Un día no tan común y corriente.

[King Roga]

Eran los primeros días del aliento nevado, el cumpleaños del joven heredero de la familia Takanashi estaba próximo, una de las épocas favoritas de Tatsuya era el invierno, no era que no le agradara el típico calor de Takigakure pero en definitiva se sentía más cómodo cuando el clima estaba templado. El río de la cascada era un lugar tranquilizante, se podía disfrutar mejor del sol en esa zona alrededor de la aldea que dentro de ella por obvias razones, era agradable ver las nubes pasar lentamente ya que no están las frondosas ramas del Árbol Sagrado para evitar ver el cielo, Tatsuya solía venir aca desde pequeño para entrenar en soledad y disfrutaba en gran medida de la tranquildad de la naturaleza.

Sin embargo hoy no era para nada uno de esos días de reflexión en soledad, su padre lo había obligado a acompañar a su hermano adoptivo Katsuo, su padre ni siquiera le negó el hecho de que lo hizo porque no soportaba tenerlo más en casa y que sería bueno para descansar un rato de sus constantes desmadres. Tatsuya sentía exagerada la manera en la que su padre lo trataba, casi que parecía que lo despreciaba, pero de ser así quizás nunca lo hubiera adoptado, si lo quería pero era muy, pero muy exigente con él. Aunque bueno era un mal necesario, cuando Katsuo pasó la academia lo hizo con notas muy bajas, y eso que quizás su padre tuvo que mover influencias para que lo dejaran aprobar.

Sea como sea Tatsuya desea ayudar a su hermano, aunque el no sea precisamente un buen ejemplo, Tatsuya también es un genin novato, pero al menos con mayor experiencia que el, Tatsuya si bien se graduó algo tarde de la academia a sus 14 fue porque justamente ingresó tarde, sólo tuvo que pasar un año ya que su padre le había enseñado las bases del estilo Kenjutsu desde pequeñito, pero, desde que se graduó su padre le dijo que ya no le iba a ayudar a entrenar más, le dijo que sí deseaba ser un ninja sin igual debía ser por su propio esfuerzo, sin intentar compararse a nadie más, no importa lo que hicieran otros, el debía ser un ninja único.

"Bueno, supongo que no me queda de otra que hacer las cosas a mi manera"

Tatsuya se encontraba sentado sobre una piedra enorme al borde del río, bajo la leve sombra del enorme peñon, observaba desde lejos como entrenaba su hermano, Tatsuya simplemente se encontraba supervisando y quizás corrigiendo algunas cositas, su hermano tenía problemas hasta con las habilidades más básicas que debería tener un ninja. Tatsuya tenía sus propios métodos de entrenamiento ideados por sí mismo, pero consideraba que si Katsuo no dominaba lo básico no valdría la pena siquiera intentar algo más profundo, un shinobi debe ser sereno para mantener la calma en momentos de tensión, algo que el irascible Katsuo difícilmente podría lograr.

-Katsuo, hazlo bien que no quiero quedarme hasta el anochecer por tener que verte repetir una y otra vez la misma rutina- Dijo Tatsuya alzando la voz pero sin gritar.

Tatsuya solía hablar de manera más coloquial con su hermano, aunque si bien, Katsuo no lo trataba de igual manera.

[Tsukiyama Daigo]

Era una mañana de alguno de los primeros días del segundo mes de invierno, una de mis épocas menos preferidas, De hecho, la menos preferida. Estabamos todos los miembros de la família en la mesa desayunando y apenas había acabado de desayunar decidí tomar un paseo por la casa, símplemente para estirar los pies y no estar sin hacer nada. No importa cuanto haya caminado por estos pasillos, nunca he llegado a acostumbrarme del todo a una casa tan grande y elegante, pero aun así nunca me ha importado mucho. Todo estaba perfecto: no había nadie que me molestase y nadie parecía necesitar nada de mi.

No mucho tiempo después vi como mi padrastro se acercaba, parecía querer decirme algo. Yo lo ignoré completamente dando a entender que no tenía intención de hablar con el, pero no pareció importarle mucho ya que acabó por acercarse a mi.

Katsuo, ya es hora de que salgas a entrenar fuera ¿Acaso me estaba el diciendo cuando tengo que entrenar? ¿Qué será lo siguiente? ¿Me dirá cuando tengo que respirar? Estaba a punto de responderle, pero continuó hablando Tengo que hacer unas cosas, así que no quiero que me molestes. Irás con Tatsuya espera un segundo ¿Con Tatsuya? ¿Espera en serio que vaya con ese idiota obsesionado por las armas? No tenía intención de admitirlo y en lo absoluto lo ina a hacer venga ya, ni en broma voy a salir a entrenar con ese idiota, ¡si ni siquiera tiene los cojones de pelear con nadie! ¿como esperas que entrene si quiera con el? le reclamé en seguida, sin pensarlo no entrenarás con el, el te supervisará mientras entrenas me replicó en seguida, y en poco tiempo hizo llamar a Tatsuya para que ambos saliésemos a entrenar.

Anduvimos ambos. Yo llevando un bokken en la mano guardado en su saya, cortesía de nuestro padre, y el un ninjatō en la parte izquierda de su cadera tsk, por alguna razón no se puede separar de esa cosa, como si en verdad supiera saber algo con ella pensé con desagrado hacia Tatsuya mientras mientras veía hacia un lado y al otro caminando, no por curiosidad o buscando alguna cosa en específico, sinó por el simple hecho de hacer algo mientras caminábamos.

Eventualmente llegamos al río de la cascada, aquí podíamos disfrutar del sol de mejor manera mucho mejor... al menos aqui llega el sol no tardé mucho tiempo en sacar el bokken de la saya, sin ningún tipo de ritual previo, y empecé a entrenar los movimientos básicos sin prestar mucha atención a lo que hacía Tatsuya. No suelo ser un amante del entrenamiento, pero contra todo pronóstico, el lugar me incitaba por alguna razón.

Por alguna razón me resultaba difícil utilizar el bokken, simplemente no sabía ni si quiera como agarrarlo apropiadamente, pero no planeaba pedirle ayuda a Tatsuya, en ningún caso lo haría, eso haría ver como si lo necesitase.

Katsuo, hazlo bien que no quiero quedarme hasta el anochecer porque tener que verte repetir una y otra vez la misma rutina

Ese comentario, aunque haya sido de lo más inocente, por alguna razón me molestó y no tardé en responderle no tienes por qué quedarte, si te parece te puedes ir le ofrecí y sin esperar respuesta alguna continué hablando tengo una mejor idea le lancé el bokken para que lo atrapase ¿y si entrenas tu con el bokken y yo le doy mimos a tu espadita? ¿te parece? le dije con intención de picarlo, tenía ganas de ver como reaccionaba Tatsuya picado.

[King Roga]

Tatsuya seguía observando a su hermano menor entrenar, el no lo suele llamar despectivamente "hermanastro", pues le tiene aprecio y lo quiere como si de verdad compartieran sangre, si bien a pesar de ello eso no hacía menos molesto el tratar con el. Su padre le había prestado un bokken que le sobraba por ahí para que intentase entrenar pero ni siquiera podía sujetarlo adecuadamente, Tatsuya se percató de esto desde un inicio pero comk su trabajo sólo era observar, no podía regañarlo ni nada. Su hermano de hecho se molestó por lo sucedido y le dijo que podía irse a casa, la verdad eso hubiera querido Tatsuya pero por órdenea de su padre debía seguir vigilándolo. Decidió no responderle hasta que Katsuo lanzó el bokken en dirección hacía donde se encontraba sentado.

-¿y si entrenas tu con el bokken y yo le doy mimos a tu espadita? ¿te parece?- Le recriminó su hermano.

Por la forma en que lo lanzó, Tatsuya se dió cuenta que ni siquiera lo había hecho con suficiente fuerza para llegar a donde estaba él, era tan malo que no sólo no podia esgrimirlo adecuadamente sino que tampoco podía arrojarlo como proyectil cualquiera, así que dio un pequeño salto desde el lugar en el que se encontraba sentado, para interceptar el bokken en el aire, lo hizo con un movimiento ágil, parecía como si sus pies sólo flotaran en el aire durante la ejecución del salto para luego aterrizar suavemente en el suelo sin mostrar esfuerzo para hacerlo. Sabía que Katsuo no iba a tardar en hacer una rabieta, no mostraba el más mínimo agradecimiento por el hecho de que su psdre se dignase a prestarle un arma cuando muchas veces ya le ha fallado. Tatsuya caminó hacia su hermano tranquilamente para devolverle el bokken que previamente había usado para lanzarlo.

-Si ni siquiera puedes usar bien un simple bokken, no esperes que te preste mi ninjatou, talvez si logras dominar el bokken antes del atardecer, podría considerar tu oferta-

Tatsuya estaba siendo sincero, no es del tipo de gente que habla con sarcasmo para intentar ofender a alguien, el realmente podría ser capaz hasta de enseñarle algunas cosas más avanzadas, pero por lo general por más amable que fuera nunca surtía efecto, es probable que Katsuo lo haya hecho a propósito para intentar molestarlo, no sería la primera vez que lo hacía, de hecho Tatsuya esta tan acostumbrado a la actitud pesada de su hermano que ya no hay casi nada que lo pueda hacer enojar, aunque a vesces Katsuo se las ingenia para hacerlo pelar cables, aunque por ahora ese no era el caso. Extendío el brazo para devolverle el bokken esperando que Katsuo lo recibiera.

"Ojalá algún día Katsuo y yo podamos llevarnos bien"- Pensó de manera fugaz el joven ninja, era uno de sus mas grandes deseos.

[Tsukiyama Daigo]

El sable de madera viajó desde mis manos hacia la posición de mi hermanastro, aparentemente caería algo en frente sin que el lo atrapase, pero casi como si flotase y con mucha calma Tatsuya saltó para atraparlo tsk chasqueé la lengua al ver que no conseguí perturbarlo ¿cuando se diganará a responder? pensé para mi mismo frustrado por la calma de Tatsuya, que caminó hacia mi con el bokken con intención de dármelo.

Si ni siquiera puedes usar bien un simple bokken, no esperes que te preste mi ninjatou, talvez si logras dominar el bokken antes del atardecer, podría considerar tu oferta me dijo mientras extendía el brazo en el que llevaba el bokken. Su amabilidad era desesperante, no había manera humana de hacerlo enojar y eso me desesperaba aún más.

Tsk, no es como si tuviera mucho secreto esta cosa; es poco más que una espada de madera intentado imitar una katana, solo tienes que golpear con ella y ya está le dije mientras tomaba el sable de mala gana y me dispuse a entrenar con el. Me alejé un par de pasos y empecé a practicar cortes descendentes mientras los contaba. Mi objetivo eran cien cortes.

tres, cuatro, cinco cortes fueron necesarios para que me diese cuenta de que el peso del arma se escapaba de mi control. Ocho, nueve, diez cortes para que se me empezase a resbalar el bokken. Tatsuya tenía razón: ni siquiera lo estaba agarrando adecuadamente, pero no tenía intención de admitirlo o pedirle ayuda ni en sus mejores sueños, así que sin detenerme continué practicando cortes. dieciocho, diecinueve, al llegar al vigésimo corte la el bokken se me escapó, pero pude volver a agarrarlo antes de que callese al suelo diablos.

Continué lanzando cortes hasta llegar al centésimo, a pesar de que durante ese tiempo el bokken se me escapó varias veces y empezaba a sentir cada vez más su peso sobre sobre mis hombros, muñecas y antebrazos hasta el punto de que mis brazos temblaban levemente al llegar a los cincuenta cortes. Pero intentaba no demostrarlo, no tenía intención de mostrar un ápice de debilidad, a pesar Tatsuya fuese mi hermano.

Al acabar los cien cortes, intentando ignorar que me temblaban los brazos, empecé a practicar los mismos cortes; esta vez avanzando.

[King Roga]

Tatsuya le había ofrecido de vuelta el bokken a Katsuo pero este como el buen malagradecido que es se lo quitó de las manos sin agradecer por devolvérselo, de hecho le respondió de mala manera.

-Tsk, no es como si tuviera mucho secreto esta cosa; es poco más que una espada de madera intentado imitar una katana, solo tienes que golpear con ella y ya está-

Katsuo no tenía ni la más mínima idea de lo que estaba diciendo, un bokken bien usado puede fácilmente romperle un hueso a alguien, además era muy práctico para acostumbrarse a lo que sería una katana de verdad, incluso con práctica podría vencer a un oponente que llevase una katana metálica. Katsuo tomó nuevamente el bokken y volvió a su posición inicial para seguir practicando mientras Tatsuya hacía lo propio caminando de nuevo en dirección a la roca bajo la sombra del peñon para sentarse y seguir observando.

Pudo notar que luego de seguir practicando algunos cortes a Katsuo se le terminó resbalando y cayendo pero lo logró recuperar en el aire, si bien no era demasiado pesado era normal que se cansara pues no está acostumbrado a el, es una fatiga normal, los aceites que normalmente se usan para cuidar los bokken aumentan el peso y lo hacen más difícil de manejar, así que era de esperarse que Katsuo no supiera usarlo adecuadamente. Veía como seguía intentando realizar su rutina y el bokken se le cayó algunas veces más.

"Katsuo no sabe apreciar un arma, y quién no sabe apreciar el valor de un arma no sabrá de que es capaz de hacer con ella"- Pensaba mientras lo observaba.

Pronto después de llegar a 100 cortes Katsuo se puso a realizar una nueva rutina, podía ver que se había desgastado físicamente, realmente hay que ser muy mediocre para quedarse así después de un simple entrenamiento, hay estudiantes de la academia que pueden hacerlo mejor que el, al estar cansado por consiguiente no podría realizar la rutina como debería pero aún así su hermano seguía intentándolo, curiosamente estaba mostrando mas diligencia para entrenar que en otras ocasiones, normalmente estaría alegando o poniendo un pretexto para no tener que hacerlo, es algo bueno que se este dedicando más a ello, pero sí no lo hace correctamente no sirve de nada.

-Katsuo, descansa un rato y vuelve a empezar desde el inicio- le ordenó a su hermano.

Tatsuya no podía aprobar el entrenamiento de Katsuo, sí no podía ni realizar 100 cortes sin que se le vencieran los brazos mucho menos seguir, se esperaba algún reclamo de Katsuo, pero era necesario que le bajara el ritmo si deseaba seguir, debía recuperarse y además ya casi había llegado el medio día, sería apropiado aprovechar para almorzar.

[Tsukiyama Daigo]

Por lo que parecía mi nueva rutina no estaba dando resultados, solo conseguía cansarme y lo que es peor: no parecía mejorar en lo absoluto. Cada vez sentía más el peso del bokken sobre mis hombros, no podía entender como podía llegar a pesar tanto ¿cómo puede llegar a pesar tanto un simple trozo de madera? pensé frustrado mientras practicaba mi nueva rutina.

grrr, si el puede hacerlo, yo también pensé para animarme a mi mismo a entrenar, ya no entrenaba para mejorar mi propia técnica, sinó que lo hacía para superar a Tatsuya. No podía admitir que una tarea tan sencilla se le diese mejor a el que a mi.

Katsuo, descansa un rato y vuelve a empezar desde el inicio me intentó ordenar Tatsuya, al escucharlo paré de entrenar y me di la vuelta para poder verlo ¿No se suponía que solo tenías que mirar? No te metas más de lo necesario le repliqué en seguida y continué practicando.

uno, dos, tres cortes más. Ya llevaba veintitrés cortes y el sudor en mis manos empezaba a provocar que se me resbalase el bokken tsk, tengo que agarrarlo más fuerte antes de que se me caiga pensé, ordenándome a mi mismo a sostener el mango un poco más fuerte, cosa que hice un par de cortes después.

Continuaba entrenando hasta llegar a los cincuenta cortes, los brazos me empezaban a vencer, pero sabía que ya no era cuestión de fuerza, sinó de voluntad y estaba seguro de que en eso no podía flaquear. No enfrente de nadie y mucho menos de Tatsuya.

[King Roga]

¿No se suponía que solo tenías que mirar? No te metas más de lo necesario- Fue la respuesta de Katsuo a al ofrecimiento de Tatsuya.

-Hmmhhhhh...- Suspiró de manera profunda.

Tatsuya ya se esperaba una respuesta como esa pero no se iba a rendir, el quería ayudarlo y con eso en mente pretendía seguir haciendo lo que pudiera, Katsuo parecía ponerle todavía más empeño, no sabía a que se debía ese repentino cambio de actitud hacia el entrenamiento pero fuera lo que fuera instaba a Katsuo a mejorar y eso era más que suficiente para hacer sentir feliz a Tatsuya aunque aún había mucho camino por delante. Era mejor dejarlo así que no vaya a ser que por querer indagar a Katsuo se le terminase llendo el impulso.

Pensó en invitarlo a almorzar pero se imaginó que de nuevo le iba a salir con una mala contestación, total si le decía algo se enojaba y si no también, así que decidió ponerse a comer el sólo, ya luego Katsuo le pediría algo cuando se le antojase. Había traído dos obentos y unos mochis, los favoritos de Tatsuya. Las criadas de la casa eran excelentes cocineras, a veces el propio Tatsuya las ayudaba a preparar la comida, pensaba que como un ninja en ocasiones tendrá que valerse por sí mismo y deberá preparar su propia comida, así que si iba a tener que cocinar pues al menos que supiera bien.

Así pues Tatsuya se dispuso a comer, una sonrisa se dibujó en su cara a la hora de probar los mochis, era casi un día casi perfecto, había podido salir a admirar el cielo, el clima estaba templado como a él le gustaba, Katsuo se estaba esforzando y podía disfrutar de una comida ligera sin preocuparse, ¿qué podría salir mal?.

Tatsuya mientras daba bocaditos pequeños observó el cielo, meditando sobre la tranquilidad del lugar, una bella tierra que ya no estaría nunca más bajo la amenaza de Kusagakure, aquella aldea que desapareció en una sóla noche. Durante años su padre solía estar mucho tiempo fuera durante la época de guerra, y cada uno de esos años Tatsuya deseaba que la guerra se acabase, durante años Yubiwa-sama el Kawakage mantuvo en secreto la existencia de Takigakure, así pues ahora que Kusagakure fue arrasada ya no se vieron en la necesidad de hacerlo ellos mismos; pero era perturbador imaginar quién o qué destruyó a sus enemigos por ellos. A Tatsuya no le complacía del todo que la paz de la aldea se debiera a la desgracia de otros.

[Tsukiyama Daigo]

Mi hermano, después de un profundo suspiro, parecía haberse resignado a no meterse en mis asuntos. Mientras tanto yo continuaba entrenando, mi objetivo eran cincuenta cortes y planeaba conseguirlo aunque me venciesen los brazos.

Lo que empezó como un entrenamiento escaló rápidamente a una cuestión de orgullo; un orgullo que no me permitiría descansar hasta conseguir llegar a los cincuenta cortes joder, tengo que poder me dije a mi mismo en voz baja para darme ánimos, aunque seguramente solo haya sido producto de mi frustración.

Por algún motivo me sentía extraño, esos cincuenta cortes poco a poco empezaron a significar algo más y el orgullo que sentía se transformó en alguna especie de intento de conseguir demostrarme a mi mismo mi propia habilidad tengo que poder... tengo que poder... me seguía repitiendo a mi mismo.

El ''entrenamiento'' ya no lo era más, solo pensaba en hacer los 20 cortes que me faltaban para llegar a 50 y el hecho de que me costase tanto solo conseguía frustrarme.

Mis brazos se movían lento y estaba jadeando, pero yo seguía entrenando hasta completar la rutina mientras me preguntaba el porqué de tanto empeño, de tanta diligencia entrenando siendo yo una persona que suele aborrecer perder el tiempo en ello.

Pronto lo comprendí.

Heh dejé escapar una leve media sonrisa cerca del cuadragésimo corte, no sé como no había caído en ello antes esto se ha convertido en un reto, por orgullo me confirmé a mi mismo mentalmente, consiguiendo que mi orgullo me impulsara a cumplir con ese reto.

Y lo conseguí.

Estaba exhausto, mis brazos al enterarse que habían cumplido su objetivo cedieron para descansar a la vez que mis manos soltaban el bokken por la extenuación a la que fueron sometidas. No tenía intención de volver a cogerlo, no por ahora. volteé la mirada para poder ver a Tatsuya y enterarme de que estaba comiendo.

Tsk chasqueé la lengua al enterarme de que yo también estaba hambriento. Ya casi era medio día y empezaba a reconsiderar la oferta que me hizo Tatsuya de descansar. Sin pensarmelo mucho me acerqué para probar las mochis.

Convencido de que Tatsuya me brindaría un poco me senté a su lado, mi corazón latía rápido y fuerte pero no me importaba. Había cumplido mi objetivo. acerqué la mano todavía temblorosa hacia Tatsuya, con la palma apuntando hacia arriba y diciendo con todo el cuerpo dame una...

[King Roga]

Después de haberse relajado un momento notó que una vez más Katsuo dejó caer el bokken, aunque esta vez al menos había logrado hacer cincuenta cortes limpios, eso le agradó a Tatsuya y también le agrado que al parecer había dejado su necedad a un lado para descansar como es debido, debía estar muy pero que muy agotado, aun así su orgullo no lo dejaría mostrar debilidad. Tatsuya sabía que la terquedad de su hermano podía ser a veces de ayuda, aunque en la mayoría de los casos solía ocasionar problemas.

"Así que al fin cedió"- Pensaba divertido.

Katsuo caminó hacia Tatsuya, se le notaba cansado y quizás un poco sudado, no dijo nada al respecto sobre el entrenamiento, Tatsuya simplemente seguía comiendo, estaba a punto de comerse otro mochi hasta que escuchó a Katsuo decirle - dame una...- En ese momento miró de reojo a Katsuo mientras sostenía el mochi que había estado a punto de meterse en la boca, su hermano le había extendido la mano para pedirle uno de los pequeños postrecitos, a Tatsuya se le ocurrió molestarlo un poco, si bien el no es alguien que frecuenta bromear a veces como todo hermano mayor siente ese impulso de molestar al menor. Igual no es como si tuviera que esforzarse pues Katsuo era alguien muy fácil de provocar.

-¿Acaso eres tan débil que no te da el brazo para agarrarlo tu mismo?- Le dijo mientras enarcaba una ceja.

Inmediatamente volteó su vista al frente como ignorando la petición de Katsuo, y se dispuso a meterse a la boca el mochi que no había podido comer antes debido a la interrupción de su hemano, Tatsuya si bien es un chico amable a veces le sale ese pequeño rasgo de malicia cuando se trata de Katsuo, aunque también es cierto que suele ser poco frecuente, ya que para ser hermanos casi nunca suelen compartir tiempo juntos, son en extremo diferentes. Tatsuya luego de haber terminado con ese mochi volteó la mirada hacia su hermano.

-Estas hecho un desastre, tocaste el bokken sudado y además lo recogiste del suelo, ve a lavarte las manos al río, o... ¿Estas tan cansado que ni eso puedes hacer?- Remató Tatsuya.

[Tsukiyama Daigo]

Al escuchar mi petición Tatsuya se me quedó mirando de reojo, mochi en mano y con una mirada que daba a entender que tenía intención de provocarme. -Hmpf- Resoplé un poco al darme cuenta de sus intenciones mientras pensaba. Y ahora es cuando intenta decir alguna tontería para ver si consigue picarme, pero no lo va a conseguir tan fácil. Quiero ese mochi pensé seguro de mi mismo mientras esperaba a que me diese mi mochi.

-¿Acaso eres tan débil que no te da el brazo para agarrarlo tu mismo?- Fue lo que me respondió.

-Tsk- Chasqueé la lengua al escuhar su respuesta. Lo sabía, sabía que no me brindaría un solo mochi sin intentar molestarme un poco, y siendo sinceros lo había conseguido.

Estaba cansado y hambriento despues de haber estado entrenando tanto tiempo, mientras el solo había estado sentado todo el día mirando. ¿Qué se creía? Me dispuse a tomar yo mismo uno de los postres, casi a la vez que Tatsuya acababa su propio mochi. Momento en que volteó la mirada para verme.

-Estas hecho un desastre, tocaste el bokken sudado y además lo recogiste del suelo, ve a lavarte las manos al río, o... ¿Estas tan cansado que ni eso puedes hacer?- Remató Tatsuya lo que había dicho hace un tiempo. Durante un instante me detuve, lo miré un segundo de reojo a punto de coger el mochi. No parecía tener la intención de marcharme a lavarme las manos para poder comer y de hecho no la tenía.

Me dispuse nuevamente a tomar el mochi que me correspondía por derecho, al fin y al cabo ¿Cómo podría el comérselos todos? Era lo que pensaba mientras tomaba uno de los pasteles sin si quiera preguntar nuevamente. Ya lo tenía entre mis manos y muy pronto entre mis fauces, pero la voz de un hombre de mediana edad me interrumpió.

El señor se acercó a nosotros. Tenía una altura media, una cabellera café que caía casi hasta a sus hombros, la musculatura y la piel de un civil que aparentemente hacía algún tipo de trabajo físico usualmente, una barba algo corta y una mirada que denotaba una gran preocupación

-Escuchen, jóvenes, ¿Pueden ayudarme? Necesito su ayuda, mi hijo Kenta se ha perdido y no lo encuetnro por ningún lado.- Nos dijo para llamar nuestra atención. Yo lo ignoré completamente mientras saboreaba mi postre, pero el hombre no parecía estar dispuesto a ceder y continuaba frente a nosotros, suplicando nuestra ayuda con la mirada.

[King Roga]

Katsuo sólo chasqueó la lengua ante las palabras de Tatsuya, había conseguido molestarlo, no importaba cuantas veces hubieran pasado por esa situación, de una u otra manera Katsuo terminaba cayendo en el juego de su hermano. Sin embargo el menor no tenía la más mínima intención de acatar la orden de su hermano y se atrevió a devolverle la mirada. Además de venir y tomar de todas maneras el mochi sin consentimiento de Tatsuya. Por un momento el joven de cabello negro pensó en agarrarle la mano para evitar que tomase el mochi pero no lo hizo al percatarse de que un hombre se acercaba a ellos.

"Es extraño ver a un civil merodeando tan cerca de la Aldea Escondida"

El hombre parecía algo cansado, pero sobretodo mostraba una expresión de preocupación, se le podía ver incluso con los ojos un poco llorosos y las ojeras que tenía acentuaban su mala apariencia. Tatsuya al ver a alguien en esas condiciones dedujo que tenía algún problema y de hecho así, era, las palabras del hombre confirmaron su teoría.

-Escuchen, jóvenes, ¿Pueden ayudarme? Necesito su ayuda, mi hijo Kenta se ha perdido y no lo encuetnro por ningún lado.-

Katsuo ignoró descaradamente a aquel hombre que les pedía ayuda, una cosa era no darte cuenta de la presencia de alguien, pero su hermano incluso se detuvo para escuchar al hombre y luego se hizo el loco. Tatsuya no podía creer como era posible que su hermanastro fuese tan carente de empatía, haciendo oídos sordos a alguien que le suplicó ayuda. Katsuo simplemente actuó como si el hombre en custión no existiese y se puso a comer el mochi aunque el sujeto siguiese enfrente de él con la mirada triste.

Tatsuya se enfadó, con un diestro movimiento de su brazo le golpeó con un poco de fuerza el mentón a Katsuo con la parte externa de su mano mientras aún estaba masticando, lo hizo con la intención de que Katsuo se mascara la lengua y terminara escupiendo la comida por el dolor. Había muchas cosas que podía aguantarle, pero ignorar descaradamente a alguien que pedía ayuda no lo iba a tolerar, seguramente por el dolor de morderse ni siquiera iba a ser capaz de responderle con algún insulto de manera inmediata.

-Perdone los malos modales de mi hermano, señor- Dijo mientras reverenciaba sintiendo vergüenza ajena por culpa de Katsuo. -Dígame, ¿cómo fue que se perdió su hijo?- Prosiguió mientras levantaba la cabeza.

-Soy un pescador, suelo frecuentar este lugar con mi hijo... Pero ayer en la noche que acampamos cerca de aquí lo mande por leña y el ya no volvió- El tono de voz del hombre se empezo a quebrar. -Por favor, mi pueblo esta muy lejos de aquí... no puedo regresar a pedir ayuda, tardaría dos días en regresar, se los suplico... ayúdenme por favor, se los ruego- Y en esos instantes el hombre se puso a sollozar.

Tatsuya rápidamente se sintió mal por aquel hombre, es como sí el dolor de aquel hombre lo sientiese el mismo, sólo le faltaba ponerse a llorar junto a él. No iba a titubear, se levantó de la roca y empezó a guardar las cosas en la mochilita que traía para ponerse en marcha. Ni lento ni perezoso se dispuso a empezar la búsqueda. Pero estaba el problema de que su hermano podría decir alguna insolencia, así que dejaría que hiciera lo que quisiera.

-Yo lo ayudaré señor- Dijo para luego voltear la cabeza hacía su hermano -Quédate entrenando o vete a casa, no es necesario que me acompañes- Le dijo con expresión seria.

El hombre asintió con la cabeza en señal de agradecimiento mientras se intentaba secar las lágrimas. A Tatsuya le importaba poco lo que hiciese su hermano al respecto, pero bueno se llevaría los mochis con él, quizás eso podría ser un incentivo para su hermano, porque la compasión definitivamente no lo era.

[Tsukiyama Daigo]

Había conseguido alcanzar a coger un mochi. Por suerte mi hermanastro no había opuesto resistencia en lo absoluto, así que pude disfrutar con tranquilidad el dulce sabor del postre de arroz. Solo había un inconveniente: había un hombre que prácticamente estaba llorando frente a mi y no me dejaba comer mi mochi con tranquilidad. Lo peor de todo era que seguramente Tatsuya querría escucharlo, o incluso ayudarlo y yo tendría que acompañarlo ya que no podía volver a casa y pasaba de quedarme solo.

Diablos... pensé algo frustrado al darme cuende de que Tatsuya le empezaba a prestar atención mientras hablaba. Por favor, dime que no lo harás, vamos, no tiene nada que ver contigo continuaba insistiendo mentalmente mientras, en apariencia, continuaba saboreando el postre sin prestar demasiada atención a lo que ocurría a mi alrededor. Hasta que...

-Aaaagh- Me quejé al recibir un pequeño golpe en el mentón que consiguió que me mordiese la lengua y posteriormente me empezase a ahogar con el arroz. -Hijo de puta- exclamaba entre toz y toz hasta que conseguí desatascar el trozo de mochi de mi garganta. Mientras tanto Tatsuya coninuaba charlando con el señor.

-Perdone los malos modales de mi hermano, señor- Fué lo que dijo mentras lo reverenciaba
-Dígame, ¿cómo fue que se perdió su hijo?- Prosiguió mientras levantaba la cabeza, invitándole a explicar su problema para poderle ayudar.

Yo para entonces ya había conseguido escupir el trozo de mochi que se me había atascado en la garganta y continuaba comiendo el resto del mochi que tenía en la mano, por ahora estaba escuchando al hombre, o al menos eso aparentaba. Que te jodan... Insulté a Tatsuya mentalmente, por el golpe que me había dado hace un momento. Seguramente en alguna otra ocasión habría rebotado e iniciado una discusión o pelea con Tatsuya, pero algo dentro de mi me decía que esta vez saldría perdiendo.

Soy un pescador, suelo frecuentar este lugar con mi hijo... Pero ayer en la noche que acampamos cerca de aquí lo mande por leña y el ya no volvió- Dijo el pescador, mientras poco a poco se acercaba más al punto de empezar a llorar -Por favor, mi pueblo esta muy lejos de aquí... no puedo regresar a pedir ayuda, tardaría dos días en regresar, se los suplico... ayúdenme por favor, se los ruego- Nos rogó, instantes en romper en sollozos desesperados por el paradero de su hijo.

Patético... pensé sobre la actitud del tipo mientras empezaba a levantarme resignado, Tatsuya tenía esa cara, la cara de ''no te conozco de nada ni voy a conseguir nada de esto, pero tu tranquilo: te voy a ayudar.

Y eso me desesperaba.

-Yo lo ayudaré señor- Dijo Tatsuya, haciéndose el héroe, justo antes de voltear la mirada hacia mi posición. Solo para encontrarme parado, aparéntemente listo para partir. El pescador por su parte parecía muy agradecido mientras exclamaba cosas como ''Oh, muchas gracias!'' y ''jamás podré agradecerlo lo suficiente!'' Tatsuya mientras tanto parecía estar a punto de decirme algo.

-Quédate entrenando o vete a casa, no es necesario que me acompañes- Me incitó Tatsuya a no ayudarle, mientras yo simplemente guardé una de mis manos en un bolsillo para responderle, mientras sostenía medio mochi con la otra. -Hmpf, guárdate las tonterías, voy contigo. Paso de volver- Le dije, ocultando el hecho de que en realidad lo ayudaría porque me parecía de lo más patética la actitud del pescador.

Justo antes de partir miré al pescador. -Oye, a lo mejor si nos dices la edad, o al menos como se ve el enano podremos ayudarte mejor ¿no crees? Le repliqué al pescador, que ya había asumido que lo ayudaríamos. Me miró con los ojos vidriosos, rojos y algo hinchados. Con una mirada conmovedora, para cualquier otra persona.

-Es... es un chico de ocho años, más o menos con esta estatura...- Nos lo describió con algo de dificultad, indicando su altura con una mano, describiéndolo lo mejor que pudo; desde su color de pelo hasta su piel, pasando por su rostro e incluso su mirada. Ciertamente parecía querer al mocoso.

Despues de escuchar la descripción del chico me di media vuelta, preparado para partir. -De acuerdo, veremos si podemos hacer algo, pero no prometo nada- Acabé por decir sin darme la vuelta para mirarlo. Yo también quería hacerme el héroe.

Dicho eso me dispuse a alejarme del lugar para buscar al chico mientras me acababa el trozo de pastel de arroz que todavía me quedaba de un solo mordisco, ni siquiera me molesté en observar si Tatsuya me seguía o si prefería buscar en otro lado. Simplemente empecé con la búsqueda por mi cuenta.

[King Roga]

Katsuo intentaba pronunciar malsonantes palabras para insultar a su hermano mientras casi se ahogaba con el mochi, Tatsuya ya se lo esperaba, aunque lo que si le sorprendió fue el hecho de que ya no siguiera vociferando y tratase de iniciar una pelea. Pero no podía quejarse por ello, además no era el momento indicado pues tenían a un hombre que había perdido a su hijo y necesitaba de su ayuda en esos momentos críticos, para sorpresa de Tatsuya su hermanastro se rehusó a quedarse.

-Hmpf, guárdate las tonterías, voy contigo. Paso de volver-

Sin embargó lo más impresionante fue lo que dijo después, Katsuo se ofreció a ayudar también al pescador; su hermano hasta le preguntó por la apariencia del desaparecido y demás detalles. Tatsuya se quedó escuchando atentamente cada palabra, le parecía una actitud totalmente marciana para como se suele comportar Katsuo. No es que no quisiera que su hermano fuera más amable, de hecho siempre lo ha deseado; pero que pase así de la nada es demasiado bueno para ser verdad.

"¿Katsuo en verdad va a ayudar?, no, debe tener otras razones

De hecho por andar tan pensativo en eso ni se fijó que Katsuo y el pescador ya habían emprendido la marcha, mientras Tatsuya se quedó pasmado observando a su hermano con cara de sorprendido durante unos instantes más. Ya habían avanzado un par de metros cuando Tatsuya reaccionó y se dispuso a seguirlos, aceleró el paso para ponerse a la par de su hermano mientras lo miraba con una expresión de duda.

-Katsuo... ¿Qué estas tramando?- Preguntó con tono de incredulidad ante lo que estaba pasando.

El.pescador caminaba en dirección al bosque, y ambos hermanos no tenían más opción que seguirlo, era necesario recabar información para intentar determinar que rumbo pudo haber tomado el niño, y porqué se perdió. Era anormal ue desapareciese sin dejar rastro de su paradero, aunque no había transcurrido mucho tiempo pues por las palabras del pescador al haber ocurrido la noche anterior no habían transcurrido más de veinticuatro horas, tenían buenas posibilidades de hallarlo pronto.

[Tsukiyama Daigo]

Tatsuya, mientras hablaba con el pescador, se encontraba en un estado entre atento por la información y atónito por la actitud que tenía. Su reacción era comprensible, seguramente mi hermano se esperaba todo de mi menos ayuda.

El pescador y yo nos dispusimos a comenzar la búsqueda, Tatsuya por su parte contnuaba parado. heh, parece que se ha sorprendido mucho. Pensé al notar que no se movía en lo absoluto durante un momento. -Oye, recuerda pillar el bokken antes de venir ¿vale?- Le dije a Tatsuya para despertarlo, mientras el todavía continuaba parado, sorprendido por mi actitud.

-Katsuo... ¿Qué estas tramando?- Preguntó Tatsuya incrédulo por mi actitud, claramente preocupado por mis intenciones. Yo lo estaba escuchando sin darme la vuelta y sin hablar mucho, mientras miraba a un lado y al otro buscando indicios del chico con la mirada.

¿Cómo pudo haberse perdido de una manera tan tonta? pensaba mientras me preguntaba a mi mismo sobre el paradero del niño, justo antes de echar un ligero respolido. heh, seguramente se habrá metido en líos el muy tonto. Me acabé por responder mentalmente, todavía buscando con la mirada alguna pista sobre el mocoso.

Habían pasado un par de segundos desde que Tatsuya me había hablado y yo continuaba sin responderle. De hecho no daba la impresión de tener intención de hacerlo, sinó que simplemente estaba caminando hacia al frente sin decir nada, con las manos en los bolsillos y con cierto aire de tranquilidad, o más bien despreocupación.

-¿Qué pasa? ¿no crees que pueda ofrecer mi ayuda sin tramar algo?- Acabé por responderle, todavía siguiendo al pescador que nos guiaba hacia el bosque donde tendríamos que buscar a su hijo.

-Aquí es...- Nos dijo cuando habíamos llegado al bosque, parecía haberse recuperado de su estado anterior y estaba algo más animado para buscar a su hijo. Había recuperado la esperanza en encontrarlo.

-De acuerdo, entonces supongo que tenemos que empezar ya ¿no?- Dije mientras miraba a mi alrededor, haciendo el gesto de buscar algo con la mirada, o simplemente de estudiar el lugar. Sea como sea no me serviría de mucho, porque no conseguiría encontrar nada de esa forma.

El bosque estaba muy vegetado y no parecía haber sido tocado por ningún humano en mucho tiempo. Todo era increíblemente verde y hermoso, pero eso no era nada que pudiera sorprenderme a mi o Tatsuya, ya que estábamos acostumbrados al panorama.

Apenas unos instantes de haber hablado y sin dar pie a una respuesta volteé la mirada para poder ver a Tatsuya y al pescador -Bien, te ayudaremos a buscar a tu hijo, tú quédate por aquí cerca, así podremos encontrarte a ti si encontramos al niño... porque no queremos que te pierdas tu ¿verdad? Le indiqué al pescador, pronunciando las últimas palabras como una especia de burls mientras sonreía levemente. Probablemente el señor no se lo tomara bien, pero éramos los únicos que lo estaban ayudando y dudaba que pudiese permitirse responderme de mala manera.

Si nadie objetaba nada, me dispondría a buscar al chico en el bosque. No me preocupaba perderme, al fin y al cabo el bosque era un lugar cualquiera para mi y para cualquier habitante de Takigakure.

[King Roga]

Katsuo le indicó a Tatsuya que fuera por el bokken pero el mayor de los hermanos Takanashi no tenía interés en obedecer aquella orden, especialmente porque consideraba que era Katsuo el responsable de cuidarlo, pues su padre se lo confió al menor y no a Tatsuya. Sí le iba a caer un regaño a alguien por perder el bokken iba a ser a Katsuo, por otro lado este último había seguido con su camino sin responder a la pregunta de Tatsuya, con su actitud prepotente sin importarle que la gente le este dirigiendo la palabra. Luego de caminar un rato al fin se dignó a contestar.

-¿Qué pasa? ¿no crees que pueda ofrecer mi ayuda sin tramar algo?-

-Sinceramente... No, no lo creo- Contestó.

Él era franco, quería creer que Katsuo podía ser una buena persona, pero con tantos problemas que causaba y el hecho de que solía ser insensible con los demás lo hacía dudar incluso a él. Dentro de la lógica del pelinegro su hermano era un total desalmado, sin contar la carencia total de sentido común y modales que brillaban por su ausencia, realmente en cinco años de estar juntos su actitud no mejoró, y que de repente se ponga a ayudar le hizo pensar en una teoría.

"¿Y sí es?..."- Un recuerdo le llegó a la mente

Hace algunos años...

Había frío, un frío extraño para lo que es Takigakure, aguanieve caía suavemente sobre el niño de cabello negro, un hombre joven se encontraba a la par de él, estaban esperando en una zona boscosa mas allá de la aldea. Hace ya 3 meses que no se sabía nada del jefe de la familia, algo preocupante considerando que se trataba de una simple misión de reconocimiento... O eso le habían dicho al muchacho, pero el niño no era tonto, dentro de unas cuantas semanas sería su graduación de la academia ninja; y como ninja estaba consciente de que se vivía en tiempos hostiles.

-Tatsuya-sama, por favor regresemos, conoce las reglas, debemos mantener el mayor sigilo posible-

El niño no respondió, simplemente se limitaba a ver desde lo alto del árbol el sendero que se dibujaba de manera serpenteante en la inmesidad del bosque, no podía quedarse en casa, su deseo de ver a su padre le hizo ir hasta ese lugar esperando ver esa silueta familiar en la lejanía. El niño sonrió al ver la silueta llegar, saltó para ir a encontrarla en el camino, pero para su sorpresa eran dos siluetas y no una.

-JEFE, perdóneme, no pude convencerlo de que se quedase en la casona- Mencionó el hombre joven.

El hombre no pronunció palabra alguna, observó a su sirviente, y luego bajó la mirada para ver a su hijo, el chico pelinegro tenía una mirada mezcla de duda y curiosidad respecto a la otra silueta, la de un niño de cabellos plateados. Estaba a punto de pronunciar algo, pero no podía. La figura del jounin con una capa negra y una gran guadaña en la espalda también se vio cubierta del aguanieve, los cuatro se encontraban en ese extraño silencio, hasta que la voz aún infantil del preadolescente se dispuso a romper el hielo.

-¿Qui...?- No pudo terminar de formular su pregunta.

-Él será tu hermano a partir de ahora...- Sentenció...

De vuelta al presente

Tenían la misma edad, Katsuo también tenía ocho años cuando su padre lo encontró... Tatsuya meditaba mientras llegaban al punto exacto donde el pescador aseguraba haber visto por última vez a su hijo, una fogata medio hecha estaba en el suelo, ya habrían transcurrido unas 16 horas, en el área no suelen habitar animales salvajes peligrosos, el único riesgo que podría correr por ahora es la deshidratación y la falta de alimento. Había muchos detalles que no debia dejar escapar, pero no pudo concentrarse adecuadamente por el mal comportamiento que su hermano mostró ante el pescador.

-Bien, te ayudaremos a buscar a tu hijo, tú quédate por aquí cerca, así podremos encontrarte a ti si encontramos al niño... porque no queremos que te pierdas tu ¿verdad?

Su hermano no iba a ver venir el manotazo en la nuca cortesía de Tatsuya, el hombre se miraba incómodo por lo que dijo Katsuo, estaba pasando por una situación muy difícil y Katsuo se atrevió a bromear al respecto; si bien no era muy pesado por la situación resultaba algo muy incómodo, el mayor sólo le quedaba ver si a los golpes su hermano se corregía.

-No seas maleducado, discúlpate con el señor- Dijo Tatsuya después de haber estado tanto tiempo callado.