19/04/2016, 23:01
Oda parecía el primo enano, blanco y feo de Usain Bolt en aquellos momentos, pues en apenas unos segundos había tomado la delantera de aquella inusual carrera. Mitsuki se lanzaba tras él mientras la rubia proponía seguir al animal en lugar de atraparlo. No era mala idea, sin embargo no estaban seguros de hacia donde se dirigía... aún así volvaba a tal altura que de momento seguir el plan de la de Taki era lo único que podrían hacer.
La Hyuga se lanzó a la carrera tras el cegato, seguida muy de cerca de la rubia. Ambas chicas no tardaron demasiado en dar alcancance y adelantar al hombre que parecía haber perdido impetu. Así que poco a poco se fue quedando rezagado.
Avanzaban a paso a toda velocidad persiguiendo una mancha en el cielo que idenficaban como Ortensia, no podían estar seguros pero nadie había quitado los ojos de ella, así que tampoco podían dudar demasiado. Los tres compañeros, se abrían paso por las húmedas tierras de la Planicie del Silencio que hacía gala de su nombre con una calma solo rota por sus propios pasos.
Tras una media hora de carrera Noemi detuvo a su compañera justo a la orilla de un pequeño río, que a primera vista no parecía ni muy profundo o caudaloso.
—¡Mitsuki! ¡Hay que buscar otro camino o la corriente se llevará a Oda! —
Las palabras de Noemi hicieron a la joven Hyuga replantearse el paso del arroyo, dudo durante unos segundos pero al final llegó a la conclusión de que su compañera tenía razón. Se dio la vuelta para tratar de avisar a Oda cuando esté paso a su lado cual exhalación lanzándose de lleno al agua y comenzando a nadar vigorosamente
—Vaya, debo de reconocer que eso me a sorprendido— dijo la joven que se habia girado para ver que hacia el hombre, que ya casi llegaba a la otra orilla —No quiero decir que no confiara en él... pero ya sabes... se ve tan poco ágil... no quiero decir...— la peliblanca se estaba metiendo en un jardín y lo sabía así que decidió cortar por lo ancho —¡Démonos prisa que perdemos a Ortensia!— indicó la joven que salió disparada hacia el río y comenzó a correr sobre el agua, en apenas unos segundos había llegado al otro lado y se volvío para apresurar a su compañera —¡Vamos!—
La Hyuga se lanzó a la carrera tras el cegato, seguida muy de cerca de la rubia. Ambas chicas no tardaron demasiado en dar alcancance y adelantar al hombre que parecía haber perdido impetu. Así que poco a poco se fue quedando rezagado.
Avanzaban a paso a toda velocidad persiguiendo una mancha en el cielo que idenficaban como Ortensia, no podían estar seguros pero nadie había quitado los ojos de ella, así que tampoco podían dudar demasiado. Los tres compañeros, se abrían paso por las húmedas tierras de la Planicie del Silencio que hacía gala de su nombre con una calma solo rota por sus propios pasos.
Tras una media hora de carrera Noemi detuvo a su compañera justo a la orilla de un pequeño río, que a primera vista no parecía ni muy profundo o caudaloso.
—¡Mitsuki! ¡Hay que buscar otro camino o la corriente se llevará a Oda! —
Las palabras de Noemi hicieron a la joven Hyuga replantearse el paso del arroyo, dudo durante unos segundos pero al final llegó a la conclusión de que su compañera tenía razón. Se dio la vuelta para tratar de avisar a Oda cuando esté paso a su lado cual exhalación lanzándose de lleno al agua y comenzando a nadar vigorosamente
—Vaya, debo de reconocer que eso me a sorprendido— dijo la joven que se habia girado para ver que hacia el hombre, que ya casi llegaba a la otra orilla —No quiero decir que no confiara en él... pero ya sabes... se ve tan poco ágil... no quiero decir...— la peliblanca se estaba metiendo en un jardín y lo sabía así que decidió cortar por lo ancho —¡Démonos prisa que perdemos a Ortensia!— indicó la joven que salió disparada hacia el río y comenzó a correr sobre el agua, en apenas unos segundos había llegado al otro lado y se volvío para apresurar a su compañera —¡Vamos!—