12/04/2016, 00:38
La rubia se había vuelto a encarmar a lo alto de uno de aquellos dólmenes, la chica parecía querer mantener las distancias mientras se ocupaba de acicalar su adorada melena. Mitsuki se había percatado de que el cabello para aquella muchacha era algo muy importante, no comprendía muy bien por qué pero no era nadie para juzgarla y menos sabiendo lo que costaba mantener el cabello cuidado.
Mientras se ocupaba de mimar su cabellera, la kunoichi de Taki aprovechó para echar una reprimenda a Oda y a su novia por la situación en la que se encontraban, al parecer opinaba que ya eran mayorcitos para estar preocupandose de lo que pudiesen pensar los padres de esta.
El hombre nego con la cabeza vehementemente —No es posible... no estamos hablando de unos padres cualquieras... son terratenientes con hombres a su cargo, están aconstumbrados a conseguir lo que que desean... y no creen que yo sea digno de su hija— el hombre agachó la cabeza —Y tal vez tenga razón...— apretó os puños con fuerza, aquel pensamiento parecía herirle en lo más profundo
—No digas eso— le recriminó la Hyuga con una sonrisa —Ella te eligió que es lo que importa, así que estoy segura de que la mereces más que cualquier otro que sus padres puedan imaginar. Así que levanta esa cabeza y dinos hacia donde debemos ir—
Noemi finalmente accedió a participar en aquella extraña empresa, ninguna de las dos sabía muy bien donde se estaban metiendo pero no podían dejar a Oda su suerte... o al menos Mitsuki no podía dejarlo a su suerte y la pobre Noemi, no podía dejar a la peliblanca sola en ese tipo de empresa al parecer.
—Os agradezco vuestra ayuda, señoritas— comenzó Oda —Debemos ir hacia el Oeste, Kagome esta retenida en la casa de sus padres que se encuentra en mitad de sus arrozales. Si nos damos prisa deberíamos llegar antes de la caída de la noche. Una vez allí debo esperar junto a unos rosales, Kagome debería de llegar a media noche y si todo sale bien, saldremos antes de que se den cuenta... si la cosa sale mal... sería diferente—
—No nos preocupemos ahora por eso, pensemos que todo va a ir bien— trato de animar la Hyuga —Será mejor que nos pongamos en marcha, anda baja Noemi— indico Mitsuki con un gesto de su mano mientras Oda se ponía en marcha
—Seguidme mis queridas kunoichis— el hombre comenzó a caminar hacia la izuquierda, pero se detuvo cuando la peliblanca carraspeo
—Ejem... por ahí se va hacia el este... ¿no dijiste que debiamos de ir al oeste?—
—Perdón.. perdón, me he despistado— giró sobre sí mismo y puso rumbo, ahora sí, hacia los dominios de sus "suegros"
Mientras se ocupaba de mimar su cabellera, la kunoichi de Taki aprovechó para echar una reprimenda a Oda y a su novia por la situación en la que se encontraban, al parecer opinaba que ya eran mayorcitos para estar preocupandose de lo que pudiesen pensar los padres de esta.
El hombre nego con la cabeza vehementemente —No es posible... no estamos hablando de unos padres cualquieras... son terratenientes con hombres a su cargo, están aconstumbrados a conseguir lo que que desean... y no creen que yo sea digno de su hija— el hombre agachó la cabeza —Y tal vez tenga razón...— apretó os puños con fuerza, aquel pensamiento parecía herirle en lo más profundo
—No digas eso— le recriminó la Hyuga con una sonrisa —Ella te eligió que es lo que importa, así que estoy segura de que la mereces más que cualquier otro que sus padres puedan imaginar. Así que levanta esa cabeza y dinos hacia donde debemos ir—
Noemi finalmente accedió a participar en aquella extraña empresa, ninguna de las dos sabía muy bien donde se estaban metiendo pero no podían dejar a Oda su suerte... o al menos Mitsuki no podía dejarlo a su suerte y la pobre Noemi, no podía dejar a la peliblanca sola en ese tipo de empresa al parecer.
—Os agradezco vuestra ayuda, señoritas— comenzó Oda —Debemos ir hacia el Oeste, Kagome esta retenida en la casa de sus padres que se encuentra en mitad de sus arrozales. Si nos damos prisa deberíamos llegar antes de la caída de la noche. Una vez allí debo esperar junto a unos rosales, Kagome debería de llegar a media noche y si todo sale bien, saldremos antes de que se den cuenta... si la cosa sale mal... sería diferente—
—No nos preocupemos ahora por eso, pensemos que todo va a ir bien— trato de animar la Hyuga —Será mejor que nos pongamos en marcha, anda baja Noemi— indico Mitsuki con un gesto de su mano mientras Oda se ponía en marcha
—Seguidme mis queridas kunoichis— el hombre comenzó a caminar hacia la izuquierda, pero se detuvo cuando la peliblanca carraspeo
—Ejem... por ahí se va hacia el este... ¿no dijiste que debiamos de ir al oeste?—
—Perdón.. perdón, me he despistado— giró sobre sí mismo y puso rumbo, ahora sí, hacia los dominios de sus "suegros"