19/05/2016, 17:34
—¿Todo terminó? ¿De verdad? —Después de tanto desear que aquello acabase se sentía extraño haber cumplido con la meta que parecía imposible.
—¿El problema del Bosque de Hongos se terminó? Sí ¿Que probablemente te queden muchas aventuras como estas por delante? Por supuesto —dijo dedicándole una amplia y cálida sonrisa a su compañero—. Con calma, amigo, partiremos cuando estemos en condiciones caminar. —Le dijo en cuanto vio que trataba de ponerse de pie.
—Lamento haber sido tan imprudente —admitió con la cabeza baja—. Actué sin pensar en las consecuencias y casi muero por ello...
—Te lamentas por demasiadas cosas, compañero —le aseguro mientras se sentaba a su lado—. Debo admitir que fue algo bastante temerario, por no decir suicida —algo que era más propio del espadachín de Uzu—, pero gracias a tu rápida y firme decisión fue que logramos cumplir con nuestro objetivo… Y eso no es algo por lo cual lamentarse.
El joven de ojos grises comprendía muy bien la diferencia entre una acción imprudente impulsada por la arrogancia y una motivada por el deseo de conseguir la victoria. Aunque más que la victoria, parecía que Tatsuya estaba buscando el bienestar de aquellos que le estaban acompañando, aunque eso estuvo a punto de costarle la vida.
—Vamos, Tatsuya —le dijo luego de permanecer en silencio durante una horas, reflexionando sobre todo lo que había sucedido desde que llegaron allí—. Es hora de irnos y tomar un merecido descanso —aseguro mientras le tendía la mano para que se levantara.
El sol recién se había ocultado para cuando llegaron a la aldea, el camino de regreso les había tomado bastante más de lo esperado, pero no tuvieron ningún contratiempo o dificultad en el trayecto. Una vez en el pueblo fueron recibidos por una marea de personas que preguntaban sobre lo que había sucedido, las llamas blancas sobre el bosque y aquella explosión. Los jóvenes se escabulleron y dejaron aquel asunto informativo en manos del micólogo. Lo más urgente era verse con la doctora, la cual les recibió con una enorme cara de sorpresa. Tuvieron que esperar a que preparara una enorme dotación de crema para las quemaduras. Luego de aquello pudieron tomarse las cosas con calma, al menos durante los tres días que les dieron de reposo.
Durante aquel tiempo el joven de ojos grises se dedicó a descansar y a aprender sobre la gente y la cultura de aquel pueblo. También ocupó parte de su tiempo en compartir con aquella jovencita llamada Shihiro, que insistía en acompañarlo y reconfortarlo durante las horas nocturnas en las que no pudiera conciliar el sueño. El micólogo convenció a todos de que los jóvenes solo se estaban encargando de las bestias que quedaban, por lo que el trato de héroes no solo se mantuvo sino que aumentó en gratitud. Al final les habían organizado una gran celebración para que pudieran partir al dia siguiente. Kazuma disfruto de aquellos días, y aunque la despedida con aquella muchacha fue melancólica y apasionada, le había llegado la hora de partir.
—¿Donde estara? —se pregunto mientras el sol comenzaba a levantarse en el horizonte—. Ya le había dicho a Tatsuya que hoy partiría y que lo esperaría en la entrada del pueblo.
—¿El problema del Bosque de Hongos se terminó? Sí ¿Que probablemente te queden muchas aventuras como estas por delante? Por supuesto —dijo dedicándole una amplia y cálida sonrisa a su compañero—. Con calma, amigo, partiremos cuando estemos en condiciones caminar. —Le dijo en cuanto vio que trataba de ponerse de pie.
—Lamento haber sido tan imprudente —admitió con la cabeza baja—. Actué sin pensar en las consecuencias y casi muero por ello...
—Te lamentas por demasiadas cosas, compañero —le aseguro mientras se sentaba a su lado—. Debo admitir que fue algo bastante temerario, por no decir suicida —algo que era más propio del espadachín de Uzu—, pero gracias a tu rápida y firme decisión fue que logramos cumplir con nuestro objetivo… Y eso no es algo por lo cual lamentarse.
El joven de ojos grises comprendía muy bien la diferencia entre una acción imprudente impulsada por la arrogancia y una motivada por el deseo de conseguir la victoria. Aunque más que la victoria, parecía que Tatsuya estaba buscando el bienestar de aquellos que le estaban acompañando, aunque eso estuvo a punto de costarle la vida.
—Vamos, Tatsuya —le dijo luego de permanecer en silencio durante una horas, reflexionando sobre todo lo que había sucedido desde que llegaron allí—. Es hora de irnos y tomar un merecido descanso —aseguro mientras le tendía la mano para que se levantara.
El sol recién se había ocultado para cuando llegaron a la aldea, el camino de regreso les había tomado bastante más de lo esperado, pero no tuvieron ningún contratiempo o dificultad en el trayecto. Una vez en el pueblo fueron recibidos por una marea de personas que preguntaban sobre lo que había sucedido, las llamas blancas sobre el bosque y aquella explosión. Los jóvenes se escabulleron y dejaron aquel asunto informativo en manos del micólogo. Lo más urgente era verse con la doctora, la cual les recibió con una enorme cara de sorpresa. Tuvieron que esperar a que preparara una enorme dotación de crema para las quemaduras. Luego de aquello pudieron tomarse las cosas con calma, al menos durante los tres días que les dieron de reposo.
Durante aquel tiempo el joven de ojos grises se dedicó a descansar y a aprender sobre la gente y la cultura de aquel pueblo. También ocupó parte de su tiempo en compartir con aquella jovencita llamada Shihiro, que insistía en acompañarlo y reconfortarlo durante las horas nocturnas en las que no pudiera conciliar el sueño. El micólogo convenció a todos de que los jóvenes solo se estaban encargando de las bestias que quedaban, por lo que el trato de héroes no solo se mantuvo sino que aumentó en gratitud. Al final les habían organizado una gran celebración para que pudieran partir al dia siguiente. Kazuma disfruto de aquellos días, y aunque la despedida con aquella muchacha fue melancólica y apasionada, le había llegado la hora de partir.
—¿Donde estara? —se pregunto mientras el sol comenzaba a levantarse en el horizonte—. Ya le había dicho a Tatsuya que hoy partiría y que lo esperaría en la entrada del pueblo.