15/05/2016, 15:46
La mujer samurai se quedó perpleja durante unos segundos. Juro reforzó su cara de monería. Había perdido a su madre. Tenía que sentirlo. Tenía que vivirlo...
—Ooooohhhh... —exclamó la mujer. Juro contuvo una sonrisa triunfal.
—El niño ha perdido a su madre. Dice que la última vez que la vio estaba aún dentro del estadio. Con suerte, aún no habrá salido.
Ayama parecía haber recuperado la confianza sobre su disfraz, tanto que hasta Juro se lo creyó durante unos momentos. Reinó un tenso silencio, donde Juro siguio reforzando sus pucheros. Hasta que entonces...
—Oh, vamos, Takeru. ¡Tenemos que ayudarle!
El samurai terminó por ceder. Juro también quiso respirar aliviado, pero se tuvo que contener con suavizar su expresíon. Pronto, los dos se habían ido, y había funcionado. Juro siguió con sus piernecitas a Ayame.
—Vale, ahora tenemos que buscar cuanto antes ese osito. Tenemos muy poco tiempo... —le susurró a su compañero
— Tratemos de no llamar la atención. Al otro lado de cada puerta habrá guardias — dijo Juro, afirmativamente.
Tras eso, entraron en la arena. Todo estaba tal y como lo recordaba. Realmente hacia poco que había estado en ella, siendo el último en pelear. Pero eso ahora no importaba.
— Es grande... — comentó, frustrado — Empecemos cuanto antes, tenemos poco tiempo. ¿Nos dividimos para abarcar más?
Como era lógico, a simple vista Juro no divisaba absolutamente nada. Habría que acercarse para buscar el dichoso osito, y cualquier sitio bastaría para empezar. Si no se daban prisa...
—Ooooohhhh... —exclamó la mujer. Juro contuvo una sonrisa triunfal.
—El niño ha perdido a su madre. Dice que la última vez que la vio estaba aún dentro del estadio. Con suerte, aún no habrá salido.
Ayama parecía haber recuperado la confianza sobre su disfraz, tanto que hasta Juro se lo creyó durante unos momentos. Reinó un tenso silencio, donde Juro siguio reforzando sus pucheros. Hasta que entonces...
—Oh, vamos, Takeru. ¡Tenemos que ayudarle!
El samurai terminó por ceder. Juro también quiso respirar aliviado, pero se tuvo que contener con suavizar su expresíon. Pronto, los dos se habían ido, y había funcionado. Juro siguió con sus piernecitas a Ayame.
—Vale, ahora tenemos que buscar cuanto antes ese osito. Tenemos muy poco tiempo... —le susurró a su compañero
— Tratemos de no llamar la atención. Al otro lado de cada puerta habrá guardias — dijo Juro, afirmativamente.
Tras eso, entraron en la arena. Todo estaba tal y como lo recordaba. Realmente hacia poco que había estado en ella, siendo el último en pelear. Pero eso ahora no importaba.
— Es grande... — comentó, frustrado — Empecemos cuanto antes, tenemos poco tiempo. ¿Nos dividimos para abarcar más?
Como era lógico, a simple vista Juro no divisaba absolutamente nada. Habría que acercarse para buscar el dichoso osito, y cualquier sitio bastaría para empezar. Si no se daban prisa...
Hablo / Pienso
Avatar hecho por la increible Eri-sama.
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Sellos implantados: Hermandad intrepida
- Juro y Datsue : Aliento nevado, 218. Poder:60