29/03/2016, 16:40
(Última modificación: 29/03/2016, 16:49 por Sasagani Yota.)
Una típica noche primaveral con una agradable brisa.
Una de esas típicas noches en las que el cuerpo te pedía ir a echar algún garbeo que otro, desfilar por las calles y simplemente disfrutar del agradable clima que ofrecía la noche. Aquello era precisamente la gran mayoría de gente. Todos menos los que estaban en el hospital recuperándose, gente como Habaki Karamaru. El pobre debía estar recuperándose todavía de la pelea inaugural del torneo que se celebraba en aquella pequeña localidad durante aquellas fechas.
Y ahí me encontraba yo, en el centro neuralgico de la actividad nocturna de la aldea samurai, sin un rumbo fijo, simplemente me dejaba llevar, de tejado en tejado, observando a la gente, la aldea; en definitiva, era un mero espectador.
Hasta que vi un tipo... ¿O quizás era una tipa? Parecía más un chico pero vete tu a saber, cosas más raras se habían visto. Lucía unas rastas opacas y largas, incluso más que mi coleta. Me puse de cuclillas en el límite del tejado, apoyando la mano sobre la madera observando como se mezclaba entre la muchedumbre y accediendo a aquel local en solitario.
*Salgamos de dudas*
Planté una telaraña en la superficie y descendí con cautela dejándome caer y extendiendo el filamento progresivamente hasta que toqué el suelo. Luego me acerqué hasta el local buscando el tipo de cabellos particulares, no me resultaría difícil.
Hasta que dí con él y me puse justo a su espalda.
-Pues se ha quedado buena noche, ¿Eh?-
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