15/04/2016, 13:20
La rubia se impacientaba, estaba claro que no le hacía especial ilusión embarcarse en aquella extraña empresa. Cosa por la cuál Mitsuki se sentía aún más agradecida, pues a pesar de apenas conocerse entre ellos, la joven de Taki estaba dispuesta ayudar y eso siempre es algo digno de admirar.
Tras la corrección de rumbo por parte de la peliblanca a Oda, Noemi intervino corrigiendo a la de Kusabi aunque sin demasiada confianza. Por su parte, la kunoichi de Uzu que había estado hasta aquel preciso instante segura de hacia donde debían dirigirse comenzó a dudar.
—Creía que...— dijo mientras miraba a su alrededor buscando una referencia, pero se dio cuenta de que no sabía por donde había venido y para colmo el sol se encontraba justo en su punto más alto, imposible de decir por donde había salido o por donde iba a ponerse —Me temo que no estoy segura de por donde debemos ir—
—¡¿Cómo?!— gritó desesperado mientras se dejaba caer sobre sus rodillas el hombre, haciendo que la paloma Ortensia echase a volar para evitar la caída. El animal planeo hasta posarse en sobre la cabeza de Noemi
—Tranquilo, tranquilo... algo se nos ocurrirá— trato de animar al hombre de los ojos pequeños
—¡KAAAAGOOMMEEEEEEEEEEE!— gritó desaforado, lleno de desesperación
—Vamos, vamos— dijo mientras miraba a su alrededor tratando de recordar por donde había llegado hasta allí, pues ella sabía perfectamente que había venido dirección sur-norte pero entre tantas columnas no conseguía ver nada —Alguna idea, Noemi— desvió su mirada hasta la de Taki desesperadamente, esperando que ha ella se le ocurriese algo para salir del paso
Tras la corrección de rumbo por parte de la peliblanca a Oda, Noemi intervino corrigiendo a la de Kusabi aunque sin demasiada confianza. Por su parte, la kunoichi de Uzu que había estado hasta aquel preciso instante segura de hacia donde debían dirigirse comenzó a dudar.
—Creía que...— dijo mientras miraba a su alrededor buscando una referencia, pero se dio cuenta de que no sabía por donde había venido y para colmo el sol se encontraba justo en su punto más alto, imposible de decir por donde había salido o por donde iba a ponerse —Me temo que no estoy segura de por donde debemos ir—
—¡¿Cómo?!— gritó desesperado mientras se dejaba caer sobre sus rodillas el hombre, haciendo que la paloma Ortensia echase a volar para evitar la caída. El animal planeo hasta posarse en sobre la cabeza de Noemi
—Tranquilo, tranquilo... algo se nos ocurrirá— trato de animar al hombre de los ojos pequeños
—¡KAAAAGOOMMEEEEEEEEEEE!— gritó desaforado, lleno de desesperación
—Vamos, vamos— dijo mientras miraba a su alrededor tratando de recordar por donde había llegado hasta allí, pues ella sabía perfectamente que había venido dirección sur-norte pero entre tantas columnas no conseguía ver nada —Alguna idea, Noemi— desvió su mirada hasta la de Taki desesperadamente, esperando que ha ella se le ocurriese algo para salir del paso