24/03/2016, 07:10
Justo en el momento en que Noemi ya estaba preparada para dedicarle un buen insulto este optó por mencionar el nombre de la chica, dando a entender así que si la había escuchado pero aún así ni se atrevió a arriesgarse con el apellido y por lo cual ella se mantuvo con una ceja en alto, sospechando que realmente la había escuchado pero a medias. —El apellido. —Exigió sin más preambulos mientras le fulminaba con la mirada.
De cualquier manera la kunoichi seguiría en marcha hacia su vivienda, estaba oscureciendo y por una vez en su vida quería llegar a una buena hora a casa principalmente porque cuando al fin se decidió a entrenar vino alguien a interrumpirla y fastidiarle sus prácticas, aunque en realidad podría serle de cierta utilidad hasta cierto punto… Aunque el tal Yusei no parecía muy de acuerdo puesto que se atrevió a invitarla a comer algo.
—Joo… —Soltó la rubia a la vez que paraba la marcha para voltearse y mirarle de frente, cruzándose de brazos logrando así que su busto resaltase un poco más sin siquiera proponérselo. —¿Te haces una idea de cuantas invitaciones recibo a diario...? —Le soltó sin más preambulos mientras le dedicaba una mirada inquisitiva. —¿Por qué debería aceptar tu invitación...? —Agregó haciendo un leve gesto con su zurda para echar atrás su cabello hacia atrás puesto que unos mechones se deslizaron por delante de su hombro.
—Encima seguro me encuentro con alguno de los que molestaron esta mañana —Se quejaba en su mente mientras esperaba alguna respuesta más o menos convincente de parte del chico. Aunque las posibilidades estaban en su contra.
De cualquier manera la kunoichi seguiría en marcha hacia su vivienda, estaba oscureciendo y por una vez en su vida quería llegar a una buena hora a casa principalmente porque cuando al fin se decidió a entrenar vino alguien a interrumpirla y fastidiarle sus prácticas, aunque en realidad podría serle de cierta utilidad hasta cierto punto… Aunque el tal Yusei no parecía muy de acuerdo puesto que se atrevió a invitarla a comer algo.
—Joo… —Soltó la rubia a la vez que paraba la marcha para voltearse y mirarle de frente, cruzándose de brazos logrando así que su busto resaltase un poco más sin siquiera proponérselo. —¿Te haces una idea de cuantas invitaciones recibo a diario...? —Le soltó sin más preambulos mientras le dedicaba una mirada inquisitiva. —¿Por qué debería aceptar tu invitación...? —Agregó haciendo un leve gesto con su zurda para echar atrás su cabello hacia atrás puesto que unos mechones se deslizaron por delante de su hombro.
—Encima seguro me encuentro con alguno de los que molestaron esta mañana —Se quejaba en su mente mientras esperaba alguna respuesta más o menos convincente de parte del chico. Aunque las posibilidades estaban en su contra.