9/06/2016, 16:46
Juro estaba mirando las musarañas siguiendo a Kazuma sin siquiera enterarse de lo que pasaba a su alrededor, hasta que las palabras de Nabi se le clavaron en las neuronas. Estaban perdidos, al principio el peliblanco se negó a reconocerlo, pero finalmente, cuando el lider temporal de aquel variopinto trio le preguntó, aceptó la realidad.
—¿No te suena más ningún camino? ¿Ni un poco? —Preguntó Juro, con la esperanza de que Kazuma recordase algo. Lo que fuese.
—No —ya no tenía sentido tratar de ocultarlo—. No tengo idea de qué camino tomar.
Pues menos mal que estamos dentro de la villa, nos llegan a mandar a un sitio lejano y acabamos en Amegakure.
De nuevo, habian tenido que recurrir al rubio para seguir con su camino. A este la misión se le estaba antojando eterna, a pesar de que el Sol aún tenia un largo recorrido por delante hasta desaparecer, para él parecia que habian pasado dias, semanas e incluso meses. Cada paso que daban parecia avanzar una millonesima parte de su cometido.
—Eso suena como una opción aceptable —opino con calma—, pero ¿Qué pasaría si nos separamos y ustedes se pierden?
Por eso solo sera ir en linea recta y volverse. Son dos caminos, que uno de nosotros se quede aqui y vigile.
Dicho esto y habiendo dejado claro un plan que era tan simple que hasta el niño sobreprotegido de la casa esa que acababan de limpiar podria entenderlo y ejecutarlo con exito aunque de forma mediocre, porque al fin y al cabo, era un niño, comenzó a caminar en linea recta el camino que estaba señalado por la flecha negra gigante.
Esa flecha era, sin duda alguna, sospechosa de cojones. Y Nabi lo sabia. Por eso preferia correr él el riesgo, no por camaraderia, sino porque no confiaba en que las habilidades de sus compañeros se asemejaran siquiera a la grandilocuencia de las suyas.
—¿No te suena más ningún camino? ¿Ni un poco? —Preguntó Juro, con la esperanza de que Kazuma recordase algo. Lo que fuese.
—No —ya no tenía sentido tratar de ocultarlo—. No tengo idea de qué camino tomar.
Pues menos mal que estamos dentro de la villa, nos llegan a mandar a un sitio lejano y acabamos en Amegakure.
De nuevo, habian tenido que recurrir al rubio para seguir con su camino. A este la misión se le estaba antojando eterna, a pesar de que el Sol aún tenia un largo recorrido por delante hasta desaparecer, para él parecia que habian pasado dias, semanas e incluso meses. Cada paso que daban parecia avanzar una millonesima parte de su cometido.
—Eso suena como una opción aceptable —opino con calma—, pero ¿Qué pasaría si nos separamos y ustedes se pierden?
Por eso solo sera ir en linea recta y volverse. Son dos caminos, que uno de nosotros se quede aqui y vigile.
Dicho esto y habiendo dejado claro un plan que era tan simple que hasta el niño sobreprotegido de la casa esa que acababan de limpiar podria entenderlo y ejecutarlo con exito aunque de forma mediocre, porque al fin y al cabo, era un niño, comenzó a caminar en linea recta el camino que estaba señalado por la flecha negra gigante.
Esa flecha era, sin duda alguna, sospechosa de cojones. Y Nabi lo sabia. Por eso preferia correr él el riesgo, no por camaraderia, sino porque no confiaba en que las habilidades de sus compañeros se asemejaran siquiera a la grandilocuencia de las suyas.
—Nabi—