21/05/2016, 21:18
La peliblanca no estaba dispuesta a dar su brazo a torcer, y si ella no lo hacía él tampoco. Siguió a la Hyuga por sobre el agua sin saber que les esperaría en el otro lado. La niebla apenas dejaba ver sus pies y poco a poco iba aumentando en altura mientras corrían sobre el lago, la lluvia seguía cayendo y quizás sólo por eso el Takanashi no se daba cuenta de que estaba sudando frío. Su instinto le decía que debía huir, su razón que corrían peligro, pero su corazón le insistía que no debía abandonar a la niña.
Pronto ambos shinobis empezarían a sentir pesadas las piernas, cada paso que daban se volvía más y más difícil, como sí en vez de caminar entre la niebla estuvieran metiéndose en un pantano. El moverse se volvía todo un reto, fatigando de más a ambos. Cuando Tatsuya se percató de esto ya estaban a medio lago, pensó que era su imaginación, pero la sensación era tan real que no podía ignorarla.
-Mitsuki-chan, ¿sientes eso?- Quería corroborar que su cerebro no le estaba jugando una mala pasada. -Ya estamos a medio lago, no podremos regresar-
La verdad es que sí podían volver, pero eso significaría dejar a la chiquilla y eso no entraba entre sus planes. El espadachín empezaba a sentir un leve dolor de cabeza por el cansancio; Mantener durante tanto tiempo el chakra fluyendo en sus pies además del malestar a la hora de caminar le dificultaba aún más el concentrarse para seguir sobre el agua, pero de eso a hundirse en el lago era mejor esforzarse para llegar rápido al bosque.
Pronto un escalofrío recorrió toda su espalda cuando escuchó el llanto de una niña proveniente de la lejanía, seguido por el repicar de unas campanillas de viento. En esos momentos todas las sensaciones provenientes de su alrededor se intensificaron, el húmedo olor de la niebla, el frío de lluvia bañándolos y la oscuridad parecía haberse vuelto más intensa.
"¿Qué esta ocurriendo?"
Pronto ambos shinobis empezarían a sentir pesadas las piernas, cada paso que daban se volvía más y más difícil, como sí en vez de caminar entre la niebla estuvieran metiéndose en un pantano. El moverse se volvía todo un reto, fatigando de más a ambos. Cuando Tatsuya se percató de esto ya estaban a medio lago, pensó que era su imaginación, pero la sensación era tan real que no podía ignorarla.
-Mitsuki-chan, ¿sientes eso?- Quería corroborar que su cerebro no le estaba jugando una mala pasada. -Ya estamos a medio lago, no podremos regresar-
La verdad es que sí podían volver, pero eso significaría dejar a la chiquilla y eso no entraba entre sus planes. El espadachín empezaba a sentir un leve dolor de cabeza por el cansancio; Mantener durante tanto tiempo el chakra fluyendo en sus pies además del malestar a la hora de caminar le dificultaba aún más el concentrarse para seguir sobre el agua, pero de eso a hundirse en el lago era mejor esforzarse para llegar rápido al bosque.
Pronto un escalofrío recorrió toda su espalda cuando escuchó el llanto de una niña proveniente de la lejanía, seguido por el repicar de unas campanillas de viento. En esos momentos todas las sensaciones provenientes de su alrededor se intensificaron, el húmedo olor de la niebla, el frío de lluvia bañándolos y la oscuridad parecía haberse vuelto más intensa.
"¿Qué esta ocurriendo?"