20/06/2016, 14:55
El trio se encontraba estancado en una bifurcación, pero por suerte, uno de ellos era un genio de la logistica y la distribución militar en operaciones de rastreo y reconocimiento. Tras, elegantemente, plantear su idea de forma breve y simple para que sus compañeros, no tan bien formados como él, pudieran entenderlo, ambos aceptaron que inevitablemente, esa era la mejor solución.
— Tienes razón, no sería buena idea que Nabi y yo saliésemos a lo loco y nos perdiésemos para dejarte solo — admitió Juro — Pero Nabi parece muy seguro. Quizá sea mejor que vayas tu al segundo camino. No creo que pase nada, pero si me quedo quieto no causare problemas innecesarios.
—Vale, me parece bien. Me pondré en marcha y tratare de regresar lo más pronto posible. —Le aseguro al Eikyu, antes de retirarse.
Tras aceptar el plan expuesto, Juro adoptó el rol del que no hace nada aparte de servir como poste de referencia y Kazuma tomó el camino que no estaba siendo señalado por una pintada de color negro. Así que Nabi cogió el camino señalado.
Empezó a andar por el centro de aquella calle sin prisa pero sin pausa. Conforme avanzaba las paredes se iban acercando haciendo que los edificios empezaran a tapar la incesante luz solar, lo cual era de agradecer, le facilitaba una mejor visión y que no acabara calcinado por la radiación del astro rey. Sin embargo, eso duraria poco.
La luz del Sol volvió a la vez que aparecia ante él una división de caminos. Ninguno de los destinos parecia mucho mejor que el callejon mugriento y abandonado de la mano de dios del que salia. Pero uno simplemente seguia recto, y habian acordado seguir recto hasta que encontrara algo, o un muro o la calle a la que tenian que ir. Así que hizo caso omiso a la flecha casi borrada que habia al fondo de la calle que tenia a la derecha y seguia recto sin pensarselo demasiado.
Estaba atento a los alrededores, en cuanto viera algo significativo giraria sobre sí mismo 180º y volveria sobre sus huellas. Desde luego, una cosa que agradecia profundamente era ese silencio que invadia aquella abandonada calle. Aunque era un placer del que no podria disfrutar eternamente, solo llevaban un tercio de la misión, por lo que Nabi aceleró el paso sin dejar de prestar atención a sus alrededores. No pasaria nada mientras siguiera recto.
— Tienes razón, no sería buena idea que Nabi y yo saliésemos a lo loco y nos perdiésemos para dejarte solo — admitió Juro — Pero Nabi parece muy seguro. Quizá sea mejor que vayas tu al segundo camino. No creo que pase nada, pero si me quedo quieto no causare problemas innecesarios.
—Vale, me parece bien. Me pondré en marcha y tratare de regresar lo más pronto posible. —Le aseguro al Eikyu, antes de retirarse.
Tras aceptar el plan expuesto, Juro adoptó el rol del que no hace nada aparte de servir como poste de referencia y Kazuma tomó el camino que no estaba siendo señalado por una pintada de color negro. Así que Nabi cogió el camino señalado.
Empezó a andar por el centro de aquella calle sin prisa pero sin pausa. Conforme avanzaba las paredes se iban acercando haciendo que los edificios empezaran a tapar la incesante luz solar, lo cual era de agradecer, le facilitaba una mejor visión y que no acabara calcinado por la radiación del astro rey. Sin embargo, eso duraria poco.
La luz del Sol volvió a la vez que aparecia ante él una división de caminos. Ninguno de los destinos parecia mucho mejor que el callejon mugriento y abandonado de la mano de dios del que salia. Pero uno simplemente seguia recto, y habian acordado seguir recto hasta que encontrara algo, o un muro o la calle a la que tenian que ir. Así que hizo caso omiso a la flecha casi borrada que habia al fondo de la calle que tenia a la derecha y seguia recto sin pensarselo demasiado.
Estaba atento a los alrededores, en cuanto viera algo significativo giraria sobre sí mismo 180º y volveria sobre sus huellas. Desde luego, una cosa que agradecia profundamente era ese silencio que invadia aquella abandonada calle. Aunque era un placer del que no podria disfrutar eternamente, solo llevaban un tercio de la misión, por lo que Nabi aceleró el paso sin dejar de prestar atención a sus alrededores. No pasaria nada mientras siguiera recto.
—Nabi—