19/04/2016, 16:09
La cosa se estaba saliendo de madre, el castaño oscuro era más negro que los ojos del Uchiha, al finalizar de hacer lo que Satán quisiera que estuviera haciendo esa mujer en la cocina salió tan tranquila y les invitó a comer como si tal cosa.
—¿Qué demonios le pasa a esta gente?
En serio, ¿eran siquiera conscientes de que eran un grupo de shinobis con una misión que llevar a cabo? Pides una misión por la que has pagado un dinero para que cuando algún soldado militar se ofreciera a cumplirla y cobrar su parte lo coges y lo metes en tu casa haciéndole perder el tiempo cosa mala. Después cuando no les diera tiempo a acabarla ellos se llevan una reprimenda y tu pierdes un dinero importante ademas de tiempo y comida. Prefería cien veces llevarse una bronca por haber sido un maleducado que por no haber cumplido su cometido.
Así, cuando pasaron al otro salón, donde la mujer esa le ofreció té y pidió una explicación sobre lo que había pasado, lo soltó. Todo. Estaba muy harto ya, no solo habían perdido el tiempo sino que se había extralimitado con sus ordenes que en ningún momento decía que tuvieran que contentar a ninguna ama de casa pasándose de lista, y menos a DOS. Suspiró y sus ojos negros se clavaron en los ignorantes de aquella señora.
— Se lo voy a dejar muy claro. No somos sus peones, lo que ha pasado ahí fuera es que estábamos llevando a cabo nuestro cometido, mientras mi compañero le avisaba de que nos habíamos puesto manos a la obra y tanto usted como la otra señora aquí presente lo único que han hecho ha sido entorpecer nuestra tarea hasta el punto de hacernos parar para perder el tiempo por algún absurdo motivo. Nuestra primera y única prioridad es cumplir ordenes. Así que si usted o su amiga tienen inconvenientes con ello, van a la Uzukage y se lo expresan a ella.
— Mi equipo y yo tenemos dos casas más que visitar después de esta, así que lo siento, no vamos a tomar el té, no nos vamos a quedar a comer y no vamos a darle ninguna explicación innecesaria. Ahora le informó que mis compañeros y yo vamos a limpiar su fachada como ya se le había informado anteriormente. Y si prefiere mantener la pintada, nos lo pone por escrito con su firma y ya pasaremos a la siguiente vivienda. Pero si sigue inmiscuyéndose en nuestros asuntos sin motivo aparente y sin proporcionarnos tal documento, no nos quedara más remedio que informar de usted en nuestro informe. Buenos días y a más ver.
El Uchiha se explicó alto y claro antes de salir por la puerta, no era de su incumbencia si sus compañeros se quedaban o no, había hablado por ellos, porque al fin y al cabo eran un equipo y esperaba que ellos pensaran igual que él, pero que alguno mostrara algún signo de querer quedarse no iba a ser él quien le detuviera. Había tocado techo con toda esa situación, no se pararía, saldría por la puerta volvería al lugar del crimen y borraría el acto de vandalismo, indiferentemente a lo que dijeran o hicieran aquellas civiles, a menos claro, que la propietaria aceptara quedarse con eso así y le proporcionaría un documento que así lo expresara.
Cualquier otra combinación de palabras no le haría parar.
—¿Qué demonios le pasa a esta gente?
En serio, ¿eran siquiera conscientes de que eran un grupo de shinobis con una misión que llevar a cabo? Pides una misión por la que has pagado un dinero para que cuando algún soldado militar se ofreciera a cumplirla y cobrar su parte lo coges y lo metes en tu casa haciéndole perder el tiempo cosa mala. Después cuando no les diera tiempo a acabarla ellos se llevan una reprimenda y tu pierdes un dinero importante ademas de tiempo y comida. Prefería cien veces llevarse una bronca por haber sido un maleducado que por no haber cumplido su cometido.
Así, cuando pasaron al otro salón, donde la mujer esa le ofreció té y pidió una explicación sobre lo que había pasado, lo soltó. Todo. Estaba muy harto ya, no solo habían perdido el tiempo sino que se había extralimitado con sus ordenes que en ningún momento decía que tuvieran que contentar a ninguna ama de casa pasándose de lista, y menos a DOS. Suspiró y sus ojos negros se clavaron en los ignorantes de aquella señora.
— Se lo voy a dejar muy claro. No somos sus peones, lo que ha pasado ahí fuera es que estábamos llevando a cabo nuestro cometido, mientras mi compañero le avisaba de que nos habíamos puesto manos a la obra y tanto usted como la otra señora aquí presente lo único que han hecho ha sido entorpecer nuestra tarea hasta el punto de hacernos parar para perder el tiempo por algún absurdo motivo. Nuestra primera y única prioridad es cumplir ordenes. Así que si usted o su amiga tienen inconvenientes con ello, van a la Uzukage y se lo expresan a ella.
— Mi equipo y yo tenemos dos casas más que visitar después de esta, así que lo siento, no vamos a tomar el té, no nos vamos a quedar a comer y no vamos a darle ninguna explicación innecesaria. Ahora le informó que mis compañeros y yo vamos a limpiar su fachada como ya se le había informado anteriormente. Y si prefiere mantener la pintada, nos lo pone por escrito con su firma y ya pasaremos a la siguiente vivienda. Pero si sigue inmiscuyéndose en nuestros asuntos sin motivo aparente y sin proporcionarnos tal documento, no nos quedara más remedio que informar de usted en nuestro informe. Buenos días y a más ver.
El Uchiha se explicó alto y claro antes de salir por la puerta, no era de su incumbencia si sus compañeros se quedaban o no, había hablado por ellos, porque al fin y al cabo eran un equipo y esperaba que ellos pensaran igual que él, pero que alguno mostrara algún signo de querer quedarse no iba a ser él quien le detuviera. Había tocado techo con toda esa situación, no se pararía, saldría por la puerta volvería al lugar del crimen y borraría el acto de vandalismo, indiferentemente a lo que dijeran o hicieran aquellas civiles, a menos claro, que la propietaria aceptara quedarse con eso así y le proporcionaría un documento que así lo expresara.
Cualquier otra combinación de palabras no le haría parar.
—Nabi—