30/03/2016, 01:12
No había absolutamente nada en este mundo que le diera más placer a Noemi que poder manipularh hasta cierto punto las reacciones de los hombres, Kuro era un claro ejemplo de tal cosa por como se había quedado sin palabras ante la coqueta sonrisa que la mayor de las chicas le había dedicado y no tardó demasiado en saltar la barra para comenzar su acto de empleado ejemplar.
—Pollo… —Repitió para si misma la rubia mientras se llevaba una mano al mentón y la otra la utilizaba de soporte para su codo, además que había adelantado uno de sus pies para que quedase frente al otro y poder así darse suaves golpes entre las suelas de sus sandalias. Mientras pensaba la pequeña de Uzushio se le adelantó un poco, no era buena hora como para ponerse a comer carne de ningún tipo.
-¡Y-yo quiero té verde! P-pero no tengo hambre... ¿Está mal si no pido nada para comer? - Fueron las palabras exactas de Eri, a lo que Noemi terminaría por agregar. —Y… ¿Algún dulce para acompañar el té? —En ese momento desvió la mirada a su compañera buscando algún tipo de aprobación o aunque sea una señal de que no le gustaba la idea, cualquier cosa le servía.
Aunque luego de la pequeña consulta formulada por la de Taki el anciano allí presente terminó por hablarle directamente, dejándole en claro que algo se le había pasado por alto. —Ah, mil disculpas. —Respondió al instante haciendo una ínfima reverencia con la cabeza y llevándose la mano que tenía en el mentón a la parte trasera del cuello. —Té verde estaría bien. —Terminaría por decirle al anciano.
Ahora lo único que les quedaba pendiente era el asunto de los postres, si Eri aceptaba mejor, y si Kuro o su abuelo les indicaban lo que tenían por ahí disponible (de ser el caso) mucho mejor.