26/04/2016, 18:54
La suerte parecía seguir sonriendo a la Hyuga, pues de nuevo un encuentro fortuito había acabado bien. Tasuya parecía una buena persona y bastante sincera, al menos eso es lo que le había parecido a la chica por la manera que tenía de hablar. Además era una de las pocas personas que había conocido que seguía unas normas de educación similares a ella lo que le hacía no sentirse tan extraña en aquellas tierras.
Según le indicó el muchacho, él tan poco era de la zona pero había venido acompañado por su padre y había quedado en reunirse con este en un pueblo cercano. La idea le pareció bastante lógica a la kunoichi, seguramente en aquel pueblo podría encontrarse con alguien que supiese indicarle la ruta más directa para recuperar el camino hacia el Sur.
—Podríamos ir a buscar ese pueblo juntos, allí me estará esperando mi padre y los lugareños podrán guiarte mejor. Incluso, podríamos platicar en el camino, debo confesar que nunca había conocido a un shinobi de otra aldea.—
—Será un placer compartir senda y charla contigo— respondió la joven con una cálida sonrisa mientras ambas miradas se cruzaban un instante. Tras un impás de un segundo, el chico le pidió que aguardase un instante pues debía de recuperar su herramienta shinobi que aguardaba clavada en el tronco del árbol. Tras recogerla y guardarla, el muchacho volvió hasta donde le aguardaba la peliblanca
-Todo en orden, entonces... ¿partimos Mitsuki-chan?-
—Por supuesto— asintió la joven enérgicamente —¿Qué dirección debemos tomar?— pregunto la joven mientras recorría los alrededores con la mirada, tratando de encontrar algún indicio de senda, aunque solo fuese una pequeña vereda
Según le indicó el muchacho, él tan poco era de la zona pero había venido acompañado por su padre y había quedado en reunirse con este en un pueblo cercano. La idea le pareció bastante lógica a la kunoichi, seguramente en aquel pueblo podría encontrarse con alguien que supiese indicarle la ruta más directa para recuperar el camino hacia el Sur.
—Podríamos ir a buscar ese pueblo juntos, allí me estará esperando mi padre y los lugareños podrán guiarte mejor. Incluso, podríamos platicar en el camino, debo confesar que nunca había conocido a un shinobi de otra aldea.—
—Será un placer compartir senda y charla contigo— respondió la joven con una cálida sonrisa mientras ambas miradas se cruzaban un instante. Tras un impás de un segundo, el chico le pidió que aguardase un instante pues debía de recuperar su herramienta shinobi que aguardaba clavada en el tronco del árbol. Tras recogerla y guardarla, el muchacho volvió hasta donde le aguardaba la peliblanca
-Todo en orden, entonces... ¿partimos Mitsuki-chan?-
—Por supuesto— asintió la joven enérgicamente —¿Qué dirección debemos tomar?— pregunto la joven mientras recorría los alrededores con la mirada, tratando de encontrar algún indicio de senda, aunque solo fuese una pequeña vereda