8/05/2016, 23:21
—Puerta 3 y 14 de la Calle de los Cerezos. —El tono era medio seco y medio imperativo.
—Claro, el camino —dijo un poco fuera de sí, al notar como sus compañeros se le quedaban viendo. Aún no se acostumbraba a aquello de la falta de orientación—. Está a poco más de quince minutos. Démonos prisa.
Sin esperar nada más, el joven de cabello blanco comenzó a caminar con paso apresurado, esperando que sus compañeros le siguieran de cerca y no se perdieran. Camino hasta el final de la calle, lugar donde luego giro a la derecha y al final de la acera giró de nuevo pero a la izquierda. Con aquello ya habían recorrido la primera mitad del trayecto.
«Ahora veamos —se encontró un poco desorientado al llegar a un cruce completamente desolado—. Este lugar luce un poco diferente de cómo lo recordaba.»
De repente noto que se encontraba más que solo desorientado, pues uno de los caminos seguía recto hacia una tal “Calle Carmesí”, mientras que el otro solo tenía una flecha que señalaba hacia un lugar sin nombre. Quizás fue que pasó por alto alguna señalización, pues nada parecía indicar que rodeo o dirección debía de tomar para llegar a su destino.
«Rayos... Sería mucho más fácil si le pusieran números, en lugar de nombres, a las calles.»
Dentro de si estaba considerando el preguntarle a alguien por indicaciones, pero había dos problemas con aquello; Uno era que el lugar estaba completamente desierto y el otro era que no sabia como decirle a sus compañeros que se había perdido un poco.
—Claro, el camino —dijo un poco fuera de sí, al notar como sus compañeros se le quedaban viendo. Aún no se acostumbraba a aquello de la falta de orientación—. Está a poco más de quince minutos. Démonos prisa.
Sin esperar nada más, el joven de cabello blanco comenzó a caminar con paso apresurado, esperando que sus compañeros le siguieran de cerca y no se perdieran. Camino hasta el final de la calle, lugar donde luego giro a la derecha y al final de la acera giró de nuevo pero a la izquierda. Con aquello ya habían recorrido la primera mitad del trayecto.
«Ahora veamos —se encontró un poco desorientado al llegar a un cruce completamente desolado—. Este lugar luce un poco diferente de cómo lo recordaba.»
De repente noto que se encontraba más que solo desorientado, pues uno de los caminos seguía recto hacia una tal “Calle Carmesí”, mientras que el otro solo tenía una flecha que señalaba hacia un lugar sin nombre. Quizás fue que pasó por alto alguna señalización, pues nada parecía indicar que rodeo o dirección debía de tomar para llegar a su destino.
«Rayos... Sería mucho más fácil si le pusieran números, en lugar de nombres, a las calles.»
Dentro de si estaba considerando el preguntarle a alguien por indicaciones, pero había dos problemas con aquello; Uno era que el lugar estaba completamente desierto y el otro era que no sabia como decirle a sus compañeros que se había perdido un poco.