21/04/2016, 22:22
—¿Hablas de...? ¡Eso es! ¡Vamos, Curro-san!
Antes de que pudiese arrepentirse de lo que había pensado en voz alta, Ayame comprendió al instante sus ideas. Le agarró del brazo y se encaminó a la carrera.
Juro tuvo más cuidado esta vez, aunque arrolló a una que otra persona. Afortunadamente, no perdió de vista a Ayame, a pesar de que parecía mucho más segura que él a la hora de correr. Pudiera ser porque ella si conocía el camino hacia donde iban…
Tras encontrar un pasillo alejado de la multitud y de la gente, Ayame pudo ejecutar el plan de Juro. Entrelazó sus manos, ejecutó los tres sellos que él ya conocía y pronto ya no era ella, si no la viva imagen del samurái de antes.
—Vale. ¿Cómo estoy?
- Es perfecto. Aterrador, pero perfecto – contestó, sobresaltado al escuchar la voz que ahora salía de su garganta.
Tomó aire, y comprendió que era su turno. Tendrían que ser los dos samuráis si cumplían su cohartada. Ejecutó los sellos, al igual que Ayame, y con una pequeña explosión de humo, su cuerpo desapareció…
… Para resurgir como el samurái que había acompañado al otro. Un poco más bajito que Ayame, pero con la misma indumentaria.
—Listo… —murmuró, acostumbrándose al nuevo cambio.
Listos los dos, ahora tocaba lo más difícil. Infiltrarse en el recinto y salir de él con el osito, ilesos y sin problemas. Era la parte que Juro no había planeado aún.
—Deberíamos ir a alguna de las otras puertas. Es una estupidez que intentemos pasar por la misma donde están ellos —aunque la risa era de Ayame, escucharla de la voz de aquel hombre era muy inquietante—. Sólo espero de verdad que los samurai sí puedan entrar en el recinto después de los combates...
— Tienes razón, probemos con el lado más cercano, sin contar ese — dijo Juro, el samurái-Juro — Aunque el objetivo es pasar sin más, probablemente nos pregunten qué hacer. Tenemos que pensarlo bien…
« Veamos… ¿Nos han mandando patrullar la zona?... Quizás sea arriesgado… ¿Hemos visto como alguien se colaba por el tejado y vamos a echarle? – preguntó, mientras chasqueba los dedos – ¿Se te ocurre algo mejor?
Antes de que pudiese arrepentirse de lo que había pensado en voz alta, Ayame comprendió al instante sus ideas. Le agarró del brazo y se encaminó a la carrera.
Juro tuvo más cuidado esta vez, aunque arrolló a una que otra persona. Afortunadamente, no perdió de vista a Ayame, a pesar de que parecía mucho más segura que él a la hora de correr. Pudiera ser porque ella si conocía el camino hacia donde iban…
Tras encontrar un pasillo alejado de la multitud y de la gente, Ayame pudo ejecutar el plan de Juro. Entrelazó sus manos, ejecutó los tres sellos que él ya conocía y pronto ya no era ella, si no la viva imagen del samurái de antes.
—Vale. ¿Cómo estoy?
- Es perfecto. Aterrador, pero perfecto – contestó, sobresaltado al escuchar la voz que ahora salía de su garganta.
Tomó aire, y comprendió que era su turno. Tendrían que ser los dos samuráis si cumplían su cohartada. Ejecutó los sellos, al igual que Ayame, y con una pequeña explosión de humo, su cuerpo desapareció…
… Para resurgir como el samurái que había acompañado al otro. Un poco más bajito que Ayame, pero con la misma indumentaria.
—Listo… —murmuró, acostumbrándose al nuevo cambio.
Listos los dos, ahora tocaba lo más difícil. Infiltrarse en el recinto y salir de él con el osito, ilesos y sin problemas. Era la parte que Juro no había planeado aún.
—Deberíamos ir a alguna de las otras puertas. Es una estupidez que intentemos pasar por la misma donde están ellos —aunque la risa era de Ayame, escucharla de la voz de aquel hombre era muy inquietante—. Sólo espero de verdad que los samurai sí puedan entrar en el recinto después de los combates...
— Tienes razón, probemos con el lado más cercano, sin contar ese — dijo Juro, el samurái-Juro — Aunque el objetivo es pasar sin más, probablemente nos pregunten qué hacer. Tenemos que pensarlo bien…
« Veamos… ¿Nos han mandando patrullar la zona?... Quizás sea arriesgado… ¿Hemos visto como alguien se colaba por el tejado y vamos a echarle? – preguntó, mientras chasqueba los dedos – ¿Se te ocurre algo mejor?