27/04/2016, 23:52
Nabi no escuchó nada mientras salia, lo que le dio luz verde para seguir con su maldito trabajo, que era única y exclusivamente limpiar aquella dichosa pintada. No era aguantar civiles, ni recolectar información, ni encontrar al culpable de nada. Si una pista les llovia de cielo, mejor que mejor, pero no iba a perder su tiempo en rebuscar entre la mierda algo que ni siquiera se le habia dicho que encontrara.
Así pues, se acercó al cubo donde ya tenian preparada la solución que utilizarian para limpiar la pintada y recolocandose aquella maldita mascarilla procedió a limpiar. Al detenerse a coger las cosas pudo ver que uno de sus compañeros habia salido tras él, cuando sus miradas conectaron, Juro asintió serio mientras se ponian por faena. Ahora solo faltaba el tercer pie del gato, que aún no daba señales de vida.
Se puso a limpiar con cuidado de no pasarse frotando pero quitando toda la pintura tan eficiente y rapidamente como fuera posible. Unos instantes más tarde, Kazuma aparecia como si nada. Al escucharle, desvió la mirada un segundo hacia el peliblanco antes de volver a lo suyo. Menos mal, si perdia a uno de sus compañeros en una mision de limpieza no sabia como iba a decirselo a Shiori sin que se le cayera la cara de vergüenza.
Y así, los tres shinobis se pusieron por fin a completar su misión. El rubio casi podia ver el porcentaje de mision cumplida ir subiendo con cada movimiento que hacia con el cepillo, despues de tanto rato perdido entre marujeo y gilipolleces varias, estar ahí, cumpliendo con su deber, era algo magico.
Una pequeña parte dentro de él sabia que eso no habia acabado, estaba atenta a cada recobeco a cada sombra que se movia furtivamente. No podia ser tan facil, en algún momento, en algún atisbo de maldad nacerian de nuevo los obstaculos que les impedirian acabar con su tarea. Ya fuera otra mujer, un niño, un perro herido, o incluso Kazuma. Algo iba a entorpecerles de nuevo. Y esa certeza atenazaba el corazón del rubio.
Así pues, se acercó al cubo donde ya tenian preparada la solución que utilizarian para limpiar la pintada y recolocandose aquella maldita mascarilla procedió a limpiar. Al detenerse a coger las cosas pudo ver que uno de sus compañeros habia salido tras él, cuando sus miradas conectaron, Juro asintió serio mientras se ponian por faena. Ahora solo faltaba el tercer pie del gato, que aún no daba señales de vida.
Se puso a limpiar con cuidado de no pasarse frotando pero quitando toda la pintura tan eficiente y rapidamente como fuera posible. Unos instantes más tarde, Kazuma aparecia como si nada. Al escucharle, desvió la mirada un segundo hacia el peliblanco antes de volver a lo suyo. Menos mal, si perdia a uno de sus compañeros en una mision de limpieza no sabia como iba a decirselo a Shiori sin que se le cayera la cara de vergüenza.
Y así, los tres shinobis se pusieron por fin a completar su misión. El rubio casi podia ver el porcentaje de mision cumplida ir subiendo con cada movimiento que hacia con el cepillo, despues de tanto rato perdido entre marujeo y gilipolleces varias, estar ahí, cumpliendo con su deber, era algo magico.
Una pequeña parte dentro de él sabia que eso no habia acabado, estaba atenta a cada recobeco a cada sombra que se movia furtivamente. No podia ser tan facil, en algún momento, en algún atisbo de maldad nacerian de nuevo los obstaculos que les impedirian acabar con su tarea. Ya fuera otra mujer, un niño, un perro herido, o incluso Kazuma. Algo iba a entorpecerles de nuevo. Y esa certeza atenazaba el corazón del rubio.
—Nabi—