Un día no tan común y corriente.

[Tsukiyama Daigo]

Había conseguido alcanzar a coger un mochi. Por suerte mi hermanastro no había opuesto resistencia en lo absoluto, así que pude disfrutar con tranquilidad el dulce sabor del postre de arroz. Solo había un inconveniente: había un hombre que prácticamente estaba llorando frente a mi y no me dejaba comer mi mochi con tranquilidad. Lo peor de todo era que seguramente Tatsuya querría escucharlo, o incluso ayudarlo y yo tendría que acompañarlo ya que no podía volver a casa y pasaba de quedarme solo.

Diablos... pensé algo frustrado al darme cuende de que Tatsuya le empezaba a prestar atención mientras hablaba. Por favor, dime que no lo harás, vamos, no tiene nada que ver contigo continuaba insistiendo mentalmente mientras, en apariencia, continuaba saboreando el postre sin prestar demasiada atención a lo que ocurría a mi alrededor. Hasta que...

-Aaaagh- Me quejé al recibir un pequeño golpe en el mentón que consiguió que me mordiese la lengua y posteriormente me empezase a ahogar con el arroz. -Hijo de puta- exclamaba entre toz y toz hasta que conseguí desatascar el trozo de mochi de mi garganta. Mientras tanto Tatsuya coninuaba charlando con el señor.

-Perdone los malos modales de mi hermano, señor- Fué lo que dijo mentras lo reverenciaba
-Dígame, ¿cómo fue que se perdió su hijo?- Prosiguió mientras levantaba la cabeza, invitándole a explicar su problema para poderle ayudar.

Yo para entonces ya había conseguido escupir el trozo de mochi que se me había atascado en la garganta y continuaba comiendo el resto del mochi que tenía en la mano, por ahora estaba escuchando al hombre, o al menos eso aparentaba. Que te jodan... Insulté a Tatsuya mentalmente, por el golpe que me había dado hace un momento. Seguramente en alguna otra ocasión habría rebotado e iniciado una discusión o pelea con Tatsuya, pero algo dentro de mi me decía que esta vez saldría perdiendo.

Soy un pescador, suelo frecuentar este lugar con mi hijo... Pero ayer en la noche que acampamos cerca de aquí lo mande por leña y el ya no volvió- Dijo el pescador, mientras poco a poco se acercaba más al punto de empezar a llorar -Por favor, mi pueblo esta muy lejos de aquí... no puedo regresar a pedir ayuda, tardaría dos días en regresar, se los suplico... ayúdenme por favor, se los ruego- Nos rogó, instantes en romper en sollozos desesperados por el paradero de su hijo.

Patético... pensé sobre la actitud del tipo mientras empezaba a levantarme resignado, Tatsuya tenía esa cara, la cara de ''no te conozco de nada ni voy a conseguir nada de esto, pero tu tranquilo: te voy a ayudar.

Y eso me desesperaba.

-Yo lo ayudaré señor- Dijo Tatsuya, haciéndose el héroe, justo antes de voltear la mirada hacia mi posición. Solo para encontrarme parado, aparéntemente listo para partir. El pescador por su parte parecía muy agradecido mientras exclamaba cosas como ''Oh, muchas gracias!'' y ''jamás podré agradecerlo lo suficiente!'' Tatsuya mientras tanto parecía estar a punto de decirme algo.

-Quédate entrenando o vete a casa, no es necesario que me acompañes- Me incitó Tatsuya a no ayudarle, mientras yo simplemente guardé una de mis manos en un bolsillo para responderle, mientras sostenía medio mochi con la otra. -Hmpf, guárdate las tonterías, voy contigo. Paso de volver- Le dije, ocultando el hecho de que en realidad lo ayudaría porque me parecía de lo más patética la actitud del pescador.

Justo antes de partir miré al pescador. -Oye, a lo mejor si nos dices la edad, o al menos como se ve el enano podremos ayudarte mejor ¿no crees? Le repliqué al pescador, que ya había asumido que lo ayudaríamos. Me miró con los ojos vidriosos, rojos y algo hinchados. Con una mirada conmovedora, para cualquier otra persona.

-Es... es un chico de ocho años, más o menos con esta estatura...- Nos lo describió con algo de dificultad, indicando su altura con una mano, describiéndolo lo mejor que pudo; desde su color de pelo hasta su piel, pasando por su rostro e incluso su mirada. Ciertamente parecía querer al mocoso.

Despues de escuchar la descripción del chico me di media vuelta, preparado para partir. -De acuerdo, veremos si podemos hacer algo, pero no prometo nada- Acabé por decir sin darme la vuelta para mirarlo. Yo también quería hacerme el héroe.

Dicho eso me dispuse a alejarme del lugar para buscar al chico mientras me acababa el trozo de pastel de arroz que todavía me quedaba de un solo mordisco, ni siquiera me molesté en observar si Tatsuya me seguía o si prefería buscar en otro lado. Simplemente empecé con la búsqueda por mi cuenta.