Pensó, al recibir la información del clon destruido. Se acercó hasta el tronco donde había estado la humareda. Se arrodilló. Examinó posibles huellas…
«¿Un Sunshin, quizá?» ¿Cómo huir sino del bosque? A no ser que tuviese algún tipo de poder como el de Akame o Daruu, era lo único que se le ocurría. Pero sucedía algo con los Sunshin: no se preocupaban demasiado de no dejar rastro. Más bien al contrario, a la velocidad a la que ibas, era complicado no partir alguna ramita o doblar algún arbusto por el camino. Más en un bosque con vegetación tan espesa como aquel.
«De vuelta al rastreo…»
• • •
Uchiha Datsue se detuvo por segunda vez en plena carrera, frenando con los talones y echando el cuerpo hacia atrás.
—Ayame… Ayame… —balbuceaba. Acababa de recibir la información de uno de sus clones—. Creo que… Creo que ha huido de mí.
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado
Grupo 0: Datsue y Uchiha Raito, (Bienvenida, 221), Poder 100 e Inteligencia 80
Grupo 1: Datsue y Reiji, (Ascua, 220), Poder 80 e Inteligencia 80
Grupo 2: Datsue y Aiko, (Entretiempo, 220), Poder 100 e Inteligencia 80
Grupo 5: Datsue y Uzumaki Kaia, (Bienvenida, 221), Poder 100 e Inteligencia 80
Datsue se paró de golpe. Juro dio un respingo, y hizo un esfuerzo casi sobrehumano para no chocarse con él y caer los dos al suelo. El marionetista se frenó en seco, como si echara el ancla.
Entonces, el Uchiha habló, y Juro se quedó de piedra escuchándole.
—Ayame… Ayame… Creo que… Creo que ha huido de mí.
— ¿Qué? ¿Estas seguro? ¿Se ha marchado y no ha peleado? — murmuró Juro, incrédulo. ¿El Bijuu había huido en lugar de pulverizar a Datsue? ¿Por qué? No es que no tuviera poder, precisamente —. Pensé que pulverizaría a tu clon y luego a nosotros. Hemos tenido suerte... supongo.
» ¿Tu clon ha conseguido al menos algo de información? ¿Sabe la dirección a la que ha huido?
Algo más tranquilo por los recién descubiertos acontecimientos, Datsue hinchó el pecho, herido en orgullo por lo que acababa de sugerir Juro.
—¿Pulverizar mi clon? Estás hablando con Datsue el Intrépido, compañero. No, no… Nada de eso. Huyó con el rabo entre las piernas —«Sí, eso…»—. Todavía me queda un clon buscando su rastro. Y no, fue todo tan rápido que no me dio tiempo a comprobar la dirección.
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado
Grupo 0: Datsue y Uchiha Raito, (Bienvenida, 221), Poder 100 e Inteligencia 80
Grupo 1: Datsue y Reiji, (Ascua, 220), Poder 80 e Inteligencia 80
Grupo 2: Datsue y Aiko, (Entretiempo, 220), Poder 100 e Inteligencia 80
Grupo 5: Datsue y Uzumaki Kaia, (Bienvenida, 221), Poder 100 e Inteligencia 80
Datsue parecía conmocionado, pero, de alguna forma, recuperó la compostura y se irguió ante el marionetista, sacando pecho, como símbolo de su poder.
—¿Pulverizar mi clon? Estás hablando con Datsue el Intrépido, compañero. No, no… Nada de eso. Huyó con el rabo entre las piernas. Todavía me queda un clon buscando su rastro. Y no, fue todo tan rápido que no me dio tiempo a comprobar la dirección.
Juro aún recordaba como habían salido huyendo "con el rabo entre las piernas" exactamente en cuanto el bijuu había sacado su poder, pero no dijo nada.
« Esa criatura es lista. Supongo que destruir todo el bosque llamaría mucho la atención y podrían capturarla. Es mejor mantener un perfil bajo para pasar desapercibida » — supuso. No es que entendiera a esa cosa, pero podía imaginar cuál eran sus prioridades ahora mismo.
— No lo dudo, pero me alegro de que no hayamos tenido que pelear — Juro se cruzó de brazos —. Esta situación es muy complicada. ¿Si hubieras atacado, estarías dañando al bijuu o a Ayame? Y aún peor, ¿Ella estará siendo consciente de lo que está pasando ahora mismo, igual que... los nuestros?
» Espero que pueda sacar algo con lo que podamos informar. En serio, tío. No puedo imaginar lo que debe ser vivir encerrado como un bijuu — Juro sintió un escalofrió. ¿Ese iba a ser su destino? No. No. Tenía que regresar a la aldea cuanto antes.
Oh, sí. Él también se alegraba de no haber tenido que pelear. Al menos cuando estaba frente a ella en carne y hueso. Con los clones nunca importaba.
—Esta situación es muy complicada. ¿Si hubieras atacado, estarías dañando al bijuu o a Ayame?
—Ehm… Creo que no es momento para entrar a filosofar, Juro. No es que no me parezca interesante debatir sobre lo metafísico y lo moral, pero… Pero no, no hay tiempo para eso. —«¿A Kokuo o Ayame? ¿Y qué coño importa? No es como si apreciase más a una que a otra…»—. Pues si el sello que le pusieron lo único que hace es revertir los papeles… Sí, imagino que estará consciente. —Era imposible saberlo a ciencia cierta.
»Mi clon debió encontrar algún rastro, o ya hubiese desaperecido —dedujo—. De todas formas, no te preocupes. Si sucede algo y ya nos hemos separado, te informaré a través del sello. Porque nosotros los uzujines sí informamos, ¿eh? —No pudo evitar soltar una última pullita por lo del bijuu.
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado
Grupo 0: Datsue y Uchiha Raito, (Bienvenida, 221), Poder 100 e Inteligencia 80
Grupo 1: Datsue y Reiji, (Ascua, 220), Poder 80 e Inteligencia 80
Grupo 2: Datsue y Aiko, (Entretiempo, 220), Poder 100 e Inteligencia 80
Grupo 5: Datsue y Uzumaki Kaia, (Bienvenida, 221), Poder 100 e Inteligencia 80
Datsue la apremió, recordandole que no tenían mucho tiempo para cuestiones metafísicas. Ahí tenía que darle la razón. Seguían siendo objetivos para esos generales. En cualquier lugar fuera de su villa podían ser cazados facilmente, por que él sabía. No podía competir contra el poder de un ninja experto y además un bijuu.
---- Tienes razón. Nuestra prioridad es regresar a la villa sanos y salvos — Afortunadamente para él, su villa no estaba tan lejos. Podría llegar sin perderse, con suerte. Al menos, estaba en su país.
La suposición era lógica, sí. Ayame podría haber escuchado toda la conversación o no, quién sabe. Quizá verles le había dado esperanza (o no, si había escuchado lo que Datsue había dicho). De todas formas, no podían hacer nada por ella, más que informar a sus lideres y que estos se lo comunicaran a Amegakure.
Su misión ahora era sobrevivir, no hacerse los héroes.
. De todas formas, no te preocupes. Si sucede algo y ya nos hemos separado, te informaré a través del sello. Porque nosotros los uzujines sí informamos, ¿eh?
— Lo siento... — Juro se ruborizó y agachó la cabeza. ¿Qué podía decir ante eso? —. No puedo hablar por mi Kage, pero creo que las cosas cambiarán a partir de ahora. Con ocho generales a por nuestra cabeza, y un plan de dominación a por todo el mundo, no podemos permitirnos el lujo de tener problemas entre nosotros. Debemos estar unidos.
Lo había seguido durante un largo trecho. Las marcas dejadas por el Sunshin: pisadas fortísimas para desplazarse a semejante velocidad; ramitas partidas; ramas de arbustos dobladas hacia un lado…
Luego el rastro perdió fuerza. Datsue creyó que allí era donde el Sunshin se había acabado y había empezado a correr. Poco después, ni siquiera consiguió dar con uno. Volvió a su posición, hacia las últimas huellas, y trató de empezar de nuevo. Por un lado; por otro. Subiéndose a los árboles. A una altura; a otra.
—Me cago en mi puta vida. —Allí estaba: su oportunidad para pedir un intercambio por Aiko, desvaneciéndose de nuevo—. ¡Me cago en mi puta vida!
Dio una patada a un arbusto y perdió el tiempo gritando no menos de una docena de improperios. Luego escaló por un árbol hasta alcanzar su copa, allí donde podía vislumbrar el sol. Se orientó. Descendió y observó la ruta por la que había seguido a Ayame.
—País del Rayo o País de la Espiral —apuntó mentalmente. Ni de coña se iba por allí hacia la Tierra, menos hacia la Lluvia, que era la dirección en la que su original había partido, para luego desviarse hacia el Valle del Fin.
Cumplido su trabajo a medias, desapareció en una nube de humo.
• • •
—Lo siento... No puedo hablar por mi Kage, pero creo que las cosas cambiarán a partir de ahora. Con ocho generales a por nuestra cabeza, y un plan de dominación a por todo el mundo, no podemos permitirnos el lujo de tener problemas entre nosotros. Debemos estar unidos.
—¡Mierda, joder! —exclamó con rabia, dando una bofetada en el aire—. ¡Perdí su puto rastro! ¡¡¡AAAAAGHH!!! ¡¡¡Qué rabia jodeeeeer!!!
«Ahí va mi moneda de intercambio. ¡A la puta basura!»
Miró a Juro, todavía furioso por lo que acababa de descubrir.
—Unidos… No sé, Juro. ¿Sabes lo que creo? Que vamos a ayudar a Ame, y cuando nos hayamos encargado de los problemas y todo se solucione, nos volverán a dar una patada en el culo. Ni las gracias nos van a dar, recuerda bien lo que te digo. —Pero él no mandaba en su Villa. Conociendo a Hanabi… Sí, probablemente lo usase de excusa para intentar forjar alianzas de nuevo y olvidar que habían tratado de matar a su Hermano y no había habido consecuencia alguna.
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado
Grupo 0: Datsue y Uchiha Raito, (Bienvenida, 221), Poder 100 e Inteligencia 80
Grupo 1: Datsue y Reiji, (Ascua, 220), Poder 80 e Inteligencia 80
Grupo 2: Datsue y Aiko, (Entretiempo, 220), Poder 100 e Inteligencia 80
Grupo 5: Datsue y Uzumaki Kaia, (Bienvenida, 221), Poder 100 e Inteligencia 80
Datsue comenzó a golpearse y a gritar impertinencias. Juro no tuvo ni que deducir: él mismo se lo dijo. Había perdido el rastro de Ayame, y con eso, su oportunidad de pillarla. El marionetista chasqueó la lengua, igual de frustrado. Lo siento por ellos, y más por la pobre Ayame.
« Si es realmente consciente, debe de estar viviendo un infierno »
Datsue se volvió a contestarle, aunque Juro pudo ver aún las llamas de su enfado.
—Unidos… No sé, Juro. ¿Sabes lo que creo? Que vamos a ayudar a Ame, y cuando nos hayamos encargado de los problemas y todo se solucione, nos volverán a dar una patada en el culo. Ni las gracias nos van a dar, recuerda bien lo que te digo
— Si es como tú dices, al menos ya te lo esperaras — Juro se encogió de hombros —. Vamos a intentar mantenernos positivos, ¿vale? Amegakure no es idiota, se mantendrá con nosotros hasta que la ayudemos con Ayame, y hasta que solucionemos lo que se nos viene encima. La dominación mundial no es una cosa a tomarse a la ligera. Lo que suceda después... pues ya se verá.
» Cuando todo se tranquilice un poco, estaremos atentos, y vigilaremos cualquier problema — afirmó Juro, aunque realmente no lo creía del todo —. De todas formas, ¿el clon ha averiguado algun detalle, por mínimo que sea? ¿Quizá una dirección, algún país, algo?