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Otoño-Invierno de 221

Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.
#46
Toshio se llevó una mano a la cara. ¿Algo que solo supiera un ninja de Kusagakure? Pocas cosas habían que un ninja de pudiese contar que no supiese ya alguien más, especialmente porque se suponía que no debían de contar mucho.

— Hombre, algo que solo pueda saber un ninja de Kusagakure no te lo puedo decir. Esas cosas son secretas. —Le dijo—. Lo que puedo hacer es enseñarte el pergamino, en el que está el mapa que tu jefe nos envió.

Miró a Haru un segundo y se encogió de hombros. El hombre les estaba poniendo realmente difícil ayudarlo, pero no podía culparlo. Solo intentaba protegerse como podía.
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#47
«¿Cómo quieren que digamos un secreto de Kusagakure? Si ellos no podrán comprobar que es verídico.»

Toshio miró a Haru y él le devolvió la mirada con una mueca.

Con eso podría bastar. No venimos con ánimo de hacer nada malo, solo ayudar.

Intentó calmar los ánimos.
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#48
Pffff, sí, claro, abro la puerta para ver el pergamino y entonces ¡me apuñalais el gaznate! — no parecía haber hecho siquiera el esfuerzo de corregir su error sobre el dato que solo supiesen unos ninjas.

Entonces a espaldas de los shinobis apareció un hombre con un farolillo que iluminaba a duras penas su figura y un par de metros a su alrededor.

¡Eh! ¿Quienes sois vosotros? — la voz intentaba sonar amenazante pero Haru detectaría algo de duda en su tono.

Cuando los ninjas se girasen y la luz del farolillo se reflejase en sus bandanas, el hombre suspiraría aliviado.

Ah, sois los gennin. Bien, bien. ¿Cómo habéis encontrado este lugar? El mapa señalaba la aldea de detrás de esa pequeña colina. — señaló a su espalda, donde detrás de las casas había una deformación del terreno a la alza. — En fin, no importa. Soy Senju Shizu, ¿y vosotros sois...?

Shizu era un hombre alto y más corpulento de lo que podía parecer por su huesudo rostro. Tenía una larga melena blanca y una larga barba blanca pero la parte superior de su cabeza estaba completamente calva. Y sin embargo, su cuerpo parecía el de un muchacho de treinta. Vestía con un kimono verde plano, sin decoraciones, un obi azul y unas sandalias también verdes.

El chico de detrás de la puerta se quedó en silencio, esperando que se olvidasen de él.
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#49
Toshio suspiró. Ya estaban perdiendo demasiado tiempo y el hombre se estaba pasando de obstinado, pero por suerte alguien más apareció en escena.

Toshio se giró con la confianza de que no sería uno de los bandidos, pues esos no suelen preguntar demasiado antes de hacer lo suyo. Por suerte acertó.

— Supongo que nos hemos desviado un poco. —Dijo el chico, viendo a donde apuntaba Shizu—. Yo soy Kurogane Toshio.
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#50
Volvieron a recibir réplicas en cuanto hablaron de enseñar el pergamino, sin embargo, antes de que alguno de los dos shinobi mencionara algo más, un hombre aparecería tras ellos, con una larga melena acompañada de una barba blanca. A pesar de parecer un anciano, su cuerpo parecía afirmar lo contrario.

No parecía haber esperado que llegasen hasta ese lugar tan temprano.

Mi nombre es Akiyama Haru, un placer ayudar.
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#51
Shizu se quedó un poco sorprendido de la seriedad y sobriedad de los genin, que dijeron poco más que sus nombres en respuesta.

Vaya, encantado Toshio y Haru. Y... ¿queríais partir ya? ¿O esperamos al amanecer? Lo que vosotros digais, es vuestra responsabilidad al fin y al cabo. Estoy seguro de que los bandidos no se esperaran que salgamos en plena noche.

Esperaba rebajar la seriedad que llevaban los dos shinobis y que decidiesen descansar antes de partir, pero si decidían salir ahora, lo harían. Ellos eran los expertos, ellos decidían.
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#52
— Lo mejor sería descansar. Ellos tienen la ventaja de la emboscada. Si nos atacan por la noche no los veremos venir para nada.

Miró a Haru para escuchar lo que pensaba antes de continuar hablando.

— Podemos salir mañana por la mañana. Viajar cansado no le hará ningún bien a nadie.

Y vaya si se notaba que estaba cansado. Hasta sus ojeras tenían ojeras.
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#53
Haru asentía conforme Toshio iba hablando, dándole la razón a cada palabra que pronunciaba. Era mejor esperar a tener visión y poder pillarles desprevenidos que ellos a los shinobi de la hierba.

Concuerdo con mi compañero, lo mejor será descansar ahora.

Miró al recién llegado, esperando por su contestación.
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#54
Ante la confirmación de ambos shinobi, Shizu les hizo un gesto de que le siguiesen y los condujo hasta la aldea de verdad. El pequeño pueblo situado tras el montículo. Ni siquiera le dijo absolutamente nada al que estaba dentro del almacén vigilando.

Era prácticamente como el anterior, pero las casas estaban enteras, acabadas de construir y sin los signos de abandono tan evidentes. Algunas incluso tenían las ventanas iluminadas, señal de que había vida en el interior. Su guía los llevó hasta una pequeña caseta de apenas dos habitaciones. No había ningún tipo de jardín alrededor, todas sus numerosas puertas daban a la calle, cuyos caminos eran de tierra.

Ahora aviso a uno de los pueblerinos que os traiga algo de comida y os prepare los futones. Si necesitáis algo más, decídselo.

Y sin esperarse a que contestasen, se dio media vuelta y se marchó, dejandolos a ambos en el salón de la casa que iban a usar esa noche. La habitación no tenía ningún tipo de decoración. Era toda de madera con una mesa baja en el centro y un par de cojines para que se sentasen. No era especialmente grande pero tenía un tamaño cómodo, aunque la falta de cualquier tipo de decoración la hacía ver levemente perturbadora.

Tenía una puerta corredera en cada pared, aunque solo la de enfrente daba a otra habitación, el resto daban al exterior. La otra habitación, si la visitaban, verían que era algo más pequeña, con una puerta corredera en la pared de enfrente que daba también a la calle. Seguramente en esa habitación es donde se suponía que iban a dormir.
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#55
Los chicos fueron guiados por el hombre hacia la aldea a la que tendrían que haber llegado en primero lugar. Un sitio que parecía mucho mejor cuidado que la aldea de la que acababan de salir. Allí los guió a una pequeña caseta, donde se quedarían a dormir.

Luego de avisarles de que mandaría a alguien a por comida y futones, el hombre se dio media vuelta y se marchó antes de escuchar cualquier respuesta.

— ¿Gracias...? —Dejó su bolsa a un lado y se sentó en uno de los cojines, cruzando los brazos en la mesa para apoyar la cabeza en ellos—. Cuánta prisa. Aunque supongo que es algo tarde.

Entonces, adormilado, el chico cerró los ojos para intentar descansar un poco antes de que llegase la comida.
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#56
Shizu les guió hasta la aldea donde iban a pasar la noche, una realmente acondicionada y no destrozada como la anterior. Haru se sintió entre azorado y aliviado, aunque en esos momentos solo pensaba en descansar un poco bajo techo firme.

Pronto les dejó en una casetilla y se marchó, prometiéndoles comida y futones. Haru lo agradeció como pudo, sin embargo, sus palabras se quedaron en el aire tras la marcha de su guía.

Qué rapidez... —dijo el menor, sorprendido—. Seguramente. Esperemos entonces y luego nos acostamos nosotros, mañana es el día.

Vio como su compañero cerró los ojos y sintió un impulso de hacerlo también. Aunque se negaba en rotundo dormir sin haber cenado y no sobre un futon, así que esperó, junto a Kurogane, lo prometido.
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#57
En aproximadamente media hora aparecería un chico más o menos de la edad de los genin con dos bandejas. Las colocó sobre la mesa tras saludar a los shinobi y pasó a la habitación trasera a sacar los futones y colocarlos. No parecía querer más conversación que la que había dado, que era un saludo.

La cena dejaba bastante que desear, pero era normal teniendo en cuenta que se trataba de una pequeña aldea en mitad del bosque. Había una ensalada de brotes verdes, un cuenco de arroz y un par de trozos de carne desecada.

Tras unos minutos, salió de la habitación y se despidió cordialmente antes de desaparecer por donde había aparecido.
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#58
En esa media hora, Toshio ya se había quedado dormido y había despertado al menos dos veces antes de que llegase el chico.

— Ey. —Le saludó, casual, cuando llegó. Aunque estaba completamente muerto de sueño.

El herrero no dijo mucho más. Simplemente comió como si se tratase de la comida más sabrosa del mundo, y se despidió del chico cuando se marchó. Al terminar, dejaría el plato sobre la mesa y se levantaría para irse a dormir.

— Mañana solo deberíamos enfrentarnos a unos bandidos. —Dijo, antes de pasar a la otra habitación—. Si sobrevivimos al gebijū, lo de mañana será pan comido, así que esforcémonos al máximo.

Intentó motivar a su compañero para la misión, aunque quien necesitaba los ánimos realmente era él.

— Buenas noches.
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#59
Vio, entre alertado y divertido, como Toshio se dormía y levantaba unas dos veces antes de que llegara el joven que les daría su cena de aquella noche. Haru saludó con la cabeza, dejándole la palabra a Toshio, aunque no parecía tener ganas de un intercambio lingüístico.

Haru y él comieron en silencio, disfrutando de la comida que acababan de traer. No era mucho, lo suficiente para no pasar hambre y dormir bien, y, con un poco de suerte, mañana tener energía.

Te tomo la palabra, compañero —contestó a sus palabras mientras recogía su bandeja y se disponía a acompañarle para dormir—. Buenas noches, Toshio.

Seguro que lo harían bien.
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#60
Ambos ninjas se fueron a dormir. Durante la noche no habría ni un solo ruido, apenas el chirrido de los grillos les acompañaría.

A la mañana siguiente, en cuanto amaneciese, oirían a un hombre llamarles desde la puerta y luego desaparecer. Les dijo que se presentasen cuanto antes en el almacén, que ya sabían donde estaba. Sobre la mesa encontrarían un desayuno ligero para antes de emprender el viaje.

Cuando llegasen al almacén, ya habría media docena de personas trabajando para sacar el carro cargado hasta los topes de madera ya recortada y preparada. Justo cuando llegaron estaban echandole una lona por encima y asegurandola a los bajos del carro.

Antes de darse cuenta, ambos estaban caminando ya detrás del carro, que había salido con dos mulas de potencia del lugar. Ahora solo quedaban ellos y el hombre que les había dado la bienvenida al pueblo, Shizu.

¡Eh! ¿Cómo habéis dormido? — les llamó desde el banco donde agarraba los mandos del carro.
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