30/04/2016, 22:49
Kazuma completó el equipo tras llegar, siendo el que más tardó de los tres en salir de la casa de la mujer, quién se había limitado a cerrar la puerta e ignorarlos. De la mujer detective no se supo absolutamente nada, pero no se atrevió a volver a detener su trabajo.
“Al menos, de momento…”
Tras un buen rato, los tres lograron terminar con el dibujo. Lo que antes era una escena totalmente obscena, se había convertido otra vez en una pared demasiado chillona y afeada. Pero una pared, al fin y al cabo.
¡Una menos! – Exclamó Juro, felizmente – Quedan dos casas
Juro se quitó la máscara y dejó el cepillo apoyado contra la pared, para estirarse un poco después de la limpieza. El agua del cubo había disminuido considerablemente por el trabajo, pero por lo demás, el resto de instrumentos estaba bien.
Pensó en dejar el lugar, aunque antes, una duda asaltó su mente.
- ¿Nos vamos sin más a la siguiente casa? – aunque habían quedado mal con ella, un mal servicio estaba bastante mal visto para un ninja… - ¿Le dijiste algo tu?
Juro se dirigió directamente a Kazuma, ya que había sido el que más había tardado en salir. De cualquier forma , se sacudió un poco el polvo y recogió sus herramientas, listo para partir. Después de todo, ya nada le retenía en esa casa.
Por su parte, en esa larga calle de casas no había nada más que llamar su atención. La siguiente calle que tenían que buscar era la calle de los cerezos, no al de las flores, donde se encontraban las últimas dos casas. Aunque ambas se encontraban en el mismo bloque, había varias calles de diferencias entre ambas. Si de decidían a partir, les esperaba aun un pequeño camino de quince minutos hasta llegar a la dichosa calle.
Quince minutos que podrían ser tranquilos, o podrían alargarse. La vida era tan impredecible a veces…
“Al menos, de momento…”
Tras un buen rato, los tres lograron terminar con el dibujo. Lo que antes era una escena totalmente obscena, se había convertido otra vez en una pared demasiado chillona y afeada. Pero una pared, al fin y al cabo.
¡Una menos! – Exclamó Juro, felizmente – Quedan dos casas
Juro se quitó la máscara y dejó el cepillo apoyado contra la pared, para estirarse un poco después de la limpieza. El agua del cubo había disminuido considerablemente por el trabajo, pero por lo demás, el resto de instrumentos estaba bien.
Pensó en dejar el lugar, aunque antes, una duda asaltó su mente.
- ¿Nos vamos sin más a la siguiente casa? – aunque habían quedado mal con ella, un mal servicio estaba bastante mal visto para un ninja… - ¿Le dijiste algo tu?
Juro se dirigió directamente a Kazuma, ya que había sido el que más había tardado en salir. De cualquier forma , se sacudió un poco el polvo y recogió sus herramientas, listo para partir. Después de todo, ya nada le retenía en esa casa.
Por su parte, en esa larga calle de casas no había nada más que llamar su atención. La siguiente calle que tenían que buscar era la calle de los cerezos, no al de las flores, donde se encontraban las últimas dos casas. Aunque ambas se encontraban en el mismo bloque, había varias calles de diferencias entre ambas. Si de decidían a partir, les esperaba aun un pequeño camino de quince minutos hasta llegar a la dichosa calle.
Quince minutos que podrían ser tranquilos, o podrían alargarse. La vida era tan impredecible a veces…