15/04/2016, 17:00
El joven parecía complacido ante la disculpa del rastas, quizás sí hubiera sido de mala educación, pero tampoco pensaba que fuera algo tan grave, pero bueno, cada uno tenía sus cosas, no iba a ser él quién juzgara.
-Un placer, Riko. Yo soy Yota, Sasagani Yota-
''¿Sasagani Yota? No me suena en absoluto...''
Riko quedó por unos instantes parado, con la mano en la barbilla y mirando a ningún sitio, tratando de hacer memoria sobre el nombre de su compañero de villa, después de todo, podía sentarle mal si no le conocía, al fin y al cabo, eran paisanos, no era de extrañar que se conocieran, aunque fuera, de haberse cruzado momentáneamente por las calles de la aldea, pero no, nada, ni un ligero recuerdo sobre su cara, ropa, pelo... Ni de su nombre...
— Mmm... Siéndote sincero... Creo que no te conozco, aunque debería, ¿no? Deberíamos conocernos todos los de la villa, ¡qué menos! —
El pelirrojo aprovechó el momento en el que el camarero pasaba justo por delante suya para pedirle unos dangos, para acabar especificando que le encantaban.
— Mmm... A mi no te creas que me hacen especial ilusión... — Añadió el pelinegro encogiéndose un poco de hombros, ya lo decía la gente, para gustos colores.
Y en ese instante, Yota tocó un punto que, aunque ya había pasado un tiempo aún seguía tocándole un poco la moral al rastas, su no invitación al torneo, era algo que le comía por dentro, quizás no fuera algo malo, simplemente era un toque de advertencia para que se esforzara más, pero aún así, el joven estaba un poco molesto.
— No... Por desgracia no, no recibí la invitación para participar, pero bueno, al menos pude venir a verlo, aunque llegué tarde y me perdí la primera ronda... ¿Tú no sabrás algo, verdad? —
El tono del muchacho había ido pasando de uno triste y apagado a uno que denotaba esperanza ante la posibilidad de que el pelirrojo pudiera darle alguna explicación de cómo se había desarrollado el torneo hasta ahora.
-Un placer, Riko. Yo soy Yota, Sasagani Yota-
''¿Sasagani Yota? No me suena en absoluto...''
Riko quedó por unos instantes parado, con la mano en la barbilla y mirando a ningún sitio, tratando de hacer memoria sobre el nombre de su compañero de villa, después de todo, podía sentarle mal si no le conocía, al fin y al cabo, eran paisanos, no era de extrañar que se conocieran, aunque fuera, de haberse cruzado momentáneamente por las calles de la aldea, pero no, nada, ni un ligero recuerdo sobre su cara, ropa, pelo... Ni de su nombre...
— Mmm... Siéndote sincero... Creo que no te conozco, aunque debería, ¿no? Deberíamos conocernos todos los de la villa, ¡qué menos! —
El pelirrojo aprovechó el momento en el que el camarero pasaba justo por delante suya para pedirle unos dangos, para acabar especificando que le encantaban.
— Mmm... A mi no te creas que me hacen especial ilusión... — Añadió el pelinegro encogiéndose un poco de hombros, ya lo decía la gente, para gustos colores.
Y en ese instante, Yota tocó un punto que, aunque ya había pasado un tiempo aún seguía tocándole un poco la moral al rastas, su no invitación al torneo, era algo que le comía por dentro, quizás no fuera algo malo, simplemente era un toque de advertencia para que se esforzara más, pero aún así, el joven estaba un poco molesto.
— No... Por desgracia no, no recibí la invitación para participar, pero bueno, al menos pude venir a verlo, aunque llegué tarde y me perdí la primera ronda... ¿Tú no sabrás algo, verdad? —
El tono del muchacho había ido pasando de uno triste y apagado a uno que denotaba esperanza ante la posibilidad de que el pelirrojo pudiera darle alguna explicación de cómo se había desarrollado el torneo hasta ahora.
~ Narro ~ Hablo ~ «Pienso»