17/04/2016, 00:32
Era bastante normal lo que el grandote decía, en el sentido de que estaba usando frases y palabras más que usadas a la hora de intentar ligarte a alguien pero con la pelirroja no servía de nada ya que su autoestima la protegía de una manera fenomenal.
No dijo nada, sencillamente una fugaz sonrisita y devolvió la mirada al centro, es decir, al camino que estaban siguiendo hasta que Ryu los comenzó a guiar por unas calles que poco a poco se iban vaciando hasta que pasaron por un sector que curiosamente era más oscuro de los demás en el que la pelirroja aprovechó para volver a ponerse tanto la gabardina como la máscara.
A la hora de regresar con los otros dos, se ubicó a la derecha del de Uzushio justo para escuchar la pregunta sobre un grupo de mujeres vagamente vestidas. - Son prostitutas. - Le respondió en un susurro mientras seguía la caminata.
- Había venido a ver el museo de armas únicamente. - Respondió con un tono algo más seco que el que había estado utilizando hasta ese entonces. - ¿Se puede saber qué pretendes...? - Soltó dedicándole una fulminante mirada a través de las cavidades de la máscara.
Era obvio, la estaba llevando a un lugar donde posiblemente terminaría drogada y/o violada, puede que incluso secuestrada y obligada a trabajar de algo adicional. Se encontraban justamente en el sector más bajo de la ciudad, donde solamente los de turbios negocios se reunen y los delitos se llevan a cabo incluso a la luz del día.
- Si se va a mayores nos iremos por los techos. - Le dijo en un tono más bajo de voz a Juro que debería de estar a su izquierda si no había cambiado su ubicación.
No dijo nada, sencillamente una fugaz sonrisita y devolvió la mirada al centro, es decir, al camino que estaban siguiendo hasta que Ryu los comenzó a guiar por unas calles que poco a poco se iban vaciando hasta que pasaron por un sector que curiosamente era más oscuro de los demás en el que la pelirroja aprovechó para volver a ponerse tanto la gabardina como la máscara.
A la hora de regresar con los otros dos, se ubicó a la derecha del de Uzushio justo para escuchar la pregunta sobre un grupo de mujeres vagamente vestidas. - Son prostitutas. - Le respondió en un susurro mientras seguía la caminata.
- Había venido a ver el museo de armas únicamente. - Respondió con un tono algo más seco que el que había estado utilizando hasta ese entonces. - ¿Se puede saber qué pretendes...? - Soltó dedicándole una fulminante mirada a través de las cavidades de la máscara.
Era obvio, la estaba llevando a un lugar donde posiblemente terminaría drogada y/o violada, puede que incluso secuestrada y obligada a trabajar de algo adicional. Se encontraban justamente en el sector más bajo de la ciudad, donde solamente los de turbios negocios se reunen y los delitos se llevan a cabo incluso a la luz del día.
- Si se va a mayores nos iremos por los techos. - Le dijo en un tono más bajo de voz a Juro que debería de estar a su izquierda si no había cambiado su ubicación.