Este foro utiliza cookies
Este foro utiliza cookies para guardar tu información de inicio de sesión si estás registrado, y tu última visita si no lo estás. Las cookies son pequeños documentos de texto guardados en tu ordenador; las cookies establecidas por este foro sólo pueden ser utilizadas en este mismo sitio y no poseen riesgos de seguridad. Las cookies de este foro también llevan un registro de los temas que has leído y cuándo fue la última vez que los leíste. Los administradores NO tienen acceso a esta información, sólo TU NAVEGADOR. Por favor confirma si aceptas el establecimiento de estas cookies.

Se guardará una cookie en tu navegador sea cual sea tu elección para no tener que hacerte esta pregunta otra vez. Podrás cambiar tus ajustes sobre cookies en cualquier momento usando el link en el pie de página.
Otoño-Invierno de 221

Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.
#1
Daruu movió los dedos de la mano derecha, y sus párpados se cerraron un poco más, en una especie de parpadeo sin abrirlos. Fue consciente del foco de luz blanca, aunque aún no lo había visto, porque ya sin abrir los ojos le escocían, le quemaban.

¿En qué día estaban? Aquella pesadilla había sido horrible. Se palpó los ojos, como si temiera todavía que de los hubiera arrancado aquella mujer.

Cuando pudo reunir la consciencia suficiente como para abrir los ojos y recordar a su madre llorando a su lado en la pastelería, y comprobó que se encontraba en una habitación de hospital, empezó a sospechar que no se trataba de una pesadilla. Pero entonces...

Daruu giró el rostro y se miró al espejo. Dos ojos de color púrpura le devolvieron la mirada. Entrecerró los párpados y se concentró en la imagen...

—No... ¡Nooooooo! —Trató de moverse, pero la anestesia aún se lo impedía. Una enfermera de guardia que estaba sentada en un sofá al fondo de la habitación se asustó y se levantó de golpe—. ¿¡Dónde está mi madre!? ¿¡Dónde!?

La enfermera, haciéndole caso omiso, salió corriendo de la habitación. Daruu, derrotado, dejó caer la cabeza sobre la almohada y suspiró.

«No me digas que...»

Empezó a respirar rápido, agitado. Negó con la cabeza a alguien que no estaba allí. Pronunció murmullos incomprensibles, pero llenos de rabia.

Otra persona entró en la habitación. Pero no era su madre.
[Imagen: K02XwLh.png]

No hay marcas de sangre registradas.
Responder
#2
La persona que entró en la habitación no era su madre. Ni siquiera era una mujer. Sino un médico de gesto severo que cerró la puerta tras de sí y se acercó a la camilla del asustado Daruu. Con gesto firme, apoyó una mano en su hombro y le obligó a quedarse quieto contra el colchón.

—No me obligues a aumentar la dosis de los calmantes, mocoso. Necesitas descansar. Y tu madre también —le recriminó, clavando en él sus ojos aguamarina.

Con gesto profesional, el médico metió su mano libre en el bolsillo de la bata y sacó un pequeño cilindro metálico. Al pulsar un botón, la linterna se encendió y apuntó la luz directamente a los ojos de Daruu, examinándole con fijeza. Afortunadamente, las pupilas del chico respondían perfectamente al estímulo de la luz.

—Mantén los ojos abiertos y sigue el movimiento de mi mano. ¿Cómo te encuentras? ¿Cómo ves?
[Imagen: kQqd7V9.png]
Sprite por Karvistico.


—Habitación de Ayame: Link

No respondo dudas por MP.
Responder
#3
Era Aotsuki Zetsuo. Daruu apretó los dientes, gruñó, e incluso tuvo el impulso de levantarse para golpearlo con el puño en la cara. Pero el médico le agarró del hombro y le presionó firmemente contra el colchón.

—¡Suéltame, cabronazo!

—No me obligues a aumentar la dosis de los calmantes, mocoso. Necesitas descansar. Y tu madre también.

—¡Aaaaghhhh, noooo! ¿¡Por qué lo has hecho, hijo de puta, por quéee?

Le cegaron con una linterna. Daruu apartó la vista, ignorando las instruciones de Zetsuo.

—¿¡Por qué le has dejado hacerlo, Zetsuo!? ¿¡Por qué!? —Comenzó a llorar de rabia e impotencia—. ¡Al cuerno cómo me encuentro! ¿Crees que voy a dejar que urgues en mis ojos con tu técnica? ¿¡Dónde está mamá!? ¡Por qué tuviste que dejarla hacerlo, puto imbécil!
[Imagen: K02XwLh.png]

No hay marcas de sangre registradas.
Responder
#4
Pero, lejos de calmarse, Daruu siguió revolviéndose con las escasas fuerzas que tenía. Sin embargo, en aquellas condiciones no era más que un débil salmón en las garras de un águila.

—¿¡Por qué le has dejado hacerlo, Zetsuo!? ¿¡Por qué!? —bramaba, llorando de rabia e impotencia—. ¡Al cuerno cómo me encuentro! ¿Crees que voy a dejar que urgues en mis ojos con tu técnica? ¿¡Dónde está mamá!? ¡Por qué tuviste que dejarla hacerlo, puto imbécil!

Zetsuo apretó las mandíbulas, y ni siquiera apagó la linterna cuando le asestó una bofetada en la mejilla. Pese a todo, se había contenido, no le había dado demasiado fuerte (dadas las condiciones del recién operado muchacho), sólo lo suficiente como para templar su espíritu.

—¡Jodido, estúpido, mocoso! —farfulló entre dientes, y la mano que aferraba su hombro aplastándole contra el colchón pasó al cuello de su bata para alzarle y acercarle a sus ojos—. ¡Fue su voluntad! ¡Así que deja de comportarte como un jodido niñato desagradecido y acepta el regalo de tu madre! ¿Crees que podría haberme negado? ¡¿Qué derecho habría tenido para hacerlo!? ¡¿Acaso no crees que ella misma habría encontrado la manera de arrancarse los ojos con sus propias manos para dártelos?! ¡He preferido hacerlo yo antes de que cometiera ninguna locura y muriera por ello, idiota!

Le soltó, dejándole caer de nuevo sobre la camilla, y dejó escapar un largo y tendido suspiro.

—Ella está en otra habitación. Necesitaba descansar e intuía cuál iba a ser tu reacción cuando despertaras. No me equivocaba.

Le dirigió una mirada de soslayo, y sus ojos sombríos se afilaron durante un instante.

—No voy a hurgar en tus ojos, si eso es lo que te preocupa. Aunque la tentación es muy fuerte, dadas las circunstancias —añadió, casi arrastrando las sílabas. Volvió a inclinarse sobre la camilla, apoyando ambos brazos en el colchón e inclinándose sobre el muchacho—. Pero ahora mismo me vas a contar con todo lujo de detalles lo que ha ocurrido, Amedama.
[Imagen: kQqd7V9.png]
Sprite por Karvistico.


—Habitación de Ayame: Link

No respondo dudas por MP.
Responder
#5
Sin previo aviso, Zetsuo le abofeteó, girándole el rostro. Daruu se quedó allí, con la mejilla pegada a la almohada, los ojos peligrosamente entrecerrados y los dientes apretados y casi chirriando entre sí. El hombre le agarró por la bata y le reprendió por cuestionar la voluntad de su madre.

...acepta el regalo de tu madre! —Fueron esas palabras y no otras las que le dejaron en estado de shock. No el hecho de que hubiera sido su voluntad —cosa que ya había sabido desde el momento en el que se había visto en el espejo—, sino el hecho de que se refiriera a ello como un regalo.

«¿Pero por qué, mamá? ¿Por qué? ¿Qué será de tu cafetería?». Pensar en ello hizo caer las lágrimas definitivamente de sus ojos, que resbalaron por sus mejillas y mojaron el colchón de la camilla. «Mamá...»

No podía sino imaginarse la sonrisa de su madre y sus ojos radiantes cada mañana, haciéndole de rabiar. A Daruu, Kiroe le había regalado sus ojos, sí. Pero le había quitado gran parte de su vida.

Él siempre había querido ser ninja para ganar un sueldo digno y apoyar a su madre mientras ella se ocupaba de la cafetería. Él siempre había pensado que si algún día se hartaba, tendría ese sitio para volver, donde solía aprender repostería de su madre. Él siempre había querido tener una vida sencilla alejada de los problemas.

Ahora, alguien le había arrebatado sus Byakugan, unos ojos que él nunca había pedido. Se habría conformado con la banalidad de ser un ninja cualquiera.

«Puta mierda, putos clanes de puta mierda. Putos Kekkei Genkai, puta selección y pureza genética... ¡de mierda!»

—No voy a hurgar en tus ojos, si eso es lo que te preocupa. Aunque la tentación es muy fuerte, dadas las circunstancias —añadió Zetsuo. Intentó seguir hablando, pero Daruu le cortó, aún sin dirigirle una mirada:

—No quería que me leyeras la mente porque no tengo nada que ocultar y te lo iba a contar enseguida —dijo de forma seca. Tragó saliva—. Dios, todavía no puedo creer que esté pasando todo esto.

Sollozó un par de veces.

—Ayame me citó en la Playa de Amenokami para combatir contra ella. Gané el combate, pero quedé agotado por haber utilizado mucho chakra. Una mujer de pelo rubio pálido y ojos verdes, una exiliada de Amegakure, se acercó a mí humillándome con una técnica que me produjo... excitación sexual y parálisis. —Daruu sólo informó. Ya ni siquiera le avergonzaba aquello—. También actuaba como una especie de sedante.

Tragó saliva.

—Creo que trafica con órganos, o algo así... Me dijo que ganaría mucho dinero con mis ojos. Me los arrancó allí mismo con sus propias manos.

»Me arrastré hasta Ayame y utilicé un jutsu para teletransportarme a la cafetería de mamá con las últimas fuerzas que me quedaban. Creo que ya conoces el resto.

Daruu giró la cabeza y miró a Zetsuo.

—Me han jodido la vida, Zetsuo. Y lo peor de todo es que Ayame... Ayame va a pensar que la culpa ha sido suya, ahora que me doy cuenta.

»Devuélvele estos ojos a mamá... Ella te lo pidió, yo también te lo pido... Dáselos, dáselos por favor.
[Imagen: K02XwLh.png]

No hay marcas de sangre registradas.
Responder
#6
Y Daruu comenzó a hablar sin oponer ningún tipo de resistencia más.

Las primeras declaraciones coincidían con las explicaciones que le había dado Ayame, que ella le había citado en la Playa de Amenokami para entrenar con él. Fueron las siguientes palabras, las referentes a la posterior derrota de la kunoichi, la que arrojar la luz sobre los huecos desconocidos que habían quedado.

—Una mujer de pelo rubio pálido y ojos verdes, una exiliada de Amegakure, se acercó a mí humillándome con una técnica que me produjo... excitación sexual y parálisis —continuó hablando el muchacho, pero los ojos de Zetsuo, entrecerrados, no emitieron ningún tipo de juicio—. También actuaba como una especie de sedante.

—Naia... —siseó entre dientes, en voz baja.

—Creo que trafica con órganos, o algo así... Me dijo que ganaría mucho dinero con mis ojos. Me los arrancó allí mismo con sus propias manos. Me arrastré hasta Ayame y utilicé un jutsu para teletransportarme a la cafetería de mamá con las últimas fuerzas que me quedaban. Creo que ya conoces el resto.

Zetsuo cerró las manos en torno a las mantas y terminó por reincorporarse con un sonado suspiro. Sin embargo, Daruu no había terminado y se volvió hacia él.

—Me han jodido la vida, Zetsuo. Y lo peor de todo es que Ayame... Ayame va a pensar que la culpa ha sido suya, ahora que me doy cuenta. Devuélvele estos ojos a mamá... Ella te lo pidió, yo también te lo pido... Dáselos, dáselos por favor.

El médico le miró con ojos chispeantes.

—¿Pero qué cojones te crees que sois? ¡¿Muñecos desmontables?! ¡Los ojos no pueden estar yendo y viniendo como si fueran pelotas de ping-pong! —exclamó, y entonces sacudió la cabeza—. No. Cualquier protesta que tengas la tendrás que arreglar con la loca de tu madre.

»Y Ayame...
—El hombre chasqueó la lengua, y sus puños temblaron ligeramente cuando siguió hablando—. También se encuentra aquí, pero está bajo estricta vigilancia —se volvió hacia Daruu, con el sufrimiento brillando en sus férreos ojos—. Informamos de manera inmediata a Yui-sama sobre la pérdida de tu Byakugan, pero como no sabíamos qué había ocurrido exactamente y sólo teníamos su testimonio, la primera sospecha cayó sobre ella. Ella misma creyó que había vuelto a perder el control sobre el Gobi como ocurrió hace poco, y por eso preferimos prevenir dejándola vigilada.
[Imagen: kQqd7V9.png]
Sprite por Karvistico.


—Habitación de Ayame: Link

No respondo dudas por MP.
Responder
#7
Apartó la mirada y cerró los ojos. Ya sabía cual iba a ser la respuesta de Zetsuo. Lo sabía, y aún así había pronunciado las palabras.

Daruu giró el rostro y miró a Zetsuo con rostro severo.

—Tengo tres cosas que decir —anunció—: La primera de todas es que en esta situación no vuelvas a llamar loca a mi madre. ¡No lo harás! —Le señaló con el dedo, haciendo el esfuerzo suficiente como para levantar el brazo—. La segunda —dijo—, es que por favor, y no creo que haga falta que te lo pida, déjame aquí y vayas directo a contarles lo que te he dicho para que dejen a Ayame en paz. No perdió el control en ningún momento, además. Y estuvo mucho más serena esta vez, por si te lo estás preguntando.

»La tercera es que antes de irte me digas por qué has mascullado el nombre de Naia cuando te he descrito a esa hija de puta... —Daruu entrecerró los ojos, como si él mismo pudiera leer a través de los de Zetsuo como hacía él.
[Imagen: K02XwLh.png]

No hay marcas de sangre registradas.
Responder
#8
—Tengo tres cosas que decir —dijo Daruu, con gesto severo—: La primera de todas es que en esta situación no vuelvas a llamar loca a mi madre. ¡No lo harás! —le amenazó, señalándole con un dedo que apenas podía levantar, y el hombre alzó una ceja con escepticismo—. La segunda, es que por favor, y no creo que haga falta que te lo pida, déjame aquí y vayas directo a contarles lo que te he dicho para que dejen a Ayame en paz. No perdió el control en ningún momento, además. Y estuvo mucho más serena esta vez, por si te lo estás preguntando.

—Pensaba hacerlo en cuanto esta conversación hubiera finalizado, Amedama. Esa era una de las razones por la que te he preguntado inmediatamente por lo que había pasado. Así que se puede decir que sólo me estás retrasando —soltó, sin ningún tipo de tapujo.

—La tercera es que antes de irte me digas por qué has mascullado el nombre de Naia cuando te he descrito a esa hija de puta... —concluyó Daruu, entrecerrando sus nuevos ojos violetas. Esos ojos que Zetsuo estaba acostumbrado a ver en otra persona...

El hombre suspiró con pesadez, y se pasó una mano por sus cabellos oscuros con tintes azulados. Estaba terriblemente cansado, y no era para menos después de todo lo que había pasado y después de pasar por una operación tan dura.

—Es su nombre. El nombre de la mujer que te quitó los ojos —confesó, serio y sombrío—. Ya viste su bandana, ya sabes que esa hija de puta es una exiliada de Amegakure. Ella estuvo en el mismo complot de traición en el que estaba tu padre, Amedama. Con la diferencia de que ella sigue viva. Y es terriblemente peligrosa. Espero que seas lo suficientemente sensato como para que no se te ocurra ir detrás de ella, chico. No hagas que el sacrificio de tu madre sea en vano.

Zetsuo calló durante un instante.

—Ahora tengo que pedirte yo algo, Amedama: Ve a verla. A Ayame —añadió—. Necesita verte. Desde que despertó ha estado convencida de que fue ella la que te hizo eso. Y eso, sumado a la vigilancia...

»No ha estado bien. Se ha negado a comer todos estos días y se ha... apagado.
[Imagen: kQqd7V9.png]
Sprite por Karvistico.


—Habitación de Ayame: Link

No respondo dudas por MP.
Responder
#9
Parte del escuadrón que conspiró contra Amegakure junto con su padre. Ja, padre. Era irónico. Había estado ignorando el hecho de que había tenido un padre de verdad desde siempre. Ni le daba pena ni lo odiaba. Era una persona que no recordaba ni tampoco quería recordar. Pero ahora, la sangre de su padre se había vertido en el río de su propia vida, que creía totalmente desvinculada de sus problemas y sus pecados.

De hecho, lo más parecido que había tenido a un padre...

Naia. Nunca olvidaría ese nombre. Naia. Lo pronunció en voz muda. Lo deletreó, y saboreó cada una de las letras. Se aseguraría de recordarlo, de tenerlo siempre presente, como el nombre de la persona que le había arrebatado gran parte de su vida. Como un motivo más por seguir esforzándose. Como un motivo más para convertirse en el mejor ninja que él pudiera llegar a ser. Con Byakugan o sin él.

Y aún así...

—Estoy seguro de que podemos entendernos. Nada me gustaría más que organizar una partida de caza y matarla, y vengarme, y todo eso. Sin embargo, no debes preocuparte por eso —explicó—. Que ella viva o muera no va a cambiar lo que ha pasado. Y si muero intentando servir a la venganza, mi madre perdería al hijo por el que se ha sacrificado.

Zetsuo pidió que fuese a ver a Ayame. La petición sorprendió a un Daruu que jamás se hubiera imaginado que aquél hombre le hubiera pedido estar con su hija.

Daruu asintió.

—En cuanto pueda moverme... —Se atrevió a sonreír.

Zetsuo se retiraría entonces hacia la puerta.

—Una última cosa —le detuvo Daruu—. Nada... Sólo quería... darte las gracias por cuidar siempre de nosotros. En el fondo supongo... que eres lo más parecido que he tenido nunca a un padre. —Apartó la mirada, incómodo.
[Imagen: K02XwLh.png]

No hay marcas de sangre registradas.
Responder
#10
Todo había quedado aclarado, y había sido mucho más fácil de lo que había previsto el médico. Quizás era porque estaba acostumbrado al carácter y la cabezonería de su hija...

Otro problema con el que también tendría que lidiar. Y este iba a ser mucho más complicado.

—Bien. Informaré de lo que ocurrió realmente a Arashikage-sama para que levante la vigilancia sobre Ayame e intentaré hablar con ella. Aunque esta condenada chiquilla... —añadió, con un sonoro suspiro mientras se frotaba el puente de la nariz con dos dedos—. Estoy seguro de que no se quedará tranquila hasta que te vea y hable contigo.

El médico se dirigió a la puerta, pero justo antes de llegar a salir, Daruu le interceptó por última vez.

—Una última cosa. Nada... Sólo quería... darte las gracias por cuidar siempre de nosotros. En el fondo supongo... que eres lo más parecido que he tenido nunca a un padre.

Zetsuo se quedó momentáneamente mudo, observando a Daruu con su habitual gesto de hierro afilado. Al final, terminó por sacudir la cabeza y salir de la habitación del chico.

—Bah.

Aunque odiaba admitirlo, pero desde que le había tomado como pupilo, le había cogido cierto cariño.

Igual que a la loca de su madre.
[Imagen: kQqd7V9.png]
Sprite por Karvistico.


—Habitación de Ayame: Link

No respondo dudas por MP.
Responder
#11
«¿¡"Bah"!? ¿Cómo que "bah"? ¿Te digo que eres como un padre para mí y me sueltas un "bah" y te largas? ¿Pero serás gilipollas? ¡Pero será imbécil!»

Cuando la puerta de su habitación se cerró, Daruu se recostó en la cama, resopló y trató de estirar los brazos y las piernas. Bostezó y se quedó un buen rato mirando al techo.

«¿Cómo voy a entrar en la habitación de Ayame y ya está, como si no hubiera pasado nada? Me pregunto si ahora me mirará como un bicho raro por tener los ojos de mi madre... Tiene que ser extraño... joder, sí que lo es. Qué raro estoy», pensó, mirándose al espejo. «En fin...»

Rio, quizás por no llorar.

—"La vida ninja", "la vida ninja". Bah, puta mierda de vida ninja.



· · ·



Golpeó tres veces la puerta con timidez. Al no recibir respuesta, hizo girar el tomo y entró en la habitación, arrastrando por el suelo con la mano derecha el gotero.

—¿Ayame-chan? —dijo, con timidez. Pero cuando la vio, no pudo evitar acercarse a toda la velocidad que le era posible hacia ella—. Ay, por favor, dame un abrazo, lo necesito...

Trató de evitar su mirada, sin embargo.
[Imagen: K02XwLh.png]

No hay marcas de sangre registradas.
Responder
#12
Sentada sobre la cama, abrazándose las rodillas y con la cabeza escondida entre ellas. Así había pasado los últimos días, sólo moviéndose de posición para ir al cuarto de baño o tumbarse en la cama para intentar dormir, y no parecía mostrar ninguna predisposición a cambiar aquella situación. Sobre la mesita de la habitación, una bandeja repleta de comida ya fría, pero aún sin tocar; igual que había ocurrido con la anterior, y con la anterior... Y aquella no era más que una de las mútliples razones por las que presentaba aquel lamentable aspecto, con los ojos hinchados y oscuras ojeras delineándolos. Incluso su cuerpo parecía más frágil que nunca.

Ella no había estado consciente cuando Daruu sufrió aquel terrible destino, pero su cruel cerebro se encargó de dibujar las escenas y recrearlas en su mente una y otra vez, en las pocas veces que había conseguido pegar ojo. En sus sueños, perdía de nuevo el control y arremetía contra Daruu, para arrancarle los ojos, o contra cualquier miembro de su familia o amigos. Ni siquiera cuando Zetsuo disolvió la eterna vigilancia a la que la habían sometido y le había comunicado la verdad acerca de lo que pasó con Daruu mejoró su situación.

Porque no le creyó.

En aquellos instantes, no era más que un lirio mustio.

Tres tímidos golpes resonaron en la puerta de su habitación, pero Ayame ni siquiera se movió de su posición.

Sería la enfermera, para llevarse la bandeja de comida, supuso. Quizás su padre, para reñirla de nuevo por no haber probado bocado. O quizás su hermano, con su gélido silencio. Fuera como fuese, todo le daba igual en aquellos instantes, y sabía que la persona que estaba al otro lado de la puerta entraría con su permiso o sin él.

No se equivocó.

No levantó la cabeza pero escuchó los pasos conteniendo la respiración. Quienquiera que fuese arrastraba algo por el suelo. Y entonces...

—¿Ayame-chan?

La voz de Daruu fue como un rayo de luz en aquellas tinieblas en las que se había sumergido. El corazón de Ayame se olvidó de latir durante un instante, pero antes de que pudiera reaccionar sintió que el chico se abalanzaba sobre ella y la estrechaba con fuerza.

—Ay, por favor, dame un abrazo, lo necesito...

—D... ¿Daruu-kun...? —preguntó, y su voz sonó rota y extraña en sus oídos, después de varios días sin utilizarla. Pero no había duda de que era él. Su olor, reconfortante como nada en el mundo, la envolvió, y Ayame levantó sus temblorosos brazos, y le devolvió el abrazo como buenamente pudo. Sus ojos no tardaron en inundarse de lágrimas—. Lo siento... Lo siento... Lo siento... —sollozó.
[Imagen: kQqd7V9.png]
Sprite por Karvistico.


—Habitación de Ayame: Link

No respondo dudas por MP.
Responder
#13
Daruu apretó muy fuerte a Ayame y comenzó a llorar. Lloró todo lo fuerte y todo lo que pudo, por él mismo, por su madre, e incluso por ella. Lloró por la Pastelería de Kiroe-chan y lloró porque se imaginó que tendría que vivir con murmullos a su alrededor por el resto de su vida. Lloró porque tendría que revivir aquél momento en el que le arrancaban los ojos ahora, y porque tendría que revivir la operación que le había dado los de su madre muchas veces más, cada vez que alguno de sus amigos preguntase por qué esos ojos blancos ya no estaban ahí.

—Chss, chss. Ya está. Tú no has hecho nada, cariño —dijo, sollozando—. Tú no has hecho nada. No fuiste tú. No has sido tú. Relájate. Ya está todo bien, ya está todo bien.

Se separó de ella y la miró a los ojos. Sonrió. Los entrecerró y los apartó de ella, consciente de que no eran los mismos ojos blancos a los que estaba acostumbrada.

—Los clanes son una puta mierda, Ayame —dijo—. Primero, los Kajitsu. Ahora, los traficantes de Kekkei Genkai. Estoy harto. Todo el mundo sobrevalora las líneas de sangre. ¿Quieres saber lo que opino sobre mis antiguos ojos?

»Ojalá se le pudran a aquella furcia en la mano.

Daruu se forzó a mirar a Ayame una vez más.

—Espero que puedas seguir queríendome así. Espero que te siga gustando.
[Imagen: K02XwLh.png]

No hay marcas de sangre registradas.
Responder
#14
Él la apretó con fuerza como si ambos muchachos quisieran fundirse en uno solo, casi asfixiándola, pero a ella no le importó. Al igual que él, sollozaba con fuerza, desahogando toda los sentimientos negativos de aquellos últimos días.

—Chss, chss. Ya está. Tú no has hecho nada, cariño —le decía al oído, y durante un instante no pudo evitar preguntarse si aquello no sería un sueño más. Si su cerebro no se habría compadecido de ella y le estaba dando una breve tregua—. Tú no has hecho nada. No fuiste tú. No has sido tú. Relájate. Ya está todo bien, ya está todo bien.

Ella se mordió el labio inferior, y entonces él se separó de ella.

Y Ayame se quedó congelada en el sitio cuando no encontró sus ojos perlados, sino unos violeta y vibrantes que ya había visto en otro sitio. Él sonrió, pero la sonrisa tembló en sus labios tensos como la cuerda de un arco, y no tardó en apartar la mirada de ella.

«No... no puede ser... esos ojos... son...»

—Los clanes son una puta mierda, Ayame —murmuró el muchacho—. Primero, los Kajitsu. Ahora, los traficantes de Kekkei Genkai. Estoy harto. Todo el mundo sobrevalora las líneas de sangre. ¿Quieres saber lo que opino sobre mis antiguos ojos? Ojalá se le pudran a aquella furcia en la mano.

Aquellas últimas palabras cayeron sobre su mente como un pesado martillo. Confundida y aturdida, Ayame se tambaleó ligeramente y hubo de apoyar la mano en el colchón para no desvanecerse.

«Entonces...»

—Espero que puedas seguir queríendome así —añadió, mirándola de nuevo con aquellos ojos llenos de energía—. Espero que te siga gustando.

Ella se mordió el labio inferior, aún preguntándose cuánto tardaría en acostumbrarse a la nueva mirada de Daruu, pero negó enérgicamente con la cabeza.

—¡No me gustabas por tus ojos! —exclamó, más alto de lo que había pretendido. Pero entonces se dio cuenta del doble sentido que se le podía sacar a esas palabras y se apresuró a agitar las manos en el aire—. Quiero decir... me gustaban tus ojos... pero... ¡pero no es lo único que me gusta de ti! ¡Yo...! Yo te quiero tal y como eres... Porque eres Daruu-kun...

Hundió los hombros, abatida. Y en aquella ocasión fue ella la que desvió la mirada.

—Entonces... ¿era verdad...? ¿No fui yo...? ¿No lo decís para... no hacerme sentir mal...?
[Imagen: kQqd7V9.png]
Sprite por Karvistico.


—Habitación de Ayame: Link

No respondo dudas por MP.
Responder
#15
A Daruu casi le asustaron los gritos de Ayame. Bajó la cabeza, avergonzado. Se sonrojó y se apoyó en su pecho. Dejó escapar el aire en un muy tendido suspiro.

—Entonces... ¿era verdad...? ¿No fui yo...? ¿No lo decís para... no hacerme sentir mal...? —balbuceó Ayame.

—No habría tenido ningún sentido que te tuvieran vigilada sólo hasta que tu padre vino a hablar conmigo si no fuese así —explicó—. Y si hubieras sido tú, algo me dice que seguiría la vigilancia. Zetsuo podría haber leído a través de mi mente. Es toda la verdad. Fue una mujer rubia, ella...

»No me siento cómodo hablando de ello.

»Ahora sufro más por mi madre que por mi mismo, Ayame.
[Imagen: K02XwLh.png]

No hay marcas de sangre registradas.
Responder



This forum uses Lukasz Tkacz MyBB addons.