18/05/2016, 23:48
—Tatsuya, lo logramos, despierta —le daba palmaditas en el cabello mientras decía aquello—. Ahora si podemos irnos de este bosque.
El Takanashi recuperaba lentamente la conciencia, más no así las fuerzas. Estaba totalmente agotado, era seguro que estaba incluso más cansado que el Ishimura, además el calor sofocante mermaba aún más su voluntad. "Ni en el verano más intenso me había quemado tanto" Si bien era cierto que en el País del Río había clima tropical la intensidad del jutsu ahora le había dejado con un ardor terrible por todo el cuerpo. Se giró en el suelo y usó ambos brazos para incorporarse, aunque no logró ponerse de pie, a duras penas si podía sentarse sin que el peso lo venciera.
-¿Na...ni?- Preguntó mientras observaba los alrededores, estaba muy atolondrado.
Sus vestimentas quedaron hechas harapos, ahora lo único que tenía encima era el vendaje y tiras de tela desgarradas. Se llevó la mano al hombro en reacción al dolor causado por el rasguño de una de las panteras, afortunadamente su jutsu había impedido que las demás lo dejaran como un queso rayado. Buscó al anciano con la mirada, para darse cuenta luego de que estaba casi que en sus narices.
-¿Todo terminó? ¿de verdad?- Después de tanto desear que aquello acabase se sentía extraño haber cumplido con la meta que parecía imposible.
El anciano al parecer había guardado una vez más el resto de los onikin, al parecer sólo quedaba sellar el mal una vez más y esperar a que nadie intentase buscar de nuevo el poder que en ellos residía. Kazuma inquirió al micólogo en varios aspectos a los que el viejo cascarrabias respondió molesto y chocante como sólo el podía. Tatsuya se abstuvo de comentar, no le agradaba discutir por cosas simples, aunque estaba molesto con la actitud del anciano se encontraba feliz de que la pesadilla hubiera terminado, por lo que consideraba tonto pelear ahora.
Intentó ponerse de pie, apoyando sus manos en el suelo, pero no lo consiguió. Se encontraba demasiado fatigado y herido, por lo que no podía reponerse tan rápido. Le dolía desde la espalda hasta los huesos de las malos, sin contar el ardor en su piel, era probable que terminara cayéndosele el pellejo en los días siguientes. Por ahora tenía un sabor agridulce en la boca, feliz de haber exterminado la amenaza pero un poco afectado al recordarse como Kazuma tuvo que salvarlo una vez más.
-Lamento haber sido tan imprudente- Admitió con la cabeza baja. -Actué sin pensar en las consecuencias y casi muero por ello...-
El Takanashi recuperaba lentamente la conciencia, más no así las fuerzas. Estaba totalmente agotado, era seguro que estaba incluso más cansado que el Ishimura, además el calor sofocante mermaba aún más su voluntad. "Ni en el verano más intenso me había quemado tanto" Si bien era cierto que en el País del Río había clima tropical la intensidad del jutsu ahora le había dejado con un ardor terrible por todo el cuerpo. Se giró en el suelo y usó ambos brazos para incorporarse, aunque no logró ponerse de pie, a duras penas si podía sentarse sin que el peso lo venciera.
-¿Na...ni?- Preguntó mientras observaba los alrededores, estaba muy atolondrado.
Sus vestimentas quedaron hechas harapos, ahora lo único que tenía encima era el vendaje y tiras de tela desgarradas. Se llevó la mano al hombro en reacción al dolor causado por el rasguño de una de las panteras, afortunadamente su jutsu había impedido que las demás lo dejaran como un queso rayado. Buscó al anciano con la mirada, para darse cuenta luego de que estaba casi que en sus narices.
-¿Todo terminó? ¿de verdad?- Después de tanto desear que aquello acabase se sentía extraño haber cumplido con la meta que parecía imposible.
El anciano al parecer había guardado una vez más el resto de los onikin, al parecer sólo quedaba sellar el mal una vez más y esperar a que nadie intentase buscar de nuevo el poder que en ellos residía. Kazuma inquirió al micólogo en varios aspectos a los que el viejo cascarrabias respondió molesto y chocante como sólo el podía. Tatsuya se abstuvo de comentar, no le agradaba discutir por cosas simples, aunque estaba molesto con la actitud del anciano se encontraba feliz de que la pesadilla hubiera terminado, por lo que consideraba tonto pelear ahora.
Intentó ponerse de pie, apoyando sus manos en el suelo, pero no lo consiguió. Se encontraba demasiado fatigado y herido, por lo que no podía reponerse tan rápido. Le dolía desde la espalda hasta los huesos de las malos, sin contar el ardor en su piel, era probable que terminara cayéndosele el pellejo en los días siguientes. Por ahora tenía un sabor agridulce en la boca, feliz de haber exterminado la amenaza pero un poco afectado al recordarse como Kazuma tuvo que salvarlo una vez más.
-Lamento haber sido tan imprudente- Admitió con la cabeza baja. -Actué sin pensar en las consecuencias y casi muero por ello...-