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Otoño-Invierno de 221

Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.
El genin de Takigakure continuo en donde se había quedado su compañero, relatando en detalle todo lo que había ocurrido. A medida que el relato avanzaba, la preocupación se iba marcando cada vez más en el duro rostro de aquel anciano.

La situación parece ser mucho más grave de lo que pensé… Me gustaría saber con exactitud qué es lo que sucede, pero no tenemos más información.

Quizás esto nos revele la verdad —de su bolso sacó el diario que habían encontrado en el bosque—. Lo tomé pensando que quizás alguien de por aquí podría descifrarlo.

Kazuma le acercó el cuaderno y el anciano lo tomo con cuidado. Se devolvió hacia su mecedora y se quedó contemplando aquel escrito, como si dudara sobre abrirlo y leer su contenido. Al final su sentido del deber pudo más que el mal presentimiento que lo embargaba. Destapó el libro y comenzó a examinar su contenido.

Y bien ¿Qué dice? —No pudo contener su necesidad de preguntar cuando vio los cambiantes gestos del anciano.

Está en un lenguaje técnico que solo usan los entendidos en materias biológicas —de pronto parecía mucho más cansado y anciano—. En este pueblo solo hay dos personas que utilizan dicho lenguaje; Uno soy yo y la otra es Takahime Hitomi, mi alumna.

Espere… Entonces, la mujer que encontramos en la cabaña era su aprendiz. —Le costaba creer aquello.

Eso me temo… —Su pesar era notable y abrumador.

Por un instante el viejo ermitaño cerró el diario, como si la verdad que se le estaba presentando fuese demasiado para su viejo corazón. Incluso sostener aquel manuscrito parecía causarle dolor, pero necesitaba recomponerse. Había un peligro que potencialmente amenazaba a toda la región y ahora que no contaban con la ayuda de Kusagakure, él era el único que podía hacer algo al respecto. Por el bien del pueblo y sus habitantes, tendría que sobreponer su deber a sus sentimientos.

Debemos saber qué fue lo que pasó. —Sentenció el Ishimura, mientras el anciano se resignaba a exponer lo registrado en el diario.


Llevo ya unos años estudiando micología bajo la tutela del ilustre Naoki Sentaro, guardián del conocimiento oculto del bosque de hongos. Desde el inicio mi meta fue adquirir una vasta cantidad de conocimientos y habilidades, que me permitieran aumentar de manera drástica la calidad de vida y recursos de los habitantes de la región. Lamentablemente, para nuestra completa desgracia, la aldea oculta de la hierba fue destruida en un misterioso incidente, con lo cual hemos perdido nuestra única defensa... Un posible conflicto se muestra en el horizonte y encuentro que estamos indefensos… Necesito hallar una forma de protegerlos a todos… Lo considero como mi deber.

He volcado todo mi tiempo y esfuerzo al estudio de determinada rama de organismos fungidos, más específicamente a aquellos que tengan potencial como amplificadores físicos. Tengo la certeza de que si pudiera sintetizar un compuesto superior al de las píldoras de soldados, podríamos aliarnos con alguna potencia y suministrarles armamento a cambio de protección. Por supuesto, crear dicha super píldora seria el primer paso, luego estaría trabajar en su eficacia y producción en masa… Tengo fe en que podremos lograrlo.

Mi investigación ha avanzado mucho; He creado variedad de muestras con efectos deseable. Algunas mejoran el sistema inmunológico y otras aumentan la resistencia y el aguante. Sin embargo, no son nada lejano a productos ya conocidos. Necesito mejorar su duración y efectividad, a la vez que reduzco el margen para la aparición de efectos secundarios.

He llegado a un enorme callejón sin salida; He desarrollado más de una docena de compuestos que mejoran el rendimiento físico, pero sus efectos siguen sin tener la fuerza y duración que necesito. He estado experimentando con pequeños primates y cerdos, que son los que biológicamente más se asemejan a un humano. Logre comprimir todos los compuestos en una sola cápsula, pero una vez ingeridos se anulan mutuamente y hacen estragos en el metabolismo de los seres vivos.

He hecho un pequeño avance; He descubierto que los hongos del tipo parasitarios y de efectos psicotrópicos son eficaces condensadores de mis compuestos artificiales. Pero sería una mentira el decir que he logrado cultivar un portador aceptable. He probado con cada especie de fungido a mi disposición y ninguno tiene la resistencia o agresividad necesaria para soportar el cultivo. Si pudiera encontrar alguno con la suficiente resistencia y facilidad de cultivo… Bueno, tendría un buen punto de apoyo para mi investigación.

Estoy a punto de rendirme ante mis constantes fracasos, pues hace tiempo que no logro avance alguno y mis conocimiento han alcanzado su límite. En mi desesperación he recurrido de forma discreta al ancestral conocimiento de mi pueblo y a la comprobada sabiduría de mi maestro… Espero poder encontrar algo que me ayude a continuar.

Puede que solo sea una vaga esperanza, pero he encontrado algo: Registros de hace unos cien años describen una especie de hongo de extraordinarias cualidades. Casi imposible de erradicar y capaz de asimilar casi cualquier forma de vida para sustentarse a sí mismo. Sin embargo… Su mera existencia representó el casi exterminio de toda la región y mi propio maestro lo ha confirmado. Tengo miedo de acercarme a algo a lo que le llaman como “El oro de los demonios” pero... ¿Qué otra opción tengo?

He logrado hacerme con una muestra de los Onikin, pero he tenido que pagar un alto precio. La he robado de mi maestro, que la guardaba celosamente para su estudio y no para su cultivo. A pesar de tener unas diez décadas el espécimen se ve en excelentes condiciones. Espero que sea el rayo de esperanza que busco, pues para poder continuar con mi investigación he tenido que abandonar el pueblo y a la gente que amo. Pero si he de hacer un pacto con un "demonio" para poder protegerlos, que así sea…

El bosque es un lugar peligroso, lo que dificulta el trabajo de laboratorio. Por suerte, he encontrado a un aliado prometedor. Asegura ser un ninja sobreviviente de Kusa que comparte mi creencia de que ahora más que nunca necesitamos con qué defendernos. Resulta ser un Shinobi curtido y experimentado que tiene amplios conocimientos de biología celular… Ha prometido ayudarme a alcanzar mi meta y protegerme de los peligros del entorno.

Se levantó un laboratorio en medio del bosque y procedimos a comenzar el inmediato estudio de los Onikin. Resulta aterrado lo fuerte del organismo; Una muestra con más de un siglo, trasplantada a tierra cualquiera, no tardó en desarrollarse y expandirse. Estando conscientes de lo agresivo y prolifero del organismo, se creó una barrera de sellado en el perímetro del laboratorio para su contención y estudio.

Estos organismos son extraordinarios y a la vez aterradores; Se tuvo que triplicar el refuerzo de la barrera en cuanto se multiplicaron. También tuvimos que comenzar a usar equipo de protección de alto nivel pues resultaban bastante nocivos para la piel. Por lo visto las leyendas son ciertas; se expanden alimentándose de la vida y dejando una zona de muerte absoluta a su paso… Parecen ser el némesis de cualquier otra forma de vida.

Por fin hemos logrado resultados, algunos alentadores y otros no tanto. Después de alimentar a estos hongos negros con mis propios cultivos durante un tiempo, han empezado a asimilar el producto a su propia estructura biológica. En algunos he notado una especie de mutación, mediante la cual las generaciones posteriores nacen con las modificaciones y proceden a consumir a aquellos del viejo cultivo.

La nueva generación es impresionante; Nacen de manera natural con las modificaciones artificiales que se les hizo a los primeros especímenes. Esto ha traído dos efectos; El primero es que se tuvo que reforzar con material físico la barrera, pues se corría el riesgo de expansión ya que dejaron de producir esporas para comportarse de manera parasitaria y procrear mediante el contacto directo. Lo otro es que se han vuelto tan potentes que las pequeñas criaturas con las que experimentamos son incapaces de soportar los efectos iniciales, que aunque son los deseados, resultan demasiado agresivos y destructivos con el cuerpo.

Hemos comenzado a experimentar con distinta formas de vida del bosque. Al incrementar el tamaño de los sujetos de prueba, aumentaba la resistencia a la toxina y a los potenciadores. Sin embargo, el efecto resulta cuando menos indeseable para los humanos. Los efectos positivos se manifiestan unas pocas horas y luego viene una degeneración masiva de las capacidades físicas y mentales.

Finalmente dimos con el que promete ser el espécimen perfecto; Una especie de jabalí nativa de la región. Se alimenta de un tipo muy particular de hongos que tiene efectos extraordinarios en su cuerpo. Resulta ser prácticamente inmune a cualquier veneno o toxina. Analizamos el hígado y riñones de una hembra a la cual le dimos de comer varios de los Onikin. El resultado fue un daño mínimo y una potenciación máxima.

Mejoramos la cría de nuestros hongos y comenzamos a suministrarlos a un buen espécimen de jabalí manchado. Hemos seguido el tratamiento por dos semanas, y el resultado ha sido sorprendente. Parece ignorar la letalidad inicial del suplemento para luego dar señales de todas los dopantes añadidos. Como punto negativo, su nivel de violencia y ferocidad han aumentado en extremo y ha comenzado a mostrar señales de deterioro “mental”.

Siento que estoy más cerca que nunca de mi meta. He estado cultivando, en otro sitio, mi propia cepa de aquello hongos filtradores que consume el jabalí. Con un poco más de trabajo podría desarrollar algo decente. Combinado un compuesto anti toxinas y los hongos potenciadores, puedo crear algo capaz de protegernos. Mi compañero también parece satisfecho con el rumbo que llevamos, aunque en varias oportunidades me ha mencionado la posibilidad de crear un arma biológica de gran escala… Ante mi desacuerdo ha abandonado el tema.

Algo ha salido terriblemente mal… El sujeto de pruebas "uno" se ha salido de control y atacado el laboratorio. Parece haberse vuelto lo suficientemente fuerte como para ignorar la barrera creada por mi compañero, del cual hace horas que no tengo noticias. Al parecer la bestia se ha vuelto adicta a nuestro hongos y los necesita para mantener su estado potenciado… He resultado herida en su ataque inicial y voy perdiendo la conciencia mientras escribo. Me he descuidado y al caer al suelo y he sido infectada por mis propias creaciones… Ni siquiera puedo sangrar, pues estos parásitos consumen mi sangre antes de que brote por mi herida. Es curioso que en los que son mis últimos momentos solo piense en todo aquello que he dejado atrás. Espero que mi colega salve mi investigación y continúe con ella, pues aun ahora creo que es nuestra única esperanza… Maestro… Disculpe a su caprichosa y arrogante alumna…

Con aquello y con lágrimas en los ojos, el anciano concluyó la cita y cerró el libro.
[Imagen: aab687219fe81b12d60db220de0dd17c.gif]
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RE: Un jabalí con guarnición de hongos y espadas - por Hanamura Kazuma - 2/05/2016, 23:27


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