¡Bichos!

[Sasagani Yota]

—Sentémonos, va

Poco a poco, toda aquella tensión que me envolvió tras un primer momento cuando la chica estaba llamando a Juro por las calles de aquel lugar, se iba rebajando y clamando. Lo cierto es que la actitud de la muchacha tuvo su influencia en ello. Finalmente tomamos asiento en una de aquellas mesas y no tardaron en llegar nuestros zumos con un regalito de la casa.

. Antes de nada, soy Uzumaki Eri, me parecía mal que no supieras mi nombre si me vas a contar algo que tengo que saber, ¿y tú?

— Tienes razón

Bajé la mirada, perdiéndola en el interior de mi vaso, entre aquel líquido de un amarillo apagado. Desde que pasó aquello, perdí un poco el mundo de vista, me movía con el único objetivo que me había impuesto tras el gran desastre de Kusagakure. Aquella sensación me hacía comportarme de una forma de la que no sentía orgullo, me llegaba a mover incluso la rabia y eso era algo que debía controlar. Supongo que debía dar las gracias a que aquella chica, ahora Uzumaki Eri, se hubiese tomado la molestia de redireccionar las cosas.

— Yo soy Sasagani Yota y la araña de antes se llama Kumopansa — dije, antes de hacer una breve pausa mientras volvía a alzar la mirada. — Siento haber sido tan desagradable antes y te agradezco que no me hayas mandado a la mierda y en su lugar te tomes tantas molestias

Me costaba horrores encontrar las palabras adecuadas.

— Lo cierto es que Jurete y yo... bueno, nos conocemos desde que éramos unos críos. Crecimos juntos, fuimos a la academia juntos, nos graduamos como gennin juntos... y entonces él fue ascendido directamente a jōnin tras el examen en tu aldea. Pero ahora... ahora...

No podía decirlo, todavía no podía creérmelo. Seguía doliendo como en el momento en el que me enteré.

— Ahora nos ha traicionado

[Uzumaki Eri]

El enfado del chico fue pasándose poco a poco, y Eri no supo muy bien por qué pero se quedó incómoda frente a su respuesta. Se imaginó, por unos instantes, que seguiría contestándola de cualquier forma, pero, para su sorpresa, se calmó, haciendo que ella también bajase su guardia, dejando explicar la verdadera razón por la que el chico quería saber el paradero de Juro.

— Yo soy Sasagani Yota y la araña de antes se llama Kumopansa —contestó al cabo de un rato, dejando de mirar su limonada — Siento haber sido tan desagradable antes y te agradezco que no me hayas mandado a la mierda y en su lugar te tomes tantas molestias.

Ella negó en respuesta, restándole importancia. No había hecho nada, solo cumplir la parte de su trato que le tocaba aunque no fuera de gran ayuda.

Y comenzó: Yota explicó que conocía a Juro desde hacía mucho tiempo, eran amigos, crecieron juntos y se unieron a la academia donde se convirtieron en shinobi. Lo que recordaba de Juro era principalmente era un chico tranquilo, pequeño, que no daba muchos problemas.

«¿Qué sería de él?»

— Ahora nos ha traicionado.

«Oh... Mierda.»

Eri lo miró como si lo viese por primera vez, incapaz de creer las palabras del chico. ¿Juro? ¿Un traidor? ¿Por qué? ¿Por qué motivo había traicionado a su aldea? Estaba muy contento de ser parte de Kusagakure, o eso era al menos lo que había entendido después de todo ese tiempo pero... ¿Traición? ¿Sería por...?

—No... No puede ser... ¿Traición? —dejó escapar, todavía asimilando las palabras del Sasagani—. ¿Cómo es posible...?

[Sasagani Yota]

Tome uno de aquellos frutos rojos y me lo tragué mientras observaba cómo la muchacha reaccionaba.

—No... No puede ser... ¿Traición?

Claro, ¿quién iba a pensarlo? Juro, precisamente Eikyu Juro, el disciplinado y modélico shinobi que ascendía de gennin directamente a jōnin con mención honorífica por su actuación durante el caos en el Estadio de Uzushiogakure. Nadie, absolutamente nadie se tragaría algo así. No de Juro. Osea, nadie que le conociera un poco, incluso a mí me costaba horrores asimilar que aquella fuese la realidad a pesar de las palabras de la nueva Morikage que me reveló su sospecha.

. ¿Cómo es posible...?

— No lo sé, a mi también me cuesta mucho asimilar que hizo lo que hizo... Yo no lo presencié, estaba fuera de la aldea cuando sucedió todo pero...

No, sencillamente no podía aceptar que aquella fuese la realidad. De ningún modo y bajo ningún concepto.

[Uzumaki Eri]

— No lo sé, a mi también me cuesta mucho asimilar que hizo lo que hizo... Yo no lo presencié, estaba fuera de la aldea cuando sucedió todo pero...

Tanto para ella como para su compañero Yota era difícil asimilar el porqué Juro haría algo así. No entendía la razón de la traición, claro, tampoco tenía ni idea de cual era en primer lugar, pero tampoco se le pasaba por la cabeza una explicación.

—¿Por eso estás buscándolo? ¿Para preguntarle? —preguntó—. Aunque, si es un traidor... Imagino que habrán pedido un precio por su... cabeza... —le costó finalizar la frase, ensombreciendo su rostro al pensar que ahora Juro figuraría en los carteles de se busca.

[Sasagani Yota]

—¿Por eso estás buscándolo? ¿Para preguntarle?

Está claro que no le estaba buscando para que me firmase un kunai, no. Sino que lo que ansiaba encontrar eran respuestas, conocer la verdad, porque hizo lo que hizo.

. Aunque, si es un traidor... Imagino que habrán pedido un precio por su... cabeza...

Llegados a aquel punto, supuse que había que ser claro y concreto, dejando las cosas ambiguas para otro momento y decir las cosas tal y como eran.

— Está bien, te contaré la versión oficial, la que me han contado y me han hecho saber. Como te he dicho, yo estaba fuera de la aldea. En mi ausencia, al parecer, Jurete utilizó el bijuu

«Sabe que Jurete era el jinchūriki de Kusagakure, ¿no?»

— Bueno, peus utilizó el Nanabi para... pues utilizar su poder destructor para acabar con al vida de Moyashi Kenzou, Sandaime Morikage.

¡Bam! Como un ladrillazo en la cabeza. Como el que me había caído a mí hace unos días.

— No soy jōnin, solo soy un estúpido gennin, pero creo que no hace falta ser un prodigio de la inteligencia para imaginarse que es cuestión de tiempo que Jurete aparezca en el Libro Bingo de la Alianza con una suculenta recompensa

[Uzumaki Eri]

Al parecer, el chico sabía algo más que no había compartido, así que ella sujetó el vaso de cristal con más fuerza de la que debería mientras escuchaba atentamente lo que él quería contarle acerca de Juro, pues su preocupación y su curiosidad empezaban a bailar en el mismo compás y eso no le hacía demasiada gracia.

«Es verdad, Juro era Jinchuuriki de Kusagakure...» Se recordó mentalmente cuando él lo mencionó. Había veces en las que se olvidaba que Datsue y Ayame también tenían dentro un bijuu, pero no podía pasarlo por alto tan rápido.

—Bueno, pues utilizó el Nanabi para... pues utilizar su poder destructor para acabar con al vida de Moyashi Kenzou, Sandaime Morikage.

—¿Q-Q-Qué? —balbuceó ella, derramando casi la mitad del líquido que tenía entre las manos guardado en el recipiente que tintineó cuando se dio contra sus uñas.

— No soy jōnin, solo soy un estúpido gennin, pero creo que no hace falta ser un prodigio de la inteligencia para imaginarse que es cuestión de tiempo que Jurete aparezca en el Libro Bingo de la Alianza con una suculenta recompensa.

«Juro... Un criminal... ¿Acabar con tu propio kage? ¿Por qué harías algo así, Juro? ¿Qué ha pasado?» Se preguntaba, queriendo hacerle esas mismas preguntas al chico de sus pensamientos, pero el moreno no estaba allí, y tampoco podría contestar sus dudas mientras tomaba un zumo en un pequeño bar.

—Sigo sin... Comprender, ¿no sabes la razón por la que lo hizo? Kenzou-sama... Es increíble... —dejó el vaso y con la mano algo pegajosa por el líquido se apoyó sobre la mesa con una mano mientras se dejaba caer sobre la silla, abatida—. Es increíble... —volvió a repetir, medio ida.

[Sasagani Yota]

—¿Q-Q-Qué?

Prácticamente podía sentir como mía la rabia de Uzumaki Eri como si fuera la mía propia. Tanto era así que se derramó un poco de su zumo por encima de su mano. Y debo decir que era ciertamente sorprendente, puesto que no dejaba de ser una kunoichi del Remolino y Juro un tipo que hasta ahora defendía los intereses de la Hierba.

—Sigo sin... Comprender, ¿no sabes la razón por la que lo hizo? Kenzou-sama... Es increíble...

Yo me hacía los mismas preguntas. Me las había hecho todo este tiempo desde que conocí el fatal desenlace. Tuve que encogerme de hombros mientras daba un trago de la limonada y dejé el vaso con un golpe seco aunque no muy duro. Si lo supiera, entonces es posible que supiera donde se esconde, cuales son sus intenciones, porque mató a Kenzou-sama...

. Es increíble...

— No lo sé, Eri-san

¿Cómo diablos iba a saberlo?

— He compartido muchos momentos con Jurete. Muchísimos. En ninguno de ellos me ha dado motivo alguno para pensar que querría asesinar a Kenzou-sama. además, siempre ha sido conciliador, digamos que trataba de evitar los conflictos... quizás sea solo una tapadera. ¡Por eso necesito encontrarlo! — la miré a los ojos al mismo tiempo que la agarre de la mano, suplicándole ayuda con la mirada — si realmente eres su amiga, ayudame a encontrarle antes de que lo haga Kusagakure

[Uzumaki Eri]

— He compartido muchos momentos con Jurete. Muchísimos. En ninguno de ellos me ha dado motivo alguno para pensar que querría asesinar a Kenzou-sama. además, siempre ha sido conciliador, digamos que trataba de evitar los conflictos... quizás sea solo una tapadera. ¡Por eso necesito encontrarlo!

Su voz sonaba desesperada, al igual que sus intenciones, y Eri, mirándolo como si lo hubiera acabado de conocer, vio en él a alguien dispuesto a lo que fuese con tal de dar con su amigo para que contestase a todas sus respuestas.

Tomó los dedos que ahora la apresaban y dio un pequeño apretón tras escuchar:

—Si realmente eres su amiga, ayudame a encontrarle antes de que lo haga Kusagakure.

Y aunque eso fuera ir contra las normas de la Alianza...

—Lo haré —dijo, solemne—. Ambos necesitamos respuestas, y ante todo, Juro es tu amigo, así que no dudes en que, si diera con él, te ayudaría.

El problema siempre venía después.

—Pero... ¿Cómo? —cuestionó ahora, volviendo a su vaso de cristal. No tenía sed—. ¿Cómo vamos a saber que el otro da con él?

[Sasagani Yota]

—Lo haré —dijo, solemne—. Ambos necesitamos respuestas, y ante todo, Juro es tu amigo, así que no dudes en que, si diera con él, te ayudaría.

Aquellas simples palabras, para mí, fueron un gran alivio. Empezaba a necesitar de verdad aquel tipo de situaciones. Las cosas se habían puesto feas de verdad y sentir que había una mano amiga, aunque extranjera, suponía una sensación reconfortante. Igual me había equivocado en mi juicio hacía ella con el juicio que emití la primera vez que la vi.

—Pero... ¿Cómo? —cuestionó ahora, volviendo a su vaso de cristal. No tenía sed—. ¿Cómo vamos a saber que el otro da con él?

— No lo sé, no conozco ningún sistema de comunicación a distancia que podamos utilizar entre nosotros. Lo único que se me ocurre... — de pronto fue como si me iluminase, creo que incluso mis ojos realizaron un destello. — Podríamos vernos aquí de forma periódica.. no sé, una vez en cada estación. No sé, por ejemplo en el primer Raiyobi de cada estación. Aquí, en este mismo lugar, en este local. ¿Qué dices?

[Uzumaki Eri]

—No lo sé, no conozco ningún sistema de comunicación a distancia que podamos utilizar entre nosotros. Lo único que se me ocurre...

Él hablaba pero ella pensaba en la maldita técnica de Datsue. Ojalá tener acceso a ese fuuin solo para poder comunicarse con cualquier persona... Gruñó por lo bajo mientras se apuraba el zumo —o lo que quedaba— mientras el chico parecía tener una idea.

—Podríamos vernos aquí de forma periódica.. no sé, una vez en cada estación. No sé, por ejemplo en el primer Raiyobi de cada estación. Aquí, en este mismo lugar, en este local. ¿Qué dices?

Era una buena alternativa, no lo iba a negar.

—¿El primer Raiyobi de cada estación? Por mí genial —afirmó—. Además... Si tenemos la oportunidad, incluso la próxima vez Juro estará aquí para hablarnos a ambos, ¿sabes? —dijo, esperanzada—. Aunque si alguno de los dos está de misión el otro no sabrá nada, podríamos dejarnos algún mensaje por si acaso ocurriera eso —ofreció—. Antes de pensar que nos hemos olvidado.

«O algo peor.»

[Sasagani Yota]

—¿El primer Raiyobi de cada estación? Por mí genial asentí con la cabeza a medida que iba repitiendo lo que había propuesto . Además... Si tenemos la oportunidad, incluso la próxima vez Juro estará aquí para hablarnos a ambos, ¿sabes?

Seguramente lo hizo para levantar los ánimos, pero había que ser muy necio para pensar que todo aquel embrollo iba a solucionarse en unos pocos días, Puede incluso que tardasemos meses, incluso años en dar con el titiritero.

. Aunque si alguno de los dos está de misión el otro no sabrá nada, podríamos dejarnos algún mensaje por si acaso ocurriera eso —ofreció—. Antes de pensar que nos hemos olvidado.

Era cierto, el plan inicial podía tener lagunas pero...

— No voy a descansar hasta que encuentre a Juro, Eri-san. No fallaré al encuentro, así que no te preocupes por ello — respondí, con seguridad. — Pero tienes razón, habría que pensar en algo por lo que pudiera ocurrir...

Trasladé mi mirada hasta el techo, pensativo.

— Pero la verdad es que no sé ni por donde empezar a buscar... ¿donde iría a esconderse Jurete? Ni siquiera sé qué diantres pasó para que decidiese arrasar con todo su pasado de un jodido plumazo... ¿se te ocurre algún sitio?

[Uzumaki Eri]

— No voy a descansar hasta que encuentre a Juro, Eri-san. No fallaré al encuentro, así que no te preocupes por ello. Pero tienes razón, habría que pensar en algo por lo que pudiera ocurrir...

Se tomó otra baya en silencio, pensativa.

—Yo también intentaré estar aquí, no te preocupes —afirmó, al menos las primeras veces lo intentaría todo lo que pudiera.

Pero sabía que para Yota, encontrar con Juro era la prioridad.

— Pero la verdad es que no sé ni por donde empezar a buscar... ¿donde iría a esconderse Jurete? Ni siquiera sé qué diantres pasó para que decidiese arrasar con todo su pasado de un jodido plumazo... ¿se te ocurre algún sitio?

—Pues... —comenzó ella, llevándose una mano al mentón—. Dudo mucho que esté cerca de Kusagakure, no tendría sentido, y supongo también que en el mismo País no se estará hospedando... —dijo, intentando sonar creíble pues ella no se quedaría en el País de la Espiral—. Así que probablemente esté lejos, no tan lejos como guardado en una montaña nevada, pero sí lo más lejos posible de Kusagakure —concluyó.

Y luego añadió:

—Igualmente... Podría haber ido a algún sitio con algún significado para él, algo importante, nosotros nos conocimos en un museo de armas antiguas en Taikarune —informó, y luego se encogió de hombros—. Tú lo conoces más que yo, así que quizá sabes algo más sobre este tema.

[Sasagani Yota]

No cabía duda, la voluntad de colaboración era firme. Cada uno tenía los motivos que le movían a querer localizar a Juro y traerlo de regreso. aunque no sería una operación sencilla que Kusagakure le redimiese y perdonase sus pecados. Después de todo, se había cargado a Moyashi Kenzou en persona. Pero algo estaba convencido de que lo hizo porque le movieron a ello o no tuvo alternativa. Puede que fuese el propio Morikage el que hubiese obrado mal, no dejaba de ser un viejo, igual se le había ido la olla y ya empezó a chochear demasiado.

La muchacha había empezado a pensar en voz alta mientras trataba de sacar algo en claro y pensar donde narices podía estar escondido el jinchūriki o hasta dónde podría estar moviéndose. No puedo decir que no hubiese pensado lo que la chica decía. Sin duda los lugares apartados de las masas sociales y de las poblaciones ganaban enteros. Lo más seguro es que el titiritero buscase lugares tranquilos y resguardados. En ese sentido, las cuevas se convertían en grandes lugares a explorar.

«Pero Oonindo está repleto de lugares de esos»

— La verdad es que nos solíamos ver en Kusagakure o, si íbamos a algún sitio, el viaje de la aventura lo empezábamos en Kusagakure. En ese sentido creo que podrías ser más útil tu que yo

Seguía pensativo. Entre un pensamiento y otro, aprovechaba para dar un sorbo de mi limonada.

— Lo importante será no desistir y cumplir lo máximo posible con la promesa de ir viendonos de forma periódica como hemos acordado. Tarde o temprano cometerá algún error y se dejará ver. Ahí deberemos estar para llegar antes que nadie hasta él

«Y pobre de ti que lo hayas hecho a sangre fría, entonces no te salvará ni Dios de la muerte»

[Uzumaki Eri]

— Lo importante será no desistir y cumplir lo máximo posible con la promesa de ir viendonos de forma periódica como hemos acordado. Tarde o temprano cometerá algún error y se dejará ver. Ahí deberemos estar para llegar antes que nadie hasta él.

—Sí, tienes razón —admitió, dándole también unos segundos de sus pensamientos a Juro, quizá si se dejase ver... Pero no será sencillo—. Solo espero que nos explique la razón, eso es lo que más me urgiría ahora.

Se cruzó de brazos justo tras tomar la última baya, aquel día tenía hambre.

[Sasagani Yota]

. Solo espero que nos explique la razón, eso es lo que más me urgiría ahora.

— Oh, lo hará, te lo aseguro que lo hará — dije cargado de seguridad.

En ese momento, el casero, aquel hombre mayor, se nos acercó con una actitud ciertamente prudente mientras carraspeaba.

— Disculpad que os moleste pero... ¿sois ninjas, verdad?

Mire un momento al hombre y luego miré a Eri, dejándole a ella la responsabilidad de responderle. Me podía imaginar como seguía aquello, aunque ciertamente podía ser una maravillosa oportunidad de comprobar cosas. En cualquier caso, escucharía al hombre.